La ecología llama a la puerta

Asier Vega y Mikel Oseguera – Mesa de Ecología de Alternatiba

La actual problemática con los Residuos Sólidos Urbanos no solo se reduce a vertederos, incineradoras o al reciclaje. Los RSU no son más que el último eslabón de la cadena de consumo. Un sistema y una economía cuyo motor es el consumo: explota recursos naturales, los transforma, los comercializa, los consume y los desecha. Es un modelo lineal que no falla únicamente en la imposibilidad de gestionar cada vez más residuos. Colapsa también en su origen, ya que los recursos del planeta son limitados. Incluso en su nudo. En las fases de producción y consumo, donde se establecen relaciones humanas (o inhumanas) desequilibradas basadas en la información desigual y la dominancia. Y donde no se alcanzan los objetivos paradigmáticos de la felicidad y la estabilidad. Las concretas alarmas del calentamiento global, la gestión de los desbordantes residuos, la escasez de materias primas fundamentales para la continuidad del tradicional desarrollo como el petróleo o el gas, la exponencial demanda de energía, etc. no son más que síntomas de la enfermedad terminal de la Concepción lineal del planeta frente a su esencia intrínseca circular, retroalimentada y sostenible.

Teniendo en cuenta estas visiones más globales, ya la administración europea a través de la directiva 2008/98/CE deja de centrar el debate de los residuos en su destrucción. Y apuesta en este orden de prioridad por la prevención (disminución en la generación), reutilización, reciclaje, “valorización energética” y eliminación. Además, marca como línea roja que la gestión de los residuos no pondrá en peligro la salud humana ni el medio ambiente, tanto el aire, el agua como el suelo.

La incineración ni fomenta la reducción de residuos, ni recicla y por supuesto que afecta a la salud humana y al medio ambiente a través de la contaminación del aire. También es una amenaza potencial para el suelo por generar cenizas altamente contaminantes. Además, se vuelven a fomentar turbios negocios donde siempre ganan y pierden los mismos. En un momento en el que, más que nunca, la sociedad debe recuperar el terreno regalado a la gestión privada, a través de la incineración el pueblo vuelve a pagar dos veces y los grandes grupos empresariales vuelven a cobrar doblemente. Se les paga por gestionar la basura que utilizan como combustible y se les vuelve a pagar por la energía generada con dicho combustible. Los costes medio ambientales, una vez más, los pagaremos todos.

La recogida Puerta a Puerta no sólo es el sistema contrastado de recogida de residuos que mejores resultados de reciclaje presenta (80-85% de reciclaje demostrado con expectativas de llegar al 90 %), sino que también trabaja la reducción de residuos incrementando la concienciación entre la ciudadanía.

Uno de los argumentos que se utilizan intencionadamente en contra del sistema de recogida Puerta a Puerta es el de los costes. Demagógicamente sólo de los costes de recogida. Nadie habla de los 250 millones de euros para la construcción de la incineradora de Gipuzkoa. Ni del coste de construcción y gestión de vertederos. Ni del coste de gestión de cenizas peligrosas. Por no hablar de los costes que nunca se valoran: los medio ambientales, los sociales… ¿Qué precio tiene el contaminar el aire?

Es fundamental el comenzar a ver los Residuos Sólidos Urbanos como recursos y no como basura. Recurso siempre que en cada punto de generación se separe adecuadamente. ¿Por qué renunciar a ese recurso público? ¿Por qué volver a ceder otro sector estratégico a manos privadas? No nos dejemos cegar por quienes faltos de perspectiva pretenden centrar nuestra atención en la basura que cuelga de un poste. Enseñémosles que no es basura; que son recursos: plástico, papel, materia orgánica…

Sabemos que los problemas globales requieren soluciones integrales. Un cambio de modelo, ¿por qué no empezar Puerta a Puerta?

Garantes de nuestra inseguridad

Igor Nabarro – Mesa de Pacificación y normalización de Alternatiba

El anuncio del cese definitivo de la actividad armada por partede ETA, el pasado mes de octubre, fue la señal inequívoca de que se estaban abriendo nuevas expectativas para Euskal Herria y sus habitantes. La sociedad vasca es optimista y ve, cada vez con más claridad, que el conflicto político se aproxima a la época del entendimiento, del diálogo, de la normalización política y de la paz.

La inmensa mayoría de Euskal Herria se asoma a este nuevo futuro con la mirada repleta de esperanza y de ilusión, sabedora de que lo acontecido en los últimos 12 meses ha sido un punto de inflexión que no tiene vuelta atrás. Este ambiente se respira en las calles, se respira incluso en los momentos de reivindicación social y política, como el vivido en el Aberri Eguna, en el que el clima de distensión era palpable en las calles de Iruña.

Pero al parecer, no todo el mundo está siendo capaz de asimilar y de adaptarse a este nuevo tiempo. Parece mentira, pero están siendo aquellos que más alto clamaban, y quienes podría parecer que más interés tenían en que la violencia desapareciese de las calles, quienes están continuamente poniendo palos en las ruedas tratando de que la caravana de la normalización descarrile. Parece que están deseando la vuelta a tiempos pasados.

El final de la violencia de ETA, la desaparición de la kale borroka, el clima de distensión en las reivindicaciones al que hacía referencia, parece haberle sentado muy mal a los cuerpos represivos del Estado, especialmente a la policía autonómica vasca, lo cual para algunas personas es lo más sorprendente y para otras, en cambio, no sorprende en absoluto.

Parece mentira, pero da la impresión de que ni los agentes de la policía autonómica, ni sus mandos, ni la clase política que les dirige tienen en absoluto idea de lo que significa el nombre oficial del cuerpo de policía: Ertzaintza, Herri zaintza. Son quienes deben velar por el bienestar de los habitantes de nuestro país, son quienes deben garantizar que las personas que habitan en nuestros pueblos y ciudades se sientan seguras de salir a la calle porque saben que no van a ser víctimas de agresiones y de ataques injustificados.

La Ertzaintza debería ser la principal imagen de este nuevo tiempo. Un cuerpo que de policial pasase a ser el icono de la colaboración de las instituciones con la ciudadanía. Deberíamos sentirnos seguros y seguras cada vez que pasáramos delante de cualquier agente, deberíamos sentirnos agradecidos y agradecidas de tenerles ahí, sabiendo que están para ayudarnos en lo que necesitemos.

En cambio, la policía autonómica vasca ha aumentado en pocos meses su nivel de brutalidad de forma exponencial. Las actuaciones del 3 marzo en Gasteiz, las cargas policiales durante el día de huelga general del pasado 29 marzo, la agresión al joven Xuban Nafarrate que le provocó traumatismo craneoencefálico y la represión de la que fueron objeto las concentraciones para denunciar este hecho, son episodios de una cadena de actos violentos desmedidos protagonizados por la Ertzaintza, que han ido in crescendo y que como no podía ser de otra manera,  han desembocado en la muerte de Iñigo Cabacas, tras recibir un pelotazo de las fuerzas antidisturbios.

Da la impresión de que están rabiosos, esperando la más mínima oportunidad para actuar con la mayor fuerza posible, de un modo desmedido y desbocado, como si su única razón de ser fuese la represión y les molestase la nueva situación social y política…

No están sabiendo adaptarse a los vientos de cambio, pero los dirigentes políticos, bajo los cuales está la responsabilidad de las fuerzas de seguridad, tampoco han querido, darles las pertinentes pautas e instrucciones para su reconversión.

El Sr. Rodolfo Ares, desde su responsabilidad como consejero de interior del Gobierno Vasco, no ha sabido gestionar la nueva situación en la que se encuentra la policía autónoma vasca y es por esto que se le puede considerar el responsable político directo de la muerte de Iñigo y del resto de actuaciones desmedidas de la Ertzaintza. Por esto mismo el señor Ares debe presentar su inmediata dimisión, pero no diciendo aquello de «yo asumo toda la responsabilidad», porque no es cierto.

El Gobierno Vasco en su conjunto es responsable de esta situación, la policía autónoma vasca como institución es responsable de lo sucedido, aquellos que han estado dando las órdenes durante estos meses son también responsables y por supuesto, son responsables quienes las cumplieron y actuaron de forma tan brutal.

Todas esas personas deben asumir su responsabilidad, someterse a la justicia y abandonar sus puestos ya que no están cumpliendo con las obligaciones de sus cargos. Hoy debemos decir, con más convencimiento si cabe, que no son los defensores del pueblo, son sus agresores.

Construyendo el futuro próximo de Euskal Herria

Xabier Soto e Igor Nabarro – Alternatiba

Un año más nos disponemos a celebrar el Aberri Eguna. Una fecha que sin duda guarda una fuerte carga simbólica y emocional en una parte muy importante de los hombres y las mujeres de Euskal Herria. Cierto que no en todos y todas, y sin duda esta es una asignatura pendiente para quienes, como Alternatiba, aspiramos a construir referencias colectivas inclusivas, respetuosas con nuestro pueblo y sus derechos, y por supuesto con sus gentes.

Pero este Aberri Eguna, no puede ni debe considerarse uno más. Este año, en Donibane Garazi, 5 fuerzas políticas del espectro soberanista e independistas de izquierdas nos aprestamos a convocar de forma conjunta un acto que, con motivo del Aberri Eguna, sea capaz de rendir tributo a la aspiración nacional de Euskal Herria pero, y sobre todo, suponga el inicio de una nueva etapa marcada por la acumulación de fuerzas soberanistas e independentistas de izquierda que sea capaz de ir construyendo este país y de responder a los múltiples sistemas de dominación que como ciudadanos y ciudadanas vascas sufrimos a diario.

Este esfuerzo unitario es, sin duda, una muestra de efectividad sin renunciar a los principios. Una manera de colaborar para reforzar el sujeto político sin despojarle a este de ninguna de sus características principales, esto es soberanía, autodeterminación, territorialidad, un nuevo modelo económico y social, una Euskal Herria construida desde el respeto a la Ama Lurra y despojada del patriarcado que ha dominado las relaciones sociales desde tiempos inmemoriales.

La acumulación de fuerzas que va a verse por primera vez en el Aberri Eguna en Donibane Garazi, es, desde nuestro punto de vista, el de los hombres y mujeres de Alternatiba, la única herramienta capaz de lograr el cambio político y superación del sistema capitalista que cada vez más y más gente de Euskal Herria espera y desea.

Por eso nos atrevemos a señalar que este no debe ser un Aberri Eguna proyectado únicamente hacia el pasado. Ha llegado el momento de transformar una fecha simbólica y evocadora de nostalgia en un punto de arranque para la nueva Euskal Herria emancipada frente a los sistemas de dominación de los que hablábamos al principio.

Una Euskal Herria libre y socialista que inevitablemente va a tener que abrirse camino ante una realidad marcada por la parálisis en algunos casos y por la sumisión en otros. Somos conscientes, por tanto, de las dificultades que enfrentamos. Unas dificultades que se sustancian en el bloqueo que desde los gobiernos centrales del Estado español y francés, en colaboración con los gobiernos de la CAV y Nafarroa, están manteniendo ante la apertura de un proceso de paz y soluciones democráticas que asiente una paz justa y duradera en nuestro pueblo.

Porque no podemos olvidar que seguimos observando la obcecación de dichos gobiernos a la hora de abordar un cambio de la política penitenciaria manteniendo vigente la doctrina Parot, la no excarcelación de enfermos incurables o el sostenimiento en prisión de los condenados por el llamado proceso Bateragune. Siguen manteniendo el esquema del “todo es ETA” y “contra ETA todo vale” como si la realidad no hubiera tirado por tierra su esquema del pasado. Muchas cosas han cambiando desde el anterior Aberri Eguna en este terreno, abandono definitivo de la lucha armada por parte ETA incluido, sin embargo ellos siguen abonados a recetas del pasado que cada vez menos gente comprende.

Tampoco queremos olvidar que, este Aberri Eguna, viene marcado por una profunda crisis, o estafa,  como prefieran. Una crisis que no es solo financiera como pretenden hacernos creer. Vivimos tiempos de confrontación clara, de batalla ideológica evidente entre quienes nos pretenden someter y esclavizar para calmar las ansias de los mercados y del capital y quienes sostenemos que otra Euskal Herria y otro modelo económico no solo son posibles sino que son absolutamente necesarios.

Necesarios para garantizar la sostenibilidad de la vida. De una vida digna para todos y todas las ciudadanas de Euskal Herria que se aleje de la lógica de la sostenibilidad del capitalismo como único sistema ordenador posible y avance en la conformación de un sistema donde el patriarcado que ha dominado las relaciones humanas desde tiempos inmemoriales, el desarrollismo salvaje que no atiende los límites finitos del planeta, la asimilación cultural que tira por la borda nuestra riqueza cultural, el consumismo que nos obliga a consumir hasta morir más allá de la cobertura de nuestras necesidades, sean superados por una nueva realidad, una nueva forma de organización social y económica que anteponga el bien colectivo al individual, donde las personas sean el centro de todo y no la leña que alimente la hoguera de las necesidades de los poderosos, los de siempre.

Una Euskal Herria, en definitiva y tal y como remarcaban los sindicatos vascos hace apenas unos días en la exitosa jornada de huelga general en Hego Euskal Herria, diferente, opuesta al capitalismo, construida desde abajo y a la izquierda.

Y junto a los dos factores ya señalados, crisis sistémica y bloqueo en el proceso de paz y soluciones democráticas, queremos desde Alternatiba señalar un tercero. La deslegitimación social de esta precaria democracia en la que nos desenvolvemos.

Una democracia que cada vez más, es señalada como un aparato al servicio de poderes que ni siquiera se presentan a las elecciones, pero que son capaces de determinar los designios de todos nosotros y nosotras. Una democracia que no quiere o no sabe integrar a los y las ciudadanas en la gestión y toma de decisiones colectiva. Y frente a esta democracia amordazada debemos también empezar a construir una democracia directa, participativa y radical. Un sistema donde las personas sean parte activa en todos los procesos deliberativos y decisorios.

Si somos capaces de hacer frente a estas duras realidades que marcan los tiempos actuales, no solo estaremos consiguiendo poner los cimientos de una nueva Euskal Herria socialista, feminista y ecologista sino que estaremos empujando en la misma dirección que otros pueblos y naciones del planeta como Bolivia, Cuba, Venezuela para los que, desde una óptica internacionalista no queremos ni debemos olvidar siquiera en fechas tan propias como el Aberri Eguna.

No se puede esperar más, urge un cambio en la política penitenciaria

Maribi Ugarteburu, Dani Maeztu, Ikerne Badiola, Oskar Matute, Pello Urizar, Amaia Agirresarobe, Pernando Barrena.

Resulta evidente que nos encontramos en un nuevo tiempo. Un tiempo que todos y todas coincidimos en señalar como positivo y esperanzador. Sin embargo, pese a esta constatación, seguimos asistiendo a una rigidez en la puesta en marcha de nuevos pasos y medidas. Esta rigidez puede sembrar de desilusión, con las dificultades que eso conlleva, los vientos de paz, convivencia y libertad que la ciudadanía vasca de forma abrumadora espera que se asienten definitiva y permanentemente entre nosotros y nosotras. Es por ello, que nos animamos a firmar esta reflexión, esta petición. En el ánimo de que no caiga en saco roto. De que sus destinatarios, aquellos que determinan qué política penitenciaria se ha de aplicar para con las presas y presos políticos vascos entiendan que detrás de esta demanda viene una demanda apoyada de forma mayoritaria por la plural y diversa sociedad vasca.

Y es de la política penitenciaria de la que queremos dejar por escrito nuestra posición y nuestra petición. No ayuda, no humaniza, no contribuye sostener en pie una política penitenciaria que obedece a otro tiempo, a otra lectura, a otra fase felizmente superada por la sociedad vasca.

El sostenimiento de una legislación que posibilita medidas de excepción como mantener en prisión a quien ya tiene la condena cumplida por medio de la doctrina 197/2006, la negativa a la excarcelación de presas y presos que padecen graves enfermedades y el mantenimiento de la política de dispersión, por citar tan solo algunos de todos los aspectos que vertebran la actual política penitenciaria, son un castigo que ya apenas entiende nadie en nuestro país, sea cual fuera su adscripción o simpatía política.

Pero no hablamos solo de datos o de medidas más o menos etéreas o intangibles. Estamos hablando de la inexplicable situación que mantiene en prisión a personas con nombre y apellidos. Estas personas están viendo en riesgo sus propias vidas por la aplicación de una política penitenciaria que debe ser modificada. Entre éstas hay quienes padecen graves enfermedades, con diferentes patologías, muchas de ellas adquiridas o agravadas hasta el extremo durante su reclusión, que permanecen en prisión en contra del criterio médico y la lógica más elemental.

Y queremos detenernos, sin olvidarnos del resto, en uno de estos casos, el del basauriarra Txus Martin. Su situación es extrema ya que su enfermedad de corte mental no puede ser tratada, ni es compatible con su reclusión ni un minuto más. Para un cuadro severo como el suyo, el aislamiento y la reclusión no son sino la forma más eficaz para lograr un desenlace fatal que nadie puede desear, sea cual fuere su afecto o desafecto hacia dicha persona y/o sus ideas.

Es por ello, que decimos que no cabe esperar más, que si las instituciones quieren ser representativas de la voluntad popular y garantes de los derechos de todos y cada uno de sus administrados y administradas, tienen que proceder a su inmediata puesta en libertad para proceder a administrarle el tratamiento y la terapia que la gravedad de su actual situación requiere.

Y aun cuando incidimos en el caso de Txus Martin, somos conscientes de que a todas estas personas, y otras muchas, su permanencia en prisión no solo les ha acarreado un agravamiento en sus dolencias y enfermedades, sino que junto a esto han tenido que soportar una inadecuada atención médica traducida en dificultades múltiples para hacer frente a los tratamientos que situaciones de tanta gravedad requerían.

No es el tiempo de la venganza. No es eso lo que nos demandan los ciudadanos y ciudadanas vascas. Es, por contra, el momento de la unilateralidad y de que todos y todas hagamos cuanto este en nuestras manos y en el desempeño de nuestras responsabilidades para afianzar un proceso de paz y normalización que supere las hondas y crueles heridas que nuestro pueblo ha venido soportando durante décadas y soporta aún hoy.

Nadie nos perdonará que pudiendo hacer más nos conformáramos con hacer lo justo, con callarnos o pasar de largo ante situaciones de excepcionalidad como las que, entre otras, hemos trasladado aquí. Cambiar la política penitenciaria no es asumir los postulados de parte, es contribuir a afianzar un bien colectivo: la paz.

Por último, queremos aprovechar este artículo para hacer un llamamiento a la sociedad en general para que participe en la movilización que mañana, 31 de marzo, se celebrará en Iruñea con el fin de solicitar la liberación de las y los presos que padecen graves enfermedades. Asimismo, recordamos que el 19 de mayo contamos con una inmejorable oportunidad para acumular fuerzas a favor de los derechos de las y los presos en las plazas de nuestras ciudades, barrios y pueblos.

La diversidad funcional también a la huelga

Igor Nabarro – Militante de Alternatiba

Mañana, 29 marzo, vamos a asistir a una de las jornadas de huelga general más justificadas de los últimos años. No tenemos ninguna duda de que la movilización entre las clase obrera va a ser masiva. La presencia en la calle de trabajadores y trabajadoras en defensa sus derechos se va a dejar notar en las calles de las ciudades y pueblos de Euskal Herria.

Tenemos el convencimiento de que esta jornada de lucha será recordada por  largo tiempo, y que servirá de paradigma para futuras ideas revolucionarias… Pero a esta cita no solamente están llamadas aquellas personas que a día de hoy se encuentran dentro del mercado laboral.

El modelo de producción capitalista que, durante demasiados años ya, asfixia nuestra sociedad, no ha permitido la formación de un ámbito laboralinclusivo, que integre factores como el género, la edad o la discapacidad, sino que sustenta un modelo de mercado laboral patriarcal ligado al papel del hombre adulto y en plena condición física, psicológica e intelectual. Este sistema, basado en la minimización de los costes y en maximizar la productividad y el rendimiento de las personas trabajadoras, no deja lugar para la diversidad.

El capitalismo ha provocado que el trabajo asalariado se convierta en el elemento fundamental, y casi único, de construcción de la ciudadanía y de integración en la sociedad, consagrando, como única posibilidad de emancipación e independencia, así como de realización personal, la acumulación de capital y el consumo.

La incorporación al mundo laboral es, dentro del nuestro contexto geográfico, cultural y social, un proceso imprescindible para el desarrollo personal y comunitario. Necesidades como la autoestima o reconocimiento social no encuentran otra vía de satisfacción que no sea el empleo.

Debido a esto, las personas o colectivos a los que, el modo de producción capitalista les impide la entrada, o les expulsa del mercado laboral, o están de un modo no normalizado, el sistema les niega la ciudadanía plena convirtiéndolos en subproductos dependientes.

Las personas diversas funcionalmente, no son consideradas válidas para el sistema capitalista, debido a que no son «capaces» de producir y de participar en la creación de plusvalía, bajo los mismos índices de presión empresarial. Esto produce su desvinculación de la ciudadanía y de la sociedad. Esta es la razón de que las personas con diversidad funcional sean uno de los colectivos sociales, que habitualmente se encuentra más cercano del riesgo de exclusión social.

En la exclusión social, está caracterizada como un concepto multidimensional pero que tiene su eje central en las relaciones de producción y en las de distribución y consumo.

Las tasas de desempleo, de la población con diversidad funcional, son exageradamente más elevadas que la de la población en general. En 2008, la tasa de empleo de las personas con diversidad funcional era de un 28.3%, frente a un 67.2% de las personas sin discapacidad. De las, casi millón y medio de personas con discapacidad en edad de trabajar, solamente habían accedido al empleo una tercera parte. La tasa de paro de las personas con diversidad funcional doblaba la del resto de la población; siendo en el caso de las mujeres todavía más acuciante: únicamente un 23.7% de las mujeres con diversidad funcional en edad de trabajar lo hacía.

Las administraciones están impulsando un modelo de empleo basado en la exclusión y el paternalismo. Un modelo que margina a las personas con diversidad a ámbitos no normalizados, excluyentes y discriminatorios, en vez de trabajar por la contratación normalizada en igualdad de condiciones.

Han renunciado a garantizar que las empresas cumplan con la normativa de integración para el empleo, consagrando las empresas de trabajo protegido o centros especiales de empleo como la única fórmula factible de inclusión en el mercado laboral. Estos sistemas de empleo, impiden la normalización del empleo de las personas con discapacidad, a la vez que limita las posibilidades de promoción laboral y produce que los trabajadores y trabajadoras con diversidad funcional no sean considerados en igualdad de condiciones con el resto de trabajadores y trabajadoras.

Es urgente e imprescindible, que sustituyamos el actual sistema de producción capitalista, por otro que tenga como fuente de legitimidad la justicia social y la igualdad de oportunidades para todas las personas. Un modelo inclusivo que tenga en cuenta todas las variables por cuestión de género, edad, diversidad funcional o cualquier otra que pudiera producirse.

Por estas razones y por otras muchas más, las personas con diversidad funcional, también debemos acudir mañana a la llamada de la clase trabajadora, porque esta es la lucha de todos y todas.

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29M: Hora de responder

Oskar Matute (Alternatiba), Pello Urizar (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Joseba Permach (Izquierda Abertzale)

A estas alturas son de sobra conocidas las consecuencias de la salvaje reforma laboral impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo son, en gran parte, porque son cada vez más los y las trabajadoras de Euskal Herria que sufren sus consecuencias. El Gobierno de España representa a la perfección los intereses que se esconden tras un partido ultraderechista como el Partido Popular. A menudo se les acusa de actuar bajo las órdenes de entidades financieras privadas y del gran empresariado, pero esto no es del todo correcto; no es que sigan sus dictados, es que son parte de los mismos. Basta observar los nombres de un equipo de Gobierno que incluye a un ex dirigente de Lehman Brothers, un vendedor-empresario de la industria armamentística o varios ministros de reconocido recorrido en la negación de los derechos de las mujeres.

Desde que se hicieran visibles las consecuencias de la última crisis del capitalismo, han sido numerosos los ataque vertidos desde los gobiernos de España: contra las personas trabajadoras, contra los y las pensionistas, contra la juventud, contra las mujeres que ya padecen la crisis sistémica impuesta por un sistema patriarcal, contra las personas inmigrantes… Hemos salido al paso de cada reforma para decir que era la más grave de cuentas hubieran sufrido los y las trabajadoras hasta el momento. Podría parecer que caíamos en la exageración y que estas denuncias carecían ya de rigor, pero nada más lejos de la realidad. Que nadie se lleve a engaño, como bien nos ha advertido puntualmente la mayoría sindical de Euskal Herria, cada una de las reformas ha sido la más letal cuando ha sido promulgada, pero esta lo es más que ninguna porque acumula y multiplica los daños, los recortes y las vulneraciones de derechos de cada una de las anteriores. Razón por la cual debemos multiplicar también la fuerza de nuestra respuesta, que ha de ser proporcional al tamaño del ataque que representa esta reforma. A la mayoría parlamentaria que ostentan los populares en un parlamento vertebrado por un caduco sistema bipartidista, debemos responder con una mayoría de agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria trabajando en común para confrontar y construir alternativas. Deben escuchar nuestras voces con más firmeza que nunca, para que desde las calles de nuestros pueblos y ciudades nuestras proclamas lleguen hasta Madrid, Bruselas y hasta Berlín.

El objetivo primordial de este conjunto de medidas es empobrecer más todavía las condiciones laborales y los sueldos. Y aunque pueda resumirse en una frase aparentemente sencilla, esta reforma destruye infinidad de derechos y garantías laborales: Ahora los empresarios tienen un año para despedir al trabajador sin indemnización alguna al tiempo que abarata el resto de despidos para la mayoría de las personas trabajadoras, tanto del sector privado como público. Pero el decreto va mucho más allá, al alcanzar y dinamitar también la negociación colectiva. Prioriza los pactos de empresa frente a los convenios colectivos y, como colofón, condiciona y amenaza la ultraactividad, una de las únicas garantías con las que los trabajadores contaban a día de hoy. De uno u otro modo, la patronal siempre gana, porque le han otorgado potestad para modificar las condiciones salariales, los horarios y el área geográfica de los y las trabajadoras. Estas últimas medidas van en contra del Marco Vasco de Relaciones Laborales que necesitamos, lo que supone una razón más para luchar en su contra, al igual que contra las graves vulneraciones que acarrea. Necesitamos la soberanía política y económica, precisamos todas las herramientas disponibles para redistribuir la riqueza, para superar un modelo injusto y discriminador impuesto por el sistema capitalista, para crear otro modelo social que luche contra todas las desigualdades. El 29 de marzo vamos a salir a la calle a reivindicar un marco propio, vamos a dejar claro que no pretendemos seguir siendo esclavos de los intereses de mercados financieros.

Demasiados golpes y en demasiados frentes: sueldos de 480 euros para jóvenes de hasta 33 años, nuevas deducciones e incentivos para los empresarios, privatización de los servicios de empleo, posibilidad de despedir a trabajadores con ausencias justificadas aún por enfermedad, legalización de horas extras, flexibilidad ampliada hasta el extremo, retroceso en medidas de conciliación… Y por si esto fuera poco, los señores de los mercados, de mano de los partidos de derechas, exigen ahora hacer desaparecer el derecho a la huelga. Es hora de salir a la calle, para gritar que no vamos a permitir que sigan arrebatándonos derechos, vamos a demostrarles que no van a silenciarnos, y vamos a hacerlo con una Huelga General masiva.

Reiteramos y subrayamos que esta reforma laboral acumula las consecuencias y los ataques de las anteriores. El PSOE, que ahora denuncia desde la hipocresía las medidas del PP, fue precursor de algunos de los más graves ataques contra las personas trabajadoras. Y no podemos olvidar que el PNV fue su cómplice, con el voto a favor o la abstención de sus parlamentarios en Madrid. Los jeltzales hicieron oídos sordos a las reivindicaciones de la gran mayoría social de Euskal Herria, movidos por intereses meramente partidistas. Zapatero los necesitaba para sacar adelante sus recortes, y por eso negoció con los jeltzales; Rajoy, por el contrario, no tiene tal necesidad. De haberla tenido, no nos cabe duda de que la negociación entre la derecha española y la vasca, UPN incluida, se hubiera producido con éxito. Nuestros derechos no pueden convertirse en piezas de sus tableros de ajedrez. El 29 de marzo dejaremos bien claro en las calles, las plazas y los centros de trabajo de Hego Euskal Herria que los derechos laborales no son un juego y que la dignidad de las personas no se negocia.

Que no nos intenten convencer de que la huelga no arreglará nada, en un contexto en el que quieren hacer desaparecer hasta el último de nuestros derechos, la lucha solo puede fortalecernos. Saldremos a la calle para frenar y tratar de revertir la Reforma Laboral, saldremos para denunciar los nuevos recortes y reformas que el PP pretende anunciar al día siguiente de la huelga. Con esta protesta también daremos pasos hacia un Marco Vasco de Relaciones Laborales y en la reclamación de una soberanía plena para construirlo, un paso hacia una Euskal Herria basada en la justicia social y hacia un modelo sostenible. El hecho de que tanto la patronal como los partidos de la derecha más rancia soliciten recortar el derecho a la huelga demuestra la eficacia de la misma, siempre y cuando una gran mayoría social la secunde en las calles. No dudamos que así será. Es hora de responder. Es hora de construir nuestro futuro.

Proletarios y proletarias de Europa, uníos

Asier Vega y Exabier Arrieta – Alternatiba

Esta proclama, que suena a antigua y desfasada, tiene sin embargo un sentido muy actual, si nos paramos a pensar dónde y quién decide sobre los recortes y el desmantelamiento de derechos que sufrimos la clase trabajadora de este país y de Europa en general, aunque con diferentes intensidades.

Aún suena con fuerza aquel solemne anuncio del entonces presidente del Reino de España Rodríguez Zapatero, diciendo que “los trabajadores no pagarán la crisis”. Nada más decirlo comenzó la mayor ofensiva de reformas y recortes ordenadas desde Bruselas, ¿o desde Berlín más bien?; nada más decirlo se puso en marcha la reforma exprés de la otrora intocable Constitución Española, para poner techo al endeudamiento en lo que ha sido un ataque más al sector público, y de nuevo fue ordenada so amenaza de rescate-chantaje desde Bruselas, ¿O desde Berlín?; nada más decirlo se produjeron cambios en los gobiernos griego e italiano, alzando al poder a supuestos tecnócratas como Monti y Papademos (los interventores de la gran Banca Alemana y Francesa así como del FMI), cuya única misión al llegar a la poltrona a dedo es la de colonizar económica y políticamente a estos países, de nuevo bajo el imperativo de Bruselas ¿o será de nuevo Berlín? Así una y otra vez.

De esta manera, la Unión Europea se ha destacado a lo largo de los últimos años como la encarnación de una dictadura neoliberal, encargada de robar la capacidad de decisión a los y las ciudadanas, para entregársela a la banca alemana y a los grandes conglomerados financieros. Sólo desde esta lógica de priorizar el capital frente a los derechos y la vida de los y las europeas se entiende el beligerante papel de Merkel frente a los estados miembros; sólo así se entiende el entramado profundamente antidemocrático sobre el que se ha construido el proceso a través del Tratado; sólo así se entiende el cierre en falso del problema real de la economía europea con el Pacto del Euro; sólo así se entiende el papel que se sigue arrogando el BCE, estructura antidemocrática, a la hora de fortalecer a la banca y no a los estados; sólo así se entiende la privatización obligada de servicios, o el enfoque clasista y ultracapitalista de las políticas comunitarias como la Política Agraria Común (PAC).

Por ello, cuando salgamos a las calles el día 29 de marzo, debemos presionar a nuestros gobernantes títeres y decirles que basta de saqueo, y no debemos olvidar que éste modelo europeo es absolutamente contrario a los intereses de la clase trabajadora, de la humanidad y del planeta. Otra Europa no sólo es posible, sino necesaria para frenar esta lógica delirante del capital, ya que de allí surgen muchas de las funestas medidas que estamos sufriendo. Queremos y exigimos una Europa democrática; una Europa libre de especulación; una Europa de los derechos; una Europa que no impida los déficits, sino los superávits sin mejora de las condiciones de los y las trabajadoras –el superávit alemán está detrás de parte fundamental de los problemas especulativos que nos acucian-; una Europa de fiscalidad única, sí, si así lo quiere la ciudadanía, pero para gravar al capital y para mejorar las políticas públicas. En definitiva, una Europa alternativa y volcada en el bienestar de las mayorías, no en el negocio de unos pocos.

Si queremos oponernos a la Europa del Capital la clase trabajadora debe organizarse también a nivel global, pues global es el ataque. No podemos admitir que nos gobiernen instancias no elegidas por el pueblo, que responden a intereses que son los que han creado esta crisis.  Por todo ello, el día 29 todos y todas a  la Huelga General.

Clínica Álava: Tropezar con las mismas piedras

Luis Mª Salgado – Alternatiba Araba

A finales del año 2009 escribíamos un artículo sobre la situación de la Clínica Álava. En aquel momento, la clínica privada se hallaba inmersa en un proceso concursal, y había incoado un Expediente de Extinción de Empleo. La situación era dramática para pacientes, familiares y personal trabajador. El Instituto Foral de Bienestar Social negociaba en aquel momento la prórroga del contrato de concertación con dicha empresa privada, y desde Alternatiba exigíamos una solución al conflicto perenne que históricamente ha representado esa clínica. Exigíamos una solución, no un parche que alargase apenas unos meses o años el problema. Tanto en aquel momento como en el actual nuestra apuesta es la publificación de un recurso necesario y muy valioso. Sin embargo, la apuesta del IFBS en aquel momento fue buscar otro comprador privado para que gestionase el despropósito en el que se había convertido la Clínica Álava, al tiempo que la Hacienda Foral aprobaba una quita del 50% en la deuda contraída por la empresa con el ente público.

Ya no estamos en el año 2009 sino en marzo de 2012, pero la situación es la misma que entonces. La Clínica ha presentado nuevamente un Expediente de Extinción, vuelve a utilizar a las y los enfermos como moneda de cambio, y ha entrado nuevamente en concurso. Mismo problema, misma piedra, solo que esta vez la diputada responsable, Sra. Alaña, con menor conciencia social si cabe ha decidido no entrar a “negociar” con la dirección al considerar que las exigencias de la misma son desorbitadas. 140€ por cama y día parece ser la “exigua” petición de la gerencia. No le preocupa a la ínclita mantener un recurso de la valía de la Clínica Álava, ni preservar los puestos de trabajo, simplemente desea quitarse una patata caliente que su partido y el PNV han alimentado a lo largo de los años. No llegará a un acuerdo con la dirección de la Clínica porque tiene en mente dar esa gestión por “concurso digital” (o “a dedo”, como se prefiera) a la nueva residencia privada Albertia Etxea de Miñano Mayor. La plantilla irá a la calle, los familiares tendrán que desplazarse en su vehículo particular para ver a sus seres queridos – ¿Existe transporte público en Araba?- y los y las gasteiztarras disfrutaremos de un maravilloso edificio vacío en el corazón de la ciudad.

Estamos convencidos de que la diputada nos hablará en los próximos días de la imperiosa necesidad de dar una solución definitiva al problema. A buen seguro, nos hablará de las bondades de la nueva residencia, de lo importante que es para su buen funcionamiento la gestión mixta público-privada. Sin embargo, esta no es la solución, simplemente se trata de un nuevo parche que traslada un problema a otro lugar. La experiencia de la Clínica Álava nos debería servir de aprendizaje para no volver a caer en los mismos errores. Entregar la gestión pública a manos privadas es un riesgo social inasumible que destruye empleo digno, que empeora la calidad del servicio y que, a la larga como ya hemos podido comprobar, el interés especulativo de los empresarios privados puede llegar a salir mucho más caro de lo que la derecha neo-liberal asevera. A esto hay que unir la dificultad que entraña para un organismo público recuperar la gestión de un servicio una vez privatizado.

Nosotros lo tenemos claro, igual que lo teníamos claro en diciembre de 2009, la solución definitiva pasa irremediablemente por la recuperación para la gestión pública y directa del servicio, y la subrogación de la plantilla como personal laboral del IFBS. Este es el mejor momento para poder hacerlo con el menor coste posible para las arcas públicas. Diputación no puede dejar pasar la oportunidad de gestionar uno de los recursos socialmente más valiosos que tenemos en esta ciudad. La diputada de Servicios Sociales tiene que hacer una apuesta valiente por este recurso, y no caer en los errores del pasado favoreciendo el beneficio privado con la salud y el bienestar de los y las alavesas.

¿Progreso, cambio o emancipación?

Amaia Agirresarobe – Portavoz de Alternatiba

Las palabras están vivas, son dinámicas, mutan y se adaptan a los tiempos y a los contextos. El término que ayer significaba una cosa, hoy se refiere otra; lo que ayer cobraba un sentido específico, hoy quizá ya no lo tiene. Este devenir de las palabras y de los conceptos debe estar en constante revisión: uno, para no utilizarlos de manera errónea, descontextualizada; dos, para adecuar constantemente significante y significado, evitando la degeneración de las palabras. Sí, no hemos de olvidar que éstas forman parte de los discursos, y por tanto son fruto de las correlaciones de fuerzas, de las relaciones de poder, del interés por construir determinados imaginarios.

Por poner ejemplos, ¿Qué queda hoy del desarrollo sostenible?, ¿Qué significa la democracia, la soberanía popular, el poder del pueblo, cuando los que se vanaglorian de ser demócratas birlan a la ciudadanía las decisiones fundamentales, que están en manos de empresas transnacionales y de instituciones de escasa legitimidad, como el Banco de España, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea o el FMI?

Las izquierdas tenemos que hacer un ejercicio permanente de análisis crítico de las palabras, de los conceptos. En este punto es importante señalar que esta batalla de ideas, esta batalla de palabras, esta confrontación de discursos, también es parte esencial de la lucha por un modelo alternativo de sociedad. Estructuras, prácticas e imaginarios son elementos insoldables de nuestras propuestas políticas. Así, y dentro de este cuestionamiento crítico, deberemos condenar al ostracismo, en algunos casos, a aquéllos conceptos que confunden y despistan; en otros, deberemos redefinir, recuperar o crear otras palabras, que impidan la proliferación de términos light, neutros, fortalecedores del orden establecido.

Respecto al primero de los casos -conceptos mal usados-, queremos detenernos especialmente en el progreso, en los y las progresistas. La idea de progreso es una de las señas de identidad de la modernidad capitalista, paradigma civilizatorio sobre el cual se asientan nuestras sociedades. Así, en el siglo XVIII surge la creencia, fruto de los adelantos tecnológicos, de la capacidad ilimitada del ser humano y de los pueblos del planeta de progresar, de desarrollarse.

Un desarrollo vinculado únicamente al crecimiento permanente y exponencial de bienes y servicios –y no de derechos y capacidades-; un crecimiento basado así en el fetichismo de la mercancía, que excluye, desvaloriza y ningunea algo fundamental, que es el trabajo de sostenibilidad de la vida, realizado fundamentalmente por mujeres dentro de una estrategia de adaptación capitalista al patriarcado; un progreso que  se convierte en una receta universalizable –sólo hay que seguir las etapas seguidas por los países desarrollados-, que se basa en las premisas capitalistas de maximización de beneficios, apertura de mercados y crecimiento ilimitado, donde la naturaleza no es más que un recurso más. Por lo tanto, progreso es igual a desarrollo, que es igual a crecimiento capitalista.

Desde el siglo XX, el término de progresista, se utiliza también para diferenciarse del término conservador –supuestamente quien no quiere avanzar en el desarrollo del progreso, de la modernidad capitalista- pero también para diferenciarse del término izquierdista –vinculado a procesos radicales, de los que se huye conceptualmente, aunque el socialismo real también se imbuye de desarrollismo progresista, aunque no capitalista-. De esta manera, si este es el significado de progreso, y si partimos de la actual situación de gravísima crisis civilizatoria, social, climática y alimenticia, ¿Quién que se considere de izquierdas puede apelar al progreso, cuando este concepto nos lleva a la defensa del capitalismo en su versión más patriarcal, antiecologista y colonialista? Así, el uso del término progresista es, en el peor de los casos, un grave error; en el mejor, una cobardía, al pretenderse el equilibrio entre los dos demonios, conservadores e izquierdistas, cuando hoy en día son el progreso y la modernidad capitalista -ensalzada por conservadores, liberales y socialdemócratas por igual-, los que impiden una sociedad más justa y equitativa.

Respecto al uso de conceptos neutros o vacíos, nos encontramos con el debate entre cambio, transformación y emancipación. Asistimos hoy al uso y al abuso de la palabra cambio. Cambio político, cambio social, cambio de etapa, escuchamos una y otra vez, y no sabemos muy bien qué se quiere decir. Cambiar, en sí, es simplemente “dejar una cosa para tomar otra”, “mudar”, “convertir”, que tanto puede ser para bien como para mal -no hay duda de que la reforma laboral es un cambio- y que, además, todo el espectro político lo utiliza, desde la extrema derecha a la extrema izquierda, ya que puede significar desde la mera alternancia (“quítate tú para ponerme yo”), a cambios decorativos, o a grandes transformaciones estructurales. Es, hoy en día, un concepto vacío. Precisamente el término transformación -primo hermano del cambio- trae implícito un deje de cambio de mayor calado, de mayor profundidad, aunque sigue sin dejar clara la línea que lo separa del simple cambio. ¿Cuál es la línea entre cambio y transformación?  

Así, si el cambio no significa nada, si no tiene fuerza política, y la transformación no clarifica su significado, la emancipación puede ser el concepto que recoja los anhelos de las izquierdas, ya que hace referencia a “liberarse de cualquier clase de subordinación y dependencia”. Este si es un concepto cargado de contenido, fuerte, y que en estos momentos de crisis pretende enfrentarse al sistema múltiple de dominación que impide el desarrollo de las libertades de personas y pueblos. Por lo tanto, se enfrenta al patriarcado, al capitalismo, al productivismo, al colonialismo, al racismo y a la dictadura, y plantea su superación integral.

Repetimos, la lucha de discursos e imaginarios es parte esencial de la lucha social. Así, desterremos de nuestras vidas las referencias al progreso, y luchemos por la emancipación mejor que por el cambio –le regalamos la palabrita a Rajoy, o en un futuro a Rubalcaba, o a Urkullu-. Nosotros y nosotras a lo nuestro, por una Euskal Herria y un mundo emancipado.

Fortaleciendo el sujeto político feminista

Desde la Mesa de Feminismo de Alternatiba felicitamos a Bilgune en su décimo aniversario. Felicitamos sus años de lucha para lograr una Euskal Herria feminista; felicitamos su apuesta por entender la lucha feminista como el camino necesario hacia la construcción de un nuevo modelo de sociedad y no como la suma de reivindicaciones aisladas para la mejora de las condiciones de las mujeres. La reivindicación del movimiento feminista de que la transformación social será feminista o no será, es la que ha hecho posible entender que las dimensiones de lucha no pueden jerarquizarse y que el camino está en avanzar hacia la emancipación frente a los distintos modelos de dominación que el binomio inseparable patriarcado-capitalismo hoy nos imponen.

En definitiva, no hay revolución con patriarcado, ni equidad de género con capitalismo; no hay revolución con modelos productivistas, ni sostenibilidad ecológica sin cambiar las bases del modelo

vigente; no hay revolución con uniformidad cultural y nacional, ni construcción nacional sin internacionalismo o con clases antagónicas.

En este sentido, nos alegra mucho poder participar en este encuentro de Bilgune, y nos parece especialmente enriquecedor encontrarnos y debatir sobre ese nuevo modelo económico y social que queremos construir desde el feminismo. Creemos que en el contexto actual de crisis del sistema es imprescindible seguir profundizando en la idea de que este nuevo modelo deberá tener en cuenta la economía del cuidado como parte consustancial a la praxis económica y que desde el punto de vista social debe pasar por un nuevo contrato social entre hombres y mujeres basado en la corresponsabilidad y no en la auxiliaridad de unas en relación a los otros. Esta invitación de Bilgune nos permitirá compartir y ampliar reflexiones que refuercen el trabajo que desde la Mesa de Feminismo de Alternatiba estamos haciendo en torno al Eje de economía y trabajo.

Además, compartimos con Bilgune la necesidad de fortalecer el sujeto político feminista a través de la generación de alianzas de las mujeres feministas que desde distintos lugares entendemos que el fin del patriarcado debe estar vinculado al fin del resto de formas de dominación. Consideramos de suma importancia seguir construyendo un sujeto feminista fuerte que se articule dentro del sujeto político de izquierdas que debe ser múltiple: junto con las mujeres feministas, la clase trabajadora entendiendo esta desde parámetros de la economía feminista, el campesinado y el movimiento ecologista.

La organización de estos encuentros y la invitación amplia cursada por Bilgune a las mujeres feministas que trabajamos en distintos espacios, también en los espacios de militancia política mixta, creemos que es una puesta en práctica de la suma de fuerzas por la que apostamos. Para las mujeres feministas de Alternatiba, es también una estrategia imprescindible seguir tejiendo alianzas con las mujeres feministas y muy especialmente con las mujeres militantes en el movimiento feminista. Queremos seguir compartiendo agendas y articulando luchas comunes y es por este motivo que esperamos compartir con otras muchas mujeres feministas espacios de debate y reflexión. Nos vemos los días 2, 3 y 4 de Marzo en Leitza.

Zorionak Bilgune! Urte askotarako!

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