La persecución del espectro

Joseba Barriola – Alternatiba

Los espectros, llámense espíritus, fantasmas, ánimas en pena o almas errantes, tienen una presencia abrumadora en todas las memorias orales de todos los pueblos del mundo, también en lo que llamamos Occidente. Los pueblos que han decidido y/o han podido transcribir en letras esa memoria oral, tienen también una amplia literatura popular donde pululan los espectros.

En la literatura más intelectual son referenciales las obras en las que los espectros juegan un papel vital. Tenemos el caso del espectro del Mío Cid el Campeador, del que se dice que ganaba victorias después de muerto. No las ganaba el muerto, sino el espectro del muerto. En el otro extremo de la producción literaria occidental contamos con la increíble novela “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, donde vivos y fantasmas de muertos hablan y se prestan mutua ayuda y memoria. Entre medio de ambos, recordamos a Dante guiado al Cielo por el espectro de Beatriz, que ya estaba muerta. A comienzos del siglo XX, Nietzsche afirma la muerte de Dios. Aclaremos que no afirmó la muerte de los que pretenden ser la voz de Dios, las estructuras eclesiales. Pero tras Nietzsche, lo que queda, ¿el espectro de Dios?, sigue actuando en formas espectaculares, entre las cuales destacaré solamente la teología de la liberación, que ella misma parece un espectro de si misma, que aparece y desaparece en forma de Movimiento de los Sin Tierra, y otros, con millones de implicados.

Pero en este momento de todos los famosos espectros de la literatura quiero hacer mención de dos famosos espectros. Por un lado el espectro del Rey de Dinamarca, padre de Hamlet, asesinado por su hermano, tío de Hamlet, con la complicidad de su esposa, madre de Hamlet, que tras el asesinato de su esposo el Rey, se casa con su amante, (cuñado suyo, hermano de su esposo y tío de Hamlet), que es proclamado nuevo Rey de Dinamarca. Y por otro lado el famoso fantasma “que recorre Europa: es el fantasma del comunismo Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en una sacrosanta cacería de este fantasma” (Carlos Marx).

El espectro del Rey de Dinamarca, es y no es, aparece y desaparece. Y solamente hace una cosa: decir la verdad. Espera que la verdad que anuncia florezca. Pero sólo hace una cosa: hablar verdad. ¿Qué es lo que dice?  Lleva aparte a Hamlet y le dice dos cosas: 1.- “Soy el espíritu de tu padre, condenado por cierto plazo… hasta que se quemen y purifiquen los turbios delitos que cometí en mis días naturales” Esto es reconoce los turbios delitos, reconoce su parte en la generación de dolor, pero no reniega de su condición de Rey de Dinamarca. 2.- “Escucha ahora, Hamlet: se ha dicho que una serpiente me mordió cuando dormía en mi jardín: así se ha engañado pútridamente todo oído de Dinamarca con un falso relato de mi muerte, pero has de saber, noble joven, que la serpiente que mordió la vida de tu padre, lleva ahora su corona”. Es decir, tiene una verdad que afirmar (el asesinato de que ha sido víctima) y una mentira que denunciar (el falso relato que engaña pútridamente todo oído de Dinamarca).

El fantasma del comunismo comunica una verdad, que es el propio Manifiesto Comunista, y señala un falso relato mentiroso y calumnioso: “Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en una sacrosanta cacería de este fantasma… ¿Dónde está el partido opositor al cual sus adversarios en el gobierno no hayan tildado de comunistas? ¿…que no haya lanzado de retorno la estigmatizadora acusación de comunismo…? El fantasma del comunismo habla dice una verdad y denuncia una mentira: sacrosanta cacería, tildados de comunistas, estigmatizadora acusación.

El espectro o fantasma pues, es y no es. Es espectro de un muerto, pero está vivo: habla y dice una verdad y su palabra florece en acción. El espectro del Rey de Dinamarca no blande la espada, no hace atentados, simplemente habla la verdad y desvela la mentira. El fantasma del comunismo, es el fantasma de un muerto que habla, manifiesta la verdad de la explotación de los últimos milenios, y denuncia falsos relatos. Luego vive, sólo habla y  su palabra florece en acción. Por ello el espectro o el fantasma, por sus características es invencible. El Rey de Dinamarca puede ser vencido. Los comunistas de la Revolución Francesa, los niveladores de la revolución Inglesa, los campesinos de Munster, los pobladores de la revuelta de Massinelo en Nápoles, pueden ser derrotados. El fantasma del comunismo resulta no vencible. Este tipo de fantasmas sólo desaparecen cuando la verdad que manifiestan florece y la mentira que desvelan fenece.

Cualquier comparación con el presente político de Euskal Herria y de los gobierno de los Estados español y francés, no es casualidad, sino totalmente pertinente. Estos Gobiernos han establecido una santa coalición entre los poderes de la República francesa y los poderes de la Monarquía española. A esa coalición se han sumado todos los constructores y defensores del Régimen del 78 (PP-PSOE-Convergencia y Unión, UPN, PNV, la jerarquía de Rouco Varela, la flor y nata de los doctores de Universidad…). Esta coalición persigue un fantasma, un fantasma que sólo habla, un fantasma que aparece y desaparece en sus ocasionales comunicados y que es aparecido por detenciones calculadas en el tiempo, de militantes de una organización armada que ya no existe. Que decidió hace más de tres años, acabar con una de sus señas de identidad, la inevitabilidad de la lucha armada para lograr la autodeterminación de Euskal Herria. Desde esa fecha no hay organización armada llamada ETA. Y los repetidos comunicados, gusten más o menos, reafirman una y otra vez su decisión de abandonar la lucha armada. Es el fantasma de ETA.  Sólo existe una coalición de la vieja España y de la vieja Francia, que se empeña en la cacería imposible de un fantasma, que ya no existe pero habla.

Ya no existe, porque decidió acabar, morir como organización armada. Y fue decisión difícil para ETA, tomada, seguramente muy tarde, y tras fuertes debates, en condiciones realmente difíciles, de acoso y dificultad cada vez mayor no solo en el plano de la lucha armada, sino de acoso y cercamiento en los terrenos políticos, mediáticos y financieros. Pero la decisión fue de ETA. Lo mismo que la decisión y realización de atentados fue decisión de ETA, la decisión de acabar con la “inevitabilidad de la lucha armada” fue decisión de ETA. Así lo hizo público y así lo ha reafirmado desde entonces. Esa decisión convierte a ETA en un fantasma que habla, que sólo avisa de la maniobra de un falso relato y anuncia una verdad: Euskal Herria sigue siendo una nación oprimida.

Y es cierto que Euskal Herria sigue siendo una nación a la que se le prohíbe incluso hacer una consulta. Una nación que contra su manifestación expresa en Referéndum organizado por el estado español, es forzada a ser parte de la OTAN. Una nación a la que se le cierra el primer y único periódico diario euskaldún, en un juicio que a los años declara la inocencia de todos los detenidos y torturados.

Y es cierto que la Santa Coalición de estas seudo-democracias (lo llaman democracia y no lo es, afirmaba todo el M-15 en Madrid) francesa y española exigen al fantasma un relato, disfrazado de ética universal, y profundamente inmoral: exigen el reconocimiento de que España es una democracia; los que ejercen violencia extrema (guerra de Irak, guerra de Afganistán, golpe de estado contra Chávez, participación en todas las guerras de la OTAN…) para conseguir objetivos políticos (derrocar al chavismo, implantar la democracia en Irak…) esos mismos exigen al fantasma que diga que toda violencia, venga de donde venga y sea cuando sea es ilegítima; los mismos que sin condena (sino con amnistías) y sin pedir perdón por los crímenes del franquismo, fueron bautizados de demócratas, exigen al fantasma el arrepentimiento y a todos la condena. Los defensores de la ética universal, recurren a la ética inquisitorial. Las brujas eran condenadas a la hoguera, hicieran o dijeran lo que dijeran. Si reconocían su brujería, iban a la hoguera; si no reconocía su brujería, iban a la hoguera por mentirosas.

Finalmente, al igual que el espectro del Rey de Dinamarca, que reconocía que estaba “condenado por cierto plazo… hasta que se quemen y purifiquen los turbios delitos que cometí en mis días naturales”, el fantasma de ETA ha reconocido públicamente que su lucha armada ha ocasionado sufrimiento, y en ocasiones sufrimiento radicalmente innecesario, en ambas partes del enfrentamiento, que ha habido efectos colaterales, que lamenta este sufrimiento, y  que todo este sufrimiento habría sido evitado si los derechos mínimos del pueblo vasco hubieran sido reconocidos en el año 78, en vez de ser sacrificados en el altar de los poderes franquistas.

Podrán detener a uno y otro militante actual de ETA, podrán erradicar toda su dirección (ya no dirección militar, sino dirección política deseando entregar las armas que les quedan), y sin militantes y sin dirección el fantasma de ETA, el que habla, no el que practica lucha armada, seguirá apareciendo y desapareciendo hasta que su afirmación verdadera y su denuncia de la falsa ética del relato que se quiere imponer florezcan en una verdadera fiesta de la libertad, del pueblo vasco y de todos los pueblos sometidos al estado español, especialmente la libertad del pueblo español y el fin de sus cadenas: la herencia del imperio colonial español, la herencia del caciquismo, la herencia del franquismo, la herencia del juancarlismo. Herencia que hay que conocer para construir otro camino, radicalmente distinto, hacia el futuro.

Publicado en Naiz, Rebelión, VientoSur

La independencia es la herramienta, no el destino

Sandra Llano – Alternatiba Gazteak

En estas semanas en las que parece desintegrarse el presuntamente antiquísimo Reino de España, conviene recordar el auténtico significado de la independencia y, sobre todo, de la soberanía. Y es que para la izquierda, la independencia no debe ser un objetivo final en sí mismo.No al menos desligándolo de otro concepto tanto o más importante como lo es la mentada soberanía.

Y es que mirando cualquier mapamundi, podemos ver países supuestamente independientes a raudales. Cada uno con su bandera, su himno, su ejército y sus selecciones deportivas. La cuestión es si son soberanos. Y es que hemos visto como a países como Grecia, les ha sido arrebatada su soberanía, su capacidad para garantizar por sus medios y decisiones la vida digna de las mujeres y los hombres que componen ese país; insistimos, independiente pero no soberano.

Hay quien se reivindica de izquierdas pero no termina de definirse en cuestiones como el derecho a decidir, con la premisa de que lo primero es combatir los recortes de la derecha. El proceso catalán nos deja evidencias de esa izquierda con las ideas tan poco claras, o más bien con las voces muy poco definidas.

Desde luego, no podemos obviar que afrontamos este proceso en un contexto de crisis sistémica, caracterizada por una situación generalizada de pobreza a nivel mundial, desigualdad creciente, dictadura de los mercados y superación de los límites físicos del planeta.

Euskal Herria, como Catalunya, no es una excepción y la ciudadanía sufre una grave conculcación de derechos políticos, civiles, económicos, culturales y sociales. Particularmente las mujeres, porque allí donde hay pobreza, desigualdad o conculcación de derechos las mujeres siempre las sufrimos en mayor medida que los hombres.

Así, son cada vez más las y los ciudadanos que viven situaciones desesperadas y de auténtica exclusión social, ya que las imposiciones de los poderes financieros que los estados francés y español aplican a rajatabla hacen imposible no solo retornar a lo que otrora se llamaba estado del bienestar sino a mantener unos mínimos que permitan vidas dignas.

Y creemos firmemente que es posible construir una Euskal Herria no solo independiente sino también soberana, cimentada en la justicia social. Por ello, construcción nacional y construcción social pueden y deben ir de la mano. La izquierda soberanista no puede renunciar a ninguna de las dos vertientes, porque en realidad son caras de la misma moneda. 

La independencia es una oportunidad de construir un país más justo, unas vidas más dignas y una realidad más igualitaria. Y el peso político que la izquierda alcanza en los procesos electorales en Euskal Herria nos demuestra que es más posible esa realidad aquí que en el conjunto del estado. Pero esta realidad, además, conecta de lleno con unas reivindicaciones históricas y con una cultura e idioma propios; pero por encima de todo conecta con la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca de querer decidir, como pueblo emancipado, en libertad y sin cortapisas ni amenazas de ningún tipo, cual debe de ser su futuro.

Por eso, la Euskal Herria que perseguimos es aquella donde las clases más desfavorecidas tengan oportunidades de vivir dignamente; donde se luche activamente contra las desigualdades entre hombres y mujeres; donde seamos conscientes y consecuentes con los límites naturales del planeta; donde tengamos pleno derecho a vivir en nuestra lengua. Y solo será posible en la medida en que podamos alcanzar la hegemonía política y social, en la que desde luego los partidos políticos son tan solo una pieza más del engranaje, para condicionar la agenda de un estado en descomposición multidimensional (corrupción, recortes, vulneraciones sistemática de derechos, dejes totalitarios…) y sus instituciones.

En definitiva, se trata de que en este viaje que ya hemos emprendido, no nos dejemos la coherencia por el camino respecto a nuestro objetivo, ni las aspiraciones de las personas esperanzadas en este proceso y que sí están dispuestas a acompañarnos en este viaje.

Nación foral

Luis Salgado – Alternatiba

No es novedoso que el PNV aproveche que el Debate de Política General del Parlamento queda cerca de su Alderdi Eguna para lanzar alguna proclama en clave ¿nacionalista? Y así poder justificar el inmenso despliegue de Ikurriña por las campas de Foronda y algunos tímidos gritos de Independentzia surgidos de sus bases. Nuevos status y reformas del Estatuto han sido siempre palabras huecas en el discurso de los JELtzales. Nada nuevo bajo el sol. Si hablamos de la hipocresía del PP cuando ataca el divorcio, el derecho al aborto, o el matrimonio gay mientras se divorcian, abortan o acuden en masa a la boda de Maroto, qué decir del PNV que nos venden un partido social mientras hacen políticas neoliberales, o que incluso nos hablan de laicidad mientras mantienen a Dios en su nombre. Dios y leyes viejas. Los Jeltzales son expertos en vender humo, pero la oferta de ayer del hombre gris de Durango roza el esperpento.

Lo primero que pensé al escuchar al Lehendakari hablando de Nación Foral es que tal esperpento no podía salir de la boca de un partido nacionalista y más aún cuando pretende vender que ello nos traerá mayor autogobierno. “…ha llegado el momento de que Euskadi y el Estado se entiendan desde el reconocimiento mutuo…” Egibar dixit. Y lo dicen sin despeinarse. (No sean malos, no todos están calvos) Pero también el Lehendakari habló de la necesidad del reconocimiento de tú a tú entre Euskadi y España, algo que no es posible desde una visión Foral. Quizás sea que el desconocimiento de los Fueros se haya establecido para quedarse.
 
El Fuero es una figura heredada del feudalismo por la que se negociaban derechos a cambio de la jura de vasallaje, o dicho de otra forma, afirmar que Euskadi es una Nación Foral reconocería el vasallaje al Estado tal y como en la actualidad lo hace ser una Comunidad Foral. No habría trato de igualdad entre las partes sino que la foralidad pendería siempre del deseo del Estado de mantener o no esos fueros ya que él es el único que puede otorgar o derogar el derecho a Fuero. ¿Qué aporta de novedad la oferta del PNV? No voy a negar que un hipotético cambio de la nominación, autonomía por nación, pueda resultar atractivo por lo que de reconocimiento de singularidad tendría, también es posible que ese reconocimiento trajera el cumplimiento integro del Estatuto, cosa que está por ver ya que también podía haberse cumplimentado en los últimos 40 años, que tiempo han tenido, pero al mismo tiempo, serviría como reafirmación de ese vasallaje, reconocer nuestros fueros es reconocer  al Estado como Señor y a EH como vasallo. Por tanto, la oferta supernovedosa del PNV lo que nos viene a decir es que el Partido de Dios y las leyes viejunas por fin deja claro que la independencia no es un objetivo para él y que lo que desean es un amejoramiento de los fueros, ser el vasallo mejor tratado por el Rey, ser el partido regionalista que mejores réditos saca al vasallaje, pero sin aspirar a abandonar el redil ni las tierras del Señor, unidos en lo universal per secula seculorum.
 
Del blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto

Nuestra decisión, la paz

Hasier Arraiz, Pello Urizar, Rebeka Ubera y Oskar Matute

Quienes firmamos este artículo trabajamos a día de hoy codo con codo en la misma coalición política, pero cada uno de nosotros tiene su propio recorrido político y antes de que se diera esta singular confluencia, cada uno de estos diferentes recorridos ha estado durante muchos años distante del resto. Y en ese tiempo rara vez hemos sido capaces de crear espacios para la colaboración entre nuestras diferentes culturas políticas. La razón principal de nuestros desencuentros era que no estábamos de acuerdo respecto a muchas cuestiones, algunas de ellas fundamentales para cada uno de nosotros. La razón principal que ha cambiado nuestros recorridos y los ha hecho confluir en un momento histórico concreto ha sido nuestro compromiso compartido con uno de los deseos más apremiantes de nuestro pueblo: el deseo de paz.

No vamos a ocultar a nadie la dureza de los tiempos pasados: la incomunicación política, la falta de sensibilidad ante el dolor ajeno, los odios que permitimos que crecieran al calor de las agresiones que unos y otros sentimos. Todas y todos tenemos razones para sentir esas emociones y a todos nos parece que nosotros más que los de enfrente, sean quienes sean. No vamos a engañar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos, diciendo que todas esas emociones, que todos esos sentimientos, que ese sufrimiento, ya no existen. Porque ese tipo de heridas tardan muchísimo tiempo en cerrarse del todo y se reabren al mínimo gesto desafortunado, a la mínima palabra inoportuna. Pero si de nosotros mismos hemos de hablar, diremos que estos años de trabajo compartido en la construcción de la paz para nuestro pueblo han sido de lo mejor en nuestras vidas. Hemos sido capaces de llegar a acuerdos entre culturas políticas que en otro tiempo no estuvieron solo distantes, sino que en ocasiones también enfrentadas. Hemos sido capaces de dar pasos conjuntamente en una hoja de ruta cuyos ejes eran el respeto a todos los derechos humanos de todas las personas, la paz y la normalización democrática. Hemos sido capaces de anteponer los deseos de paz de la ciudadanía vasca al punto de vista particular de cada una de las tradiciones políticas de las que nos sentimos parte. Y aunque la paz siempre llega demasiado tarde, estamos convencidos de que el trabajo que hemos hecho para construir un escenario de paz definitiva para nuestro pueblo es demasiado importante como para dejarlo sin acabar.

Desde que nos sentamos a poner negro sobre blanco lo que posteriormente fue el Acuerdo de Gernika hasta la declaración unilateral de alto el fuego de ETA, desde la Conferencia Internacional de Aiete hasta la decisión de abandonar definitivamente la actividad armada por parte de ETA, desde el Foro de Paz de Baiona a los de Iruñea y Bilbo, todos los kilómetros que hemos recorrido unos al lado de los otros por las calles de los pueblos y ciudades de Euskal Herria en defensa de los derechos de los presos políticos vascos, todos los actos propios donde en nuestra memoria no ha faltado ni una sola víctima, ni un solo sufrimiento y todos los actos ajenos de recuerdo y reparación de víctimas, donde siempre que se nos ha dado oportunidad hemos participado, aunque en ocasiones se prefería nuestra ausencia y, por supuesto, todas las veces que, lloviera o hiciese frío, hemos salido a la calle a proteger y reimpulsar este proceso de paz unilateral tantas veces despreciado, repudiado y agredido por las autoridades españolas.

Éstas, las principales autoridades del Estado español, nunca vieron con buenos ojos esta vía vasca a la paz. Nunca les gustó la unilateralidad, ni para conseguir la paz. Desde el primer momento se dedicaron a zancadillear nuestros pasos y no negaremos que han conseguido derribarnos varias veces. Cada vez que hemos caído, nos ha costado, pero nos hemos vuelto a levantar y nuestra rabia -sí, seguimos sintiendo rabia ante cada injusticia- no hemos dejado que se transformara en odio, sino en más ansia de paz para este pueblo y sus gentes, que ya han sufrido demasiado. Por eso, echando la mirada atrás y deteniéndonos en las complicaciones del camino recorrido, no nos duelen prendas afirmar que EH Bildu es actualmente uno de los mayores activos para la paz en Euskal Herria. Y queremos seguir siéndolo, a poder ser, junto a otras fuerzas políticas y sociales de este país.

Por eso, seguiremos avanzando en este largo camino a la paz hasta que los derechos humanos de todas y todos los ciudadanos vascos, también los de aquellos que están dispersados en cárceles españolas y francesas a cientos de kilómetros de sus familias, sean respetados. Seguiremos trabajando hasta el día que el último represaliado político regrese a casa. Seguiremos esforzándonos para que todas las víctimas -sin exclusiones- sean reconocidas y su dolor sea reparado. Seguiremos dialogando y acordando para que la memoria sea inclusiva y cuente todo lo que ocurrió tal y como ocurrió. La paz es demasiado importante para reducirla a un relato de vencedores y vencidos.

Y por supuesto, vamos a continuar trabajando, por encima de todos los obstáculos y dificultades, para conseguir el final definitivo de este ciclo de violencias que hemos padecido. No queremos dejar a nuestros hijos e hijas ninguna de aquellas situaciones que nosotros no querríamos haber vivido nunca y sí, les contaremos que la violencia es siempre el peor camino, incluso cuando uno piensa que no hay ninguna otra vía, la violencia es siempre el peor camino. Nos gustaría que las generaciones que nos sucedan no hereden ninguna de nuestras heridas y que, en todo caso, sean capaces de gestionar el dolor mejor de lo que nosotros lo hemos hecho.

Ahí andamos, muchas veces más despacio de lo que quisiéramos, pero siempre sin salirnos del camino de la paz y la libertad para nuestro pueblo. Todo esfuerzo es pequeño para que nuestras hijas e hijos no sufran todo aquello que nosotras y nosotros hemos sufrido. Por ellas y por ellos. Y también por nosotras y nosotros, que también nos merecemos un futuro en paz. Por favor, aprendamos de los errores del pasado, pero no nos quedemos encadenados al mismo. Sigamos avanzando, porque este pueblo quiere y nos pide seguir adelante.

Desde nuestra humilde experiencia, el esfuerzo compartido merece la pena. Os invitamos a seguir avanzando con nosotras y nosotros en el camino de la paz, este sábado desde la iglesia del Buen Pastor en San Sebastián. Porque la paz es demasiado importante para que nadie se quede en casa.

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Superar la mentira del 78

Chesús Royo, ‘Txema’ – Puyalón de Cuchas

Para Puyalón de Cuchas, para la izquierda independentista aragonesa, y nos atreveríamos a decir para todo el pueblo aragonés, la crisis territorial que actualmente vive el estado español, no es más que el resultado de su propio devenir histórico. Al margen de cómo cada aragonés y aragonesa pueda interpretar el momento actual, sí que es una sensación generalizada, que la territorialidad de España para nosotras, las aragonesas del siglo XXI, se basa en los derechos de conquista adquiridos a la fuerza a partir de 1714. Una territorialidad no basada en el acuerdo, sino en la conquista, por lo tanto la crisis territorial, para nosotras, comienza desde la creación del propio estado español.

La constitución de 1978, fue impuesta a Aragón, y también a los demás pueblos del estado español, sutilmente. Hace 40 años los poderes facticos, del momento, con la amenaza  de, o apoyar ese “acuerdo”, o el ruido de sables, presentaron una constitución, a día de hoy, dogma de fe para muchos. A esto habría que añadir el engaño de las autonomías, que según los constitucionalistas del momento, iba a permitir, que poco a poco todos los pueblos que así lo desearan, pudieran ir ganando autonomía e independencia, hasta convertirse en lo que sus ciudadanos y ciudadanas quisieran. No era cierto, pero el engaño funcionó.

Y después de la decepción, llega la rabia, y es que la crisis territorial del estado español actual, se cocina de la mentira del 78.

Ahora un estado español desgastado, se enfrenta a la caída del telón de su mentira. Su negativa a permitir el referéndum en Catalunya, que hubiera posibilitado saber y conocer, que es lo que desea el pueblo catalán. Junto con la crisis económica que comenzó en 2008, y reveló la gran mentira de las sociedades capitalistas, donde los estados son meros títeres de los mercados. Han sido un resorte para que los discursos rupturistas con un sistema y un estado, que no ha atendido, ni atiende las demandas de las clases populares, se abran hueco.

Para  Puyalón de Cuchas, cada pueblo del estado, tiene una realidad y una idiosincrasia propia, que lo hacen diferente, y por lo tanto si bien a todos nos une el yugo del estado español, la percepción de dicha opresión es diferente en cada lugar del territorio.

Desde Aragón se tiene la sensación que el Pueblo catalán ha tomado la iniciativa, que durante años se percibió que tenía o llevaba el pueblo vasco, con respecto a la liberación tanto nacional como social. Esto para nosotras no son más que hechos puntuales, para la izquierda independentista aragonesa, no es tan importante quién esté llevando la iniciativa, sino que la iniciativa colectiva que nos debe unir a todos los pueblos oprimidos, se desarrolle y se lleve a cabo.

Somos conscientes de que los pasos hacia adelante que en este sentido dé el pueblo catalán, benefician innegablemente al pueblo aragonés, que será más consciente de su propia realidad nacional y social.

Cuando un estado niega el derecho a decidir de una parte de su supuesto territorio, deja de ser una democracia, por mucho que se revista de constitución. Pasa a ser un estado impositivo y dictatorial, no solo en ese territorio al que se le niega el derecho a opinar y decidir, sino en todo su conjunto.

Las izquierdas rupturistas de todo el estado, tenemos una visión similar sobre la triple opresión, tanto la nacional, como la social y la de género. Y es en ese camino de lucha contra esas opresiones donde debemos encontrarnos, y empujar todas juntas, cada una con nuestras fuerzas, para ayudar a que la mentira repetida durante años caiga, y de paso a la realidad de los pueblos libres y solidarios.

*Puyalón de Cuchas es la referencia de la izquierda soberanista en Aragón, compañera de la coalición Herriek erabaki-Los pueblos deciden con la que EH Bildu, concurrió a las europeas de 2014. Para más información ver:

https://youtu.be/QBbc6XJAwj4
https://youtu.be/oKiFR5cZo1k

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