Las armas no matan

Luis María Salgado – Portavoz de Alternatiba en Araba

Si alguien se sorprende por el título de este artículo debe dar las gracias a que ni en Euskal Herria, ni en el Reino de España, ni en toda Europa debemos soportar la existencia de una Asociación Nacional del Rifle, ya que este es uno de los argumentos más utilizados por dicha asociación para defender la tenencia libre de armas. Aseveran que ninguna pistola asesina por si sola, y de hecho, no existe Código Penal en el mundo que condene a un arma por asesinato. Sin embargo, a nadie se le puede escapar que en aquellos países donde la tenencia de armas es legal, el número de asesinatos es muy superior a la registrada en los estados donde esa tenencia es estrictamente regulada.

En realidad, todo lo anterior se reduce a que sin un arma es más complicado matar al prójimo. Algo similar podemos decir del mundo laboral. Las últimas Reformas Laborales, tanto las realizadas por el postrero Gobierno Zapatero, como la realizada por el ausente Don Mariano, se han construido sobre la base del abaratamiento y facilitación del despido. Por supuesto, a los mentores de dichas irresponsabilidades se les llenó y llena la boca diciendo que sus reformas no crearán más paro. Y no les falta razón, hace falta un asesino que tire del gatillo, el papel por si mismo no despide a nadie.

Aquí en Araba estamos asistiendo con terror a la aplicación literal de la última Reforma del PP por parte de varias empresas; la más emblemática, sin duda, es Celsa Atlantic (Laminaciones Arregi) aunque no es la única, y seguro que tampoco la última. 349 ejemplos, 349 heridas.

El pasado domingo, las Juntas Generales de Araba debatieron una moción para mostrar solidaridad con los y las trabajadoras de Celsa Atlantic y exigir al Gobierno Rajoy la derogación inmediata de la Reforma Laboral. El PP en ese pleno, al igual que la Asociación Nacional del Rifle yanqui, sostuvo que no es dicha Reforma la que pone en la picota a las 349 familias, incluso  se atrevieron a señalar al asesino último, pidiendo responsabilidad al empresario y a los trabajadores para que se sienten a negociar. ¿Pero qué se puede negociar cuando alguien te apunta con un arma a la cabeza? La negociación siempre ha de basarse en que las partes cuenten con el mismo peso, y aquí una de las partes tiene un arma mientras la otra tan solo sus manos desnudas.

Por eso es importante que la sociedad alavesa sea consciente de que el asesino-empresario aprieta el gatillo, pero que el efecto sería muy diferente si no contase con el cómplice que ha puesto el arma en sus manos. El Partido Popular es responsable directo de esta situación y de las que por desgracia han de llegar en los próximos meses. En Araba en estos momentos hay más de 20 Expedientes de Extinción sobre la mesa, más de 25.000 personas paradas, nuestras vecinas y vecinos, compañeros y compañeras, y no parece que facilitar la continuidad de estas políticas de tierra quemada vayan a reducir los daños colaterales de esta gran ofensiva neo-liberal con armas de destrucción masiva como es la última Reforma Rajoy.

Hay salida para Bizkaia

Pablo Fernández (Alternatiba), Jon Salaberria (Aralar), Joseba Gezuraga (EA) y Mikel Etxaburu (Ezker Abertzalea)

Eusko Alkartasuna, izquierda abertzale, Alternatiba y Aralar hemos presentado a la sociedad una propuesta socioeconómica para Euskal Herria que plantea un modelo alternativo a la actual crisis sistémica que está provocando la destrucción del medio ambiente, el retroceso en las condiciones de vida, en el sistema de bienestar y en el sistema alimentario.

El eje principal de esta propuesta es la soberanía política y económica. De esta forma podremos encarar con garantías la crisis sistémica, que nos arrastra sin demora hacia la ruina social y económica. Resulta evidente que el Estado español supone un lastre para Euskal Herria. Así, los sucesivos gobiernos de España han adoptado políticas neoliberales en su versión más especulativa: el ladrillo y el suelo frente a la diversificación; el pelotazo frente a la planificación industrial y tecnológica a medio y largo plazo; el subsidio frente a la extensión de los servicios públicos… La agricultura y la pesca han sido olvidadas, el trabajo de cuidados ha sido relegado, de nuevo, a expensas de las mujeres a través de la Ley de Dependencia; y buena parte de la industria ha quedado obsoleta, dejando a la economía del Estado inerme ante la agudización de la crisis del capitalismo. Por lo tanto, la única salida es ser dueños de nuestro propio destino para construir una Euskal Herria justa, igualitaria, con un sector público fuerte que sea capaz de ejercer de tractor de la economía a la vez que proporcionar a la ciudadanía los servicios que quiere y merece.

Los actuales gestores de la Diputación de Bizkaia son los máximos valedores del actual sistema en crisis y muestran su más absoluto rechazo a la reclamación de una plena soberanía económica y política, y la puesta en marcha de un sector público fuerte. Así se nos ha repetido hasta la saciedad que el camino hacia la soberanía económica pasa por la continua negociación y la aceptación del chantaje del Estado español, que aún hoy en día no ha terminado de transferir competencias aprobadas en el estatuto de autonomía a principios de la década de los ochenta.

Por otro lado, la continua externalización de servicios sociales básicos como los centros de menores o la atención a personas mayores, ha supuesto que la Diputación haya dejado de facto de ejercer su función pública, para otorgarla al enorme conglomerado de empresas satélites, públicas o privadas, gracias a las cuales ha formado una red de intereses sin igual, en los que ni la gestión rigurosa, ni la búsqueda de la equidad social han sido sus motores de actuación.

Las únicas alternativas puestas sobre la mesa por parte de la Diputación Foral de Bizkaia han sido la construcción de grandes infraestructuras y la ejecución de grandes macroproyectos que han llevado a la ruina a municipios pequeños como Urduña, Dima o Bakio; el intento de privatización encubierta de servicios básicos a través de mancomunidades cuyo objetivo es la merma en la participación de aquellos municipios que se escapan del control del Diputado general, como la creación de hasta tres entidades supramunicipales en Enkarterri, que triplican el número de gestores para prácticamente los mismos servicios.

Y frente a estos desmanes, la Diputación solo ofrece resignación a la ciudadanía. La aceptación del discurso del PP en Madrid, el miedo a lo desconocido y la habitual frase hecha de «no hay más remedio», son muestra clara de que estamos ante dos partidos, PP y PNV, que pertenecen a la misma ideología económica y que desde la firma de los últimos presupuestos en Bizkaia, ya no ocultan su admiración mutua.

Por todo ello, mañana sábado, 26 de mayo, a las 11.30 horas, en el Paraninfo de la UPV-EHU (Bilbao), expondremos determinadas propuestas económicas necesarias para parar esta espiral de ruina económica y asentar las bases para un nuevo modelo social económico. La recuperación de un sector público fuerte, la democratización de las instituciones y la soberanía política-económica (en toda su extensión, desde la soberanía ecológica hasta la productiva, pasando por la financiera), así como la recuperación social, cultural y lingüística de los pueblos que habitan Bizkaia, son parte de la solución.

Bizkaia no puede continuar siendo un «corralito» de empresas ligadas a un determinado modelo político, y debemos ser impulsores de la innovación social y económica de este país. El cambio es inevitable y en él no van a ser los partidos políticos los protagonistas, sino todas y cada una de las personas que residen en Bizkaia y Euskal Herria que entienden que ha llegado el momento del cambio.

Homofobia y transfobia (Laura Gomez)

Laura Gomez – Directora de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa

Hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, y desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa deseamos enviar todo nuestro apoyo a los colectivos que salgan a la calle en favor de esta causa, a sus reivindicaciones y a su trabajo cotidiano. Así mismo, invitamos a toda la ciudadanía a participar de esta jornada y sus vindicaciones. Pero también, con motivo de este día, queremos compartir nuestra lectura acerca de esta cuestión e invitar a la reflexión sobre ello, si cabe.

Desde algunos sectores feministas, se han realizado críticas a ciertas líneas políticas GLTB (gays, lesbianas, transexuales y bisexuales) en muchas ocasiones por invisibilizar a las propias lesbianas y por priorizar a los varones homosexuales en la toma de decisiones. Ejemplo de ello, es que en nuestro Día Internacional no aparece ni siquiera la palabra «lesbofobia», como ejercicio de visibilización y de acción positiva hacia las lesbianas.

Otras políticas como las de normalización e integración también han sido duramente criticadas, ya que suponen transigir con el actual sistema, en vez de transformarlo. Las políticas asimilacionistas y asistencialistas presuponen la existencia de un cuerpo anómalo, abyecto y enfermo que hay que normalizar, que hay que curar, que hay que aceptar. Ejemplo de ello es la transexualidad, en la actualidad considerada un trastorno de identidad, definida como disforia de género, e inscrita de este modo en los manuales internacionales de siquiatría (DSM-CIE), lo cual supone que estas personas deban ser diagnosticadas como enfermas mentales para comenzar su transformación.

La normalidad y la normativización pueden ser aun más peligrosas. Es el caso de los bebés intersexuales, que nacen con una genitalidad ambigua, biológicamente perfectamente funcionales, pero ambiguos estéticamente. Estos bebés son sometidos a un sin fin de operaciones, los volvemos enfermos crónicos, para que encajen con un ideal de cuerpo, de sexo y de genero.

Creemos que es necesario visibilizar el dolor y la violencia que genera el actual sistema de sexo y de género. El hecho de que tengamos que clasificar al nacer a los niños y las niñas, inscribir los cuerpos en identidades de genero, orientaciones sexuales estancas, y roles y estereotipos previamente definidos. El género debiera ser elegido, construido individual y colectivamente, desde la libre elección. No nos interesan los géneros definidos desde la hegemonía sexista, desde el azul y el rosa, desde el activo y la pasiva, el fuerte y la débil, el agresor y la víctima… Nuestra sociedad necesita replantearse los géneros, es fundamental repensar la reproducción social en un marco amplio y no solo pensado desde el modelo heterosexual.

Entonces, ¿en qué se puede traducir la lucha contra la lesbofobia, la transfobia y la homofobia desde una mirada transfeminista en las políticas públicas desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa? En trabajar desde una lectura transversal del género, lo que implica leer todas aquellas discriminaciones que atraviesan las personas, específicamente aquellas que tengan que ver con el género, el sexo y el cuerpo. Y en aplicar esa lectura a todas las áreas en las que trabaja, sin olvidar que se debe atender la vulnerabilidad específica de algunos colectivos, como, por ejemplo, el trans.

De esta forma, cuando hablamos de violencia machista, por ejemplo, no hablamos solo de la violencia que se da en el marco de la relación de la pareja heterosexual. Las agresiones a lesbianas, trans, homosexuales, queers y bisexuales las entendemos como tales. Es más, la entendemos como la violencia machista estructural y cultural que sufren los cuerpos por transgredir las normas en cuanto a identidades de género y prácticas sexuales.

Por eso somos partidarias de apoyar medidas que no patologicen y que no tutelen a las personas trans en su proceso. Necesitamos sensibilizar y trabajar desde un empoderamiento que cuestione los estereotipos de género y proponga nuevas posibles formas de ser, amar y existir al margen de la normatividad tiránica de género actual.

Creemos, además, que la violencia contra las mujeres y la discriminación contra las personas trans, lesbianas u homosexuales comparten la misma raíz y que provienen de los mismos fundamentos. Por ello, es necesario que pensemos que la cuestión de la transfobia, la lesbofobia o la homofobia no es algo de unos pocos colectivos, o de unas pocas personas, sino algo que tiene que ver con la libre gestión de la identidad de género y la libertad en las prácticas sexuales de toda la ciudadanía.

Alardes Sexistas, la vergüenza de Gipuzkoa

Laura Gomez – Directora de Igualdad de Gipuzkoa

En 1993 un grupo de mujeres realizó una encuesta en Hondarribia. La temática: el alarde. La pregunta: “¿Pueden participar las mujeres en el Alarde?”. Hoy, casi 20 años después, los alardes mixtos de Irún y Hondarribia reciben el Premio Emakunde a la Igualdad, pero la respuesta en ambos municipios sigue siendo “No”. Pensemos, por un momento, que se planteara la siguiente cuestión: “¿Pueden los negros participar en el alarde?”. La misma pregunta es impensable y del todo vergonzante por racista. Pues bien, en Gipuzkoa llevamos casi 20 años de alardes excluyentes, 20 años de sexismo atroz, 20 años de vergüenza.

La mayoría de dos pueblos se ha puesto de acuerdo para sacralizar una tradición, una historia, que está tergiversada, que reinventa interesadamente el pasado y no da cuenta de su evolución y de las novedades introducidas en los Alardes a lo largo del tiempo. Y todo ello para marginar y ridiculizar el papel de las mujeres, convirtiendo un cuerpo aguerrido que lidiaba entre sables, proyectiles, alcohol, agresiones sexuales y guerra, en un maniquí, en un florero. Eso no es historia, es antihistoria.

Nos da igual que esta mayoría esté de acuerdo con evitar la participación igualitaria de las mujeres. No es una cuestión de mayorías, es una cuestión de derecho. Los derechos no se votan, no se negocian, se conquistan. Y una vez conquistados se lucha para no perderlos, para protegerlos. Y de eso, las mujeres, sabemos un rato. ¿Acaso creemos que se puede someter al juego de mayorías la libertad de expresión, el derecho a la integridad física o a la libertad religiosa?.

Los alardes sexistas son indefendibles e ilegales. Vulneran el principio de igualdad y la Ley de Igualdad 4/2005. Son tan peligrosos e ilegales los argumentos utilizados para justificar los Alardes sexistas, que los alcaldes de ambos municipios han promovido su privatización. No podían arriesgarse a ser acusados de prevaricación. Los alardes se han privatizado para evadir las obligadas sanciones públicas y hoy idean estrategias, difícilmente demostrables, dicho sea de paso, a través del tejido asociativo para seguir dotando a los desfiles sexistas de recursos públicos.

Es de tal calibre la infracción, que los partidos que gobiernan en ambos municipios, el PSE y el PNV, no defienden los alardes sexistas en otros espacios institucionales en los que tienen representación. Pero sí que se mueven en una calculada ambigüedad. Mientras aprueban declaraciones apoyando a los Alardes igualitarios en el Parlamento Vasco, el actual Gobierno Vasco, del PSE, cambia recorridos –saltándose el criterio policial de la zona- o permite que los plásticos negros campen a sus anchas.

Pero las fiestas, son momentos que la totalidad de las y los vecinos de un pueblo reconoce como propias y las valora como elementos identitarios, que las y los distingue de otros lugares. Por eso, las fiestas son públicas, no de algunos que se apropian de ellas y las definen como les viene en gana. Es más, los Alardes no son solo de Irún y Hondarribia, son de toda Gipuzkoa, son un patrimonio común de Gipuzkoa, como los carnavales de Tolosa o la tamborrada de Donostia, porque afectan a la transmisión colectiva de nuestra historia, rituales y cultura. 

Los Alardes tradicionales no, los sexistas, constarán como uno de los puntos más vergonzosos en la historia de Euskal Herria. Un lugar donde se insulta, veja y golpea a quienes luchan por los derechos de las mujeres y por un alarde igualitario y público.  Es el único lugar en el que se defiende a los que quebrantan la ley y se castiga a sus defensoras y defensores.

Desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa queremos felicitar a Emakunde por dar el premio a los Alardes Igualitarios de Hondarribia e Irún. Como miembro del Jurado, creo que esta decisión dota de credibilidad política al premio, porque visibiliza lo que nadie quiere ver: la lucha de 20 años de un grupo de mujeres que no pidieron más que poder participar en igualdad de condiciones en las festividades de su pueblo. Desde esta Dirección, solo podemos dar las gracias a todas esas personas que, en la soledad institucional más absoluta, contra la barbarie, han seguido firmes, defendiendo la igualdad y la participación igualitaria de las mujeres. 

Esta Dirección, además, quiere hacer público su compromiso para trabajar en la resolución de este conflicto y espera para ello poder contar con la colaboración y apoyo de todas las instituciones vascas y, especialmente, y por primera vez, de los Ayuntamientos de Irún y Hondarribia.

Esperemos que este año, de momento, no tengamos plásticos negros, se hagan cordones de seguridad reales, a una  distancia suficiente para que las personas que cumplen la ley puedan desfilar libremente, no se cambien recorridos, y el apoyo institucional a los alardes igualitarios sea unánime e indiscutible.

La ecología llama a la puerta

Asier Vega y Mikel Oseguera – Mesa de Ecología de Alternatiba

La actual problemática con los Residuos Sólidos Urbanos no solo se reduce a vertederos, incineradoras o al reciclaje. Los RSU no son más que el último eslabón de la cadena de consumo. Un sistema y una economía cuyo motor es el consumo: explota recursos naturales, los transforma, los comercializa, los consume y los desecha. Es un modelo lineal que no falla únicamente en la imposibilidad de gestionar cada vez más residuos. Colapsa también en su origen, ya que los recursos del planeta son limitados. Incluso en su nudo. En las fases de producción y consumo, donde se establecen relaciones humanas (o inhumanas) desequilibradas basadas en la información desigual y la dominancia. Y donde no se alcanzan los objetivos paradigmáticos de la felicidad y la estabilidad. Las concretas alarmas del calentamiento global, la gestión de los desbordantes residuos, la escasez de materias primas fundamentales para la continuidad del tradicional desarrollo como el petróleo o el gas, la exponencial demanda de energía, etc. no son más que síntomas de la enfermedad terminal de la Concepción lineal del planeta frente a su esencia intrínseca circular, retroalimentada y sostenible.

Teniendo en cuenta estas visiones más globales, ya la administración europea a través de la directiva 2008/98/CE deja de centrar el debate de los residuos en su destrucción. Y apuesta en este orden de prioridad por la prevención (disminución en la generación), reutilización, reciclaje, “valorización energética” y eliminación. Además, marca como línea roja que la gestión de los residuos no pondrá en peligro la salud humana ni el medio ambiente, tanto el aire, el agua como el suelo.

La incineración ni fomenta la reducción de residuos, ni recicla y por supuesto que afecta a la salud humana y al medio ambiente a través de la contaminación del aire. También es una amenaza potencial para el suelo por generar cenizas altamente contaminantes. Además, se vuelven a fomentar turbios negocios donde siempre ganan y pierden los mismos. En un momento en el que, más que nunca, la sociedad debe recuperar el terreno regalado a la gestión privada, a través de la incineración el pueblo vuelve a pagar dos veces y los grandes grupos empresariales vuelven a cobrar doblemente. Se les paga por gestionar la basura que utilizan como combustible y se les vuelve a pagar por la energía generada con dicho combustible. Los costes medio ambientales, una vez más, los pagaremos todos.

La recogida Puerta a Puerta no sólo es el sistema contrastado de recogida de residuos que mejores resultados de reciclaje presenta (80-85% de reciclaje demostrado con expectativas de llegar al 90 %), sino que también trabaja la reducción de residuos incrementando la concienciación entre la ciudadanía.

Uno de los argumentos que se utilizan intencionadamente en contra del sistema de recogida Puerta a Puerta es el de los costes. Demagógicamente sólo de los costes de recogida. Nadie habla de los 250 millones de euros para la construcción de la incineradora de Gipuzkoa. Ni del coste de construcción y gestión de vertederos. Ni del coste de gestión de cenizas peligrosas. Por no hablar de los costes que nunca se valoran: los medio ambientales, los sociales… ¿Qué precio tiene el contaminar el aire?

Es fundamental el comenzar a ver los Residuos Sólidos Urbanos como recursos y no como basura. Recurso siempre que en cada punto de generación se separe adecuadamente. ¿Por qué renunciar a ese recurso público? ¿Por qué volver a ceder otro sector estratégico a manos privadas? No nos dejemos cegar por quienes faltos de perspectiva pretenden centrar nuestra atención en la basura que cuelga de un poste. Enseñémosles que no es basura; que son recursos: plástico, papel, materia orgánica…

Sabemos que los problemas globales requieren soluciones integrales. Un cambio de modelo, ¿por qué no empezar Puerta a Puerta?

Garantes de nuestra inseguridad

Igor Nabarro – Mesa de Pacificación y normalización de Alternatiba

El anuncio del cese definitivo de la actividad armada por partede ETA, el pasado mes de octubre, fue la señal inequívoca de que se estaban abriendo nuevas expectativas para Euskal Herria y sus habitantes. La sociedad vasca es optimista y ve, cada vez con más claridad, que el conflicto político se aproxima a la época del entendimiento, del diálogo, de la normalización política y de la paz.

La inmensa mayoría de Euskal Herria se asoma a este nuevo futuro con la mirada repleta de esperanza y de ilusión, sabedora de que lo acontecido en los últimos 12 meses ha sido un punto de inflexión que no tiene vuelta atrás. Este ambiente se respira en las calles, se respira incluso en los momentos de reivindicación social y política, como el vivido en el Aberri Eguna, en el que el clima de distensión era palpable en las calles de Iruña.

Pero al parecer, no todo el mundo está siendo capaz de asimilar y de adaptarse a este nuevo tiempo. Parece mentira, pero están siendo aquellos que más alto clamaban, y quienes podría parecer que más interés tenían en que la violencia desapareciese de las calles, quienes están continuamente poniendo palos en las ruedas tratando de que la caravana de la normalización descarrile. Parece que están deseando la vuelta a tiempos pasados.

El final de la violencia de ETA, la desaparición de la kale borroka, el clima de distensión en las reivindicaciones al que hacía referencia, parece haberle sentado muy mal a los cuerpos represivos del Estado, especialmente a la policía autonómica vasca, lo cual para algunas personas es lo más sorprendente y para otras, en cambio, no sorprende en absoluto.

Parece mentira, pero da la impresión de que ni los agentes de la policía autonómica, ni sus mandos, ni la clase política que les dirige tienen en absoluto idea de lo que significa el nombre oficial del cuerpo de policía: Ertzaintza, Herri zaintza. Son quienes deben velar por el bienestar de los habitantes de nuestro país, son quienes deben garantizar que las personas que habitan en nuestros pueblos y ciudades se sientan seguras de salir a la calle porque saben que no van a ser víctimas de agresiones y de ataques injustificados.

La Ertzaintza debería ser la principal imagen de este nuevo tiempo. Un cuerpo que de policial pasase a ser el icono de la colaboración de las instituciones con la ciudadanía. Deberíamos sentirnos seguros y seguras cada vez que pasáramos delante de cualquier agente, deberíamos sentirnos agradecidos y agradecidas de tenerles ahí, sabiendo que están para ayudarnos en lo que necesitemos.

En cambio, la policía autonómica vasca ha aumentado en pocos meses su nivel de brutalidad de forma exponencial. Las actuaciones del 3 marzo en Gasteiz, las cargas policiales durante el día de huelga general del pasado 29 marzo, la agresión al joven Xuban Nafarrate que le provocó traumatismo craneoencefálico y la represión de la que fueron objeto las concentraciones para denunciar este hecho, son episodios de una cadena de actos violentos desmedidos protagonizados por la Ertzaintza, que han ido in crescendo y que como no podía ser de otra manera,  han desembocado en la muerte de Iñigo Cabacas, tras recibir un pelotazo de las fuerzas antidisturbios.

Da la impresión de que están rabiosos, esperando la más mínima oportunidad para actuar con la mayor fuerza posible, de un modo desmedido y desbocado, como si su única razón de ser fuese la represión y les molestase la nueva situación social y política…

No están sabiendo adaptarse a los vientos de cambio, pero los dirigentes políticos, bajo los cuales está la responsabilidad de las fuerzas de seguridad, tampoco han querido, darles las pertinentes pautas e instrucciones para su reconversión.

El Sr. Rodolfo Ares, desde su responsabilidad como consejero de interior del Gobierno Vasco, no ha sabido gestionar la nueva situación en la que se encuentra la policía autónoma vasca y es por esto que se le puede considerar el responsable político directo de la muerte de Iñigo y del resto de actuaciones desmedidas de la Ertzaintza. Por esto mismo el señor Ares debe presentar su inmediata dimisión, pero no diciendo aquello de «yo asumo toda la responsabilidad», porque no es cierto.

El Gobierno Vasco en su conjunto es responsable de esta situación, la policía autónoma vasca como institución es responsable de lo sucedido, aquellos que han estado dando las órdenes durante estos meses son también responsables y por supuesto, son responsables quienes las cumplieron y actuaron de forma tan brutal.

Todas esas personas deben asumir su responsabilidad, someterse a la justicia y abandonar sus puestos ya que no están cumpliendo con las obligaciones de sus cargos. Hoy debemos decir, con más convencimiento si cabe, que no son los defensores del pueblo, son sus agresores.

Construyendo el futuro próximo de Euskal Herria

Xabier Soto e Igor Nabarro – Alternatiba

Un año más nos disponemos a celebrar el Aberri Eguna. Una fecha que sin duda guarda una fuerte carga simbólica y emocional en una parte muy importante de los hombres y las mujeres de Euskal Herria. Cierto que no en todos y todas, y sin duda esta es una asignatura pendiente para quienes, como Alternatiba, aspiramos a construir referencias colectivas inclusivas, respetuosas con nuestro pueblo y sus derechos, y por supuesto con sus gentes.

Pero este Aberri Eguna, no puede ni debe considerarse uno más. Este año, en Donibane Garazi, 5 fuerzas políticas del espectro soberanista e independistas de izquierdas nos aprestamos a convocar de forma conjunta un acto que, con motivo del Aberri Eguna, sea capaz de rendir tributo a la aspiración nacional de Euskal Herria pero, y sobre todo, suponga el inicio de una nueva etapa marcada por la acumulación de fuerzas soberanistas e independentistas de izquierda que sea capaz de ir construyendo este país y de responder a los múltiples sistemas de dominación que como ciudadanos y ciudadanas vascas sufrimos a diario.

Este esfuerzo unitario es, sin duda, una muestra de efectividad sin renunciar a los principios. Una manera de colaborar para reforzar el sujeto político sin despojarle a este de ninguna de sus características principales, esto es soberanía, autodeterminación, territorialidad, un nuevo modelo económico y social, una Euskal Herria construida desde el respeto a la Ama Lurra y despojada del patriarcado que ha dominado las relaciones sociales desde tiempos inmemoriales.

La acumulación de fuerzas que va a verse por primera vez en el Aberri Eguna en Donibane Garazi, es, desde nuestro punto de vista, el de los hombres y mujeres de Alternatiba, la única herramienta capaz de lograr el cambio político y superación del sistema capitalista que cada vez más y más gente de Euskal Herria espera y desea.

Por eso nos atrevemos a señalar que este no debe ser un Aberri Eguna proyectado únicamente hacia el pasado. Ha llegado el momento de transformar una fecha simbólica y evocadora de nostalgia en un punto de arranque para la nueva Euskal Herria emancipada frente a los sistemas de dominación de los que hablábamos al principio.

Una Euskal Herria libre y socialista que inevitablemente va a tener que abrirse camino ante una realidad marcada por la parálisis en algunos casos y por la sumisión en otros. Somos conscientes, por tanto, de las dificultades que enfrentamos. Unas dificultades que se sustancian en el bloqueo que desde los gobiernos centrales del Estado español y francés, en colaboración con los gobiernos de la CAV y Nafarroa, están manteniendo ante la apertura de un proceso de paz y soluciones democráticas que asiente una paz justa y duradera en nuestro pueblo.

Porque no podemos olvidar que seguimos observando la obcecación de dichos gobiernos a la hora de abordar un cambio de la política penitenciaria manteniendo vigente la doctrina Parot, la no excarcelación de enfermos incurables o el sostenimiento en prisión de los condenados por el llamado proceso Bateragune. Siguen manteniendo el esquema del “todo es ETA” y “contra ETA todo vale” como si la realidad no hubiera tirado por tierra su esquema del pasado. Muchas cosas han cambiando desde el anterior Aberri Eguna en este terreno, abandono definitivo de la lucha armada por parte ETA incluido, sin embargo ellos siguen abonados a recetas del pasado que cada vez menos gente comprende.

Tampoco queremos olvidar que, este Aberri Eguna, viene marcado por una profunda crisis, o estafa,  como prefieran. Una crisis que no es solo financiera como pretenden hacernos creer. Vivimos tiempos de confrontación clara, de batalla ideológica evidente entre quienes nos pretenden someter y esclavizar para calmar las ansias de los mercados y del capital y quienes sostenemos que otra Euskal Herria y otro modelo económico no solo son posibles sino que son absolutamente necesarios.

Necesarios para garantizar la sostenibilidad de la vida. De una vida digna para todos y todas las ciudadanas de Euskal Herria que se aleje de la lógica de la sostenibilidad del capitalismo como único sistema ordenador posible y avance en la conformación de un sistema donde el patriarcado que ha dominado las relaciones humanas desde tiempos inmemoriales, el desarrollismo salvaje que no atiende los límites finitos del planeta, la asimilación cultural que tira por la borda nuestra riqueza cultural, el consumismo que nos obliga a consumir hasta morir más allá de la cobertura de nuestras necesidades, sean superados por una nueva realidad, una nueva forma de organización social y económica que anteponga el bien colectivo al individual, donde las personas sean el centro de todo y no la leña que alimente la hoguera de las necesidades de los poderosos, los de siempre.

Una Euskal Herria, en definitiva y tal y como remarcaban los sindicatos vascos hace apenas unos días en la exitosa jornada de huelga general en Hego Euskal Herria, diferente, opuesta al capitalismo, construida desde abajo y a la izquierda.

Y junto a los dos factores ya señalados, crisis sistémica y bloqueo en el proceso de paz y soluciones democráticas, queremos desde Alternatiba señalar un tercero. La deslegitimación social de esta precaria democracia en la que nos desenvolvemos.

Una democracia que cada vez más, es señalada como un aparato al servicio de poderes que ni siquiera se presentan a las elecciones, pero que son capaces de determinar los designios de todos nosotros y nosotras. Una democracia que no quiere o no sabe integrar a los y las ciudadanas en la gestión y toma de decisiones colectiva. Y frente a esta democracia amordazada debemos también empezar a construir una democracia directa, participativa y radical. Un sistema donde las personas sean parte activa en todos los procesos deliberativos y decisorios.

Si somos capaces de hacer frente a estas duras realidades que marcan los tiempos actuales, no solo estaremos consiguiendo poner los cimientos de una nueva Euskal Herria socialista, feminista y ecologista sino que estaremos empujando en la misma dirección que otros pueblos y naciones del planeta como Bolivia, Cuba, Venezuela para los que, desde una óptica internacionalista no queremos ni debemos olvidar siquiera en fechas tan propias como el Aberri Eguna.

No se puede esperar más, urge un cambio en la política penitenciaria

Maribi Ugarteburu, Dani Maeztu, Ikerne Badiola, Oskar Matute, Pello Urizar, Amaia Agirresarobe, Pernando Barrena.

Resulta evidente que nos encontramos en un nuevo tiempo. Un tiempo que todos y todas coincidimos en señalar como positivo y esperanzador. Sin embargo, pese a esta constatación, seguimos asistiendo a una rigidez en la puesta en marcha de nuevos pasos y medidas. Esta rigidez puede sembrar de desilusión, con las dificultades que eso conlleva, los vientos de paz, convivencia y libertad que la ciudadanía vasca de forma abrumadora espera que se asienten definitiva y permanentemente entre nosotros y nosotras. Es por ello, que nos animamos a firmar esta reflexión, esta petición. En el ánimo de que no caiga en saco roto. De que sus destinatarios, aquellos que determinan qué política penitenciaria se ha de aplicar para con las presas y presos políticos vascos entiendan que detrás de esta demanda viene una demanda apoyada de forma mayoritaria por la plural y diversa sociedad vasca.

Y es de la política penitenciaria de la que queremos dejar por escrito nuestra posición y nuestra petición. No ayuda, no humaniza, no contribuye sostener en pie una política penitenciaria que obedece a otro tiempo, a otra lectura, a otra fase felizmente superada por la sociedad vasca.

El sostenimiento de una legislación que posibilita medidas de excepción como mantener en prisión a quien ya tiene la condena cumplida por medio de la doctrina 197/2006, la negativa a la excarcelación de presas y presos que padecen graves enfermedades y el mantenimiento de la política de dispersión, por citar tan solo algunos de todos los aspectos que vertebran la actual política penitenciaria, son un castigo que ya apenas entiende nadie en nuestro país, sea cual fuera su adscripción o simpatía política.

Pero no hablamos solo de datos o de medidas más o menos etéreas o intangibles. Estamos hablando de la inexplicable situación que mantiene en prisión a personas con nombre y apellidos. Estas personas están viendo en riesgo sus propias vidas por la aplicación de una política penitenciaria que debe ser modificada. Entre éstas hay quienes padecen graves enfermedades, con diferentes patologías, muchas de ellas adquiridas o agravadas hasta el extremo durante su reclusión, que permanecen en prisión en contra del criterio médico y la lógica más elemental.

Y queremos detenernos, sin olvidarnos del resto, en uno de estos casos, el del basauriarra Txus Martin. Su situación es extrema ya que su enfermedad de corte mental no puede ser tratada, ni es compatible con su reclusión ni un minuto más. Para un cuadro severo como el suyo, el aislamiento y la reclusión no son sino la forma más eficaz para lograr un desenlace fatal que nadie puede desear, sea cual fuere su afecto o desafecto hacia dicha persona y/o sus ideas.

Es por ello, que decimos que no cabe esperar más, que si las instituciones quieren ser representativas de la voluntad popular y garantes de los derechos de todos y cada uno de sus administrados y administradas, tienen que proceder a su inmediata puesta en libertad para proceder a administrarle el tratamiento y la terapia que la gravedad de su actual situación requiere.

Y aun cuando incidimos en el caso de Txus Martin, somos conscientes de que a todas estas personas, y otras muchas, su permanencia en prisión no solo les ha acarreado un agravamiento en sus dolencias y enfermedades, sino que junto a esto han tenido que soportar una inadecuada atención médica traducida en dificultades múltiples para hacer frente a los tratamientos que situaciones de tanta gravedad requerían.

No es el tiempo de la venganza. No es eso lo que nos demandan los ciudadanos y ciudadanas vascas. Es, por contra, el momento de la unilateralidad y de que todos y todas hagamos cuanto este en nuestras manos y en el desempeño de nuestras responsabilidades para afianzar un proceso de paz y normalización que supere las hondas y crueles heridas que nuestro pueblo ha venido soportando durante décadas y soporta aún hoy.

Nadie nos perdonará que pudiendo hacer más nos conformáramos con hacer lo justo, con callarnos o pasar de largo ante situaciones de excepcionalidad como las que, entre otras, hemos trasladado aquí. Cambiar la política penitenciaria no es asumir los postulados de parte, es contribuir a afianzar un bien colectivo: la paz.

Por último, queremos aprovechar este artículo para hacer un llamamiento a la sociedad en general para que participe en la movilización que mañana, 31 de marzo, se celebrará en Iruñea con el fin de solicitar la liberación de las y los presos que padecen graves enfermedades. Asimismo, recordamos que el 19 de mayo contamos con una inmejorable oportunidad para acumular fuerzas a favor de los derechos de las y los presos en las plazas de nuestras ciudades, barrios y pueblos.

La diversidad funcional también a la huelga

Igor Nabarro – Militante de Alternatiba

Mañana, 29 marzo, vamos a asistir a una de las jornadas de huelga general más justificadas de los últimos años. No tenemos ninguna duda de que la movilización entre las clase obrera va a ser masiva. La presencia en la calle de trabajadores y trabajadoras en defensa sus derechos se va a dejar notar en las calles de las ciudades y pueblos de Euskal Herria.

Tenemos el convencimiento de que esta jornada de lucha será recordada por  largo tiempo, y que servirá de paradigma para futuras ideas revolucionarias… Pero a esta cita no solamente están llamadas aquellas personas que a día de hoy se encuentran dentro del mercado laboral.

El modelo de producción capitalista que, durante demasiados años ya, asfixia nuestra sociedad, no ha permitido la formación de un ámbito laboralinclusivo, que integre factores como el género, la edad o la discapacidad, sino que sustenta un modelo de mercado laboral patriarcal ligado al papel del hombre adulto y en plena condición física, psicológica e intelectual. Este sistema, basado en la minimización de los costes y en maximizar la productividad y el rendimiento de las personas trabajadoras, no deja lugar para la diversidad.

El capitalismo ha provocado que el trabajo asalariado se convierta en el elemento fundamental, y casi único, de construcción de la ciudadanía y de integración en la sociedad, consagrando, como única posibilidad de emancipación e independencia, así como de realización personal, la acumulación de capital y el consumo.

La incorporación al mundo laboral es, dentro del nuestro contexto geográfico, cultural y social, un proceso imprescindible para el desarrollo personal y comunitario. Necesidades como la autoestima o reconocimiento social no encuentran otra vía de satisfacción que no sea el empleo.

Debido a esto, las personas o colectivos a los que, el modo de producción capitalista les impide la entrada, o les expulsa del mercado laboral, o están de un modo no normalizado, el sistema les niega la ciudadanía plena convirtiéndolos en subproductos dependientes.

Las personas diversas funcionalmente, no son consideradas válidas para el sistema capitalista, debido a que no son «capaces» de producir y de participar en la creación de plusvalía, bajo los mismos índices de presión empresarial. Esto produce su desvinculación de la ciudadanía y de la sociedad. Esta es la razón de que las personas con diversidad funcional sean uno de los colectivos sociales, que habitualmente se encuentra más cercano del riesgo de exclusión social.

En la exclusión social, está caracterizada como un concepto multidimensional pero que tiene su eje central en las relaciones de producción y en las de distribución y consumo.

Las tasas de desempleo, de la población con diversidad funcional, son exageradamente más elevadas que la de la población en general. En 2008, la tasa de empleo de las personas con diversidad funcional era de un 28.3%, frente a un 67.2% de las personas sin discapacidad. De las, casi millón y medio de personas con discapacidad en edad de trabajar, solamente habían accedido al empleo una tercera parte. La tasa de paro de las personas con diversidad funcional doblaba la del resto de la población; siendo en el caso de las mujeres todavía más acuciante: únicamente un 23.7% de las mujeres con diversidad funcional en edad de trabajar lo hacía.

Las administraciones están impulsando un modelo de empleo basado en la exclusión y el paternalismo. Un modelo que margina a las personas con diversidad a ámbitos no normalizados, excluyentes y discriminatorios, en vez de trabajar por la contratación normalizada en igualdad de condiciones.

Han renunciado a garantizar que las empresas cumplan con la normativa de integración para el empleo, consagrando las empresas de trabajo protegido o centros especiales de empleo como la única fórmula factible de inclusión en el mercado laboral. Estos sistemas de empleo, impiden la normalización del empleo de las personas con discapacidad, a la vez que limita las posibilidades de promoción laboral y produce que los trabajadores y trabajadoras con diversidad funcional no sean considerados en igualdad de condiciones con el resto de trabajadores y trabajadoras.

Es urgente e imprescindible, que sustituyamos el actual sistema de producción capitalista, por otro que tenga como fuente de legitimidad la justicia social y la igualdad de oportunidades para todas las personas. Un modelo inclusivo que tenga en cuenta todas las variables por cuestión de género, edad, diversidad funcional o cualquier otra que pudiera producirse.

Por estas razones y por otras muchas más, las personas con diversidad funcional, también debemos acudir mañana a la llamada de la clase trabajadora, porque esta es la lucha de todos y todas.

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29M: Hora de responder

Oskar Matute (Alternatiba), Pello Urizar (EA), Rebeka Ubera (Aralar) y Joseba Permach (Izquierda Abertzale)

A estas alturas son de sobra conocidas las consecuencias de la salvaje reforma laboral impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy. Y lo son, en gran parte, porque son cada vez más los y las trabajadoras de Euskal Herria que sufren sus consecuencias. El Gobierno de España representa a la perfección los intereses que se esconden tras un partido ultraderechista como el Partido Popular. A menudo se les acusa de actuar bajo las órdenes de entidades financieras privadas y del gran empresariado, pero esto no es del todo correcto; no es que sigan sus dictados, es que son parte de los mismos. Basta observar los nombres de un equipo de Gobierno que incluye a un ex dirigente de Lehman Brothers, un vendedor-empresario de la industria armamentística o varios ministros de reconocido recorrido en la negación de los derechos de las mujeres.

Desde que se hicieran visibles las consecuencias de la última crisis del capitalismo, han sido numerosos los ataque vertidos desde los gobiernos de España: contra las personas trabajadoras, contra los y las pensionistas, contra la juventud, contra las mujeres que ya padecen la crisis sistémica impuesta por un sistema patriarcal, contra las personas inmigrantes… Hemos salido al paso de cada reforma para decir que era la más grave de cuentas hubieran sufrido los y las trabajadoras hasta el momento. Podría parecer que caíamos en la exageración y que estas denuncias carecían ya de rigor, pero nada más lejos de la realidad. Que nadie se lleve a engaño, como bien nos ha advertido puntualmente la mayoría sindical de Euskal Herria, cada una de las reformas ha sido la más letal cuando ha sido promulgada, pero esta lo es más que ninguna porque acumula y multiplica los daños, los recortes y las vulneraciones de derechos de cada una de las anteriores. Razón por la cual debemos multiplicar también la fuerza de nuestra respuesta, que ha de ser proporcional al tamaño del ataque que representa esta reforma. A la mayoría parlamentaria que ostentan los populares en un parlamento vertebrado por un caduco sistema bipartidista, debemos responder con una mayoría de agentes políticos, sociales y sindicales de Euskal Herria trabajando en común para confrontar y construir alternativas. Deben escuchar nuestras voces con más firmeza que nunca, para que desde las calles de nuestros pueblos y ciudades nuestras proclamas lleguen hasta Madrid, Bruselas y hasta Berlín.

El objetivo primordial de este conjunto de medidas es empobrecer más todavía las condiciones laborales y los sueldos. Y aunque pueda resumirse en una frase aparentemente sencilla, esta reforma destruye infinidad de derechos y garantías laborales: Ahora los empresarios tienen un año para despedir al trabajador sin indemnización alguna al tiempo que abarata el resto de despidos para la mayoría de las personas trabajadoras, tanto del sector privado como público. Pero el decreto va mucho más allá, al alcanzar y dinamitar también la negociación colectiva. Prioriza los pactos de empresa frente a los convenios colectivos y, como colofón, condiciona y amenaza la ultraactividad, una de las únicas garantías con las que los trabajadores contaban a día de hoy. De uno u otro modo, la patronal siempre gana, porque le han otorgado potestad para modificar las condiciones salariales, los horarios y el área geográfica de los y las trabajadoras. Estas últimas medidas van en contra del Marco Vasco de Relaciones Laborales que necesitamos, lo que supone una razón más para luchar en su contra, al igual que contra las graves vulneraciones que acarrea. Necesitamos la soberanía política y económica, precisamos todas las herramientas disponibles para redistribuir la riqueza, para superar un modelo injusto y discriminador impuesto por el sistema capitalista, para crear otro modelo social que luche contra todas las desigualdades. El 29 de marzo vamos a salir a la calle a reivindicar un marco propio, vamos a dejar claro que no pretendemos seguir siendo esclavos de los intereses de mercados financieros.

Demasiados golpes y en demasiados frentes: sueldos de 480 euros para jóvenes de hasta 33 años, nuevas deducciones e incentivos para los empresarios, privatización de los servicios de empleo, posibilidad de despedir a trabajadores con ausencias justificadas aún por enfermedad, legalización de horas extras, flexibilidad ampliada hasta el extremo, retroceso en medidas de conciliación… Y por si esto fuera poco, los señores de los mercados, de mano de los partidos de derechas, exigen ahora hacer desaparecer el derecho a la huelga. Es hora de salir a la calle, para gritar que no vamos a permitir que sigan arrebatándonos derechos, vamos a demostrarles que no van a silenciarnos, y vamos a hacerlo con una Huelga General masiva.

Reiteramos y subrayamos que esta reforma laboral acumula las consecuencias y los ataques de las anteriores. El PSOE, que ahora denuncia desde la hipocresía las medidas del PP, fue precursor de algunos de los más graves ataques contra las personas trabajadoras. Y no podemos olvidar que el PNV fue su cómplice, con el voto a favor o la abstención de sus parlamentarios en Madrid. Los jeltzales hicieron oídos sordos a las reivindicaciones de la gran mayoría social de Euskal Herria, movidos por intereses meramente partidistas. Zapatero los necesitaba para sacar adelante sus recortes, y por eso negoció con los jeltzales; Rajoy, por el contrario, no tiene tal necesidad. De haberla tenido, no nos cabe duda de que la negociación entre la derecha española y la vasca, UPN incluida, se hubiera producido con éxito. Nuestros derechos no pueden convertirse en piezas de sus tableros de ajedrez. El 29 de marzo dejaremos bien claro en las calles, las plazas y los centros de trabajo de Hego Euskal Herria que los derechos laborales no son un juego y que la dignidad de las personas no se negocia.

Que no nos intenten convencer de que la huelga no arreglará nada, en un contexto en el que quieren hacer desaparecer hasta el último de nuestros derechos, la lucha solo puede fortalecernos. Saldremos a la calle para frenar y tratar de revertir la Reforma Laboral, saldremos para denunciar los nuevos recortes y reformas que el PP pretende anunciar al día siguiente de la huelga. Con esta protesta también daremos pasos hacia un Marco Vasco de Relaciones Laborales y en la reclamación de una soberanía plena para construirlo, un paso hacia una Euskal Herria basada en la justicia social y hacia un modelo sostenible. El hecho de que tanto la patronal como los partidos de la derecha más rancia soliciten recortar el derecho a la huelga demuestra la eficacia de la misma, siempre y cuando una gran mayoría social la secunde en las calles. No dudamos que así será. Es hora de responder. Es hora de construir nuestro futuro.

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