Gonzalez, Ares y la justicia de los poderosos

Jonathan Martinez – Alternatiba

Hoy hemos sabido que el Gobierno de Felipe González reservó 25 millones de pesetas para asesinar al diputado vasco Santi Brouard el 20 de noviembre de 1984. González nunca ha sido juzgado y a día de hoy factura 126.500 euros anuales como consejero de Gas Natural y se dedica a dar lecciones morales sobre la perversidad de los escraches.

Hoy hemos conocido que la ertzaintza de Rodolfo Ares diseñó el asesinato de Iñigo Cabacas, que los soldados recibieron órdenes de “entrar con todo lo que tenemos, entrar a la herriko” cuando se comunicó que no había ningún problema. Ares nunca ha sido juzgado y podrá retirarse con un jugoso sueldo vitalicio.

Pero no vayáis a pensar que la justicia no actúa: esta misma mañana, la guardia civil ha detenido al dirigente de Sortu, Iker Rodrigo, por haber presenciado la repatriación de un cadáver que las autoridades han ocultado durante varios días.

Claro que existe la justicia; los poderosos la administran y los miserables la padecemos.

La República que queremos

Iñaki Martín (Gorripidea Araba) – Maite Elizondo (Alternatiba Araba)

El próximo 14 de abril conmemoraremos en muchos pueblos y ciudades el día de la República, día que aprovecharemos para rememorar y reivindicar los importantes pasos que se dieron en la época de la II República: Libertades democráticas, educación pública, régimen laicista, derecho al voto de las mujeres, matrimonio civil y divorcio…

Celebrar aquel triunfo de la libertad frente a la tiranía sigue siendo una reivindicación de tremenda actualidad frente a los defensores del bodrio de la “Transición” (monarquía, unidad de la patria, privilegios para la iglesia, mantenimiento del ejercito, policía y jueces franquistas…) por ellos cocinada.

En Araba, aquel 14 de abril, dirigentes alaveses afines a la República se presentaron en el Gobierno Civil solicitando hacerse cargo de la provincia a lo que el gobernador monárquico se negó. Ante esa negativa, la sociedad alavesa se organizó y volvió a presentarse ante la institución mediante una manifestación popular reivindicando la proclamación de la República. Como consecuencia del apoyo y presión popular, finalmente lograron hacerse cargo del territorio. Hoy al igual que entonces, es necesario en Araba y en  Euskal Herria organizarnos y luchar frente el actual modelo de estado y reivindicar una República en el siglo XXI.

Pero, ¿Por qué República apostamos? ¿Qué República celebramos? ¿La de una bandera y una constitución? Tajantemente no, eso sería traicionar los ideales de las personas de izquierda, socialistas, libertarias… con las cuales nos identificamos y que quisieron alumbrar una sociedad cualitativamente diferente, una sociedad que iba mas allá de la bandera tricolor y su constitución.

En Euskal Herria entendemos que la lucha por nuestra soberanía nacional plena es también una lucha contra el sistema capitalista, una lucha a favor de las clases populares y la libertad de las personas, una lucha hacia nuevas formas de representación más justas con la sociedad.

Hoy en día nadie pone en duda el fracaso del actual  modelo de estado. Estamos siendo testigos de las limitaciones del autonomismo y del constante bloqueo estatal a nuevas propuestas de autogobierno vía estatutos, por eso, pensamos que  a día de hoy la única alternativa soberanista posible es la reivindicación de nuestra independencia plena para construir una sociedad solidaria, feminista, respetuosa con el planeta, internacionalista y garante del acceso a derechos básicos. Abogamos por una República Socialista Vasca alejada de las lógicas del Capital, donde las personas sean el centro del sistema.

Queremos vivir en un país nuevo construido desde abajo, en el que las clases populares seamos dueñas de nuestros destinos. Porque no existen más opciones, queremos una Euskal Herria libre, de mujeres y hombres libres.

Frente al capitalismo monárquico español, elegimos la República socialista vasca.

Por eso, Alternatiba y Gorripidea llaman a participar el próximo domingo 14 de abril en Gasteiz en las actividades que el “Coro Republicano” va celebrar ese día comenzando a las 12.30 horas en la Plaza de la Provincia.

Venezuela y América Latina en un momento histórico

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

El próximo domingo 14 de abril se celebrarán de nuevo elecciones presidenciales en Venezuela, motivadas por la muerte de Hugo Chávez, figura destacada de la lucha por la emancipación e integración de los pueblos de América en los últimos 15 años.

Todo parece indicar, y así lo atestiguan la gran mayoría de las encuestas, que será su sucesor, Nicolás Maduro, quien encabece el gobierno de la República Bolivariana durante los próximos años. En este sentido, tanto la derecha como la izquierda parecen tener clara su victoria, por diversos motivos: la previsible movilización social, traducida en participación electoral, de los sectores populares venezolanos tras la muerte de Chávez; la contundente victoria del Gran Polo Patriótico -coalición de partidos que presentan a Maduro como candidato- tanto en las pasadas elecciones presidenciales como en las que definían la gobernación de los estados, en cuya campaña Chávez ya no participó por su enfermedad; la incapacidad mostrada por la oposición de resultar una opción creíble para las grandes mayorías sociales, etc.

En este sentido la campaña electoral no acapara ni mucho menos la atención internacional que tuvieron anteriores comicios. No obstante, si analizamos en profundidad la misma, extraeremos algunas conclusiones significativas que nos permiten atisbar cuál es la estrategia de la derecha venezolana –e internacional, porque Venezuela consigue hacer hermanas a muchas derechas, por los intereses económicos y geoestratégicos en juego- en el futuro próximo. Esta, como ya hemos dicho, no pasa por ganar. Más bien su horizonte consiste en perder por el mínimo porcentaje posible para hacer más compleja la gobernabilidad del país, y consolidar una campaña de descrédito de Maduro que tensione a los diferentes sectores políticos dentro del movimiento bolivariano.

Así, la campaña del candidato de la derecha Capriles se está basando en los siguientes puntos: recuperar la figura de Chávez como estadista y estratega -el hasta hace unos días mezcla de Lucifer y  Sacamantecas- para oponerla a la de un Maduro incapaz e ignorante, dejando relucir el enfoque racista y clasista típico de la oligarquía venezolana; centrar la campaña en un programa aparentemente progresista, reconociendo -y apropiándose- de los incontestables avances sociales durante la presidencia de Hugo Chávez, intentando ocultar la verdadera agenda excluyente de la derecha neoliberal y de los sectores que la sustentan para tratar de atraer así a las clases populares; moderar su discurso respecto a los y las cubanas que participan activamente en innumerables misiones sociales, cuando él antes, cuando era gobernador, les hizo la vida imposible y pretendía expulsarlos del país; y abanderar la lucha contra la inseguridad ciudadana, a pesar de que esa inseguridad tiene su origen precisamente en la desigualdad generada por las políticas de derechas hegemónicas durante décadas antes del bolivarianismo. Así, progresismo y lucha contra la inseguridad ciudadana, haciendo parecer a Maduro como alguien en el que no se puede confiar e incapaz de continuar con la labor de Chávez. En su opinión, por tanto, Capriles es el mejor sucesor de Chávez, y no Maduro.

¿Se habrán vuelto locos estos golpistas neoliberales? Pues no, se trata una estrategia coherente y que esperan que dé resultados en el medio plazo. Concentrarán todos sus esfuerzos en esta labor de desestabilización y descrédito, precisamente en este momento de ausencia de la figura enorme de Hugo Chávez: bien por lo electoral (intentando reducir los márgenes de diferencia respecto a Maduro), bien por cualquier otra vía (ya se han anunciado varios sabotajes e intentos de desestabilización con apoyo internacional). La derecha sabe de la importancia de Venezuela, y ve su momento, no el 14 de abril, sino después.

Por ello, también desde las izquierdas tenemos que ser conscientes también de la importancia de Venezuela para el continente americano y para el mundo. Si la izquierda americana fuera un cuerpo humano Venezuela, por sus recursos y su experiencia, sin duda alguna sería el corazón de dicho cuerpo. Y la izquierda es muchas cosas, pero sobre todo corazón. Por ello, vamos a empezar por ganar este domingo, y por la máxima diferencia posible. Y después, el pueblo venezolano nos va a demostrar cómo se profundiza en la construcción del socialismo y se enfrenta duro con la derecha. Y ahí estaremos apoyando desde Euskal Herria. ¡Compañero Maduro, a la oligarquía dele duro!

El «Guernica» de Corea del Norte

Jonathan Martinez – Alternatiba

Corea del Norte tuvo su propio «Guernica» de Picasso y se llamó «Masacre en Corea». En 1951, el pintor malagueño recreó la muerte de treinta y cinco mil civiles norcoreanos a manos del ejército estadounidense durante los cincuenta y dos días de 1950 que duró la masacre de Sinchon. El condado de Sinchon perdió así una cuarta parte de su población durante una guerra que terminó con casi dos millones de muertos y un millón de desaparecidos.

Ernesto Guevara explicaba que «la parte norte del país quedó sumida en la más terrible devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada a bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para albergar a diez millones de habitantes.» Las tropas de Harry S. Truman, que venían de ensayar un genocidio atómico en Hiroshima y Nagasaki, extendieron su maquinaria criminal por el control de la península de Corea. «Los descuartizamientos de las gentes, matar a mujeres embarazadas a bayonetazos para hacerle salir el hijo de las entrañas, quemar heridos con lanzallamas… Las cosas más inhumanas que pueda imaginar la mente fueron realizadas por el ejército norteamericano de ocupación», contaba el Che.

Por suerte para la tranquilidad de nuestras conciencias occidentales, la historia oficial no la escriben Pablo Picasso ni Ernesto Guevara. Por eso, no importa que el gasto militar de Estados Unidos suponga el 41% del gasto militar mundial, olvidemos que sus arsenales cuentan con ocho mil cabezas nucleares, perdonemos el holocausto nuclear de 1945 y sus 220.000 cadáveres japoneses. Dejemos atrás esos detalles, porque el peligro para la estabilidad internacional se llama Corea del Norte. Pyongyang es la capital del eje del mal y sus dirigentes unos provocadores. Hay que agradecer a todos los medios de comunicación del sistema que se tomen diariamente la molestia de pensar por nosotros.

Dice el ministro Díaz que en España no hay presos políticos…

Jonathan Martinez – Alternatiba

En 2011, la artista catalana Nuria Güell se propuso desvelar las miserias del sistema penitenciario español exponiendo cartas, poemas y dibujos de presos sometidos a régimen FIES. Este régimen carcelario, ideado por el gobierno del PSOE en 1991, sirve para mantener en aislamiento total a los reclusos que la institución considera «inadaptados». Por alguna extraña casualidad, esos «inadaptados» casi siempre son internos con conciencia política, que defienden los derechos de otros presos y que se atreven a denunciar los abusos de los funcionarios de prisiones.

Un preso FIES puede pasar hasta 23 horas y media diarias en una celda de aislamiento, y después de unos meses perderá la visión a larga distancia. Quizá no conoce el sueño porque por la noche sufre cada hora los portazos, los gritos y las linternas de los carceleros. Los cacheos en su cuerpo desnudo son una rutina. Todas sus comunicaciones son intervenidas y censuradas. Con suerte le permitirán tener dos libros en su celda, nada de panfletos revolucionarios.

Dice el ministro Fernández Díaz que en España no hay presos políticos porque es una democracia: «quien hable de presos políticos o de muertes políticas evidentemente puede incurrir en un delito». Porque en España no existe el Guantánamo del FIES. Porque en España, un militante anarquista como Amadeu Casellas, que robaba bancos para dar de comer a familias pobres, nunca fue catalogado como recluso «extremadamente peligroso». Porque Alfon nunca ha pisado las celdas de aislamiento españolas a causa de su militancia antifascista. Porque cientos de ciudadanos vascos jamás han sido torturados, incomunicados y encarcelados bajo la acusación genérica y jamás demostrada de pertenencia a banda armada.

En España no hay presos políticos. Que las cárceles españolas estén llenas de reclusos de clase baja, de militantes comunistas, anarquistas, independentistas, es una feliz casualidad. Que las cárceles españolas no acojan a banqueros genocidas, a políticos corruptos, a sanguinarios policías y militares, es un ejemplo de normalidad democrática. Que se os meta en la cabeza: los poderosos no pisarán nunca una cárcel porque son los putos dueños de las cárceles.

Imagen: carta del preso de PCE(r) David Garaboa Bonillo dirigida a Nuria Güell para su proyecto artístico. http://www.acvic.org/fies/por-nombre/

Regalos y gestión pública

Diana Urrea, Asier Imaz, Eva Blanco y Ernesto Merino representantes de EH Bildu

Los casos de corrupción que copan las portadas de todos los diarios ofrecen un panorama desolador. La gente de la calle está perdiendo la escasa confianza que tenía en los responsables de los partidos e instituciones y la actividad política se ha devaluado hasta ser considerada uno de los mayores problemas de la ciudadanía.

Día tras día los medios de comunicación se encargan de ofrecernos datos en cascada sobre los casos de corrupción más sangrantes; el caso Gürtel, el caso Urdangarin, Bárcenas, el expolio de la CAN y las dietas de Barcina y demás amiguetes,… Tenemos muchos datos, y aún así nos quedamos con la impresión de que solo nos vamos a enterar de lo que quieran que nos enteremos, lo justo para que los cimientos del sistema no se resientan seriamente.

En todo caso, existe la impresión de que estos casos de corrupción se están utilizando para algo más, luchas intestinas al margen. Igual que la crisis se ha aprovechado para dar la puntilla al Estado de Bienestar, para restringir los derechos de los y las trabajadoras y para abrir un proceso de recentralización del Estado, existe la fundada sospecha de que los casos de corrupción se están utilizando para tratar de vender una imagen de la «clase política» como corrupta y que actúa exclusivamente en beneficio de su bolsillo y de las arcas de su partido.

Y como eso es así, se hace necesario actuar, y para ello rápidamente el Gobierno del PP anuncia medidas, que no son otras que las de diseñar un futuro en el que las instituciones ya no quedan en manos de los políticos (que son todos unos corruptos, se argumenta), sino en manos de técnicos, de funcionarios, tecnócratas, que tendrán capacidad para decidir cuánto y en qué gastar, independientemente de la ideología política o el programa electoral que haya elegido la ciudadanía. Esto pretende de manera indisimulada el Gobierno del PP con las medidas que anuncia de cambios en la Ley de Bases de Régimen Local, por ejemplo: disminución de número de concejales, eliminación de municipios…

Pero la afirmación de «todos los políticos son iguales», por otra parte entendible desde el hartazgo que invade a la ciudadanía, es falsa, es interesada, y oculta que hay otro modelo de hacer política. No es cierto que el poder corrompa de por sí. Hay formaciones políticas de dilatada trayectoria que nunca nos hemos visto salpicadas por la más mínima sombra de duda.

La corrupción está en la raíz del modelo de gobierno de algunos partidos políticos. Incluso el más simple análisis superficial concluye que nadie regala nada, ni un Jaguar, ni un bolso de marca, ni un traje, si no espera recibir algo a cambio. En el mismo orden de cosas, no hay que ser un lince para aventurar que ninguna empresa hace una donación a un partido político que gobierna una institución, si no espera recibir alguna contraprestación.

La mayoría de las tramas de corrupción nos llevan a empresarios, constructores en demasiados casos, amigos de los políticos corruptos, y a las noticias nos remitimos. Y hablando de empresas constructoras y de nuestras instituciones, otra costumbre arraigada en España y que aquí alguno no tiene empacho en copiar, es el de las desviaciones presupuestarias en las adjudicaciones de obras públicas, es decir, obras adjudicadas de manera presuntamente legal, todo dentro del pertinente expediente inmaculado, en las que el precio final excede muy ampliamente (en ocasiones lo duplica) el precio inicialmente adjudicado, lo cual lleva a otra pregunta ¿Cómo se entiende que aquellas empresas que hacen tan mal sus previsiones no solo no reciben sanciones de las instituciones sino se vean recompensadas con más adjudicaciones?

Y de esos casos tenemos un par de ellos por aquí: los inasumibles sobrecostos en la construcción de la AP1, los desfases en Bidegi, por ejemplo. En ese tipo de casos, cabe preguntarse cómo de agradecido puede llegar a ser un constructor que factura a una institución pública un 48% más de lo pactado.

Si a este juego de intereses unimos un sistema de partidos políticos que contempla la donación como instrumento de financiación opaco y posibilita el cambio de favores, nos encontramos un panorama negro.

Un escenario descorazonador pero no sólo en España, en Euskal Herria también hay un «tráfico» de donaciones que estaría bien saber si ocultan o no favores. Según se publicaba hace poco, hay un partido vasco realmente hábil a la hora de captar recursos: el PNV es el tercer partido que más dinero ha ingresado por medio de donaciones en el plazo de diez años, concretamente casi 22 millones de euros (más de tres mil quinientos millones de las antiguas pesetas), por 46.577.789 euros de CiU, y 39.185.016 del PP. En el caso del PNV, además, la práctica totalidad de estas donaciones, el 86%, fueron anónimas.

Es decir, a nivel estatal el PNV tiene un muy honroso tercer puesto en donaciones recibi- das, después del PP y de CIU (y antes curiosa- mente que el PSOE), pero si el cálculo se hace referido al territorio en el que actúa cada partido político (Catalunya, España, CAV) y a los habitantes de estos territorios, es decir, por donaciones per cápita en función de la pobla- ción, el PNV gana por goleada: recibe 10 euros de donación por persona -tomando la CAV como su territorio «contractual»-, le sigue CiU, con 6,15 euros por persona, y el PP, mucho más lejos, 0,80 euros. Los campeones de la gestión son también campeones de la capta-ción de recursos por lo que se ve. Y sin embar-go, cuando se van de cena a un restaurante de casi 200 euros por persona con angulas incluidas, pagan la cuenta con dinero público.

Hay corrupción, es innegable, seguramente más de la que conocemos. Y mientras la sociedad asiste atónita el enriquecimiento ilícito de unos políticos que gozan de cuasi impunidad ante la justicia y son arropados por las cúpulas de sus partidos, también se oculta a la ciudadanía que hay formaciones que actúan desde la legalidad y, lo que en este caso es más importante, desde la ética.

Ética que no sólo quiere decir no robar sino también gestionar bien el dinero público, el dinero de todas y todos. Y en este punto hay muchos matices: que los y las parlamentarias -con sueldos muy superiores a la media de la sociedad- se compren su tablet, que las dietas por viaje sean ajustadas… Son temas sobre los que EH Bildu ya se ha posicionado y ha logrado cambios en situaciones consolidadas.

Los cargos públicos de EH Bildu firmamos un contrato ético con la sociedad vasca en el que, entre otras cosas, nos comprometimos con una nueva forma de hacer política, a gestionar el dinero público con responsabilidad, eficacia y transparencia. Entendemos que en esta espiral de escándalos y corruptelas, este compromiso pueda ser visto desde la desconfianza pero también es cierto que a día de hoy nadie puede decir que ni los cargos públicos de EH Bildu ni los de los partidos que formamos la coalición tengamos pecado de corrupción. No todos los políticos son corruptos, no todos están guiados por el interés y el modelo de gestión de quienes salen en los titulares día a día no es el único. Hay otro modelo de hacer política y de gestionar el dinero público. Lo estamos demostrando.

Razones para rebelarse, también desde Agurain

Toni Ramos – Alternatiba Araba

Hablar de la crisis en términos generalistas resulta ya tedioso y hasta repetitivo. Hoy en día, todas las mujeres y hombres de izquierdas coincidimos en que no se trata de una crisis económica al uso, no es una de esas crisis cíclicas que nos han intentado inculcar los defensores del capitalismo, que acaban pasando y que terminan por regular los mercados de forma casi automática. Se trata, en realidad, de una crisis del propio sistema capitalista que ha derivado en crisis económica, ecológica, energética, etc., en la que los perjudicados son los y las de siempre, sobre todo las de siempre.

Más interesante puede resultarnos conocer casos concretos, de aquellos que nos hacen reflexionar y compadecernos de las personas que los sufren, de aquellos que pueden llegar a conmover a los que en mayor o menor medida no se han visto tan afectados por toda esta barbarie y que, en un momento dado, se animan a salir a la calle para apoyar alguna que otra movilización. Esto puede resultar más efectivo para despertar conciencias, sí, pero hasta esos casos concretos son cada vez más cotidianos, con el peligro de convertirse en rutina y, por ende, de caer en el sensacionalismo.

No hace falta más que mirar alrededor, escuchar a los y las vecinas, acudir a las asambleas municipales (allí donde se convocan, claro), echar un vistazo a los carteles que cuelgan en la calle y mirarse al espejo. Con eso basta para hacerse una idea de la que nos está cayendo. Se trata, pues, de realizar un análisis superficial de lo que ocurre a nuestro alrededor.  A través de esta práctica nos damos cuenta de que no hace falta buscar una explicación global porque la explicación nos viene dada, y tampoco hace falta buscar un ejemplo dramático porque lo tenemos delante de las narices.

Yo he puesto en práctica este ejercicio en mi pueblo, Agurain. Me he dado cuenta de la colosal deuda que arrastra al Ayuntamiento gracias a la nefasta gestión del anterior gobierno municipal, movido por el boom inmobiliario y otras sandeces; he visto el peligro que corremos todas y todos por la pretendida creación de una incineradora encubierta en una filial del poderoso grupo FCC en Olazti; he sido testigo del paro, que se ha incrementado en un 10% en el último año llegando a la insostenible tasa del 19% de desempleo en Agurain; y he visto la macabra sombra de los desahucios y a los inseparables buitres que la acompañan acechando a una familia aguraindarra. Así, sin la necesidad de indagar en casos concretos y sin la necesidad de buscar explicaciones globales, me he dado cuenta de que la situación es inadmisible y de que hay razones más que suficientes para salir a la calle y rebelarse contra todas y cada una de estas injusticias; rebelarse contra el sistema capitalista.

Pero el caso de Agurain no es único, no es una excepción, no es un acontecimiento. En todos y cada uno de nuestros pueblos y ciudades, si realizamos este mismo análisis superficial de lo que ocurre a nuestro alrededor, nos encontraremos con los mismos y diferentes argumentos para salir a la calle y rebelarnos contra el monstruo que nos oprime y contra las consecuencias de esta opresión.

Guatemala se desangra

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Hace ya unas cuentas décadas Eduardo Galeano hablaba de las venas abiertas de América Latina, haciendo referencia a la historia de expolio, imposición, colonialismo y violencia a la que ha sido sometida esta región, la más desigual del planeta, desde tiempos de la conquista. De esta manera, Galeano explicaba que América Latina, a lo largo de los últimos 5 siglos largos, siempre ha sido vista por los poderes globales como un territorio del que extraer el máximo beneficio, sin capacidad de decisión propia ni soberanía, y en el que la pobreza y las grandes brechas sociales no eran sino efectos colaterales de su función subalterna en el entramado internacional. Una región, por tanto, con las venas abiertas, desangrándose para beneficio de unos pocos.

Hoy, en esta primera década del siglo XXI, podríamos quizá hacer otra lectura del subcontinente. Una lectura más positiva, en la que destacaríamos que el ¡ya basta¡ que retumbó en 1992 con motivo de la celebración del genocidio indio –descubrimiento de América dicen algunos- se ha transformado en procesos políticos y sociales que enfrentan esta caracterización histórica. Así, es indudable que la región ha ganado en soberanía y en integración, plantando cara a los agentes y a las políticas neoliberales, e incluso proponiendo alternativas emancipadoras que superen en actual sistema vigente. Hoy por tanto, existen fuerzas, poderes, agendas que se empeñan de manera denodada en frenar la sangría, en cicatrizar las venas abiertas de un continente enrabietado y digno (un recuerdo especial para Hugo Chávez, el mejor cirujano que ha tenido América en las últimas décadas).

No obstante, estos procesos alternativos, aún sólidos e ilusionantes, se enfrentan a un gigante despiadado y a unas estructuras forjadas a fuego a lo largo de la historia. Así, América Latina se sigue desangrando, aunque hoy contamos con la esperanza de poder revertir esta situación. Esa misma ilusión, esa misma esperanza que recorre la región también ha llegado a países especialmente castigados como Guatemala, donde sus venas todavía están abiertas en canal. Porque en Guatemala la sangre ha fluido a borbotones durante el conflicto armado (1960-1996). Porque en Guatemala, a día de hoy, la sangre sigue fluyendo a borbotones.

Y esto es así porque la visión colonialista, racista, antidemocrática e interesada de las nuevas alianzas del poder (gobiernos militares, empresas transnacionales, grupos de interés nacionales, narcotráfico) no ha cambiado ni un ápice, y no están dispuestos a que estos vientos de emancipación, a que estos deseos de cicatrización se asienten en Guatemala. Frente a ello, se oponen tajantemente a la creciente contestación de los pueblos y movimientos sociales, así como a las propuestas alternativas que han situado en su agenda para el conjunto de las mayorías sociales. Ahí precisamente se sitúa la estrategia de generar miedo y amedrentar a los activistas sociales y políticos, de criminalizar la protesta, y de usar la violencia para sostener dicha estrategia.

En este marco se sitúa el asesinato el pasado 18 de marzo de líder comunitario del Pueblo Xinca Marcos Ucelo, después de ser secuestrado junto a otros tres compañeros, al regreso de una consulta comunitaria. Se trata de activistas reconocidos que han participado en grandes movilizaciones como la Marcha Indígena y Campesina, y que luchan por el reconocimiento de la propiedad comunal de sus tierras, frente a los intereses empresariales. Otro ejemplo de esta estrategia, de los muchos que hay, es el injusto encarcelamiento del Rubén Herrera, amigo personal y dirigente de la Asamblea Departamental de Huehuetenango, acusado de terrorismo y otras lindezas simplemente por oponerse a la instauración sin consulta popular de una central hidroeléctrica gallega. Intereses empresariales y políticos se mezclan en este hecho -como en tantos otros-, y dan lugar a un comunitario muerto, a un estado de sitio declarado…y a más de trece detenidos, por supuesto de las comunidades. Rubén ha sido el último, cuando el resto ya ha salido de la cárcel por falta de pruebas.

Negocio, expolio, miedo, amedrentamiento, violencia salvaje, gubernamental o empresarial. Esta es la propuesta oficial. El presidente, Otto Pérez Molina, así lo dijo en su visita a Madrid. Traduciéndole a un discurso inteligible, esto fue lo que dijo: “Vengan empresas españolas, que el país está en venta. Ofrecemos seguridad jurídica, legal y social a las inversiones, cueste lo que cueste”. Y cueste lo que cueste son muertes, como la de Marcos; y detenciones, como la de Rubén.

Pero Rubén sabe, como sabía Marcos, y como saben los pueblos y los sectores populares de Guatemala, que el miedo que quieren generar es proporcional al miedo que el poder atesora. Porque los vientos de cambio ya han llegado, un nuevo Baqtún está en marcha, y las venas de este atribulado país van a ser cicatrizadas. Porque se debe, porque se puede. Nadie puede poner freno al viento, y en Guatemala tampoco. ¡Ánimo Rubén!

En la ciudad del mejor alcalde del mundo

Joana Regueiro, Ana Etxarte, Asier Gomez y Unai Delgado – EHBildu Bilbo

La muerte de José Antonio Diéguez García en Bilbao el pasado 6 de marzo ha vuelto a poner de manifiesto la incapacidad de las instituciones para garantizar el derecho a una vivienda digna y adecuada que toda la ciudadanía tenemos. Aunque se trata de un derecho y necesidad de primer nivel, recogido por los diferentes ordenamientos jurídicos vigentes en Euskal Herria, actualmente, la vivienda se ha convertido en un lujo y cada vez son más las personas que se ven en una situación límite. Sólo en Bilbao se llevaron a cabo 454 desahucios en 2012, 454 familias en la calle. En una ciudad donde según datos oficiales del propio ayuntamiento, hay nada más y nada menos que 15.567 viviendas vacías.

El fallecimiento de José Antonio Diéguez ha evidenciado no sólo la incapacidad de las instituciones más próximas a la ciudadanía de garantizar los derechos más elementales de sus habitantes. La muerte de este vecino de Ibarrekolanda ha constatado también la falta de voluntad del Ayuntamiento de Bilbao para erigirse como firme garante de los derechos fundamentales que asisten a todas las personas que vivimos en esta ciudad.

El Pleno del Ayuntamiento de Bilbao es testigo de la preocupación que se tiene sobre los desahuicios, donde en las sesiones plenarias de noviembre y de enero se recogieron encendidos debates sobre el tema. Al hilo de una descafeinada propuesta del PP, más parecida a un lavado de cara de la formación derechista, nuestra coalición demandaba un compromiso municipal para atajar los desahucios. Nuestra enmienda era clara y buscaba un pronunciamiento municipal lo más amplio posible dirigido a las entidades financieras que operan en nuestro país con el fin de que suspendieran indefinidamente todas las órdenes de desahucios, así como la exigencia al Gobierno español de la modificación de la Ley Hipotecaria. Una ley que acaba de ser declarada contraria al derecho de la Unión Europea por el Tribunal de Justicia de la UE, y que anteriormente había cosechado ya numerosas críticas desde múltiples sectores jurídicos, debido a la indefensión en la que sitúa a la persona afectada.

Dicha enmienda, recogía a su vez la necesidad de revisar las relaciones económicas, institucionales y de cooperación con las entidades financieras en función de su actitud y dinámica respecto a los desahucios. Asimismo, solicitaba al ayuntamiento su firme compromiso al trabajo en común con los organismos sociales que denuncian y combaten los desahucios, Y en ese sentido, se apuntaba la posibilidad de crear una Comisión municipal mixta cuya labor sería hacer un diagnostico pormenorizado de los casos susceptibles de iniciar un proceso de desahucio, para inmediatamente después poner a su disposición todos los servicios sociales necesarios para atajar el problema de raíz.

Sin embargo, nuestra enmienda no prosperó y el debate volvió al Consistorio en enero, esta vez de la mano del PSOE. Y el PNV, nuevamente, impedía con sus votos la creación de una Comisión Municipal que abordase, desde una perspectiva local, la grave problemática de los desahucios. Al equipo de gobierno que dirige el señor Iñaki Azkuna, por segunda vez, no le interesaba ni lo más mínimo aprobar una moción cuya finalidad era equilibrar el abismo existente hoy día entre entidades financieras y personas. No fue posible ni en noviembre ni en enero. El supuestamente mejor alcalde del mundo no lo quiso.

En este contexto, y ante la cada vez más grave situación, la Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbao decidió no esperar un minuto más, y ofrecer asesoramiento jurídico gratuito a todas esas personas afectadas. Nuevamente el movimiento social y vecinal se veía en la obligación de llevar a cabo una tarea que, en principio, corresponde y debería haber sido asumida por las instituciones desde el comienzo de la crisis. En solo cuatro jornadas la Federación ha atendido a un gran número de personas afectadas, de las cuales buena parte no son damnificadas por la ley hipotecaria española, sino por un procedimientos de desahucio dentro del servicio de Viviendas Municipales, tal y como nos han informado a los grupos políticos del Ayuntamiento. Y lo que es aún más significativo: muchas de estas personas han llegado hasta el servicio de la federación derivadas de las asistentas sociales del Área de Acción Social, dando muestras de la ineficiente labor del Ayuntamiento en esta materia y deja de manifiesto que las instituciones, y en concreto el Consistorio bilbaíno, no han ajustado todavía hoy por hoy sus servicios a las necesidades sociales de la ciudadanía.

Tras el trágico suceso de Ibarrekolanda, la multitudinaria manifestación que esa misma tarde noche recorría las principales calles del barrio, dejó en evidencia que la cuestión de los desahucios y las graves y durísimas consecuencias que está generando es una de las mayores preocupaciones de la sociedad.

Desde EH Bildu queremos poner en valor las palabras lanzadas al finalizar la protesta por el presidente de la Asociación de Federaciones Vecinales de Bilbao quien remarcaba que vistas las dolorosas consecuencias ya no era “hora de declaraciones, ni se asesoramientos, sino compromisos”. Creemos, además, necesario subrayar que para poner solución a este gravísimo problema social basta con voluntad política. De nada sirve hacer una declaración institucional –después de haber sido insistentemente solicitada por nuestro grupo municipal– si no viene acompañada de  compromisos serios y reales por parte del Ayuntamiento para garantizar el derecho a la vivienda, no se toman las medidas oportunas para desactivar todas las órdenes de desahucio y no se ponen al alcance de las personas afectadas los medios pertinentes.

La administración tiene una gran responsabilidad de orientación, asesoramiento, mediación y dotación de vivienda en alquiler social, puesto que todas las personas tienen derecho a una vivienda digna y adecuada.  Y esa labor no puede dejarse solamente al albur del voluntarismo del movimiento social y vecinal. Por ello, desde EH Bildu reiteramos, una vez más, la necesidad de la creación de una Comisión Municipal mixta, en la que estén representados no solo los grupos políticos, sino también los agentes sociales, que busque alternativas a las familias afectadas por desahucios y estudie iniciativas que puedan aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por esta lacra.

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