Lecciones mexicanas para la izquierda

Gonzalo Fernandez Ortiz de Zarate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Tan cierto es que cada proceso electoral es diferente –dependiendo de la coyuntura, la historia, la cultura democrática y la relevancia geopolítica de cada país- como que de todos ellos se pueden extraer enseñanzas interesantes que, en su justa medida, deberían servir como aprendizajes políticos globales, sobre todo en un mundo como el actual, marcado por la interdependencia.

En este sentido, la izquierda no debe dejar de analizar los comicios celebrados en México el pasado domingo, caracterizados fundamentalmente por tres cuestiones: la victoria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su regreso a la presidencia de la mano de Peña Nieto; la nueva derrota de López Obrador y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en su afán de constituirse en alternativa a la derecha; la pujanza durante toda la campaña –incluso durante parte importante del último sexenio- de la sociedad civil organizada como verdadero motor de oposición y de construcción de propuestas.

Así, y en función de estas tres características principales, también queremos destacar tres lecciones, tres enseñanzas que este proceso electoral nos ofrece: En primer lugar, las derechas definen estrategias cada vez más unitarias y agresivas. La situación de crisis generalizada y la visibilización crecientemente notoria de grietas en el sistema, hace que las derechas busquen  la unidad como premisa de alcanzar la victoria, utilizando para ello todos los medios a su alcance. El producto Peña Nieto fue la apuesta de la derecha en estos comicios, llegando al punto de que incluso partidarios y mandatarios del partido gobernante (PAN, también de derechas) apoyaran al candidato del PRI, al ser el único capaz de asegurar la victoria.  Además, utilizaron sistemáticamente a los medios de comunicación hegemónicos (Televisa y TV Azteca) para construir una imagen desde la más pura mercadotecnia, sin fisuras en el mensaje trasladado a la ciudadanía; por si fuera poco, y para evitar sorpresas como en 2006 (se tuvo que llegar a un fraude electoral masivo), se han tomado las medidas oportunas para adulterar el voto de múltiples maneras, como no ha dejado de denunciar la oposición. En definitiva, esta es la derecha que nos estamos encontrando y con la que nos vamos a encontrar, unida, agresiva, nerviosa, antidemocrática, y golpista cuando la ocasión lo merece.

En segundo lugar, la estrategia de la izquierda partidaria de plantear un mensaje centrista le deslegitima como alternativa, a la vez que no le permite alcanzar el gobierno. Así, López Obrador y el PRD, en vez de definir una verdadera agenda de transformación para México, han planteado un giro hacia la derecha, concertando con ésta a través de compromisos públicos con el empresariado y otros poderes fácticos, con la intención de presentarse como alternancia responsable y creíble, a través de propuestas huecas de contenido político como la revolución amorosa, eje central de la campaña. Si los virajes a la derecha han sido históricamente errores estratégicos, caminos de ida pero no de vuelta, largos tránsitos por tierras de nadie –ni la derecha confía ni la izquierda asume el giro-, hoy en día, con la crisis civilizatoria que nos atraviesa, esos errores se convierten en el alejamiento permanente de los y las que están abajo y a la izquierda.

En tercer lugar, ha sido la sociedad civil organizada la protagonista de la confrontación con la derecha, y no el PRD. A las luchas indígenas, feministas, de maestros y maestras, de campesinos y campesinas, se han sumado durante la campaña las reivindicaciones estudiantiles, convirtiéndose el movimiento #yosoy132 en el verdadero protagonista de la misma, en su campaña rotunda en contra del regreso del PRI al gobierno, rompiendo incluso la dictadura mediática de los mas media a través de las redes sociales. El PRD ha querido patrimonializar este y otros movimientos sociales, pero sin participar con ellos ni asumir la diversidad de sus agendas. Así, ha entendido que estos movimientos deberían ser sus correas de transmisión en su pretensión presidencial, en vez de entender que es precisamente al revés, que son los partidos quienes deben entender las lógicas emancipatorias de largo recorrido, la importancia de hacer crecer la contestación ciudadana más allá de lo electoral, y lo estratégico que es entonces articularse en la diversidad, asumiendo responsabilidades y compromisos explícitos en la defensa de agendas realmente emancipadoras.

En definitiva, en esta crisis sistémica que estamos viviendo, y ante una derecha que se revuelve como gato panza arriba, el análisis de la realidad mexicana nos enseña que sólo desde la articulación de la diversidad, sólo desde el entendimiento y el respeto mutuo entre partidos y movimientos, sólo desde la asunción y el compromiso con agendas radicales, claras, alternativas, definidas en el largo tiempo de la emancipación y no en el corto plazo electoral, podrá la izquierda revertir esta situación de injusticia y desigualdad global.

Coups 2.0 in the Americas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate –  Internationalist Working Group of Alternatiba

Everybody is familiar with the complexity of understanding the alternative processes that are taking place in the Americas, where multiple topics and agendas intersect, in the common will to break with the history of domination and exclusion of the subcontinent. On the one hand, the 21st century has been accompanied by the arrival of anti-neoliberal governments in various countries, with an unequal record of transformation, but which are the response to the popular majorities being fed up with their reality of poverty, inequality and external dependence. On the other hand, precisely taking advantage of this favorable context, many social movements – and many societies in movement – have raised the need for progress in the implementation of emancipative political agendas, that once and for all get beyond the colonizing and subordination logic to which the region and the population have historically been subjected.
 
So, after a few starts in which institutional and social actors walked hand in hand, tensions between governments and movements have emerged, as well as strained relations between old and new social movements: how slowly or quickly processes of change is taking place; the short life of governments or the long life of emancipation; developmentalism or a determined transition towards good living; the urgent need to overcome the patterns of dependency or the impossibility to do so in such a short period (in historical terms). These are precisely the debates that baffle and enrich the reality of Latin America. The answers to these situations are not simple, nor are they categorical, and deepening reflection on them is one of the great challenges of all the Left, including the European left.
 
However, something that cannot be denied, regardless of where we are positioned, is that all these processes initiated with the new century have torn open gaps, have allowed for spaces of accumulation of forces, spaces for the interconnection of struggles, spaces for the exercise of citizenship rights by large majorities. And nobody can capitalize that, it is part of the action path taken by both governments and movements. The Right knows it well: it attempts to put an end to this new exciting stage by any means. Thus, attacks of the oligarchies and their media – hegemonically aligned with them – do not cease in their effort of discrediting governments and social struggles, with the aim of destabilizing the region and returning to the previous situation of absolute control of the subcontinent. To do so, they are willing to do anything, including coups d’état.
 
This is the key to understanding the coup d’état in Venezuela in 2002 and the coup d’état in Mexico in 2006 – via electoral fraud -. But it is also useful for understanding the coups d’état 2.0 in Honduras (2009) and Ecuador (2010), where new formulas of coup are being tested, seeking for the international community and the population not to assimilate them as such (but with identical results). In this way, instead of the pure and simple military coup, new ways are emerging, ranging from social destabilization generated by the police to the fraudulent use of judicial and even constitutional resources.
 
This new coup scheme 2.0 is still very present in America today. Last week, the President of Paraguay was dismissed on the basis of a political trial, a legal figure of the Constitution which makes it possible to remove a President from office based on a manifest disability to perform his duties. In this sense, a legal staging was orchestrated for an illegitimate and anti-democratic event, where a President elected by popular vote was fulminated in a summary trial in which he only had two hours to exercise his defense, unable to prepare it properly, and against a very serious accusation. The ultimate goal of the coup: that one of the most retrograde oligarchies of the continent could put a stop to the timid processes of change engendered in recent years, and prevent the Left from accumulating enough forces to face the presidential elections in 2013.
 
On the other hand, since the past weekend, all the media of the world echoed the turmoil generated by the police strike in Bolivia – illegal in many countries – and which is perhaps a prelude of further attempts of destabilization in the Andean country. Finally, we’ll see what happens in the Mexican elections, where a broad student movement has gained significant momentum against the possibility that the PRI returns to power (with the full support of the Right and large media conglomerates.)
 
We must remain very much on the alert for these new realities, and denounce without palliatives, both here and there, the abuses perpetrated against democracy in the Americas. Regardless of the views we hold about one government or the other, or their greater or lesser commitment to the emancipation of the continent, we must be clear about one thing: we cannot allow what has been achieved in the last decade to be reverted, and we must join forces to prevent anti-democratic regressions, not only because of international solidarity, but also given the importance of the region as a source of inspiration to raise proposals that allow us to envision other paths to overcome this crisis of civilization that affects us all. Our paths are deeply intertwined, their democracy is also ours. 

(Translation FEDAEPS)

Golpes de estado 2.0 en las Américas

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

Por todos y todas es conocida la complejidad de entender hoy en día los procesos alternativos que se están desarrollando en las Américas, donde múltiples sujetos y agendas se entrecruzan en la voluntad de romper con la historia de dominación y exclusión del subcontinente. Por un lado, el siglo XXI ha venido acompañado por la llegada de gobiernos anti-neoliberales a diversos países, con desigual carácter transformador, pero que suponen la respuesta al hartazgo de las mayorías populares a la realidad de pobreza, desigualdad y dependencia externa; por otro lado, y aprovechando precisamente esta coyuntura favorable, muchos movimientos sociales -y muchas sociedades en movimiento- han planteado la necesidad de avanzar de manera contundente en la puesta en práctica de agendas políticas emancipadoras, que superen de una vez las lógicas colonizadoras y de subordinación a las que han estado históricamente sujetas la región y sus habitantes.

Así, tras unos inicios en los que actores institucionales y sociales marchaban de la mano, han surgido tensiones entre gobiernos y movimientos, así como entre viejos y nuevos movimientos sociales: la rapidez o lentitud de los procesos de cambio; el corto plazo de los gobiernos o el largo de la emancipación; desarrollismo o transición decidida al buen vivir; la necesidad de superar aquí y ahora los patrones de dependencia o la imposibilidad de hacerlo en un tiempo tan corto en términos históricos. Estos son precisamente los debates que complejizan y enriquecen la realidad de América Latina. Las respuestas a estas situaciones no son sencillas, ni son categóricas, y profundizar en ellas es uno de los grandes retos de toda la izquierda, también de la europea.

No obstante, lo que no podemos negar, independientemente de dónde nos situemos, es que todos estos procesos iniciados con el nuevo siglo han abierto brechas, han permitido espacios de acumulación de fuerzas, espacios de articulación de luchas, espacios de ejercicio de la ciudadanía por parte de las grandes mayorías. Y eso no lo puede capitalizar nadie, es parte de la acción tanto de movimientos como de gobiernos. Eso bien lo sabe la derecha, que pretende acabar de cualquier manera con toda esta nueva etapa ilusionante. Así, los ataques de las oligarquías y de sus medios de comunicación -hegemónicamente alineados con ellas- no cejan en el esfuerzo de desacreditar gobiernos y luchas sociales, con el ánimo de desestabilizar la región y de volver a la situación previa de control absoluto del subcontinente. Para ello, están dispuestas a todo, incluidos los golpes de estado.

En esta clave se entiende el golpe de estado en Venezuela en 2002 y el golpe de estado en México en 2006 -vía fraude electoral-. Pero también así se entienden los golpes de estado 2.0 de Honduras (2009) y de Ecuador (2010), donde se ensayan nuevas fórmulas de golpe en las que se busca que, con idénticos resultados, la comunidad internacional y la población no los asimile como tal. De esta manera, frente al golpe militar puro y duro, se plantean nuevas vías, que van desde la desestabilización social generada por la policía, hasta al uso fraudulento de recursos legales e incluso constitucionales.

Esta nueva trama golpista 2.0 sigue hoy por hoy muy presente en América. La pasada semana el presidente de Paraguay fue destituido en base a un juicio político, figura legal de la constitución que permite apartar de su cargo a un presidente por incapacidad manifiesta para ejercer sus funciones. En este sentido, se orquestó una escenificación legal para un acto ilegítimo y antidemocrático, en la que se fulminó a un presidente elegido por votación popular en un juicio sumario en el que sólo tuvo dos horas para ejercer su defensa, sin posibilidad de prepararla como es debido, y ante una acusación tan grave. El objetivo último del golpe: que una de las oligarquías más retrógradas del continente frenara los tímidos procesos de cambio generados en los últimos años, así como evitar que la izquierda contara con las fuerzas suficientes para enfrentar las elecciones presidenciales de 2013.

Por otro lado, todos los medios de comunicación del mundo se hacen eco desde el pasado fin de semana de los disturbios generados por la huelga policial en Bolivia -hecho ilegal en muchos países-, y que preludian quizá nuevos intentos de desestabilización en el país andino. Finalmente, veremos qué pasa este domingo en las elecciones mexicanas, donde un amplio movimiento estudiantil ha cobrado un gran vigor frente a la posibilidad de que el PRI regrese al poder, que cuenta con todo el apoyo de la derecha, de los grandes conglomerados mediáticos.

Habrá que estar muy atentos y atentas a estas nuevas realidades, y denunciar sin paliativos, aquí y allá, los atropellos que se pretenden realizar contra la democracia en las Américas. Independientemente de las opiniones que nos merezcan unos gobiernos u otros, de su compromiso mayor o menor con la emancipación del continente, debemos tener una cosa clara: lo conseguido en esta última década no podemos permitir que se revierta, y debemos unir fuerzas para evitar regresiones antidemocráticas, por solidaridad internacionalista, y por la importancia de la región como fuente de inspiración para plantear propuestas que nos permitan vislumbrar otros caminos para superar esta crisis civilizatoria, que nos afecta a todas y todos. Nuestros caminos están profundamente entrelazados, su democracia es también la nuestra.

Dignidad griega para otro proyecto europeo

Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate – Mesa Internacionalista de Alternatiba

El próximo domingo 17 de junio se celebrarán en Grecia elecciones generales, un proceso electoral de especial relevancia para toda Europa, también para el conjunto de la izquierda europea. Podríamos llegar a decir que más allá de las múltiples y contundentes respuestas y resistencias que movimientos sociales y partidos han venido desarrollando desde el estallido financiero, esta es una oportunidad única para confrontar directamente con la estrategia ultraliberal de Merkel, del FMI, y del proyecto europeo tal y como ha sido concebido. Toda la izquierda mira con esperanza a Grecia en estos momentos, y muy especialmente a la coalición de izquierdas Syriza, que cuenta con posibilidades reales de ganar las elecciones, fundamentalmente por su oposición al chantaje de la UE.

Porque el domingo no sólo está en juego si Europa continúa con su estrategia de rapiña con los y las griegas, -situadas en una situación crítica de pauperización y de explotación creciente-. No, lo que también se dirimirá este domingo es, en el fondo, si la Europa que hemos conocido hasta ahora, la Europa de los mercaderes y del capital, empieza a descarrilar por la acción de una ciudadanía harta de ser despojada, de ser engañada, de ser culpabilizada. Por ello, este domingo todos y todas participamos en las elecciones griegas.

Esto lo han entendido también todas las fuerzas vivas del proyecto ultraliberal, que están sometiendo a la población griega a una intensa campaña de desinformación para intentar generar miedo y rechazo a las propuestas alternativas. Así, no ha habido líder europeo que no intente vincular la victoria de Syriza con la salida del euro, ni grupo de presión mediática que no haya caracterizado a Alexis Tsipras, como bolchevique, radical, el chavez del meditarráneo, etc. Pese a todo ello, la ciudadanía europea debe saber que, sin ser un programa revolucionario, la propuesta política de Syriza está cargada de dignidad y de esperanza, como reza su propio título. Podríamos clasificar su propuesta en tres grandes ámbitos: uno, romper los memorandos firmados con la Troika, que obligan a las actuales políticas draconianas de ajuste, que se congelarían en caso de victoria; dos, rescatar sectores estratégicos de las manos del capital, a través de la nacionalización del conjunto de la banca, así como de otros sectores de carácter estratégico; y tres, renegociar la deuda sin chantajes, estableciendo una auditoría de la misma para saber cuál es y cuál no es legítima, como se hizo hace unos años en Ecuador, en el marco de la Revolución Ciudadana.

Este programa, por sí sólo, es ya todo un desafío para el proyecto europeo hegemónico: un pueblo que dice basta, que dice que su crisis la paguen ellos, y que quiere negociar de tú a tú con el capital, habráse visto. Al mismo tiempo, es una oportunidad para las izquierdas de acumular fuerzas en pos de una Europa de los derechos, de la democracia participativa, de la confrontación con el capitalismo y con el sistema múltiple de dominación generado en torno a este sistema socieconómico injusto. Debemos renovar nuestra vocación internacionalista y plantear un agenda común de mínimos: democratización del entramado institucional europeo; restitución pública del BCE y de los bancos centrales de los diferentes países; auditoría integral de la deuda; repensar el papel de la moneda única en una estructura económica desigual, tomando la lucha contra las desigualdades como prioridad política; no penalizar los déficit y sí penalizar los superavit, obligando a que éstos se trasladen a la masa salarial y no a la burbuja financiera; derogar definitivamente la Política Agraria Común (PAC) en defensa de la soberanía alimentaria; apostar por el reparto de trabajo, productivo y reproductivo, desde la corresponsabilidad como principio; reconocimiento del derecho de autodeterminación de los pueblos y naciones europeas.

Esta agenda alternativa, de la que Syriza y la izquierda griega es hoy un referente, debe permitirnos aunar esfuerzos y luchas, debe permitirnos confrontar proyectos políticos. Estamos en una coyuntura de crisis civilizatoria y no nos podemos permitir el lujo de especular, o de simplemente pretender resistir. Hay que pasar a la ofensiva y ofrecer dignidad, esperanza, vientos de revolución y de emancipación. Empecemos este domingo, ¡todos y todas con Syriza!

Compromisos con el medio ambiente

Oier Espilla – Mesa Ecologista de Alternatiba

El 5 de Junio hemos celebrado el Día Internacional del Medio Ambiente. ¿Qué tiene en común el medio ambiente con otros temas importantes? Que se elige un día al año para hablar de él y sus posibles soluciones, y que para quienes escribimos un artículo de opinión es muy difícil resumir en unas líneas el trabajo de todo un año de quienes buscan esas soluciones.  

Hemos escuchado a los expertos decir una y otra vez que el medio ambiente se refleja en múltiples ámbitos de nuestras vidas. Y es que son muchas las pequeñas decisiones que tomamos cada día y que tienen su reflejo en nuestro medio ambiente, en la sociedad de la que formamos parte; y cuando hablamos de medio ambiente, también nos referimos a nuestros pueblos y ciudades, ya que nuestras calles y nuestros ruidos forman también un ecosistema particular.

El medio ambiente también es una víctima de la crisis, de crueldades de un sistema que ha tenido que soportar mucho antes que el propio sistema financiero. El egoísmo de la sociedad ha exterminado los bosques del mundo entero y ahora esos bosques no pueden respirar. Cuando se debate sobre las fuentes de energía de origen fósil, aun hay partidos y sectores que apuestan a su favor, aunque intenten maquillarlo de modernidad (como sucede en el caso del fracking), sin haber analizado a fondo el planteamiento sobre el cambio de ritmo de nuestras vidas. Afortunadamente, la reflexión y el debate en torno a los residuos han salido a la luz, obligándonos a hacernos cargo de nuestras responsabilidades como parte de la ciudadanía, sin olvidar que hay que alargar lo máximo posible el ciclo de vida de todo producto.    

El medio ambiente no es un ser extraño. Es el primer inquilino de la tierra, y como antes decíamos, ha sufrido directamente las consecuencias del sistema capitalista. Podríamos llenar de ejemplos este artículo, pero vamos a sacar a relucir un tema que está a la orden del día: la privatización del agua. Este mal tiene nombre y apellidos en la Comunidad de Madrid: Canal Isabel II. Esta es una entidad pública que se encarga de todo el ciclo del agua en Madrid; pública hasta hace poco. No nos sorprenden las intenciones de aquellos que gobiernan allí. También empezaron a privatizar otro bien tan básico como el agua, la salud; multiplicando los hospitales privados, dejando la salud a merced de lo que uno tenga, obligándote a plantear tu futuro más cercano en base a los recursos de que dispones. Y con esto se relaciona la privatización del agua. Porque el agua es salud. Y si se lleva a cabo su privatización, quedará en manos de unos pocos gestores interesados, abriendo las puertas a la especulación y dejándola a merced de entidades que priorizan sus ganancias sobre todo lo demás. Hemos podido comprobar las consecuencias de casos similares en varios estados de Sudamérica. Pero siempre ha existido una alternativa al capitalismo. La idea de privatizar el Canal de Isabel II viene gestándose desde el 2010, y desde entonces los movimientos ciudadanos han mostrado su firme oposición al proyecto.   

Tal y como vemos, la gente está dispuesta a hacerle frente a todos los proyectos que defiendan únicamente intereses privados. Así pues, que no nos frene la desesperanza. Al igual que Madrid, hay muchos pueblos en defensa del medio ambiente y de la salud dispersos alrededor del mundo. Hay que subrayar la lucha de los pueblos y comunidades indígenas. Muchas veces han tenido que enfrentarse a empresas e incluso a gobiernos. Durante largos años nos han enseñado a los habitantes del “primer” mundo la conexión directa que tienen con la tierra y el medio ambiente, y cómo es posible el equilibrio entre la producción y el respeto a la tierra, y más aun, han tenido la autogestión como eje para fomentar el interés colectivo, enseñándonos las bases del cooperativismo. Huyendo del monocultivo, respetando los ritmos de la producción limitada y de la naturaleza, y no de los mercados, se producen productos de temporada, adaptándose a cada tipo de tierra, y no a la inversa, poniendo en común el excedente de cada uno y creando un mercado justo. Al final, ante casos como este, no nos sorprende que nos preguntemos quién es realmente el pueblo más civilizado. Mientras tanto, viendo nuestro modo de vida actual, podríamos acumular fuerzas para mejorar las cosas, impulsando el transporte público (poniendo bidegorris en los pueblos y ciudades y reemplazando el coche por el autobús), consumiendo productos ecológicos de temporada y dando al agua y a los residuos el ciclo de vida más largo posible, siempre disminuyendo el consumo.

Al fin y al cabo, no vamos a estar siempre en este mundo finito, y por eso qué menos que dejar a nuestros descendientes todos los recursos naturales de los que disponemos ahora. Ese debe de ser nuestro compromiso.

¿Castigo al rico?

Igor Nabarro – Militante de Alternatiba

Durante estos días atrás se viene hablando y publicando bastante sobre la propuesta que Hollande, nuevo presidente electo de Francia ha realizado en campaña: elevar el tipo impositivo del IRPF hasta el 75% para aquellas rentas que superasen el millón de euros.

La cuestión que se está planteando, con respecto a esta medida, es si el objetivo que se busca es tratar de aplicar justicia social, o si simplemente nos encontramos con un castigo al «rico».

Esta bastante claro que es de esas cosas que se “sueltan” en periodo electoral con la intención de atraer votantes, es decir, una medida electoralista y populista que muy difícilmente cristalizaría en nada… pero, desde luego, esta en línea con el malestar popular del que estamos siendo testigos.

Un malestar que en ocasiones llega hasta los extremos que hemos podido observar en los diferentes estallidos de rabia ciudadana de París, Londres, Atenas, etc., y quien sabe si no llegara también a Euskadi…

Como bien se ha dicho, la brecha entre clases altas y bajas se ha ampliado en Occidente desde los ochenta, de una manera salvaje, y con los tiempos que corren la diferencia entre «ricos y pobres» está aumentando.

Mientras que el poder adquisitivo que proporciona el Sueldo Mínimo Interprofesional en el Reino de España es ridículo, indignante e insultante; vemos como “tiburones” de la empresa privada, futbolistas endiosados, politicxs con doble o triple sueldo y personajillos de la farándula se embolsan inmorales cantidades de dinero y, en comparación de porcentajes, cotizan a las arcas publicas muchísimo menos que cualquier “currante” precario…

Tal vez superar el 50% en la cotización sea excesivo, no los vayamos a convertirles en mártires, encima… pero estaría muy bien Ponerles los puntos sobre las íes a todas aquellas personas que se están haciendo ricas de modo injusto, mientras los zarpazos del capital nos desvalijan el Estado Social.

Pero no solo ellas. Sobre todo habría que aplicar estas medidas a quienes han construido su fortuna a costa de la especulación, de los regímenes políticos oligárquicos, (es decir, casi todas, por no decir todas, las «democracias» occidentales), la explotación de la clase obrera, la sociedad patriarcal y androcentrista, el rentismo inmemorial, y un listado casi infinito de causas entre las que no encontraremos, por más que busquemos, la solidaridad, la igualdad, y si me apuran, por completar la tríada, la fraternidad…

Como en todo, hay impuestos para ricos y pobres y de momento los de los ricos, (impuesto de sociedades, patrimonio, sucesiones, etc), no parece que haya nadie lo suficientemente valiente como para “meterle mano”, sabiendo que esas medidas sí serian beneficiosas para sanear la economía.

Por el contrario se sigue beneficiando a los que mas tienen y machacando a quienes “sobreviven” de su salario, cuando lo tienen…

Por más que la doctrina liberal se empeñen en afirmar que la riqueza es producto del esfuerzo y del mérito personal, me gustaría saber cuántas personas de las que aparecen en el listado de las más ricas del mundo, y cuántas de aquellas cuyo patrimonio es 100,000 veces más alto que el de la ciudadana media, han tenido el mismo punto de partida que cualquier persona de clase obrera…

El liberalismo es una falacia, y las grandes riquezas en contadísimas ocasiones, (cero), se acumulan siguiendo criterios de justicia social…

Las armas no matan

Luis María Salgado – Portavoz de Alternatiba en Araba

Si alguien se sorprende por el título de este artículo debe dar las gracias a que ni en Euskal Herria, ni en el Reino de España, ni en toda Europa debemos soportar la existencia de una Asociación Nacional del Rifle, ya que este es uno de los argumentos más utilizados por dicha asociación para defender la tenencia libre de armas. Aseveran que ninguna pistola asesina por si sola, y de hecho, no existe Código Penal en el mundo que condene a un arma por asesinato. Sin embargo, a nadie se le puede escapar que en aquellos países donde la tenencia de armas es legal, el número de asesinatos es muy superior a la registrada en los estados donde esa tenencia es estrictamente regulada.

En realidad, todo lo anterior se reduce a que sin un arma es más complicado matar al prójimo. Algo similar podemos decir del mundo laboral. Las últimas Reformas Laborales, tanto las realizadas por el postrero Gobierno Zapatero, como la realizada por el ausente Don Mariano, se han construido sobre la base del abaratamiento y facilitación del despido. Por supuesto, a los mentores de dichas irresponsabilidades se les llenó y llena la boca diciendo que sus reformas no crearán más paro. Y no les falta razón, hace falta un asesino que tire del gatillo, el papel por si mismo no despide a nadie.

Aquí en Araba estamos asistiendo con terror a la aplicación literal de la última Reforma del PP por parte de varias empresas; la más emblemática, sin duda, es Celsa Atlantic (Laminaciones Arregi) aunque no es la única, y seguro que tampoco la última. 349 ejemplos, 349 heridas.

El pasado domingo, las Juntas Generales de Araba debatieron una moción para mostrar solidaridad con los y las trabajadoras de Celsa Atlantic y exigir al Gobierno Rajoy la derogación inmediata de la Reforma Laboral. El PP en ese pleno, al igual que la Asociación Nacional del Rifle yanqui, sostuvo que no es dicha Reforma la que pone en la picota a las 349 familias, incluso  se atrevieron a señalar al asesino último, pidiendo responsabilidad al empresario y a los trabajadores para que se sienten a negociar. ¿Pero qué se puede negociar cuando alguien te apunta con un arma a la cabeza? La negociación siempre ha de basarse en que las partes cuenten con el mismo peso, y aquí una de las partes tiene un arma mientras la otra tan solo sus manos desnudas.

Por eso es importante que la sociedad alavesa sea consciente de que el asesino-empresario aprieta el gatillo, pero que el efecto sería muy diferente si no contase con el cómplice que ha puesto el arma en sus manos. El Partido Popular es responsable directo de esta situación y de las que por desgracia han de llegar en los próximos meses. En Araba en estos momentos hay más de 20 Expedientes de Extinción sobre la mesa, más de 25.000 personas paradas, nuestras vecinas y vecinos, compañeros y compañeras, y no parece que facilitar la continuidad de estas políticas de tierra quemada vayan a reducir los daños colaterales de esta gran ofensiva neo-liberal con armas de destrucción masiva como es la última Reforma Rajoy.

Hay salida para Bizkaia

Pablo Fernández (Alternatiba), Jon Salaberria (Aralar), Joseba Gezuraga (EA) y Mikel Etxaburu (Ezker Abertzalea)

Eusko Alkartasuna, izquierda abertzale, Alternatiba y Aralar hemos presentado a la sociedad una propuesta socioeconómica para Euskal Herria que plantea un modelo alternativo a la actual crisis sistémica que está provocando la destrucción del medio ambiente, el retroceso en las condiciones de vida, en el sistema de bienestar y en el sistema alimentario.

El eje principal de esta propuesta es la soberanía política y económica. De esta forma podremos encarar con garantías la crisis sistémica, que nos arrastra sin demora hacia la ruina social y económica. Resulta evidente que el Estado español supone un lastre para Euskal Herria. Así, los sucesivos gobiernos de España han adoptado políticas neoliberales en su versión más especulativa: el ladrillo y el suelo frente a la diversificación; el pelotazo frente a la planificación industrial y tecnológica a medio y largo plazo; el subsidio frente a la extensión de los servicios públicos… La agricultura y la pesca han sido olvidadas, el trabajo de cuidados ha sido relegado, de nuevo, a expensas de las mujeres a través de la Ley de Dependencia; y buena parte de la industria ha quedado obsoleta, dejando a la economía del Estado inerme ante la agudización de la crisis del capitalismo. Por lo tanto, la única salida es ser dueños de nuestro propio destino para construir una Euskal Herria justa, igualitaria, con un sector público fuerte que sea capaz de ejercer de tractor de la economía a la vez que proporcionar a la ciudadanía los servicios que quiere y merece.

Los actuales gestores de la Diputación de Bizkaia son los máximos valedores del actual sistema en crisis y muestran su más absoluto rechazo a la reclamación de una plena soberanía económica y política, y la puesta en marcha de un sector público fuerte. Así se nos ha repetido hasta la saciedad que el camino hacia la soberanía económica pasa por la continua negociación y la aceptación del chantaje del Estado español, que aún hoy en día no ha terminado de transferir competencias aprobadas en el estatuto de autonomía a principios de la década de los ochenta.

Por otro lado, la continua externalización de servicios sociales básicos como los centros de menores o la atención a personas mayores, ha supuesto que la Diputación haya dejado de facto de ejercer su función pública, para otorgarla al enorme conglomerado de empresas satélites, públicas o privadas, gracias a las cuales ha formado una red de intereses sin igual, en los que ni la gestión rigurosa, ni la búsqueda de la equidad social han sido sus motores de actuación.

Las únicas alternativas puestas sobre la mesa por parte de la Diputación Foral de Bizkaia han sido la construcción de grandes infraestructuras y la ejecución de grandes macroproyectos que han llevado a la ruina a municipios pequeños como Urduña, Dima o Bakio; el intento de privatización encubierta de servicios básicos a través de mancomunidades cuyo objetivo es la merma en la participación de aquellos municipios que se escapan del control del Diputado general, como la creación de hasta tres entidades supramunicipales en Enkarterri, que triplican el número de gestores para prácticamente los mismos servicios.

Y frente a estos desmanes, la Diputación solo ofrece resignación a la ciudadanía. La aceptación del discurso del PP en Madrid, el miedo a lo desconocido y la habitual frase hecha de «no hay más remedio», son muestra clara de que estamos ante dos partidos, PP y PNV, que pertenecen a la misma ideología económica y que desde la firma de los últimos presupuestos en Bizkaia, ya no ocultan su admiración mutua.

Por todo ello, mañana sábado, 26 de mayo, a las 11.30 horas, en el Paraninfo de la UPV-EHU (Bilbao), expondremos determinadas propuestas económicas necesarias para parar esta espiral de ruina económica y asentar las bases para un nuevo modelo social económico. La recuperación de un sector público fuerte, la democratización de las instituciones y la soberanía política-económica (en toda su extensión, desde la soberanía ecológica hasta la productiva, pasando por la financiera), así como la recuperación social, cultural y lingüística de los pueblos que habitan Bizkaia, son parte de la solución.

Bizkaia no puede continuar siendo un «corralito» de empresas ligadas a un determinado modelo político, y debemos ser impulsores de la innovación social y económica de este país. El cambio es inevitable y en él no van a ser los partidos políticos los protagonistas, sino todas y cada una de las personas que residen en Bizkaia y Euskal Herria que entienden que ha llegado el momento del cambio.

Homofobia y transfobia (Laura Gomez)

Laura Gomez – Directora de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa

Hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, y desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa deseamos enviar todo nuestro apoyo a los colectivos que salgan a la calle en favor de esta causa, a sus reivindicaciones y a su trabajo cotidiano. Así mismo, invitamos a toda la ciudadanía a participar de esta jornada y sus vindicaciones. Pero también, con motivo de este día, queremos compartir nuestra lectura acerca de esta cuestión e invitar a la reflexión sobre ello, si cabe.

Desde algunos sectores feministas, se han realizado críticas a ciertas líneas políticas GLTB (gays, lesbianas, transexuales y bisexuales) en muchas ocasiones por invisibilizar a las propias lesbianas y por priorizar a los varones homosexuales en la toma de decisiones. Ejemplo de ello, es que en nuestro Día Internacional no aparece ni siquiera la palabra «lesbofobia», como ejercicio de visibilización y de acción positiva hacia las lesbianas.

Otras políticas como las de normalización e integración también han sido duramente criticadas, ya que suponen transigir con el actual sistema, en vez de transformarlo. Las políticas asimilacionistas y asistencialistas presuponen la existencia de un cuerpo anómalo, abyecto y enfermo que hay que normalizar, que hay que curar, que hay que aceptar. Ejemplo de ello es la transexualidad, en la actualidad considerada un trastorno de identidad, definida como disforia de género, e inscrita de este modo en los manuales internacionales de siquiatría (DSM-CIE), lo cual supone que estas personas deban ser diagnosticadas como enfermas mentales para comenzar su transformación.

La normalidad y la normativización pueden ser aun más peligrosas. Es el caso de los bebés intersexuales, que nacen con una genitalidad ambigua, biológicamente perfectamente funcionales, pero ambiguos estéticamente. Estos bebés son sometidos a un sin fin de operaciones, los volvemos enfermos crónicos, para que encajen con un ideal de cuerpo, de sexo y de genero.

Creemos que es necesario visibilizar el dolor y la violencia que genera el actual sistema de sexo y de género. El hecho de que tengamos que clasificar al nacer a los niños y las niñas, inscribir los cuerpos en identidades de genero, orientaciones sexuales estancas, y roles y estereotipos previamente definidos. El género debiera ser elegido, construido individual y colectivamente, desde la libre elección. No nos interesan los géneros definidos desde la hegemonía sexista, desde el azul y el rosa, desde el activo y la pasiva, el fuerte y la débil, el agresor y la víctima… Nuestra sociedad necesita replantearse los géneros, es fundamental repensar la reproducción social en un marco amplio y no solo pensado desde el modelo heterosexual.

Entonces, ¿en qué se puede traducir la lucha contra la lesbofobia, la transfobia y la homofobia desde una mirada transfeminista en las políticas públicas desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa? En trabajar desde una lectura transversal del género, lo que implica leer todas aquellas discriminaciones que atraviesan las personas, específicamente aquellas que tengan que ver con el género, el sexo y el cuerpo. Y en aplicar esa lectura a todas las áreas en las que trabaja, sin olvidar que se debe atender la vulnerabilidad específica de algunos colectivos, como, por ejemplo, el trans.

De esta forma, cuando hablamos de violencia machista, por ejemplo, no hablamos solo de la violencia que se da en el marco de la relación de la pareja heterosexual. Las agresiones a lesbianas, trans, homosexuales, queers y bisexuales las entendemos como tales. Es más, la entendemos como la violencia machista estructural y cultural que sufren los cuerpos por transgredir las normas en cuanto a identidades de género y prácticas sexuales.

Por eso somos partidarias de apoyar medidas que no patologicen y que no tutelen a las personas trans en su proceso. Necesitamos sensibilizar y trabajar desde un empoderamiento que cuestione los estereotipos de género y proponga nuevas posibles formas de ser, amar y existir al margen de la normatividad tiránica de género actual.

Creemos, además, que la violencia contra las mujeres y la discriminación contra las personas trans, lesbianas u homosexuales comparten la misma raíz y que provienen de los mismos fundamentos. Por ello, es necesario que pensemos que la cuestión de la transfobia, la lesbofobia o la homofobia no es algo de unos pocos colectivos, o de unas pocas personas, sino algo que tiene que ver con la libre gestión de la identidad de género y la libertad en las prácticas sexuales de toda la ciudadanía.

Alardes Sexistas, la vergüenza de Gipuzkoa

Laura Gomez – Directora de Igualdad de Gipuzkoa

En 1993 un grupo de mujeres realizó una encuesta en Hondarribia. La temática: el alarde. La pregunta: “¿Pueden participar las mujeres en el Alarde?”. Hoy, casi 20 años después, los alardes mixtos de Irún y Hondarribia reciben el Premio Emakunde a la Igualdad, pero la respuesta en ambos municipios sigue siendo “No”. Pensemos, por un momento, que se planteara la siguiente cuestión: “¿Pueden los negros participar en el alarde?”. La misma pregunta es impensable y del todo vergonzante por racista. Pues bien, en Gipuzkoa llevamos casi 20 años de alardes excluyentes, 20 años de sexismo atroz, 20 años de vergüenza.

La mayoría de dos pueblos se ha puesto de acuerdo para sacralizar una tradición, una historia, que está tergiversada, que reinventa interesadamente el pasado y no da cuenta de su evolución y de las novedades introducidas en los Alardes a lo largo del tiempo. Y todo ello para marginar y ridiculizar el papel de las mujeres, convirtiendo un cuerpo aguerrido que lidiaba entre sables, proyectiles, alcohol, agresiones sexuales y guerra, en un maniquí, en un florero. Eso no es historia, es antihistoria.

Nos da igual que esta mayoría esté de acuerdo con evitar la participación igualitaria de las mujeres. No es una cuestión de mayorías, es una cuestión de derecho. Los derechos no se votan, no se negocian, se conquistan. Y una vez conquistados se lucha para no perderlos, para protegerlos. Y de eso, las mujeres, sabemos un rato. ¿Acaso creemos que se puede someter al juego de mayorías la libertad de expresión, el derecho a la integridad física o a la libertad religiosa?.

Los alardes sexistas son indefendibles e ilegales. Vulneran el principio de igualdad y la Ley de Igualdad 4/2005. Son tan peligrosos e ilegales los argumentos utilizados para justificar los Alardes sexistas, que los alcaldes de ambos municipios han promovido su privatización. No podían arriesgarse a ser acusados de prevaricación. Los alardes se han privatizado para evadir las obligadas sanciones públicas y hoy idean estrategias, difícilmente demostrables, dicho sea de paso, a través del tejido asociativo para seguir dotando a los desfiles sexistas de recursos públicos.

Es de tal calibre la infracción, que los partidos que gobiernan en ambos municipios, el PSE y el PNV, no defienden los alardes sexistas en otros espacios institucionales en los que tienen representación. Pero sí que se mueven en una calculada ambigüedad. Mientras aprueban declaraciones apoyando a los Alardes igualitarios en el Parlamento Vasco, el actual Gobierno Vasco, del PSE, cambia recorridos –saltándose el criterio policial de la zona- o permite que los plásticos negros campen a sus anchas.

Pero las fiestas, son momentos que la totalidad de las y los vecinos de un pueblo reconoce como propias y las valora como elementos identitarios, que las y los distingue de otros lugares. Por eso, las fiestas son públicas, no de algunos que se apropian de ellas y las definen como les viene en gana. Es más, los Alardes no son solo de Irún y Hondarribia, son de toda Gipuzkoa, son un patrimonio común de Gipuzkoa, como los carnavales de Tolosa o la tamborrada de Donostia, porque afectan a la transmisión colectiva de nuestra historia, rituales y cultura. 

Los Alardes tradicionales no, los sexistas, constarán como uno de los puntos más vergonzosos en la historia de Euskal Herria. Un lugar donde se insulta, veja y golpea a quienes luchan por los derechos de las mujeres y por un alarde igualitario y público.  Es el único lugar en el que se defiende a los que quebrantan la ley y se castiga a sus defensoras y defensores.

Desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa queremos felicitar a Emakunde por dar el premio a los Alardes Igualitarios de Hondarribia e Irún. Como miembro del Jurado, creo que esta decisión dota de credibilidad política al premio, porque visibiliza lo que nadie quiere ver: la lucha de 20 años de un grupo de mujeres que no pidieron más que poder participar en igualdad de condiciones en las festividades de su pueblo. Desde esta Dirección, solo podemos dar las gracias a todas esas personas que, en la soledad institucional más absoluta, contra la barbarie, han seguido firmes, defendiendo la igualdad y la participación igualitaria de las mujeres. 

Esta Dirección, además, quiere hacer público su compromiso para trabajar en la resolución de este conflicto y espera para ello poder contar con la colaboración y apoyo de todas las instituciones vascas y, especialmente, y por primera vez, de los Ayuntamientos de Irún y Hondarribia.

Esperemos que este año, de momento, no tengamos plásticos negros, se hagan cordones de seguridad reales, a una  distancia suficiente para que las personas que cumplen la ley puedan desfilar libremente, no se cambien recorridos, y el apoyo institucional a los alardes igualitarios sea unánime e indiscutible.

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