En el camino hacia la paz, acabar con la dispersión

Xabier Soto – Alternatiba

El pasado 21 de abril, acudí a la Universidad de Deusto con la intención de participar cómo público en una mesa redonda con los candidatos de EH Bildu, PSE, PNV y la candidata de PP a la alcaldía de Donostia.

Creo que mereció la pena, aunque pude haberme saltado las normas de la organización al intervenir sin ser alumno de Deusto, y se pudo malinterpretar el objetivo de mi pregunta como partidista – tal ycomo hizo El Mundo-, creo que esta sirvió para dar a conocer la situación de las personas presas entre la gente joven; y sobre todo, para demostrar que las posiciones de los partidos en esta materia son más cercanas entre sí de lo que podemos creer.

En mi intervención, después de mencionar a las más de 100 personas asesinadas en Donostia, así como la necesidad de pedir un reconocimiento del daño causado a aquellas personas que hayan cometido asesinatos, provocado lesiones o simplemente daños materiales; pedí a las y loscandidatos que me dijeran qué es lo que ofrecían a las 66 personas presas donostiarras que han sido dispersadas (incumpliendo sentencias del Tribunal de Estrasburgo), 1 de ellas confinada (contraviniendo el principio de reinserción mencionado en la Constitución Española); al menos 8 personas encarceladas por ser miembros de Segi (incumpliendo sentencias posteriores de la propia Audiencia Nacional que indican que no se debe encarcelar a nadie basándose exclusivamente en declaraciones policiales obtenidas durante el periodo de incomunicación); 1 por el caso Bateragune (Harkaitz Rodríguez), con el agravante de haber sufrido problemas de movilidad derivados de su estancia en prisión; y otra por ser miembro del consejo de administración del periódico Egin (Carlos Trenor), con el agravante de tener más de 70 años y que por tanto debería estar en libertad condicional aplicando el Código Penal vigente. Del mismo modo, pregunté qué ofrecerían en caso de que alguna persona presa donostiarra sufriera alguna enfermedad grave e incurable, ya que en este caso también se incumpliría la legislación vigente.

En cuanto a las respuestas de Eneko Goia (PNV) y en un momento posterior de Miren Albistur (PP), tan solo puedo objetar que desde mi punto de vista la disolución de ETA no puede ser un factor a tener en cuenta a la hora de dejar de aplicar la dispersión; entre otras cosas porque antes de 1989 también existía ETA (de manera mucho más activa que ahora) y sin embargo no fue hasta ese año que se comenzó a aplicar la dispersión, fruto de una decisión política del gobierno socialista de Felipe González, y con el beneplácito del pacto de Ajuria Enea presidido por Jose Antonio Ardanza y formado por PNV, PSE y PP.

Al igual que otras decisiones políticas que han causado sufrimiento y que hoy afortunadamente ya no se dan, la dispersión debe acabar inmediatamente; y dado que la decisión de aplicarla fue una decisión política, es desde la política también desde donde debe buscarse una solución a la situación que viven las personas presas y sus familiares y amistades.

Para avanzar hacia el objetivo de ver respetados los derechos de las personas presas, va a ser necesario seguir dialogando y trabajando para poder llegar a acuerdos concretos que faciliten una mejora de su situación; y sinceramente, creo que existe una voluntad mayoritaria de dar esos pasos, o al menos no prevalece la voluntad de permanecer parados o dar marcha atrás. Tan solo hace falta seguir impulsando estos cambios desde la sociedad civil, de manera que los partidos sintamos su aliento y nos veamos empujados a seguir caminando.

En este sentido, para mí el objetivo está claro: llegar a un escenario en el que todas las personas vean respetados todos sus derechos. Para definir ese escenario, será necesario previamente definir entre todas y todos cuáles son esos derechos, que desde mi punto de vista deben incluir al menos el derecho a vivir en paz, y por tanto en un escenario en el que las armas no condicionen las decisiones políticas en ninguna dirección; unos derechos para las personas presas acordes con el respeto a la dignidad humana y con el objetivo de su reinserción en la sociedad; y los derechos de acceso a la verdad, justicia y reparación para todas las víctimas,independientemente de quién fuera su victimario. En cualquier caso, creo que lo más importante es que exista una voluntad por todas las partes de respetar y hacer respetar esos derechos definidos entre todas y todos.

El rumbo está fijado, nuestros pasos anteriores nos recuerdan de dónde venimos; ahora solo falta echar a andar, y es que, como decía el poema de Machado: «caminante son tus huellas, el camino y nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar.»

Publicado en Rebelion

Opresores patriarcales y lacayas del sistema

Irantzu Varela

Me parto. Me río por no llorar -o ponerme violenta- cada vez que alguien trata de convencerme de que ya hemos alcanzado la igualdad, de que las reivindicaciones feministas ya se han conseguido y que, a nada que seas un poco espabilada y pongas de tu parte, puedes ir por la vida de ciudadana de primera, y pedir que te traten como a la gente. Osea, como a un hombre.

Las mujeres asesinadas y torturadas por los hombres que decían quererlas, las que son agredidas en la calle por desconocidos, el 24% menos que cobramos en Euskal Herria por cada hora de empleo y el evidente desequilibrio en el trabajo reproductivo y de cuidados, deberían ser suficientes para que nadie tenga la desfachatez, la ignorancia y la irresponsabilidad política de decir que vivimos en igualdad. Pero no es así. En los espacios públicos y en las organizaciones políticas aparecen voces que se escandalizan con las cifras, que programan y prometen cambios en el reparto de las ayudas o parches urgentes a situaciones coyunturales, pero ninguna organización política ha tenido la valentía y la coherencia como para asumir que vivimos en un sistema de dominación doble, que se basa en convencer a los pobres de que están a un paso de dejar de serlo y a las mujeres de que son personas, como ellos.

Se han incorporado reivindicaciones feministas a las agendas políticas, se presentan en las listas candidatas significadas en el feminismo, se generan órganos en las estructuras que trabajan los asuntos generales desde una perspectiva feminista, pero no se asume de forma explícita, sin complejos y sin dar la sensación de estar haciendo concesiones a una minoría, el hecho de que la lucha contra el capitalismo será antipatriarcal o no será.

Ni se ha hecho el análisis ni se han planteado las estrategias. Si estamos en la izquierda, estamos en contra de los sistemas de dominación, de los privilegios y de las opresiones. Por eso somos anticapitalistas. Por eso tenemos que ser antipatriarcales. Porque el patriarcado es un sistema de dominación que se basa en que los hombres tengan privilegios a costa de los derechos de las mujeres, a las que oprime sistémica y sistemáticamente. Y quien no quiera enterarse, no sólo carece de profundidad -como dijo Rosa Luxemburgo- sino que vive cómodamente en un sistema en el que la mitad de la población oprime a la otra media. Es decir, o es un opresor patriarcal o una lacaya del sistema.

Así, mujeres y hombres y gentes que no queréis vivir en un sistema de dominación, que no queréis tener privilegios o que os roben vuestros derechos, que no queréis ser opresores ni vivir en un mundo con siervos, corred a apuntaros al feminismo.

Se puede leer, protestar, luchar, filosofar, aprender y buscar, pero se empieza por no negar lo cierto: el patriarcado y el capitalismo son dos sistemas paralelos, se necesitan, se alimentan, se reproducen y te permiten ser pobre, pero tener privilegios. Sólo tienes que ser un hombre.

Si no lo ves, no quieres renunciar a tus privilegios, o te gusta vivir con dueños.

Feminismo o barbarie.

Dejen que los cuerpos disfruten

Luis Salgado – Alternatiba
 
Nueva polémica en Gasteiz, en esta ocasión por culpa de la anunciada apertura de un centro de ocio para parejas liberales en el barrio de Salburua.
 
En el mes de enero los medios de comunicación alaveses se hicieron eco de la noticia, en Salburua van a inaugurar un local de ocio sexual, “Las puertas del cielo” se llamará, y claro, para seguir con la tradición de esta ciudad ya tenemos montado el circo. Decenas de vecinos de la torre donde se ubicará y  aledañas han mostrado su disconformidad con dicha apertura. Se están organizando en torno a reuniones y recogidas de firmas. Sus argumentos son de lo más variado, desde lo inadecuado de la ubicación cerca de un parque infantil, pasando por los ruidos y molestias que ocasionaran a los vecinos y viandantes. Vamos, nada nuevo bajo el sol. Quejas respetables y a tener en cuenta, sin duda, pero que esconden un total desconocimiento de la actividad, y por supuesto algo más ancestral, la reacción puritana ante cualquier cosa que destile o huela a sexo no normativo.
 
Los clubs de ocio sexual no son nada nuevo y vienen funcionando en el Reino desde la muerte del Dictador, aunque bien es cierto que escasean en nuestro entorno, ¡vaya usted a saber por qué! Y de esa forma en estos momentos tan solo Bizkaia cuenta con un local abierto al público y otro, muy cerquita, en Castro Urdiales, solo para socios. Obviando esos dos, el que quiera disfrutar de otras formas de entender el sexo tendrá que desplazarse hasta Baiona (1) Zaragoza (2) Valladolid (2) Oviedo (1) Xixón (2) o Madrid (6) el listado aumenta exponencialmente cuanto más avancemos hacia Levante o hacia el sur. Aunque por curiosidad diré que si Galicia tiene una imagen de tradición y conservadurismo extremo, al menos en este ámbito no parece así ya que poseen 5 locales entre A Coruña (2) Vigo (2) y Pontevedra (1) Quizá si tenía razón Vaya Semanita cuando hablaba del conflicto vasco.
 
A un club liberal acuden personas dispuestas a disfrutar de su sexualidad con mente abierta, en un entorno de libertad y con la seguridad de que en ese espacio nadie les va a juzgar ni a prejuzgar por sus gustos o prácticas, algo que SÍ harán normalmente en sus entornos cercanos. Ese es el motivo principal por el que los propios usuarios y dueños de los locales velan, y mucho, por la intimidad y la discreción. Los locales suelen disponer de un bar a la entrada, donde tomar una consumición tranquilamente mientras se charla con otros parroquianos, de acceso restringido a mayores de edad. No, no dista mucho de un pub cualquiera, nadie va desnudo, ni se producen escenas de sexo explícito sobre la barra, o al menos no muchas más de las que cualquiera puede observar un sábado a ciertas horas en los Pubs y Discotecas de la ciudad cuando el alcohol y la fiesta dan rienda suelta a la pasión. Yo diría que aún se ven menos, y con mayor gusto, por aquello de que el alcohol liga mal con las prácticas placenteras. Además, sino se quiere ver solo hay que hacer una cosa, no entrar, ya que estos locales no tienen grandes ventanales en pos, una vez más de la discreción. Es pasado el bar donde se suelen encontrar las zonas de ocio propiamente dichas, con estancias variadas generalmente insonorizadas. Les aseguro a los vecinos preocupados por el ruido que cualquier bar, pub, o degustación produce más ruidos, gritos y escándalo.
 
¿Cuáles son entonces los problemas que pueden producir a los vecinos? Quizá el principal sea que ellos y ellas sepan que ahí dentro las personas están disfrutando de sus cuerpos con total libertad, ya que ellos y ellas nunca se enterarán y se tendrán que limitar a fantasear con lo que ocurre o esperar a que alguien se lo cuente. O quizá, como me atrevo a deducir en el caso de al menos una pareja allí residente, es que son asiduos de otros locales cómo el Géminis, y tienen miedo de que un encuentro casual desvele al vecindario sus gustos. Por que si de lo que me quieren convencer es de que lo hacen por el bien de la infancia habría que preguntarse por qué nadie levantó la voz ante la apertura de un club de juego en una manzana adyacente en cuyo interior no es difícil encontrar a familias enteras tomando un pintxo un domingo al mediodía con niños ensimismados por las lucecitas de las máquinas tragaperras. O por qué permitimos que los niños y niñas correteen y jueguen en el interior de los bares, donde libremente las parejas se besan, y otros se alcoholizan. Quizás el problema mayor es que todavía no somos adultos y no hemos encontrado la forma de tratar con normalidad una faceta de nuestra vida, la sexual, y por eso nos ocultamos, nos encerramos y nos la callamos, mientras insultamos, amenazamos, golpeamos, delante de la infancia sin ningún pudor. Es mejor enseñar violencia que sexo, aunque esa criatura a la que crías, a la que quieres y a la que cuidas haya nacido de un acto húmedo, sucio y pecaminoso, de (mayoritariamente) una polla entrando y saliendo de un coño, así, con todas las letras.
 
Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto

Todo depende de Podemos, Bildu y el PSE

Enrique Martínez Flórez – Alternatiba

Me parece difícil, cuando no imposible extrapolar los resultados de unas elecciones a otras, diferentes, bien por su naturaleza o por razón de territorio. Y ello porque, es obvio, existen muchas diferencias derivadas de situaciones socioeconómicas y sobre todo de los diferentes sistemas de partidos en las distintos territorios. Ahora bien, examinar las propias diferencias y poner de relieve porqué los datos de unas elecciones, no sirven en otras ya es por sí mismo un ejercicio de análisis del que resultan consecuencias que, en definitiva parten de aquellos datos. Cuestión distinta es si el análisis es correcto y las consecuencias del mismo acertadas, el propio análisis, por mucho que queramos disfrazarlo de objetividad, siempre estará teñido de cierto subjetivismo.Intentaré acertar al poner de relieve las diferencias entre las autonómicas andaluzas y los siguientes procesos que nos toca vivir aquí.

La primera cuestión visible es que el Partido Socialista ha ganado. ¿Tiene consecuencias este triunfo para los socialistas de Euskal Herria?. Pues yo creo que sí, ha sido una inyección de moral para un grupo que estaba muy necesitado, por otro lado, Pedro Sánchez ya tiene un triunfo sobre el PP y consolida de momento, un liderazgo, al menos hasta las municipales y autonómicas, en las que un mal resultado, daría rienda suelta a aquellos por los que apueste Susana Díaz, sería el momento de Chacón o de Madina. Estos efectos beneficiosos ¿serán suficientes para aguantar, es decir, repetir resultado que es lo que ha supuesto el triunfo de Susana Díaz? Esto significa aguantar el tirón de Podemos. La medida de lo que aguante será determinante en el futuro de la política vasca. El pacto con el PNV dará a este Ayuntamientos y Diputaciones si los resultados del Partido Socialista, son parecidos a los que tiene, en caso contrario, si se desploma o no controla las pérdidas, al menos, el panorama se muestra muy abierto con la entrada de Podemos en las instituciones.

En Navarra la nueva formación lo ha dicho claro, pero la predicción se enturbia si consideramos que en Madrid Nafarroa siempre ha sido cuestión de Estado y el pacto de Podemos con los partidos de la coalición abertzale de izquierda requerirá un ejercicio de valor de la cúpula. En este caso y, por seguir con la referencia andaluza, el PNV es el Partido Socialista. Me explico. En Euskal Herria contamos con un partido que tiene un apoyo social firme, visceral e institucionalizado, son una masa de votantes a los que redes clientelares o episodios de corrupción como el recientemente conocido de Bidegi, no importan. Tampoco les importará a estos votantes que descabalguen a la lista de la izquierda abertzale mediante un pacto con los socialistas españoles, y eventualmente si fuera necesario con el PP. Es la misma situación que ocupa el PSOE en Andalucía y que le ha permitido ganar las elecciones pero necesitando de una muleta para resultar investido y dispuesto para ello a pactar con quien sea.

A la debacle popular en Andalucía es difícil encontrarle parangón, la caída es menos dura si ya se estaba abajo, de la situación actual a la irrelevancia no hay mucha diferencia. La única pregunta es saber si mantendrán su apuesta por la lista más votada, mucho me temo que no. De lo que resulta de Andalucía, lo único que me cabe decir es que en Euskadi, el juego depende de las combinaciones entre Podemos, Bildu y el Partido Socialista, y de la posterior postura de los primeros, aquí y en Madrid, porque si examinamos programas y trayectoria en los gobiernos, éstos no debían tener dudas.

Leer desde fuente

La excepción y la regla

Luis Salgado – Alternatiba
 
Bendita Internet que te permite saber si un programa merece la pena antes de su visionado y elegir cuando lo quieres ver. De ese modo me pude permitir ver en la tarde del domingo una entrevista realizada en Telecirco a Guillermo Toledo el día anterior. El actor, como siempre, desplegó su habitual valentía a la hora de encarar las preguntas malintencionadas y llamar a las cosas por su nombre. Se podrá estar más o menos de acuerdo con él, se podrá cuestionar sus argumentaciones, pero lo que nadie podrá poner en duda es que cree en lo que dice, y sobre todo lo siente, algo que no suele ser muy habitual en estos tiempos de hipocresía galopante y mentiras creativas para enmascarar realidades incómodas.
 
Con esos ingredientes y con el más que cuestionable nivel de los inquisidores de la más que cuestionable cadena televisiva, la entrevista resultó de lo más predecible. Tres tertulianos dispuestos a bombardear al actor, ninguneando sus argumentaciones y con el beneplácito de una presentadora hostil capaz de insinuar signos de locura en el entrevistado. Sin embargo el sumun del absurdo llegaría casi al final de la entrevista cuando Willy Toledo ponía en cuestión el modelo “democrático” estadounidense poniendo sobre la mesa cuestiones cómo la pena de muerte, el alto número de presos (un 25% de la población reclusa mundial cumple condena en los USA) y entre otros destacó la segregación racial que aún en pleno siglo XXI existe en aquellas latitudes. Y entonces, una de las tertulianas, Pilar Gómez, haciendo caso omiso al dicho de que “Más vale permanecer callado y parecer idiota que abrir la boca y despejar todas las dudas” soltó aquello de “¿Cómo va a ser EEUU un país racista? ¡Pero si tienen un presidente negro!” Pues mire Señora, en EEUU existe el racismo aunque tengan un presidente negro, igual que su España existe el machismo aunque tengamos alcaldesas, o presidentas de comunidades autónomas. Porque casi a diario nos desayunamos mujeres asesinadas. Porque en EEUU la mayoría de sus presos son afroamericanos. Porque esos afroamericanos tienen muy cuestionados sus derechos civiles, entre ellos el de voto. Porque son mayoría los afroamericanos asesinados en sillas eléctricas o con la inyección letal. Obama, muy Señora mía, no es sino una excepción, y cómo usted seguro que sabe la presencia de una excepción no hace sino confirmar la existencia de una regla.
 
Pero claro, no es casualidad que quienes defienden este Sistema utilicen las excepciones como máximas, ya que con ellas tratan de esconder esas reglas que de conocerlas seguramente provocarían que la mayoría de los mortales saltaran de su sofá y dejaran de pagarle el sueldo a este tipo de personajes. Sin embargo, existen esas reglas. Existe una que mandata que para ser rico hay que cumplir una serie de condiciones, cómo no nacer en la indigencia, aunque claro, el cine, los libros, los medios de comunicación, todos gustan de enseñarnos excepciones de personas “hechas a sí mismas”. Existe ese machismo estructural o patriarcado que limita el empoderamiento de la mujer, aunque nos quieran mostrar ciertas excepciones cómo ejemplo de su inexistencia y así, en una foto de una manifestación de presidentes europeos en París sólo había tres mujeres, eso sí, puestas en primera línea para que la foto no “cantase” en exceso. Existe aún una homofobia palpable dónde el ser trans-marica-bollo limitará tus opciones de aspirar a una vida en libertad, por mucho que se empeñen en colarnos en programas de televisión a algún gay simpático, o tengamos un Alcalde gay que se guarda mucho de parecerlo o mostrarlo. Pero esas son excepciones, las cadenas nos sujetan bien aunque nos las difuminen.
 
Desde luego este tema fue algo secundario, anecdótico, pero las anécdotas también aleccionan, de todos modos me guardo para el siguiente post un tema que sí fue central durante la entrevista y del que sí que creo que hay que aclarar algunos términos. ¿Qué es un preso político?
 
Leer en blog El mundo imperfecto

La moneda mentirosa

Luis Salgado – Alternatiba

Dicen que han sacado una nueva moneda conmemorativa, de esas cuyo valor no es “de curso legal”. Una moneda dorada con la efigie de Felipe V de España y VI de Castilla en su anverso y una paloma mensajera en su reverso, pero no matemos al mensajero, la paloma no tiene la culpa, sino quienes han definido el mensaje a entregar. “70 años de paz” gran mentira, mensaje torticero cómo ninguno. Gobierno de España; Reescribiendo la historia desde 1936.

 
Moneda falsa y mentirosa
 
Veamos cómo es posible; dicen 70 años, no 69 ni 71, 70, o sea desde 1945. Por lo cual imaginamos que se han cuidado muy mucho de basarse en aquellas frases y lemas franquistas que se arrogaban la paz desde 1939. Supongo que porque eso sería difícil de justificar. Sobre todo porque en España lo que se vivió fue la paz de las cunetas, de las torturas, de las penas sumarísimas, y eso no es paz. Pero supongamos que ser refieren a la paz cómo a ese momento que discurre entre  dos guerras y no a la existencia de una paz social que en el caso del Reino de España no conocemos en pleno siglo XXI. Si es así, es cierto, en España hay paz desde 1939. Al menos no se ha participado en guerra alguna en territorio hispano desde entonces.

Sin embargo, cómo ya he dicho, la moneda habla de 70 años, desde 1945, por lo que habrá que suponer que se refieren con esa fecha al final de la II Guerra Mundial y por tanto, esa paz entreguerras se refiere a paz Europea. ¡Pero entonces esto también es mentira! ¿Es que el Reino de España no considera Europa Los Balcanes? Ese momento de paz y placidez entre los pueblos Serbio, Croata, Bosnio y Albanes. Y no fue un conflicto breve, 10 años que aún hoy tienen consecuencias. Pero es que aún más, ¿Está en estos momentos Europa en paz? ¿Ucrania es Europa?

¿La Guerra de los Balcanes no se desarrollo en Europa?
 
Con todo esto creo que queda claramente demostrado que el mensaje de la susodicha moneda es una farsa y una mentira. Entonces; ¿Por qué esta mentira tan evidente? Pues por una cuestión muy sencilla, por reconstruir la historia, por dar un nuevo paso en el impulso de la amnesia colectiva, esa que nos haga olvidar 40 años de Dictadura y represión. Porque Europa es la excusa, pero en realidad la moneda es propaganda de consumo interno y no nos engañan. El objetivo es torticero, olvidad, no penséis, nosotros os ponemos el menú. ¡Hortxe duzu fandangua geure gustukoa!
 
Del blog de Luis Salgado, El Mundo Imperfecto

Respuesta a la respuesta, y punto final

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

Punto final a la polémica con Salvador López Arnal, a propósito de la Marcha por la Dignidad, aunque no (pero en otro momento) respecto al debate sobre las cuestiones nacionales y la izquierda (caso de querer conocerse mi opinión de forma más extensa y detallada:¿Los obreros tienen patria?, Editorial Gakoa, 1991).

De entrada aclarar unas pocas cuestiones. La tardanza en responder tiene que ver con que he leído la respuesta al regresar de la dicha marcha, en la cual participe como parte de la columna Euskal Herria que durante tres días camino por la sierra norte de la Comunidad de Madrid (de cuyos organizadores y asistentes no tengo más que agradecimiento y parabienes, si bien algún roce tuvimos por el uso del euskera en las asambleas, por parte de quienes –ajenos al sentir de los organizadores- son incapaces de oír con respeto otro idioma que no sea en castellano, o ingles) finalizando con la impresionante manifestación que según los organizadores reunió a 500.000 personas (menos que el año pasado pero de gran importancia.)

En segundo lugar, reconozco que en ciertas parte de mi escrito, me pudo un tono demasiado expeditivo y quizás faltón. Ello fue debido a que más allá de las posiciones políticas me sentí ofendido, como independentista de izquierdas, ante la acusación de insolidaridad con los objetivos de la marcha. Aun así, mil perdones a Salvador.

Y para finalizar, dejar claro que la polémica sobre la marcha, tiene varias direcciones: la que se da dentro del independentismo de izquierdas, y la otra, con la izquierda federal. En un artículo titulado Internacionalismo es reciprocidad publicado en vísperas de las marchas (Viento Sur, digital), afirmo: “Sé que muchos independentistas de izquierdas piensan que no tenemos por qué estar en las movilizaciones de ámbito estatal. Que basta con que cada cual luche en su territorio, o quizá en Bruselas, pero nunca en Madrid. Incluso lo de evitar coincidir en el tiempo con las movilizaciones generales. Soy de la opinión contraria. Hay dinámicas propias, de ámbito exclusivamente vasco, que no tienen por qué coincidir con otras; pero también debe haber momentos de confluencia necesarios y a todas las escalas. Sean nacionales, estatales e europeas. A mi juicio, el internacionalismo (máxime cuando se trata de pueblos oprimidos por las mismas oligarquías y el mismo sujeto estatal), consiste en unir fuerzas y solidaridades. Un dar y recibir. Un ir y venir.

Por ello es bienvenida la solidaridad que llega a Euskal Herria para exigir a nuestro lado el respeto por los derechos de las y los presos políticos vascos, como lo es también la que apoya nuestra lucha contra el TAV o quienes saludan la celebración del Aberri Eguna. Y por nuestra parte, respondiendo de forma recíproca, acudiendo a distintos lugares del Estado Español, incluida su capital, en defensa de objetivos ecologistas, feministas y sociales, y cómo no, democráticos, como el derecho a decidir como pueblos y como personas. Sin olvidar el internacionalismo del más alto nivel como el que expresaron las Brigadas Internacionales que el 36 acudieron en defensa de la República y lo que ello suponía en aquel entonces. O el de militantes vascos que murieron en el Salvador combatiendo con el FLM Farabundo Martí.”

Mis RAZONES favor de la independencia de Euskal Herria (validas también para Catalunya) y mis diferencias con el federalismo realmente existente, van por el siguiente derrotero:

En primer lugar, porque considero que en lo relativo a la cuestión nacional, los estados español (monárquico) y francés (republicano) realmente existentes no son transformables en lo fundamental.

Dichos estados se consideran a sí mismos territorialmente indivisibles, independientemente de la voluntad de sus gentes, contrarios al ejercicio del derecho de autodeterminación y únicos depositarios de la soberanía y la autodeterminación nacional. Los artículos 1 y 2 de la constitución española son bien explícitos al respecto. Tal como afirma el catedrático de derecho constitucional, Javier Pérez Royo, en un excelente artículo publicado en El País: Constitucionalmente no existe más que el pueblo español. No existe el pueblo de Cataluña ni de Andalucía ni el de Murcia… El pueblo español es el titular de manera exclusiva y excluyente del poder constitucional.

Ello no es por casualidad. Ambos estados son producto de una historia donde abundan la expulsiones de minorías étnicas y religiosas; anexiones mediante la fuerza militar, políticas de unificación lingüística; guerras y aventuras coloniales, actos de rapiña sobre otros pueblos, explotación y opresión al servicio de las clases dominantes.

En segundo lugar, no aportan ninguna ventaja derivada de su mayor tamaño respecto a las naciones que oprimen (mantengo tal afirmación), y son poco eficaces a la hora de buscar soluciones a problemas que sólo pueden darse a escala más amplia (por ejemplo, la degradación medio ambiental, el cambio climático, etc.), es decir, continental, mundial.

La Unión Europea es un paso en esa dirección, sólo que desde el punto de vista de los objetivos del capital.

En un mundo globalizado en el que muchos centros de decisión son lejanos y opacos, nos parece saludable una reacción desde lo local, para alterar la globalización en un sentido diferente a sus parámetros actuales. Esto es, constituidos en sociedad autogobernada (en su doble sentido nacional y societario) capaz de funcionar como pueblo soberano, con capacidad para decidir libremente con quienes queremos vivir, unirnos y, en qué términos. Por ejemplo, en pie de igualdad con el resto de las naciones, en el marco de una Europa al servicio de los trabajadores y los pueblos.

Hace tiempo que me convencí de que el dicho, ande o no ande caballo grande eran lo más conveniente, (tan querido por cierto marxismo que consideraba que el desarrollo de las fuerzas productivas requería grandes estados, argumento este ya obsoleto desde un punto de vista ecologista y desde la propia globalización capitalista trasnacional, pero que sigue pesando en muchos colegas de izquierda) no es un requisito desde el punto de vista del espacio nacional, ni tampoco PARA la construcción socialista, salvo cuando se vistan como se vistan, corresponden a pretensiones hegemonistas o imperialistas (la antigua URSS y el Pacto de Varsovia, la actual y travestida China).

Sobre el proyecto nacional español, consagrado en la Constitución, AÑADIR:

Tres ocasiones de oro ha tenido el Estado español para cambiar de rumbo: la primera y la segunda repúblicas, y la transición. El peso del nacionalismo reaccionario español en el aparato de estado, las clases dirigentes, y sectores de la sociedad española, derrotaron en los dos primeros casos y arrastraron en el tercero, al resto de las fuerzas políticas (incluidas una buena parte de las nacionalistas, temerosas de perder toda posibilidad de cambio) hacia un proyecto que sigue negando su plurinacionalidad en beneficio de la nación española (la única que goza del pleno reconocimiento y soberanía en exclusiva) cuya integridad, en última instancia, es depositada en las fuerzas armadas.

¿Cabe una cuarta oportunidad? ¿Una hipotética III República española democrática y Plurinacional donde Euskal Herria se reubique en libertad?

Por aquello de que no hay nada imposible, no se puede descartar tal hipótesis (por lo menos transitoriamente), aunque, me resulta harto improbable.

Es más, por todo lo anteriormente expuesto, y la negativa evolución del problema nacional (cuestionamiento de competencia de las regiones autónomas) dentro de la UE, me parece que las dinámicas soberanistas (que en principio podrían ser compatibles con el confederalismo) apuntan hacia el independentismo, o sea, la inserción, directa y sin intermediarios, en una Europa Federal, conformada por pueblos y naciones soberanas, libremente asociados entre sí. Jaime Pastor, en su excelente trabajo, Los nacionalismos, el Estado Español y la izquierda, reconoce que la actual crisis de la UE no hace más que hacer más probable la hipótesis que hace tiempo avanzaba Michael Keating cuando aseguraba que “una UE intergubernamental cuyos Estados impongan muchas restricciones sobre las capacidades de los gobiernos subestatales, incentivará a las nacionalidades a convertirse en Estado, aunque ello no fuera en principio un objetivo prioritario.

Este es el verdadero debate entre la izquierda federalista y la independentista.

Sin dejar de lado la controversia, como dice un viejo refrán euskaldun: gaizki esanak barkatu eta ondo esanak onartu. Lo cual traducido (más o menos) al castellano vendría a decir: disculpen lo mal dicho pero estimen lo bien dicho”.

Salvador, un abrazo.

Publicado en Rebelión

Relacionado No hay peor sectario que aquel que no cree serlo (respuesta a Salvador López Arnal)

Internacionalismo es reciprocidad

 

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Miembro de Alternatiba

A los txistularis y demas solidarixs del txoko mirandés que nos recibieron con los brazos abiertos y despidieron con el Eusko Gudariak y la Internacional.

Hace un año, las Marchas de la dignidad convocadas desde Andalucía y secundadas por diferentes agentes sociales y sindicales de todo el Estado español (incluidas las agrupadas en la columna Euskal Herria,) concentraron en Madrid a centenares de miles de personas que reclamaban pan, trabajo, techo y dignidad.

Las marchas previstas para los días 19, 20 y 21 de marzo, que volverán a concentrarse en Madrid, se plantean esta vez, como paso previo, realizar en octubre una huelga general laboral, de consumo y social en torno a los siguientes objetivos: No pagar la deuda, ilegal, ilegitima y odiosa. La defensa de los servicios públicos para todos y todas. Trabajo digno con derechos y salario suficiente, reducción de la jornada de trabajo y renta básica. La defensa de los derechos de las mujeres y por un futuro para la juventud. Contra la precariedad laboral y social; no a las reformas laborales. Contra la represión y contra la Ley mordaza. No a los tratados entre gobiernos y transnacionales contra los derechos sociales; no al TTIP. Por el derecho a una vivienda digna y no al corte de los servicios esenciales de luz, agua y gas. Por el derecho a decidir de las personas, los pueblos y las naciones del estado en los aspectos que atañen a su vida y futuro. No a la OTAN; no a las guerras.

Objetivos todos ellos con los cuales coincido plenamente y me impulsan a participar en la Marcha.

Sé que muchos independentistas de izquierdas piensan que no tenemos por qué estar en las movilizaciones de ámbito estatal. Que basta con que cada cual luche en su territorio, o quizá en Bruselas, pero nunca en Madrid. Incluso evitar coincidir en el tiempo con las movilizaciones generales. Soy de la opinión contraria. Hay dinámicas propias, de ámbito exclusivamente vasco, que no tienen por qué coincidir con otras; pero también debe haber momentos de confluencia necesarios y a todas las escalas. Sean nacionales, estatales e europeas. A mi juicio, el internacionalismo (máxime cuando se trata de pueblos oprimidos por las mismas oligarquías y el mismo sujeto estatal), consiste en unir fuerzas y solidaridades. Un dar y recibir. Un ir y venir.

Por ello es bienvenida la solidaridad que llega a Euskal Herria para exigir a nuestro lado el respeto por los derechos de las y los presos políticos vascos, como lo es también la que apoya nuestra lucha contra el TAV o quienes saludan la celebración del Aberri Eguna. Y por nuestra parte, respondiendo de forma recíproca, acudiendo a distintos lugares del Estado español, incluida su capital, en defensa de objetivos ecologistas, feministas y sociales, y como no, democráticos, como el derecho a decidir como pueblos y como personas. Sin olvidar el internacionalismo del más alto nivel, como el que expresaron las Brigadas internacionales que el 36 acudieron en defensa de la República y lo que ello suponía en aquel entonces. O el de militantes vascos que murieron en El Salvador combatiendo con el FMLN. Ciertamente, hay otro internacionalismo, el del fundamentalismo que está eclipsando el internacionalismo de izquierdas, pero eso es harina de otro costal.

El año pasado los componentes de la columna Euskal Herria, recorrimos la sierra y la ciudad de Madrid con las ikurriñas al viento, disfrutamos de un espléndido recibimiento, y una buena comunicación y entendimiento en los lugares por donde pasamos, sin ocultar por nuestra parte qué somos y qué demandamos. En Euskal Herria no tenemos enseñas diferenciadas (como en Catalunya), pero si las tuviéramos lo mostraríamos (por dignidad) también en la Marcha de la dignidad.

Este año volveremos, y nuevo lo haremos con razones propias. Nos encontramos inmersos en un ciclo político y electoral en el que es previsible que se den cambios políticos de entidad en el ámbito institucional, tanto en Euskal Herria como en el Estado español. Pero tales cambios, sin un contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, apenas podrán superar el umbral de deseo. Un contrapoder, solidario de los diferentes pueblos y naciones dentro y fuera del estado. Es la lección de Grecia. Un gobierno de izquierdas comprometido con las demandas populares es un gran paso, pero los obstáculos y presiones de la troika y las oligarquías locales puede obstaculizar, incluso neutralizar tales cambios si no se cuenta con un pueblo movilizado y apoyado por la solidaridad internacional.

Se trata de compaginar el impulso constituyente propio, el iniciado por la sociedad civil o con propuestas políticas abiertas como la Euskal Bidea, con la necesidad de potenciar un frente de carácter subversivo y plural, internacionalista, anticapitalista y transversal a escala europea, y que agrupe a movimientos de diferente naturaleza: ecologismo, feminismo, movimiento obrero, de liberación nacional, de defensa de libertades democráticas básicas, etc.

Este artículo ha sido publicado en Naiz, Viento Sur y Kaos en la Red

La esclavitud

Luis Salgado – Alternatiba

Estoy que no quepo en mí por culpa de la estupidez humana y del aborregamiento general en el que parece establecerse la sociedad. No lo aguanto, no puedo con ello, lo siento. Parece que de un tiempo a esta parte estamos descubriendo la pólvora a diario, no recordamos lo que dijimos o vimos ayer y hoy volvemos a sorprendernos cual infantes que descubren que los Reyes Magos son sus padres.

Viene esto a colación debido a que últimamente tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación tradicionales es habitual encontrarse titulares y comentarios del estilo, “la esclavitud ha vuelto” y después ponen como ejemplo anuncios de ofertas de trabajo en los cuales los nobles empresarios ofrecen empleo a cambio de comida y techo, sin ningún tipo de compensación económica, y claro, la otrora falsa burguesía de hipotética clase media clama indignada por entender que sin salario hay esclavitud. Yo me indigno y me asusto de pensar que podamos ser tan simples y silenciados por menos de 13 monedas de plata.
 
Veamos que es la esclavitud; según la RAE esclavo/a es aquella persona que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra, o lo que es lo mismo, a día de hoy podríamos decir que según esta definición el 99% de la población es esclava del 1% restante quienes controlan y dominan toda nuestra vida. Cierto es que una diferencia fundamental a día de hoy frente a la esclavitud en la que todas pensamos, es la inexistencia de contratos de propiedad sobre las personas. En teoría, en nuestra sociedad occidental moderna no es posible ser propietario de una persona, sin embargo, ¿no podríamos considerar un contrato de propiedad aquel contrato laboral que nos obliga a jornadas de 24horas en la propiedad del contratista, residiendo bajo su techo y limitando nuestra capacidad relacional? Y estos trabajos existen, los solemos llamar empleos de interinidad, y ya existían con anterioridad a la crisis actual, no lo olvidemos.
 
Pero sí, es cierto, cuando hablamos de esclavitud todas nos imaginamos la situación de los esclavos en el Imperio Romano, o Griego, o en las plantaciones del Sur Confederado que vemos en tantas y tantas películas sobre la Guerra de Secesión. Cojamos por tanto la situación de esos y esas esclavas, pongamos por ejemplo cómo vivían y que derechos asistían a los esclavos en el Imperio Romano hace más de 1500 años, y sobre todo a partir del gobierno de Claudio, momento en el cual se elimina la posibilidad de propiedad sobre la vida del esclavo, o sea que el Amo no puede matar al esclavo sin causa justificada, se extiende la obligatoriedad de dar cobijo, alimentación, y un peculio (salario) al esclavo que sea suficiente para la compra de la libertad en un periodo mínimo de 16 años. Así mismo se impone la responsabilidad sobre el Amo de salvaguardar la salud de sus esclavos, no pudiendo abandonarlos ni liberarlos si estos se encuentran enfermos.
 
¿Podemos cubrir a día de hoy esos míseros “derechos”? Hace menos de un año, en un debate en Pleno di unos datos que, creo, pueden ayudarnos a centrar este debate. ¿Cuánto cuesta, según nuestros gobiernos vivir, en base a sus ayudas las cuales no se acercan ni de lejos al valor real de mercado?;
 
Alquiler social………………………………………………………………………………320€
Ayuda de Manutención………………………………………………………………….270€
Ayudas contra pobreza energética (propuesta Maroto para pensiones)…50€
                                                                                            TOTAL          640€
 
Por supuesto, a esto habría que añadirle el coste de sanidad al menos para adecuarnos al modelo de esclavitud romano, y un pequeño peculio (salario). Pero tampoco hemos de olvidarnos que el vestirnos, educarnos, pagar nuestros impuestos,… etc. ahora no corre a cargo de nuestro esclavista empresario o Estado sino que hemos de ser nosotros quienes hagamos frente a ese gasto. Y frente a todo esto el Salario Minimo Interprofesional, la obligación que en teoría tienen que cubrir nuestros benefactores empresarios, asciende a la increíble cifra de 648,60€. Eso si tienes la suerte de que te toque un empleo y que además, el mismo sea a tiempo completo.
 
Visto lo anterior supongo que a nadie se le ocurrirá defender, al menos en mi presencia, que la esclavitud está regresando, o que nos estamos acercando a ese modelo, la esclavitud está aquí desde hace mucho tiempo, y algunos venimos denunciándolo años ha, quizás lo que ocurre es que no teníais “Anibal ad portas” El terrorismo capitalista lleva años ahí, y cómo ya dije en un artículo anterior solo nos queda alegrarnos porque aunque tarde ahora empecéis a despertar. No se puede ser libre en un Sistema Capitalista igual que no se puede luchar sentado en un sofá.
 
Del blog de Luis Salgado, El Mundo Imperfecto

No hay peor sectario que aquel que no cree serlo (respuesta a Salvador López Arnal)

Artículo de Joxe Iriarte ‘Bikila’, miembro de Alternatiba y de EH Bildu, en respuesta a lo publicado por Salvador López Arnal en Rebelión. Su título completo es No hay peor sectario que aquel que no cree serlo (Ni es menos nacionalista quien piensa que solo los otros lo son).

De tanto en tanto leo algunos de los artículos (por aquello de conocer todo tipo de argumentos) que Salvador López Arnal escribe en Rebelión. Reconozco que muchos me satisfacen, por su agudeza crítica y conocimiento de los temas que aborda. Pero en lo relativo a los conflictos nacionales, sobre todo el catalán, me da que se escora y resbala.

Me llama la atención cómo, de la justa crítica de la naturaleza y comportamiento político social de las élites burguesas catalanas, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, termina siempre atacando de forma un tanto obsesiva el independentismo catalán, incluido el de izquierda (algunas de sus críticas a las CUP dan grima cuando no risa).

Me choca, también,  la forma tan basta de abordar el  proceso de construcción nacional catalán, el cual en sí mismo, se le antoja, anti humanista, insolidario y burgués. Utilizo el concepto construcción nacional con plena conciencia, distinguiendo su diferente significado en relación a España y Francia, naciones con una historia plagada de imperialismo y colonialismo, y las naciones sin estado, que por no tenerlo, no se han visto implicado en tales desmanes. Otra cuestión es el grado de responsabilidad de sus élites en las rapiñas coloniales. Recientemente, de mano de algunos dirigentes de Podemos se apela a un patriotismo popular español frente a la dictadura de la Troika y la sumisión del PP.  Está por ver si ello es posible sin que choque con los patriotismos de las nacionalidades, y sin que sea capitalizado por quienes, hasta el presente, han monopolizado y manipulado su contenido. El estado español no es Venezuela o Cuba, donde el patriotismo es antiimperialismo.

Por mi parte, el patriotismo vasco, está circunscrito a los elementos y aspectos relacionados con lo que algunos autores llaman el “soberanismo de los justos”, o la exigencia de mecanismos políticos y económicos propios necesarios para garantizar el bienestar social de la nación minoritaria. Aspectos todos ellos, compatibles con el internacionalismo y el soberanismo de izquierdas. Y es que Cataluña y Euskal Herria, son proyectos nacionales en construcción, negados y vetados por los Estados (francés y español) que no les reconocen tal derecho, y encima utilizan contra el mismo, todas sus baterías económicas, culturales y políticas. En Euskal Herria tenemos a un auténtico Virrey llamado Urkijo que cual Gran Hermano persigue con escuchas ilegales y lupa en mano todo proceso de implantación y normalización lingüística impulsado desde los ayuntamientos que han decidido dar prioridad a vivir en euskera.

Salvador López Arnal tiene todo el derecho a considerarse catalán y español, republicano federalista y humanista y pensar que su posición es la más racional y laica de las propuestas, pero tiene un problema: que la mayoría de la sociedad catalana no está en su onda y quiere democráticamente independizarse. Digo la mayoría, no toda la sociedad catalana. Y desde luego con posiciones como la suya (y sobre todo, gracias al PSC) no me extraña que el federalismo de corte español esté política e ideológicamente finiquitado en Cataluña. Está la incógnita de Podemos, pero espero que actúen con otros parámetros.

Todo lo dicho, no tendría por mi parte más importancia que la del mero contraste de pareceres, si no fuera por la indignación que me ha producido la forma tan rastrera y sectaria de caracterizar los símbolos independentistas catalanes, y su posible relación contra la Marcha de la Dignidad. Concretamente cuando afirma: “Yo no estoy dispuesto a acudir a un 22M o 21M de fraternidad, lucha y esperanza y pasearme por las calles de la ciudad resistente, que algunos llaman displicentemente Madrid, tras una estelada. Entiendo que algunos compañeros puedan ser independentistas y sentirse cómodos con ella (…) No tiene sentido vindicar y usar símbolos que nos separan y rompen. Tengo la esperanza, que creo que no será vana, que eso que cuento no vuelva a ocurrir. Si sucediera, que no va suceder, prometo organizar la más razonable y sonada de las protestas (…) Hay banderas que unen y otras que separan. La senyera, que no la estelada, y la republicana juegan en el primer campo, no en el segundo. La estelada no se ubica del mismo modo. No es una amenaza, por supuesto que no, es también un acto de dignidad republicana”.

Salvador cree ver la paja en el ojo del vecino, pero no ve la viga en el suyo.

De entrada, no creo que nadie le pida que vaya a Madrid tras la estelada. Ni que él tenga que conceder a otros que puedan hacerlo (faltaría más). La cuestión estriba en saber si la estelada tiene sitio en tal evento, si es legítimamente aceptada por los organizadores de la marcha y los propios marchistas, vayan tras ella unos pocos o varios miles. Porque de no ser así, ¡Apaga y vámonos! De entrada, un montón de vascas y vascos nos retiraríamos de la participación en la marcha por entender que no tenemos sitio dentro de ella. Por suerte, los organizadores no son del mismo pelo que Salvador, y han incluido (con buen criterio) entre los objetivos de la marcha reivindicar el derecho a la libre decisión de los pueblos. Tal reivindicación, ¿une o separa? ¡Une! Si entendemos tal unidad como un punto de partida plural contra el enemigo común, entonces… lo que si separa ¡y mucho! es partir de la idea de que para ir contra tal enemigo solo cabe una posición.

Desde mi condición independentista de izquierdas, he mantenido y mantengo discrepancias con muchos colegas que piensan que no tenemos por qué estar en las movilizaciones de ámbito estatal. Que basta con que cada cual luche en su territorio,  (en todo caso, sí en Bruselas pero no en Madrid). Incluso lo de evitar coincidir en el tiempo con las movilizaciones generales. Soy de la opinión contraria. Hay dinámicas propias, de ámbito exclusivamente vasco, que no tienen por qué coincidir con otras; pero también debe haber momentos de confluencias necesarias y en todas las escalas. Sean nacionales, estatales e europeas. A mi juicio, el internacionalismo (máxime cuando se trata de pueblos oprimidos por las mismas oligarquías y el mismo sujeto estatal), consiste en unir fuerzas y solidaridades. Un dar y recibir. Un ir  y venir. Por ello es bienvenida la solidaridad  que llega a Euskal Herria para exigir a nuestro lado el respeto por los derechos de las personas presas políticas vascas; también a detener la construcción del TAV; o a celebrar el Aberri Eguna. Y por nuestra parte, respondiendo de forma recíproca, acudiendo a distintos lugares del Estado Español, incluida su capital, en defensa de objetivos ecologistas, feministas y sociales, y como no, democráticos.

 El año pasado recorrimos la sierra y la ciudad de Madrid con las ikurriñas en ristre, y disfrutamos de buena comunicación y entendimiento en  los lugares por donde pasamos, sin ocultar por nuestra parte qué somos y qué demandamos. En Euskal Herria, no tenemos enseñas diferenciadas para el independentismo y el autonomismo, pero si las tuviéramos lo mostraríamos (por dignidad) también en la Marcha de la Dignidad.

Un planteamiento auténticamente republicano y democrático sobre la cuestión nacional, debe partir del reconocimiento del derecho a la secesión. Y si la independencia es un derecho reconocido, no es de recibo afirmar que las banderas independentistas dividen. A no ser, que se piense que una cosa es el derecho y otra su utilización.

Desconozco si independistas catalanes van a participar en la marcha (desde luego, con tales prejuicios de entrada, no me extraña que no lo hagan, si bien puede haber posicionamientos como los que he criticado en el caso vasco). Sí estaremos presentes las y los independentistas de izquierda vascos. Lo haremos razonando de la siguiente forma: “Nos encontramos inmersos en un ciclo político y electoral donde es previsible que se den cambios políticos de entidad en el ámbito institucional tanto en Euskal Herria como en el Estado Español. Pero tales cambios, sin un contrapoder ciudadano que transforme la correlación de fuerzas sociales y políticas, apenas podrán superar el umbral de deseo. Un contrapoder, solidario de los diferentes pueblos y naciones dentro y fuera del estado español. Es la lección de Grecia. Un gobierno de izquierdas comprometido con las demandas populares es un gran paso, pero los obstáculos y presiones de la Troika y las oligarquías locales puede obstaculizar, incluso neutralizar tales cambios si no se cuenta con un pueblo movilizado y apoyado por la solidaridad internacional.

Se trata de compaginar el impulso constituyente propio, iniciado con la Euskal Bidea, con la necesidad de potenciar un frente político y social de carácter subversivo y plural, internacionalista, anticapitalista y transversal a escala europea, y que agrupe a movimientos de diferente naturaleza: ecologismo, feminismo, movimiento obrero, de liberación nacional, de defensa de libertades democráticas básicas, etc.

Para terminar, López Arnal se considera ardiente antinacionalista, pero con su visión de país demuestra que en realidad es más nacionalista de lo que piensa. Ciertamente  no  como la derechona, ni tampoco como el PSOE, pero no por ello su formula nacional (España, país de países, dice) es neutra y aséptica, incólume de toda tacha nacionalista. Habla de la fraternidad entre  los pueblos ¿ello es posible sin estar autodeterminados?, esto es, ¿en pie de igualdad?  De un país de países (que a veces denomina Sefarat) dentro de la cual ubica a García Lorca, Castelao, Aresti y Espriu. Pero salvo el primero, que forma parte del país matriz (cultural y lingüísticamente) el resto no son más que parte de la parte, escritores en lenguas que son legales solamente en parte del país, pero no en todo el país. Y es que Cataluña, Galicia y Euskal Herria (o sea los países) según el Estado son lingüísticamente plurales, pero el país que agrupa al resto de los países no (aunque lo sea de facto, por ejemplo por los miles de Gallegos que viven en Madrid). Aresti, que no goza de reconocimiento alguno por parte del supuesto país de países, declamó gritando al cielo: Nire aitaren etxea defendatuko dut! (¡defenderé la casa de mi padre!), metáfora fruto de su época, que se refería al expolio cultural y lingüístico que sufría y sufre Euskal Herria.

¿Qué lugar se asigna en el país de países (donde eventos como la romería del Rocío se emiten en todos los canales privados y públicos de ámbito estatal) a hitos como la Korrika, que recorre miles de kilómetros, pasando de mano en mano un testigo comprado por la persona portadora, porque el euskera es todavía un idioma sin normalizar, que necesita de academias de aprendizaje para adultos, que no puede sobrevivir sin tal esfuerzo y apoyo ciudadano? Uno de muchos ejemplos…

Publicado en Rebelión

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