Hacia la huelga general, indefinida y revolucionaria > Luis Mª Salgado (Alternatiba)

Que nadie se asuste por este título, no nos hemos vuelto locos, ni vivimos en un sueño, ni nada por el estilo. Este título simplemente refleja una necesidad palpable, tal y como mantenemos en todos los documentos de Alternatiba, la necesidad de confrontar un nuevo modelo económico y social al capitalismo reinante.

A pesar del desprestigio que tanto desde el poder político, como económico se ha hecho de la palabra revolución. En Alternatiba no nos duelen prendas en decir que esta, la revolución, es un bien propio de quienes creemos que otro mundo es posible. Por que creemos que la revolución no es sino; un cambio rápido y profundo en cualquier cosa o situación, como se define en una de las acepciones aceptadas por la R.A.E. Por que esta crisis, y sus consecuencias no hacen más que confirmar algo que ya sabíamos; al capitalismo no se le reforma, se le combate. Y, si ya antes de que esta crisis cayera sobre los hombros de los trabajadores y trabajadoras con la última reforma laboral aprobada por el Partido «Socialista Obrero» Español, partiamos de este convencimiento, ahora que esta reforma se ha convertido en realidad, no podemos sino luchar con más fuerza si cabe contra un sistema que tiene en la exclusión y la desigualdad sus señas identitarias.

Esta cruel reforma, ha de ser contestada con fuerza por todos los sindicatos, por los partidos y movimientos sociales, por los y las trabajadoras vascas. La próxima huelga general del 29 de junio ha de convertirse en uno de los primeros hitos de una larga lucha por nuestros derechos y contra sus privilegios. Es por tanto una oportunidad para iniciar un camino hacia la unidad de las izquierdas en Euskal Herria, unidad que nos demanda a diario la sociedad. Aquí no han de valer medias tintas, ni quedarse en ambagajes sin sentido. Debemos dar una respuesta firme y contundente al ataque recibido. Debemos convertir la próxima huelga general en un clamor, un grito que movilice y despierte a la sociedad al completo.

Es SU crisis, la crisis de los banqueros, de los grandes mercados, de las multinacionales, y deben ser ellos quienes paguen sus consecuencias. El 29 de Junio ha de ser nuestra primera victoria. Tenemos que paralizar toda Euskal Herria, y es responsabilidad de todos que así sea. Pero tampoco hemos de quedarnos ahí, la huelga general no es un fin en si mismo, simplemente ha de ser el pistoletazo de salida para demostrar a quienes nos gobiernan, a los banqueros y a los empresarios, que estamos dispuestos a luchar, que no vamos a renunciar a nuestros derechos, esos que hemos ganado en la calle con grandes sufrimientos. Nuestra oportunidad para gritar, alto y claro, que queremos una sociedad diferente, una sociedad que sea solidaria, feminista, y radicalmente democrática. Por que solo bajo estas premisas podremos crear una sociedad justa.

Es por todo lo anterior que desde Alternatiba mostramos todo nuestro apoyo a la huelga general del próximo 29 de Junio, y es por eso que ese día saldremos a la calle a gritar; NO, a la reforma laboral.

En recuerdo de Bety Cariño

Discurso en la 5ª Plataforma de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Front Line (Dublin, febrero de 2010)

Las piernas bien firmes sobre el suelo, la cabeza erguida, digna, la mente fría y el corazón ardiente, hermanas y hermanos:

Por mi voz, habla la voz de las hermanas y hermanos de mi pueblo mixteco, haya en la Oaxaca rebelde de ese gran país que se llama México. Y en estas líneas no puedo hablas de mí, sin hablar de el otro y la otra, por que yo soy solo si ellos y ellas son. Entonces somos nosotros y nosotras.

Hermanas y hermanos estas mujeres que soy: hija, hermana, madre, compañera, maestra, india, mixteca, oaxaqueña, mexicana, representa a mujeres que vamos liderando nuestros pueblos contra los saqueos de nuestra madre tierra, en beneficio de las grandes corporaciones transnacionales y del capital financiero. Hoy en nuestras voces, en nuestras luchas, en nuestras manos siguen vigentes los legítimos anhelos de justicia social de la Revolución mexicana, nuestra lucha es la misma que abanderaron Morelos, los Magon, el gran Zapata y en el México actual el EZLN, lucha que ha costado la visa a miles y miles de mexicanos y mexicanas todos ellos y ellas gente pobre de abajo que hizo las luchas y el lugar que le dejo la historia sigue siendo la exclusión y el olvido. Hoy los jóvenes y jovenas, los pueblos originarios y las mujeres estamos a la cabeza de esta catástrofe.

Nuestros campos hoy son el escenario de ruina y desastre, víctima de la apertura comercial indiscriminada, cultivos transgénicos ambición de las transnacionales; lo que trae como consecuencia la migración forzosa de millones de hermanas y hermanos nuestros, que como decía mi abuelo; “tiene que irse para poder quedarse”. En México se sigue negando a los pueblos originarios el derecho a la autonomía, el derecho a existir y nosotras hoy queremos vivir otra historia: nos rebelamos y decimos basta, hoy aquí queremos decirles que nos tienen miedo por que no les tenemos miedo, por que a pesar de sus amenazas, de sus calumnias, de sus hostigamientos, seguimos caminando hacia un sol que pensamos brilla con fuerza, pensamos que se acerca el tiempo de los pueblos, el tiempo de las mujeres insumisas, el tiempo del pueblo de abajo.

Hoy en día a lo largo y ancho del territorio nacional corre el descontento, por lo tanto se hace impostergable la presencia y participación de nosotras las mujeres que defendemos en el día a día los derechos humanos; queremos construir un mundo con justica y dignidad; sin ningún tipo de discriminación; hoy nosotras empujamos y profundo y extenso proceso de organización, movilización, análisis, discusión y consensos que nos ayude a construir un mundo donde quepan muchos mundos. Nosotras somos el resultado de muchas luchas, llevamos en la sangre la herencia de las abuelas, nuestras raíces nos exigen y nuestras hijas se rebelan.

Entrevista con Noam Chomsky > David Tresilian

Rebelión – Dialogando sobre la verdad y el poder

«En el caso de Gaza, se trata de una situación de tortura bestial. Están manteniendo a la población apenas con vida porque no quieren que les acusen de genocidio, pero eso es lo que es, un genocidio. Se limitan a sobrevivir. No es la peor atrocidad en el mundo pero es una de las más salvajes. Egipto está cooperando con todo eso al construir un muro y negarse a permitir que entre cemento y cosas así, por eso se trata de una operación conjunta israelí-egipcia que está literalmente torturando al pueblo de Gaza de una forma que no creo que tenga precedentes y que cada vez va a peor.»

Los árboles que no dejan ver el bosque > Mariano Gómez (Alternatiba)

Una vez más la socialdemocracia sale al escenario como el más firme defensor del sistema capitalista, del neoliberalismo puro y duro, del recorte progresivo de lo que va quedando de lo que en su día se llamó estado del bienestar. 

Han quedado en el olvido la necesidad de refundar el capitalismo, la de hacer un capitalismo con rostro humano. Frases hechas en el momento álgido de la crisis financiera y especulativa mundial, para aplacar iras y calmar algunas malas conciencias. 

No, ahora sólo llegan ayudas a los que ocasionaron la crisis, y recortes y más recortes a los que más la padecen (trabajadores con sus puestos de trabajo en vilo, pensionistas, parados, dependientes), a la sanidad y a la educación pública, aumento de ratios en alumnos y pacientes, menos sustituciones, más cargas de trabajo con, en el mejor de los casos, el mismo personal o con menos, nueva contrarreforma laboral. 

Y de tapadillo para distraer al personal sólo hablan de la reducción de sueldos a los empleados públicos, que, siendo una medida grave e injusta, es posiblemente la menos grave de todas las que se vienen tomando, y hasta no se vende mal ante una parte de la sociedad. 

Se habla de recortes en la inversión pública y no se aprovecha para replantearse megaproyectos de dudosa rentabilidad económica y social, y con gran coste ecológico, apostando por la mejora de las redes de transporte públicas ya existentes, con una mayor eficiencia. Ni de la lucha contra el fraude fiscal, ni de la desaparición del impuesto del patrimonio, ni de la rebaja del de sociedades. 

Y todo desde una cierta apatía, resignación, por parte de la mayoría social. Debemos romper ese muro, convertir la apatía y resignación en rabia y cabreo no disimulado. Debemos recuperar el discurso de la necesidad de un cambio de modelo económico y social que se ponga al servicio del ser humano, de su desarrollo integral, y no de los beneficios de los de siempre y del desarrollismo depredador. 

Todo esto no pasa lejos de nosotros, ni siquiera pasa sólo en el Reino de España, sino que lo estamos viviendo aquí, en esta parte de este pequeño país, donde el Delegado del Gobierno Central, el lehendakari ilegítimo, aunque legal, ya está poniendo en marcha desde hace tiempo muchas de estas medidas (algunas, no nos engañemos, ya empezadas por el Gobierno anterior) y se ha puesto firme ante su jefe y cicerón. 

La izquierda política, social y sindical vasca tiene que dar una respuesta continua, mantenida en el tiempo, sin quemar naves que nos hagan caer en la desilusión, poniendo el acento en la lucha y en la recuperación de la calle, sí, pero también en la labor pedagógica, en la disputa de la hegemonía a los valores dominantes y al discurso oficial. Y no se está haciendo nada mal. Se empezó con la huelga general de hace ahora un año, y desde entonces, corrigiendo errores, se ha sabido mantener ese mismo discurso, primero en el interno de los sindicatos, con delegadas y delegados, después transmitiéndoselo al conjunto de los trabajadores en los diferentes conflictos, por sectores, por comarcas, contagiándoselo al resto de la izquierda política y social. Pero aún queda mucho por hacer: la avidez del FMI , del banco mundial, de los grandes grupos financieros y especulativos, y de todos sus testaferros, no tiene fin. 

Empieza una nueva época, una nueva etapa, y todos nos vamos a tener que ir retratando, ¿ a qué lado de la balanza nos vamos a situar?. Vamos a apostar por seguir siendo la pata izquierda del sistema, su soporte, o por ir situándose en el lado de los que sufren, ayudando a construir la alternativa al mismo. Si hay una nueva huelga general ¿se va a seguir la lógica que dicten desde Madrid, o se va a estar, cada uno desde su especificidad, con la mayoría sindical vasca?. No nos podríamos permitir una doble convocatoria. 

Y no negamos que habrá  momentos en los que tengamos que luchar por restañar heridas, por poner parches, por mantener los derechos sociales que nos van recortando poco a poco, pero, si algo ha quedado claro con esta crisis, es que el problema es el propio sistema, el capitalismo, el neoliberalismo. Y hay que hacerlo saber, y no mirar los árboles caídos sino el bosque que los genera. 

Digámoslo claro y escribámoslo en mayúsculas: Si hay alternativa, pero no dentro de este sistema depredador, y entre todos tenemos que luchar por conseguir que se vaya viendo que puede ser posible llevarla a efecto. 

El 25 de Mayo tuvimos una cita importante, una movilización en defensa de lo público, de unos servicios públicos de calidad, de la sanidad, de la educación, por unas pensiones dignas, contra los recortes sociales. Ahí nos hemos vuelto a encontrar, al igual que debemos hacerlo este sábado,12 de Junio en Bilbo, en la manifestación nacional,  y en la más que probable Huelga General tras la nueva contrarreforma. Debiendo ser todo ello un peldaño más en la escalera de ir construyendo esa alternativa tan necesaria para este país.  

La crisis y su gestión es un argumento que no podemos dejar de enarbolar a la hora de construir sociedad, de construir país. Ahí estamos hablando de lo más básico, de los problemas que «de verdad preocupan a la gente» (eso que algunos tanto nos han repetido una y otra vez). 

Y no olvidemos nunca, cuando hablamos de la recomposición de la izquierda, de la creación de ese gran bloque de izquierda soberanista y alternativa, amplio y plural, el que junto con la defensa del derecho a ser, a existir, a decidir como pueblo,  junto a la defensa de todos los derechos, de todas las personas, de todas las ideas debe estar siempre la reivindicación de otro modelo económico y social,  y de otra forma de ver y de entender la política, desde abajo y a la izquierda.

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