Extremismo el tuyo, cabrón

Luis Salgado – Alternatiba

En la sociedad de la desinformación en que vivimos además de la extinción de cientos de especies, la humanidad está demostrando una gran aptitud para eliminar la capacidad de síntesis de los diversos idiomas y lenguasexistentes. Nos encaminamos sin duda hacia esa neolengua de 1984 donde mediante el control de la lengua hace imposible la elaboración de un discurso político contrario al régimen. Así, la perversión de la palabra, el uso indiscriminado de la misma en contextos ajenos, y sobre todo la apropiación de los conceptos para designar exactamente lo contrario a la definición original, es una herramienta extensamente utilizada por el poder. De ese modo, la disidencia político-social ha de estar redefiniendo constantemente su discurso, dificultando de esa forma la permeabilidad del mismo en el resto de la sociedad. Ejemplos de esa perversión hay miles, desde la sostenibilidad, que ahora son capaces de emplear las multinacionales más insostenibles como Monsanto, Nestlé, o Shell, hasta la “solidaridad” de la banca cobrando intereses de usura, pasando por la energía verde de Iberdrola y sus centrales térmicas y nucleares.

 
Sin embargo, la perversión llevada al extremo es la utilización del lenguaje para la inculcación del miedo, o el terror en la sociedad. Así, de un tiempo a esta parte es sencillo darse cuenta de cómo el binomio disidencia-terrorismo se ha ampliado de tal forma que parece imposible ser lo primero sin lo segundo. Siguiendo con esa estrategia que tan buenos réditos está dando a quienes ostentan el poder, ese binomio está siendo ampliado con la inclusión en la fórmula del concepto “extremismo”. “Todo extremismo es malo” “los extremos se tocan” y conceptos similares vienen a afianzar ese pensamiento, pero además, en los últimos tiempos ya ni siquiera es necesario situar ese extremismo respecto a un pensamiento o idea concreta, basta con que la posición mantenida se aleje del dogma establecido aunque éste pudiera ser más extremo que la propia posición disidente.
 
Con estos criterios afianzándose a gran velocidad es normal que gran parte de la sociedad coloque en el mismo plano al machismo y al feminismo, ya que, aunque el machismo es la creencia de la superioridad del hombre sobre la mujer y el feminismo por su parte es la defensa de la igualdad entre ambos géneros, dentro de una sociedad claramente patriarcal y machista es el segundo el que resulta más peligroso para el sistema. Exactamente lo mismo ocurre cuando en el Estado se habla de religión y creencias, de modo que en un Estado definido aconfesional pero que jamás se ha desprendido del Palio católico, mantener una posición ultra-católica como la de el Ministro del Interior no se considerará extremista mientras que abogar por la laicidad, esto es, sacar todas las religiones de la vida pública será considerado una posición sin duda rupturista. Lo mismo ocurre por desgracia con los posicionamientos económicos, así, en un mundo gobernado por el neoliberalismo mas atroz, donde la vida se ha mercantilizado al máximo, mantener unas posiciones social-demócratas como el caso de Syriza parece un acto revolucionario en sí mismo, de forma que, quien levantó la idea de la UE tal y cómo la conocemos, en la actualidad no tiene cabida en la misma. Sin embargo, quienes ahora no hacen sino denominar extremistas al resto, son los que nos han situado en la posición económica más extrema que existe respecto a los valores de Igualdad, Fraternidad y Libertad. En resumidas cuentas, nos están haciendo creer que estar en la centralidad es ser un miembro del ISIS en el Califato simplemente porque ese es el pensamiento hegemónico en el mismo, y que cualquier otro pensamiento se establece en el extremismo.
 
No es nada nuevo que quién ostenta el poder quiera perpetuarse en el mismo, como tampoco es nuevo que intente establecerse como poder hegemónico en todos los ámbitos de la vida, social, económico, cultural, religioso, pero nunca cómo ahora hemos estado tan cerca de vivir en una distopía como la imaginada por George Orwell donde el mero hecho de pensar pueda ser considerado delito. El Crimental está aquí, viviendo en una sociedad no ya en el extremo, sino al mismo borde del precipicio.
 
Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto

Española sí, Ikurriña ez

Luis Salgado – Alternatiba

En fechas recientes tuve el infortunio de leer un artículo de opinión en un periódico del grupo Vocento, en el cual, Javier Tajadura Tejada, bajo el título Guerra de Banderas defendía que “…las banderas no siempre cumplen una función inclusiva…”. Tal afirmación la utilizaba para analizar el hecho de que el pasado 6 de julio la recién elegida corporación municipal del Ayuntamiento de Iruña colocase una ikurriña en el balcón junto a las enseñas europea, española, navarra y pamplonesa. Por supuesto de todas las banderas presentes en dicho balcón la única que a su parecer era excluyente era el pendón sabiniano.

He de reconocer que no es nada nuevo que existan en el Estado voces que día tras día nos hablen de lo excluyente del nacionalismo, de todos los nacionalismos, salvo, claro está, del nacionalismo español del que no tenemos constancia de su existencia. Un español no es nacionalista, es patriota, (¿diferencias?) o al menos eso deberíamos deducir de las expresiones utilizadas por todos estos no-nacionalistas pero que mentan la patria a la menor oportunidad. Estos mismos señores, tan incluyentes ellos niegan la existencia de otras naciones (o patrias) en el seno de su roji-gualda, pero eso no es excluir, no señor, eso es algo más grande (¿y libre?), eso es absorber, diluir, anular, eliminar… y paro que me disperso, volvamos a la idea germinal de este post, eso de que no todas las banderas son incluyentes.

Quienes me siguen y me conocen saben de sobra que no soy un enamorado de los pendones tal y cómo escribo en un post anterior, y quizás sea esa alergia la que me impulsa a dedicar cinco minutos de mi vida a dar una somera explicación de por qué dicha afirmación no tiene ni lógica ni sentido y el Sr. Profesor de Derecho Constitucional de la UPV vende una moto que no anda.

No existe en el mundo, ni en las relaciones humanas un símbolo que refleje mejor la exclusión que una bandera. La bandera es excluyente por definición, sea esta roji-gualda, azul con estrellitas, contenga cruces, florecitas o una hoz y un martillo. Con ese fin se crean, para cubrir con su manto a quienes son “iguales” frente al resto, para designar y diferenciar el Nosotros del Ellos. Decir que la bandera española es incluyente es obviar que excluye de su seno a una pequeña parte de la población mundial, digamos que así a bote pronto a unas siete mil millones de almas, y eso lo saben mejor que nadie todas esas personas que mueren ahogadas en Mediterráneo o intentan saltar las vallas que rodean Ceuta y Melilla.
           
Regresando al texto, el reputado profesor universitario asevera en varias ocasiones, utilizando como ejemplos la bandera confederada y la ikurriña frente a las de la Unión y la navarra, que mientras las segundas acogen en su seno a la totalidad de la población, las primeras solo son referentes para una minoría (a la cual aprovecha para descalificar en base a los tópicos más raídos que ha encontrado). En primer lugar hemos de darnos cuenta del error matemático de dicha afirmación. Si la bandera de la Unión y la de Navarra son asumidas por TODA la población, ¿cómo es posible que exista una minoría que defienda las otras banderas? Ah, claro, la respuesta es muy sencilla, porque si esas personas son minoría y no aceptan estar dentro del Nosotros automáticamente dejan de existir. Pero en segundo lugar, si el razonamiento para considerar que una bandera es inclusiva es el número de seguidores de la misma, entonces deberíamos asumir que, por ejemplo, la esvástica sobre fondo rojo fue un ejemplo de inclusión Alemana.

Aunque claro, lo mejor de todo el artículo viene justo al final, el último párrafo que voy a transcribir casi en su totalidad porque es tal la estupidez y memez en él escrita que no me puedo resistir; “…Mientras no lo hagan (desaparecer), (las banderas) hay que procurar ponerlas al servicio de la convivencia e integración de las personas –función para la que teóricamente fueron concebidas- e impedir su utilización para crear conflictos y divisiones en la sociedad” ¿En serio? ¿Todo un profesor de la UPV puede permitirse decir tal sarta de tonterías? Realmente el sistema educativo está hecho unos zorros.

Obviando la primera frase que no deja de ser expresar un anhelo o deseo, lo mejor llega en la frase enmarcada entre guiones. Mire señor Tajadura, las banderas fueron creadas principalmente para diferenciar las tropas propias de las ajenas en el campo de batalla, en el caso de España para diferenciar el blanco castellano del blanco inglés en las batallas navales. Esa era su función principal y para eso se crearon, no para la convivencia e integración de las personas, salvo que consideremos las guerras e invasiones formulas de integración, como con Nabarra, Aragón, o Granada, por ejemplo, y por esa misma lógica mucho me temo que su última frase no tenga como sustentarse, ¿cómo evitar que una bandera cree divisiones en la sociedad si su fin es diferenciar a los miembros de esa sociedad del resto? A no ser, claro está, que usted sea tan nacionalista que crea que bajo una bandera no puede existir la disidencia, pero claro, eso no será así porque en España no hay nacionalismo, solo patriotismo sano. ¡Anda y que les den!

Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto

De Iruñea a Irun: el repugnante agradecimiento del alarde discriminatorio a Olano y al PNV

Mikel C. García – Alternatiba

Quisiera felicitar al nuevo Diputado General de Gipuzkoa, Markel Olano, – sí, ese que se fundió miles de euros del erario público en angulas con sus amiguetes, y el que quizá tenga que responder ante la justicia por los desmanes de Bidegi-, por el agradecimiento expresado por el Alarde discriminatorio a su labor, es decir, por haber retrocedido casi un lustro en el reconocimiento y acompañamiento de las instituciones a las mujeres que,osadas ellas, reivindican su derecho a participar en las fiestas de su pueblo.

Y una vez felicitado, el señor Olano tendrá que aceptar un poquito de sinceridad. Y es que me produce auténtica repulsión que una banda organizada de machistas, protegidos por su alcalde Santano, felicite al Diputado General y la presidenta de las JJGG de Gipuzkoa Eider Mendoza por no haber acudido a Irun el pasado 30 de junio a defender la Ley de Igualdad de la CAV (promulgada por el mismo PNV por cierto), a apoyar a los hombres y mujeres que desfilan en pie de igualdad en el alarde paritario y a arropar, en definitiva, a quienes tan solo persiguen la participación igualitaria de la fiesta y cuyo último fin no es otro que lograr un solo alarde público y libre de discriminaciones.

Es vergonzoso lo que puede hacer el PNV por un puñado de votos -un buen puñado eso sí, ya sabemos que los jeltzales lo rentabilizan todo-, pero es igualmente deleznable, además de irresponsable, ignorar que la lamentable situación de discriminación auspiciada por los gobiernos municipales de Irun y Hondarribia en los alardes, tiene mucho, muchísimo que ver con la agresión contra una mujer en Iruñea producida hace algunos días.

Sí, trogloditas con futuro asiento en consejos de administración de Kutxabank, Euskaltel o Petronor. Las risas, el compadreo, la palmadita en el hombro; la cobertura que los indeseables le daban a su amigo mientras agredía a una mujer a la que habían encerrado en un baño no son muy diferentes a las que durante años han mostrado las y los machistas de Irun para insultar, dar la espalda e incluso agredir a las mujeres que participaban en sus fiestas. Se basan en el mismo sistema de dominación casi tan antiguo como la humanidad.

Y miren, de gentuza está llena el universo, pero que personas que ostentan cargos políticos de alta responsabilidad se nieguen a apoyar la igualdad para regocijo y agradecimiento de quienes vulneran los derechos, de los agresores al fin y al cabo, es como ponerse a jalear al violador en la puerta del baño. Señores Markel Olano y demás calaña, que les aproveche la felicitación de los hoolingans; a un servidor, y a muchas más personas, nos provoca verdadera repugnancia.

Sacrificar la Reina

Luis Salgado – Alternatiba

Te levantas con la resaca del NO griego y la dimisión de Samaras por perder un referéndum que el no ha convocado (que todo hay que decirlo, aquí no dimitiría ni siendo su apuesta personal, ni aunque le pillasen que ha estafado millones o que su partido se financia de forma ilegal desde su fundación) y esperas que la prensa y los medios de comunicación en general traguen un poco de bilis y hagan análisis serios de lo acontecido. Sin embargo, llega Varoufakis, el Ministro estrella, y presenta su renuncia al cargo para “no obstaculizar las negociaciones del Gobierno griego con el Eurogrupo” Y claro, la prensa y los neoliberales encuentran su alivio. Que si una nueva derrota de Syriza. Que si a Varoufakis le ha perdido su prepotencia. Que si… quieren ver en una victoria pírrica una salida a una situación que desconocen, un pueblo digno en Europa.

Pero en esta partida de partidas superpuestas, con tableros de ajedrez que comparten casillas y fichas, donde los movimientos se hacen en 3D y no sobre un plano de 32 cuadrados blancos y 32 negros, nuestra visión se queda trabada en el árbol que siempre oculta al bosque, y el avispero griego es un buen ejemplo de ello.  La partida es complicada, y las visiones simplistas rara vez se acercan a intuir siquiera lo que cada movimiento significa. Por eso, quienes quieren ver en la dimisión del Ministro de Finanzas griego una suerte de claudicación de Syriza, y una muestra de debilidad del Gobierno Heleno corren el seguro riesgo de equivocarse. Igual que cuando pensaban que el pulso no se mantendría tanto tiempo. Igual que cuando creían que no se atreverían a efectuar un referéndum. Igual que cuando anhelaban una victoria del SI o en el peor de los casos un resultado ajustado. Igual que se equivocarán si siguen pronosticando una rendición sin lucha, sin prisioneros, y sin consecuencias, del pueblo griego.
 
La partida continúa, y continuará, incluso cuando ya se haya vendido el resultado final. Éste no será sino el punto y seguido, porque el camino ya está lanzado, y al igual que en Sudamérica, una Europa consciente está despertando. Incluso  con una victoria final de la UE ( Grecia continúa en Europa, se renegocian parte de las condiciones de la deuda, y se continúa con una política de recortes algo menos agresiva) la Europa del Capital ya habrá perdido, porque al matón del patio le ha salido un respondón y el resto del colegio parece mirarle con envidia. Es cierto que se está entrando en un terreno desconocido, que nadie sabe lo que va a deparar el siguiente movimiento, y por eso aún parece más osado y menos creíble la suficiencia con la que los austericidas y sus voceros nos quieren vender su falso conocimiento. Y es que, día tras día, nos venden una derrota griega, y día tras día Grecia se empeña en demostrar que sigue en la partida. Quizás ahora haya sacrificado a su dama (Varoufakis), como Fisher contra Byrne en el 56, pero los peones (el pueblo griego) ayer se movieron con soltura y harían muy mal los amos del capital en subestimar la capacidad de los peones mientras estos se mantengan en pie.

Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto

Me gustas cuando callas (porque estás como ausente)

Luis Salgado – Alternatiba

Creí que nunca llegaría el día de poder utilizar una cita de Pablo Neruda aunque esta en concreto tenga un cierto aire misógino asociado, pero aún así, poder citar al gran poeta chileno es cómo un nosequé que queseyo. Seguramente lo mío sea fruto de la osadía que confiere la ignorancia y por ello pido disculpas a la familia, amigos y fans de tan insigne poeta por el atropello que pueda suponer este texto.

Me gusta cuando callas porque estás como ausente y no sé si te duelen las entrañas, o estás feliz y sonriente. Si te molesta que con tu salario no salgas de la pobreza, o si el no tener ni empleo, ni casa te produce indiferencia. Ni sé, ni me importa, si en invierno pasas frío, o si lo que llevas a tu boca está caliente. Mucho menos me interesa si tienes opinión o pensamiento, si filosofas, si gritarías o te lamentas por los rincones. No es tu estado lo que me importa, eso ya lo sabes, igual que lo sabías antes, pero claro, antes te atrevías a importunarme con tus quejas, y ahora, ahora callas y te ausentas.
 
Me gusta cuando callas porque estás como ausente y yo me dedico a lo importante, al mangoneo, al raposeo, al hurto y el compadreo. Mientras callas yo gobierno y manejo el dinero. Yo controlo tus designios, impongo mis deseos y lo hago por tu bien mientras tú guardas silencio. Porque así debe de ser, y así ha sido. Clava la mirada en el suelo, y asume los designios divinos agradeciendo a cada paso haberlo dado y quien sabe si abrirás camino. No protestes, ya sabes que no está admitido, si sigues la correa llegarás a destino.
 
Me gusta cuando callas porque estás como ausente y en esa ausencia yo entiendo mi poder pleno, mi don divino. Que siempre ha habido clases, eso es bien sabido, pero cada uno en su casa y Dios en la de todos es el camino. Si creíste el espejismo de un cambio que no vino, que 38 años no son nada, y nunca nos habíamos ido. El gris tornó azul, y de la orgánica pasamos a la farsa. Recuperamos viejas coronas, y mantuvimos las mismas algaradas. El Norte siempre ha estado lleno de frío incluso cuando tú creías vivir el verano. Pero ahora te sorprendes de que lo que en ese Norte alejado era pan de diario se extienda también a tu lado.
 
Me gusta cuando callas porque estás como ausente y por eso, hoy 1 de Julio tienes la sensación de volver al pasado. Porque mientras callabas eras libre de no decir nada, y ahora que, osado, te atreviste a susurrar desencanto, no dejas mas remedio que asegurar tu silencio, que para eso paga el Estado a tanto Juez, tanta Audiencia Nacional, tanta policía, y tanto ejército. Incauto eras creyendo que vivías en un mundo perfecto, pero te moviste y comprobaste el sonido de las cadenas que por algún efecto antes no veías.
 
Desde luego, puedes ofenderte, puedes protestar, puedes decir que no es de recibo que en 2015 un Estado pueda aprobar una Ley para callar a todo un pueblo, pero lo que no puedes, o no deberías es mostrar tanta sorpresa porque delatas que no te enterabas de la fiesta, y mientras unas y otros sufrían la represión tú mirabas hacia el televisor. Te quieren callada, sí, pero antes también, lo que ocurre es que antes guardabas silencio por propia voluntad.
 
“LIBERTAD siempre se ha escrito con la sangre de quienes luchan”
 
Del blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto
 

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El avispero griego

Luis Salgado – Alternatiba

Si eres de las personas que creen que Estado, País (patria), y pueblo son lo mismo te recomiendo que no sigas leyendo este post, no pierdas el tiempo y disfruta de tu trabajo levantando el País y regalando plusvalías al Estado. Desde luego, es importante ser consciente de las diferencias, ya que lo que es bueno para el Estado, no tiene porque ser bueno para el País, y puede ser totalmente nefasto para el pueblo, algo que se cumple casi a rajatabla en épocas de crisis. Y es muy importante discernir estas diferencias si queremos saber por qué suceden las cosas, cómo se generan los conflictos y cómo se buscan las soluciones.

En estos últimos tiempos tenemos que escuchar una y otra vez que los recortes, las reformas, y todos los sacrificios a los que nos están sometiendo van en beneficio de la recuperación económica, y quienes nos lo dicen una y otra vez, aseguran que eso es necesario para mantener el Estado (incluso a veces le ponen el apellido Bienestar) y por supuesto para el bien del País. Sin embargo nosotras lo que vemos es que cada vez el agua se acerca más a nuestro cuello. Y eso es así simplemente porque  cuando hablan de recuperación económica ellos hablan de las grandes cifras, de los grandes capitales, de los grandes lobys, de la banca, de las multinacionales, de los que gobiernan en la actualidad los Estados en definitiva. Pero obvian, olvidan, e incluso niegan a las personas que se quedan por el camino, a los olvidados, a los nadie, a los excluidos, nos olvidan a todas porque nosotras no entramos en sus programas de cálculo matemático. Sólo somos el mal necesario, el lumpen que necesitan para que sus negocios, los reales, funcionen, en las fábricas, en las casas ejerciendo tareas de cuidados, en el frente matando y muriendo por sus beneficios. Somos lumpen aunque no nos lo digan directamente, aunque nos engañen y sobre todo, aunque nos auto-engañemos.

De este modo nos venden el conflicto griego, sin edulcorar, directamente desde el alambique en el que destilan sus cuentas, y nosotras nos lo creemos, porque no vemos el mapa de batalla, sólo alcanzamos a ver lo que nos dejan nuestros ojos desde la trinchera. Somos ese soldado que no entiende por qué sus compañeros han muerto para tomar una colina yerma, mientras el general sacrificaba sus peones para proteger la jugada posterior que le marcaba el General en Jefe desde la retaguardia, con el tablero a sus pies. -¡Cien mil soldados han caído, Señor! –Que los honren con una salva de artilleria, los supervivientes que se preparen para la batalla, al alba habrá que sacrificar más vidas por el bien de la Patria.-  Y así vamos sucumbiendo, mientras sus operaciones aritméticas les cuadren. Y así jugamos sus partidas donde los países son las casillas a conquistar, los estados sus cuerpos de mando, y el pueblo las fichas que sacrificar.

En Grecia, nos dicen, sucesivos gobiernos derrocharon lo que no tenían y pusieron en peligro la sacrosanta economía de la Banca. Por lo que dicen ahora, aquellos gobiernos no cumplían las reglas del refinado club al que pertenecían, a pesar de que se suponía que dicho Club era selecto, y había que pasar cum laude las pruebas de acceso. Y por eso, dicen, en 2010 tuvieron que salir a su rescate con flotadores de plomo que asegurasen que las inversiones extranjeras recuperasen lo invertido, aunque para ello tuvieran que llenar el Egeo de cadáveres del pueblo. 5 años de reformas, recortes, de cumplir las exigencias de los acreedores que cada año prometían la recuperación al siguiente y sin embargo el Estado no reflotaba, el País perdía autonomía, y el pueblo… ¿A quién le importa el pueblo? Se empobrecía a marchas forzadas. Y no se trata de perder los ahorros, sino de perderlo todo, algo que por la península ibérica podemos comprobar sin viajar hasta la vieja Grecia. Pero los acreedores quieren más, siempre quieren más. Y siguen exigiendo, pero el pueblo no tiene más sudor, ni más hambre, ni más sangre, y parece que está perdiendo hasta el miedo, y dice basta. No un ¡basta! Revolucionario, no, simplemente un basta concienciado, no podemos dar más, nos lo habéis quitado todo. Y entonces los que gobiernan el Club selecto dicen que no hay otro camino, que tienen que pagar o irse. Y Grecia dice que no se va, que los echen. Y los miembros del Club vuelven a apretar, y atacan ahora a los que aún tienen ahorro en los bancos, para buscar la respuesta interna contra quienes han decidido plantarse, y la lograrán, seguro, aunque me temo que en estos momentos son más quienes no tienen ya nada que perder, y si el Basta concienciado no es suficiente, quizás el siguiente ya no sea dialogado.

Pero en Grecia además de los zorros y raposos europeos, en Grecia también juega su amo. El Imperio jugando en un tablero avanzado y donde el otrora Imperio Heleno es una casilla disputada. Y teme el Yanqui que si huyera de Europa, Grecia se tire a los brazos del Oso, y Rusia cómo no, le de la bienvenida. Y en ese tablero, donde USA ha invertido tanto, dinero, muertos, balas, un aliado menor como la UE pueda abrir una grieta a su plan de cerrar las salidas a Putín y su arsenal de gas. Con la caída de Siria, Ukrania, Libia, no le quedan aliados al  Oso en el Mare Nostrum, no hay comercio con Europa ni áfrica para el gigante euroasiático, tampoco la opción de una Armada cruzando el Bósforo. ¿Permitirá pues el Amo que sus perros fieles se den un festín y un mal paso convierta el Egeo en la bañera de Putin?

La partida griega no se acaba, ni con el ultimátum de la UE, ni con el referéndum del día 5. No se engañen, desde la trinchera solo vemos el fulgor de las explosiones, pero el frente es largo, y la partida no terminará mañana.

Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto

Un pie en el ayuntamiento y miles en la calle

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

Esta frase inserta en un cartel electoral de EH Bildu de un pueblo Bizkaia me impactó. No es usual que en medio de la efervescencia electoral por la conquista del voto, se especifique con tanta claridad cuál es el epicentro de una estrategia de izquierda transformadora y, por lo tanto, anti-sistema.

Pienso sin embargo, que el impresionante resultado electoral de hace cuatro años nos ha forzado a ocupar un numero inesperado, y quizás desproporcionado, de cargos electos (muchos de los cuales han sido de gobierno) desplazando a dichas tareas a militantes que hasta entonces habían dedicado buena parte de su labor a activar la calle.

No nos podemos evadir de una responsabilidad adquirida ante la ciudadanía que nos vota y, a la vez, es imprescindible mantener el énfasis en la movilización, la auto-organización y el empoderamiento en torno a un imaginario rupturista. Sin un contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, el trabajo institucional queda cojo, y las más de las veces impotente, para superar el umbral del deseo.

EH Bildu ha respondido bien a retos muy difíciles y complicados, como su oposición a las grandes infraestructuras, tratamiento de residuos, articulando la defensa de otra política impositiva, propiciando la asistencia social a los más desfavorecidos, pero, en los sectores que sacudieron el panorama hace cinco años (y que desde un punto de izquierda son los que más nos interesan) ha pesado la opinión de que nos hemos ido instalando en el terreno de los partidos políticos tradicionales (si bien más honestos y honrados).

Y esto es un problema dado que, ni somos, ni queremos ser un partido al uso. Sino un movimiento de transformación, soberanista de izquierdas, rupturista respecto al régimen de 78.

Ciertamente es necesario reflexionar sobre los resultados electorales, por lo demás desiguales según herrialde, y sobre los cuales no cabe una idea única y simplista. Desde luego, no me convence la apelación al desgaste de la gestión ya que las más de las veces ocurre al contrario (gestionar favorece, aunque gobernar en minoría puede ser problemático) salvo que se haga muy mal (y no es el caso) o no corresponda a lo que piensa la población. Y este tema si debe de ser objeto de reflexión.

En 2011 mucha gente dio su voto a la izquierda soberanista como un modo de apoyo a la vía política, una vez que ETA anunció su cese definitivo. Ello no significaba que su voto pertenecía de un modo invariable al campo de Bildu, como se ha podido comprobar.

Hay que sumar las políticas de desgaste (para poder contrarrestarlas) como las que ha sufrido EH Bildu en Gipuzkoa por parte de las fuerzas políticas sociales y mediáticas adversarias, las cuales han practicado una auténtica guerra sucia. El PaP, en tanto que primera medida para un correcto tratamiento de los residuos, era absolutamente correcto, y no tardará, pese a quien pese, en implantarse en todo Euskal Herria. De lo único que tenemos que autocriticarnos es de no haber sabido prepararnos previamente (tal como se hizo en experiencias puntuales previas, con referéndum incluido, o la realizada en localidades con clara aprobación ciudadana) política y pedagógicamente para responder adecuadamente a las consultas allí donde se demandaban, y movilizando a nuestros partidarios en todos los frentes de conflicto. Y seguiremos en el mismo error, si en los lugares donde se intente desmantelar dicho proyecto nos limitamos a la mera protesta institucional, sin salir a la calle. Lo mismo con la incineradora.

Otro tanto con en relación al impuesto sobre las grandes fortunas y la progresividad fiscal. Hay que activar un frente social, sindical y político, tanto en las calles como en las instituciones contra lo que hará el PNV, una vez más, al servicio del capital.

Los ritmos que marquemos deben ser resultantes de dos factores. De la urgencia del tema, y del grado de adhesión de la ciudadanía. Si el objetivo marcado, por la razón que sea, encuentra el rechazo de una parte importante de la población, hay que entablar un dialogo con la misma, y ajustar ritmos, llegar a acuerdos, pero dejando claro cuál es la gravedad del problema.

El retraso que llevamos en la batalla contra el cambio climático es de una gravedad extrema. Y la hipocresía de la mayoría de los partidos políticos al respecto clama al cielo. Vivimos tiempos de urgencias, de problemas a resolver ya. La situación de buena parte de la ciudadanía es dramática, al borde de la miseria. Basta escuchar a Caritas para saber de qué hablamos.

Nuestra responsabilidad (desde el gobierno o la oposición) es para con quienes sufren necesidad, desempleo, discriminación… con el medio ambiente y el euskera. No con el sistema. Ese trabajo corresponde a los partidos que se limitan a gestionar lo existente sin ánimo de transformarlo. Las instituciones son para nosotros (en tanto que izquierda transformadora) un territorio cuyo engranaje está fundamentado (política y jurídicamente) para que sirva del soporte al capitalismo.

EH Bildu necesita avanzar de su actual estado de coalición de partidos a un verdadero Frente Amplio, abierto a nuevas gentes, y a su vez, propulsor de alianzas más amplias. Un Frente Amplio apuntalado en las localidades, pueblos y barrios y organizado de abajo arriba. Cuyas personas electas sean escogidas en primarias, mediante listas abiertas, que discuta, debata y organice la lucha popular, unas veces apoyando y otras promoviendo, la defensa de las reivindicaciones y los objetivos populares, que la excepcionalidad de la situación nos demanda.

Publicado en Naiz

El PNV y el régimen de la transición del 78

Joseba Barriola – Alternatiba

El PNV es un partido del régimen surgido de la transición. Junto con el PP, el PSOE, CiU, el PNV es, hoy día, uno de los sostenes del régimen monárquico-parlamentario español. Dos partidos que jugaron un papel fundamental en la instauración de este régimen, se hundieron en el empeño: UCD, que desapareció y en lo fundamental se integró en el PP y el PCE de Santiago Carrillo, que sumió en el desconcierto y desesperación a miles de militantes comunistas antifranquistas heroicos.

Ciertamente hay diferencias entre todos ellos: el PP porta sobre sí toda la herencia franquista: los llamados poderes fácticos, que se convirtieron (sin arrepentimiento ni perdón ni suelos éticos ni nada) a la religión democrática, es decir, al uso de mecanismos partidistas electorales, manteniendo el poder conformado en el franquismo intacto y su querencia hacia el autoritarismo y la dictadura de Franco.

El PSOE, profundamente realista, interesadamente capitalista e imperialista, de la mano de la socialdemocracia del “occidente otánico” (Partido Socialista Alemán), rechazó el marxismo, abrazó el consenso atado y bien atado de los reformistas franquistas, se encaprichó con los ricos, ensalzó a la Monarquía y a la duquesa de Alba, pasteleó con la Jerarquía Católica, celebró como un evento cultural progresista la conquista y colonización de América, sacrificó a los trabajadores industriales para dar gusto a la Europa de las multinacionales, nos ofreció como base de apoyo de la organización que produce más terror en el mundo: la OTAN. Olvidó su Aberri Eguna del año 1978 tras la pancarta que decía “Autodeterminación en la Constitución” y a los pocos meses fracturaba Hego Euskal Herria, separando con sus votos a Navarra y las tres provincias de lo que resultó Comunidad Autónoma Vasca (organización territorial que nadie había reivindicado en las luchas antifranquistas).

CiU, partido de medianos y grandes burgueses catalanes que hicieron su agosto con Franco, se arrogó catalanismo neoliberal, y fue un fiel defensor de la gobernabilidad y consolidación del Régimen del 78. Gobernabilidad con premios generosos en contratos públicos, facilidades privadas y corrupción impune.

El PNV es diferente. Todo lo ha tragado, fiel a su compromiso central: buscarse un hueco en el entramado político de la Transición. Ha actuado dentro del consenso “atado y bien atado” de la Transición. Consenso que se extiende a la “amnistía” (ilegal en el orden internacional)  para los crímenes del franquismo; a los Pactos de la Moncloa (firmados por Ajuriagerra); marginado de la comisión de “Padres de la Constitución”, se abstuvo en el referéndum de la Constitución y luego aceptó la sumisión a la misma (tras el Tejerazo y la LOAPA) y la parcial rebeldía de Ibarretxe, fue boicoteada por el sector dominante del PNV; cuando inmensas movilizaciones exigían el cierre de Lemoniz, Arzalluz hacía el ridículo hablándonos del peligro de que Euskadi se convirtiera en Albania; el PNV apoyó entusiásticamente la entrada en la Europa de las multinacionales, de la Troika y de la austeridad; el PNV apoyó sin fisuras la entrada en la OTAN. Cuando gobernaba el PSOE (a pesar, por ejemplo del GAL) buscó acuerdos con el poder; cuando gobernaba Aznar (a pesar de la guerra de Irak) buscó acuerdos con el poder. En la lucha contra ETA, fue destacado impulsor y defensor de la dispersión, nunca tuvo reparo en llamar y ser y sentirse parte del campo democrático habitado por gales, torturadores condecorados, terroristas de grandes guerras (NATO-Afganistán-Irán). En todas las grandes decisiones del consenso de la Transición, el PNV ha estado con el Régimen actual. ¿Cuál es, pues, su diferencia?

En primer lugar, extraña que con su número de diputados (5-8) sea de tanta consideración y peso el PNV. ¿Qué explicación? Creo que la explicación fundamental no es ni su fuerza ni su diplomacia ni su astucia; la explicación fundamental es que le era necesario al gran Consenso entre franquistas y oposición de poltrona democrática, para conseguir pacificar y dominar el territorio más rebelde contra la Constitución, contra Europa y contra la OTAN. Esta calificación está refrendada no sólo en los tres referéndums correspondientes, sino en las luchas contra la central nuclear de Lemoiz, por la Amnistía, contra el desmantelamiento industrial, contra la mili y por la insumisión, por los derechos de las mujeres, por lo movimientos vecinales, por la red de gaztetxes, radios libres, por los resultados electorales, y por el peso y apoyo social de la lucha armada, que llevó a Aznar (entrados en los 90) a calificar a la izquierda abertzale como movimiento vasco de liberación nacional. El PNV fue solicitado para aplacar el movimiento rebelde de Euskal Herria a favor del consenso franquista reformista. Aceptó ese papel, incluso después del Tejerazo y la LOAPA. Aceptó el papel por un plato de suculentas lentejas (poderes autonómicos, legislativos y económicos). Pero de esa manera se convirtió necesariamente en el bufón con corbata del opresor.

Luego, como tal, se vio forzado a hacer ejercicios de prestidigitación: Arzallus cantaba ante los juzgados de Bilbao el “Eusko Gudariak” brazo y paraguas en alto, pero a la vez apoyaba el PNV la dispersión de los presos y Jaurlaritza disparaba chorros de agua contra la ikurriña que presidía una manifestación por los derechos de los presos. Mientras la gente sabía y decía que la jerarquía del PSOE estaba implicada en el montaje del GAL, el PNV firmaba con ese mismo PSOE pactos de gobierno, bipartitos y pactos “antiterroristas” de Ajuria Enea. Mientras Anasagasti pone a caldo al rey Juan Carlos, el PNV no se define ante la sucesión de Felipe VI. Ortuzar y Egibar no se cansan de decir que Bildu todavía no es suficientemente democrático (la Ertzaintza sí lo es) y que tiene demasiados sueños de justicia (robar Kutxabank es realismo), y ocultan que ellos quieren mantener con algún retoque el pasado Régimen de la Transición “que le llaman democracia y no lo es”, y sobre todo mantener el pasado de tiranía del mercado y de los grandes ricos amigos como BBV, Petronor, Confebask o Kutxabank. Proponen un “estatus político” nuevo previo plácet del estado, pero les molesta mencionar el nombre de Ibarretxe, y se apresuran a apoyar el TTIP que es la muerte de toda soberanía. Se las dan de eficaces gestores, pero nunca explican que en su gestión los ricos son más ricos y los de abajo más pobres. Se las dan de gestores honestos, pero honesta y legalmente hacen el expolio de convertir Kutxabank en propiedad  privada de 15 banqueros elegidos por el tándem PNV-PP-PSOE, y poco a poco van apareciendo casos de corrupción así definidos por jueces de este sistema. No es de extrañar el mutis del PNV en la denuncia de la corrupción. Tenían prisa de volver a pisar las alfombras, no vaya a salir porquería indeseable que pudiera hacerse pública.

Justamente la actitud ante el Régimen del 78, y no otra cosa fue el detonante de la escisión entre EA y PNV. Quizás, acaso, la pugna personal entre Arzallus y Garaikoetxea; la discusión sobre el papel de las instituciones centrales vascas o de las diputaciones etc. se mezclaron en las discusiones – pero la explicación de fondo de la escisión entre EA y PNV es la actitud ante el Régimen del 78. Tras el Tejerazo EA entendió que estábamos ante una involución definitiva del Régimen del 78, con apoyo de todo el arco parlamentario. Era el triunfo del PSOE. EA votó en contra de la OTAN. No aceptó seguir de marionetas de un poder que considera enemigo el deseo de libertad del pueblo vasco.

Así las cosas, mientras las grietas del edificio del Régimen de la 78 se amplían y ahondan, mientras en Nafarroa se da un salto mayúsculo frente al régimen, el PNV logra un resultado exitoso en las últimas elecciones municipales y forales. También las tuvo el PP hace cuatro años. Si logramos terminar con el Régimen de la democracia falaz, ¿qué pasará con un PNV sostén fiel de ese Régimen? ¿No estaremos ante el canto del cisne? Herriaren esku dago.

De elecciones y lecciones

Ander Rodríguez Lejarza – Diputado de Política Social y miembro de Alternatiba

Conviene que reconozcamos las cosas como son. Los resultados de las elecciones municipales y forales para EH Bildu suponen un paso atrás en su proyecto de cambio político y social. Este revés puede ser mayor si de lo ocurrido en estas elecciones no extraemos las lecciones correspondientes.

De lo cuantitativo y lo cualitativo

Cuando afirmo que los resultados han supuesto un paso atrás, que no son unos buenos resultados, no debemos fijarnos tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Los resultados cualitativos son relativamente sencillos de interpretar. Si bien EH Bildu no ha sufrido un retroceso reseñable en lo que a la votos se refiere en el conjunto de Araba, Bizkaia, Nafarroa y Gipuzkoa, los resultados de esta última provincia hacen que pase de ser primera fuerza política en el Ayuntamiento de Donostia y en el Territorio Histórico, a colocarse como tercera y segunda respectivamente. De este modo, sin necesidad de desarrollar el pacto anunciado por  PNV, PSE y PP, EH Bildu, pierde los gobiernos de la capital y el Territorio. Y esto, se mire como se mire, supone un gran paso atrás para la consolidación del proyecto político. La coalición pierde sus dos grandes referentes en la lucha institucional.

Que los árboles nos dejen ver el bosque

Tampoco conviene dejarnos arrastrar por la pérdida que supone para el proyecto de EH Bildu lo ocurrido en Gipuzkoa. En Nafarroa, los resultados electorales, permiten que nos coloquemos en la antesala del final del largo régimen de UPN. La alternativa a UPN en Iruñea será liderada por EH Bildu y, en el Gobierno Foral, será una pieza indispensable, aunque en este caso el liderazgo le corresponderá a Geroa Bai.

¿Quién gana?

Es muy sencillo responder a esta pregunta. El Partido Nacionalista Vasco es el gran vencedor de estas elecciones. Mantiene la hegemonía en Bizkaia, se sitúa como primera fuerza política en Araba y Gipuzkoa y, en Nafarroa, lideraría el cambio en el Gobierno con su participación en Geroa Bai. Estos resultados, además, los acompaña con un llamamiento a consolidar gobiernos estables con el PSE, que superen la debilidad de algunos mapas políticos muy fraccionados, como es el caso de Araba, entre otros.

¿Qué ha ocurrido en Gipuzkoa?

Comencemos conjugando en primera persona del plural. Hay que reconocer que cometimos el error de confundir la hegemonía institucional que nos otorgaron las urnas hace 4 años con la hegemonía social. Este error ha venido de la mano de la necesidad de volcar las organizaciones políticas que conforman la coalición en el reto que suponía gestionar, por vez primera, grandes instituciones con amplísimas competencias como la Diputación Foral de Gipuzkoa. Este volcado ha generado un distanciamiento con lo social que nos ha impedido dotar de bases sólidas el cambio institucional. Incluso podríamos reconocer que, en algunas ocasiones, hemos pecado de ejercer desde las instituciones un vanguardismo instalado en la comodidad de dar por seguro que la mayoría social acompañaba las decisiones que hemos ido adoptando o que simplemente eran conocedoras de las mismas. Tampoco debemos negar que hemos podido cometer errores en la gestión, que magnificados por los principales medios de comunicación, nos han pasado factura. Como recientemente escribió Arnaldo Otegi: “los hombres y mujeres de EH Bildu no somos perfectos/as, pero tratamos de ser mejores cada día, no lo hacemos todo bien, pero tratamos de aprender de nuestros errores”.

Si conjugamos en tercera persona del plural, hay que reconocer la capacidad que la reacción ha tenido de reorganizarse y movilizarse. El “acoso” político y mediático ha sido salvaje, y se redobló a raíz de varias decisiones que han pasado más o menos desapercibidas, pero que ponían el dedo en la llaga: el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas, las inspecciones fiscales de las Sociedades de Promoción de Empresas y la reducción del margen de beneficio de las empresas en la explotación de servicios públicos. Esta reorganización de la “reacción” ha movilizado un voto contrario a EH Bildu (la participación en Gipuzkoa y Donostia se ha elevado en 2 y 6 puntos respectivamente) que se ha concentrado en el PNV. Un PNV que ha ocupado la centralidad renunciando a cualquier tipo de mención a cuestiones nacionales durante toda la campaña.

Las lecciones

Es un error identificar miméticamente una mayoría institucional con una mayoría social de cambio. La primera puede ser fruto de múltiples factores más allá de la adhesión incondicional a un determinado programa político. Es por ello muy relevante la necesidad de que ese cambio esté bien apuntalado en sus bases porque, de lo contrario, se corre el grave riesgo de construir un gigante con pies de barro.

Si es importante el qué hacer en las instituciones, más importante si cabe es explicar el porqué. Y esa labor de pedagogía es la que durante muchos años ha dejado de practicar la izquierda política e institucional.

Una vez alcanzado el poder institucional, no ha terminado nada, empieza todo. Si resulta complicada la carrera por alcanzar la hegemonía institucional, más complicada resulta sostenerla en el tiempo. A riesgo de convertirte en flor de un día.

Tampoco el acceso al poder institucional garantiza el cambio. Hay que incardinar la lucha institucional con la lucha social para lograr los objetivos.

No conviene obsesionarse con los ritmos si la dirección es correcta. Afianzar los cambios y dotarlos de irreversibilidad resulta más relevante a largo plazo.  

En el momento en que los cambios no sólo abarcan lo estético sino lo ético, la reacción de las clases dominantes (léase casta) será furibunda, y la respuesta no puede consistir en un repliegue denostando opiniones. Es una lluvia fina que, sin percatarnos, acaba calando. Incluso en muchos de aquellos y aquellas que votaron cambio. Hay que pasar a la ofensiva y defenderse en todos y cada uno de los frentes.

Sirvan estas breves lecciones para quienes ahora se vean ante el mismo reto en el que nosotras y nosotros nos encontramos hace cuatro años y aprendan de nuestros errores.

Sinpermiso

Frente Popular

Luis Salgado – Alternatiba

Entre quienes albergamos el corazón a la izquierda y defendemos que nuestra sangre es roja cómo parte de nuestro ideario, a quien más y a quien menos, nombrar el Frente Popular nos retrotrae a un momento utópico e idealizado en el imaginario colectivo. La Idea de la confluencia de la izquierda, de, prácticamente, toda la izquierda, hasta el punto de que incluso la CNT-FAI emitiría en aquellas fechas un comunicado en el que por primera y última vez no animaba a la abstención activa. Esa idealización provoca que cada vez que la ciudadanía es llamada a las urnas se alcen voces recordando aquel “Frente Popular” de 1936, con la consiguiente frustración cuando, nuevamente, la izquierda se presenta entre una sopa de siglas.

La Vida de Brian de la izquierda española parece no tener fin, y justo en este 2015, después de 8 años de salvaje estafa perpetrada por el poder económico y dirigida y orquestada por la derecha política (PsoE y PP) las divisiones y subdivisiones están provocando un mar de setas que nacen cómo partidos políticos, ¿o era al revés? Perdónenme, a veces me lío un poco. Y por supuesto, ante este nuevo llamado a las urnas, primero de una serie que nos plantará en 2016, todo el mundo vuelve a sacar a colación aquel Frente Popular, y toda fuerza nueva que se precie habla o hablará en algún momento, de confluencia, de unión, pero al día siguiente romperá puentes y amarras y anunciará su intención de alcanzar la hegemonía política.
 
El nacimiento de Podemos, (sobre el que no me extenderé porque ya he escrito demasiado sobre ellos y ellas) parecía que podía provocar esa catarsis colectiva, y así, de pronto pusieron en solfa la política de “las izquierdas” con un pacto que parecía ganador y tal era su nombre “Guanyem”, de ahí a Ganemos… un paso, y en la actualidad, pues nada, otras veinte plataformas nuevas, cuarenta propuestas hegemónicas, y cien disputas Cainistas. ¿Recuerdan el Frente Popular? Pues sigan recordándolo con nostalgia porque en 2015 tampoco se le espera.

Llegados a este punto cabe recordar que el éxito de confluencia del Frente Popular se basó en algo muy sencillo, poner sobre la mesa las coincidencias básicas y apartar momentáneamente las diferencias para ir desarrollando los debates a posteriori con tranquilidad y calma. Frente a una derecha que iba a arrasar con los pocos avances que había producido la II República, la izquierda se unió con tres simples exigencias/ofertas/compromisos; amnistía a los centenares, miles de presos políticos que poblaban los presidios,  compromiso con  las reformas del primer bienio (reforma agraria, educativa…) y compromiso con el proceso autonómico. Causas que siguen vigentes en 2015 y sobre las que debería ser sencillo llegar a acuerdos, sin embargo, el principal escollo proviene precisamente de que estos tres debates, eternamente inacabados no tienen cabida en las agendas de los partidos españoles. No se reconocen los presos políticos, tal y cómo escribo en “Unicornios enjaulados”, de forma que es imposible que aquellas formaciones e ideas que son sistemáticamente perseguidas por el Estado se sientan atraídas hacia ningún tipo de confluencia, se habla de reformas pero siempre con la boca pequeña, nunca para acabar con los terratenientes, los oligopolios, lo que excluye en buena medida a las clases populares, o con los privilegios de la Iglesia Católica, y por supuesto, España antes fascista que rota, del tema plurinacional no hablamos, y por tanto utópico el entendimiento con las izquierdas catalanas, vascas, o gallegas, mucho menos una hipotética confluencia.

Por cierto, que aunque escueza allende el Ebro, sobre Frentes Populares quizá podamos dar alguna lección desde el norte. Lecciones sobre cómo conformar una izquierda plural que se convierta en verdadera alternativa al poder establecido. Con cientos, miles de imperfecciones, pero avanzando con paso firme. Pero claro, supongo que es mucho más sencillo seguir despedazándonos entre nosotras, buscando purismos que nos desgarren en el Circo mientras, divertidos, los césares observan, gobiernan y expolian.
 
Del Blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto
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