Un sistema penal insostenible> Johnny Salgado (Alternatiba Gasteiz)
Johnny Salgado
Alternatiba Araba
Hace ya unos meses que se iniciaron los movimientos de tierra en el antiguo polvorín de Zaballa. Movimientos previos imprescindibles para la construcción del nuevo presidio que el Gobierno del Reino de España ha decidido levantar en territorio alaves, muy cerca del ya existente en Nanclares de la Oca.
Desde el mismo momento en que se hizo pública dicha intención, desde Alternatiba hemos mantenido una posición crítica y contraria contra su construcción, y por ello, en las últimas fechas nos hemos adherido al “MANIFIESTO CONSTITUYENTE DE LA PLATAFORMA ALAVESA PARA LA INMEDIATA PARALIZACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS DE TIERRAS PREVIOS A LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA MACROCARCEL EN NANCLARES DE LA OCA” e instamos a la ciudadanía a participar de la manifestación que tendrá lugar este sábado en la capital alavesa. Compartimos el analisis que en dicho manifiesto se hace sobre la situación del sistema penal, y de la política de construcción de macro-cárceles en la que parece haberse instalado el Gobierno estatal. Más y mayores prisiones no son garantes de una mayor seguridad ciudadana.
Ha llegado el momento en que la sociedad moderna supere la idea de que las prisiones son el destino inevitable al que están abocadas todas las personas que incumplen las normas penales. No es razonable. No es útil. No es realista.
Ineficacia de la rehabilitación; Actualmente, más del 90% de la población reclusa del Reino de España, lo és, por delitos menores (hurtos y robos en la gran mayoria) y atentar contra la salud pública (delitos derivados del tráfico y consumo de drogas). Normalmente no tienen dinero, ni empleo, ni educación, ni vivienda, y en muchos casos presentan adicción a las drogas. Estos problemas no son solucionados con la entrada en la carcel, y por tanto al salir de ella, muy probablemente se verán abocados a reincidir en su estatus delictivo.
Ineficacia preventiva; Esto es, la ineficacia para disuadir a “otros” de cometer delitos por medio de la intimidación.
Esto es fácil de observar, a mayor dureza de las penas, (mayor duración de las mismas) mayor masificación de las carceles, sin embargo, basta un pequeño vistazo a las estadísticas para darse cuenta de que salvo en casos marginales, no han producido una reducción de los delitos.
Ineficacia incapacitadora; que justifica el encarcelamiento simplemente para prevenir que las personas enviadas a la carcel puedan volver a delinquir.
El desarrollo penal en los USA desde los años 70 puede verse como un macro-experimento de incapacitación colectiva. Cada año nuevas generaciones de jóvenes cometen actos delictivos, y nada se soluciona manteniendo a las viejas generaciones en prisión. Todo lo que se logra es un aumento de la población reclusa hasta alcanzar pasmosas poblaciones penitenciarias, que han llegado a ahogar la economía del Estado. Baste el ejemplo del rancho del Gobernator SCHWARZENEGGER, quien recientemente ha manifestado su intención de trasladar buena parte de sus presos a penales mexicanos bajo arrendamiento de los mismos….
No ayuda a las víctimas; Esta afirmación contradice una arraigada opinión pública. Pero es cierto, y es importante decirlo en estos días y tiempos de grán énfasis a las víctimas.
Hay muchas maneras de aliviar y mejorar el bienestar de las víctimas. De hecho, debieramos centrarnos en aumentar las ayudas a las víctimas de delitos “serios” en vez de incrementar el castigo a los infractores. La creación de nuevas cárceles no alivia el dolor de las víctimas, y sin embargo si promociona en el subconsciente colectivo, una psicología personal de venganza, que se transmite a los hijos y al entorno.
La masificación carcelaria puede ser resuelta por otras vías; Como he dicho anteriormente, las cárceles no sirven para la rehabilitación, ni tienen una eficacia preventiva, y por desgracia ni siquiera siguen un canon de justicia equitativo. La mayor parte de los reclusos cumplen condenas de larga duración por delitos menores reiterados. Bastaría por tanto con estudiar y modificar los ratios de condena. Simplemente si realizasemos una escala condenatoria a la inversa, donde la condena mayor impuesta fuese la realizada a los grandes delitos (asesinatos, estafas multimillonarias, malversacion… etc) y desde esa fuesemos reduciendo los tempos condenatorios, nuestra población reclusa tomaría una senda de decrecimiento irreversible.
No podemos permitir es que las macro-cárceles nos fagociten, y atrapen. 6000 reclusos más cada cuatro años, (dato este dado por el propio Gobierno) es una cifra más que considerable, como para que alguien pueda plantear la insostenibilidad de este Sistema desde su planteamiento.