Intervenciones de nuestra compañera Diana Urrea en la tertulia política En Jake de ETB2 25/9/17

Intervenciones de Diana Urrea, compañera de Alternatiba y exparlamentara de Euskal Herria Bildu, del día 25/9/17 en el programa «En Jake» de ETB 2 donde opina sobre el referéndum del próximo 1 de octubre en Catalunya y las dura represión que están sufriendo tanto el pueblo catalán como su gobierno a la hora de hacer campaña. También se habla de los presupuestos del gobierno de Madrid y de la negogiación de los mismos con el PNV. Tertulia completa en ETB a la carta.

Alternatiba llama a desobedecer la represión anti 1-O que ya ha llegado a Euskal Herria

La portavoz nacional de Alternatiba, María del Río, ha denunciado el “enésimo ataque de la maquinaria represiva del Reino de España contra el referéndum del 1 de octubre” que hoy, además “ha llegado a las calles de Euskal Herria”, en referencia a la prohibición de un juez de la charla de la diputada de la CUP Anna Gabriel en el centro cívico Aldabe de Gasteiz y que la policía municipal de la capital ha ejecutado desalojando en plena charla un salón de actos que se ha quedado pequeño. Del Río ha destacado “la gravedad” de que haya sido la policía de Gasteiz, a las órdenes del gobierno de Gorka Urtaran (PNV) la que “ha servido para cercenar, también aquí en en nuestro país, el derecho a decidir y la libertad de expresión del pueblo catalán y de sus representantes políticos legítimos”.

Por eso, desde la formación de izquierdas han pedido al lehendakari Iñigo Urkullu y a las instituciones vascas en su conjunto “que no sean garantía de la censura y el totalitarismo del gobierno español en contra del pueblo catalán”, tal y como han hecho hoy en Gasteiz; “que desobedezcan leyes injustas porque de lo contrario serán colaboracionistas de quienes niegan el derecho a decidir no solo a Catalunya sino también a la sociedad vasca”.

Ante semejante situación, desde Alternatiba han llamado a llenar las calles de Euskal Herria de solidaridad con Catalunya y el proceso democrático que quiere darles la palabra para decidir su futuro en libertad, con la “posibilidad de abandonar un régimen que roza el ridículo internacional con su persecución de urnas y papeletas, sus amenazas de cortar la electricidad en los colegios electorales y que extiende a nuestras calles la censura que deja pocas dudas sobre el carácter autoritarista del estado heredero de un franquismo cuyas formas insisten en perpetuar”. En ese sentido, ha recordado que la sociedad vasca tiene mañana “la oportunidad de secundar masivamente en Bilbao la convocatoria de Gure Esku Dago pidiendo democracia para Catalunya”, manifestación que contará con una nutrida representación de la dirección de la Coordinadora Nacional de Alternatiba.

Charlottesville

Jonathan Martínez

Los hemos visto portar antorchas de odio racial y estrellar un coche contra la multitud en Charlottesville, Virginia. En París, a pocos metros de la estación de tren de Saint-Lazare, golpearon hasta la muerte al joven Clément Méric. En una fábrica de Amiens pedían el voto obrero para las presidenciales francesas y en el barrio madrileño de Tetuán repartían víveres solo a españoles. Vapuleaban a refugiados sirios en la frontera de Hungría con Serbia. Patrullaban el Mediterráneo en busca de pateras emigrantes. Molieron a palos a Jimmy y lo arrojaron al Manzanares. A Jimi Joonas Karttunen lo mataron en la plaza Eliel de Helsinki. Estaban repartiendo octavillas contra las mezquitas en Dresde. Estaban acuchillando al rapero Pavlos Fyssas al oeste de Atenas. Estaban levantando barricadas de neumáticos en la plaza Maidán.

Los hemos visto camuflados con ropajes variopintos, bajo diferentes siglas y colores, pero todos ellos adscritos a la tradición histórica del fascismo, a la afirmación racial y al desprecio por lo ajeno. Al fin y al cabo, los fascismos adquieren formas caprichosas según el tiempo histórico y el lugar que les toca en suerte. Algunos fascismos son explícitos; otros se esfuerzan en resultar sutiles. Hay fascistas hitlerianos, falangistas trasnochados y nostálgicos del Ku Klux Klan, pero también hay fascistas pop e incluso hipsters del fascismo. Algunas veces son de porte militar, hinchados de testosterona, con camisetas reventonas, cadenas de hierro y puños americanos. Otras veces se muestran afables, venerables y televisivos, y defienden su catecismo con la elocuencia de un comercial de aspiradoras. Hubo un tiempo en que los creímos relegados a los museos y a los documentales de madrugada en blanco y negro, pero ahí están, agitando banderas en las plazas, concediendo entrevistas y prodigándose en titulares.

Si el crack bursátil del 29 generó un caldo de cultivo excepcional para los fascismos del siglo XX, la quiebra financiera de 2008 ha asfaltado la pista de aterrizaje para los fascismos de nuestros días. Todos los estandartes de la prosperidad globalizada, también aquellos que parecían incuestionables e imperecederos, han quedado en evidencia o se han ido al garete, desde Lehman Brothers hasta la Unión Europea. El boyante capitalismo tardío nos había vendido una utopía transfronteriza y cosmopolita que nunca llegó a existir, de modo que los fascismos han reaccionado ante la crisis del sistema con un repliegue en forma de exaltación nacional, una retórica antiliberal y una épica subversiva y malsonante que sabe seducir a la clase trabajadora. Y es que el discurso del pánico xenófobo se ha alimentado a partes iguales de la depresión económica y de la desconfianza en las instituciones tradicionales.

No obstante, el fascismo no solamente no supone una amenaza para el orden establecido sino que desempeña un papel crucial como fuerza de choque contra todas las demás formas de descontento: las de tradición democrática, las de genealogía marxista o libertaria, las de las minorías nacionales. Por eso los liberales son tan condescendientes con el fascismo. Por eso los periódicos oficiales recurren a toda clase de eufemismos y circunloquios para nombrarlo. Por eso Trump afea la violencia «de todas las partes» en Charlottesville. Por eso El País, plusmarquista de la manipulación, convierte una algarada nazi en «disturbios entre grupos radicales». Cada vez que sugieren una equivalencia entre fascistas y antifascistas, los liberales se elevan en un imaginario púlpito de centralidad, como árbitros justicieros de dos extremismos simétricos, como el fiel de una balanza que solamente existe en el ámbito calenturiento de sus deseos.

Hay que reconocerlo, quienes detentan el poder están sabiendo sacar partido de un nazismo que ha medrado gracias al fertilizante de su indiferencia. Mientras tanto, en Charlottesville, sumamos el nombre de Heather Heyer a la nómina de asesinados. Allí están los nombres de Clément Méric y de Jimmy y de Jimi Joonas Karttunen y de Pavlos Fyssas. Allí están Lucrecia Pérez y Guillem Agulló y Carlos Palomino y Aitor Zabaleta. Porque los extremos nos tocan.

Leer en su blog Zona especial Norte

Fatuarte: «Es intolerable el ataque al humor, a la crítica política y a la libertad de expresión en la Aste Nagusia»

Alba Fatuarte, compañera de Alterantiba y concejala de EH Bildu Bilbo, ha calificado de “grave e intolerable ataque al humor, a la crítica sociopolítica y a la libertad de expresión” la retirada esta mañana por parte de la Ertzaintza, por orden de un juez, la decoración de la txosna de Hontzak, tras las denuncias interpuestas por el obispado y los comentarios “desafortunados y moralizantes” realizados ayer por el alcalde Aburto.

Fatuarte, representante además en la Comisión Mixta de Fiestas, ha denunciado que estas actitudes de “rigorismo e integrismo católico” dañan la imagen de Aste Nagusia y de ciudad abierta y plural que las comparsas han sabido construir con trabajo y con humor desde la primera edición en 1978: “Hablamos de una semana en la que la subversión y la reivindicación han estado, están y estarán presentes en el recinto festivo; siendo algo inherente a la Aste Nagusia, pese a quien le pese”.

Por último, además de mostrar su solidaridad a Bilboko Konpartsak en general y a Hontzak en particular, la concejala ha remarcado que mientras en toda Europa los chistes sobre Mahoma de Charlie Hebdo fueron considerados como libertad de expresión, “lamentablemente aquí tenemos a jueces que actúan de modo más propio de un estado confesional que de un estado supuestamente laico”.

EH Bildu Bilbo

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