Video entrevista a Isabel Otxoa, miembro de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia

AlternaTB entrevista a Isabel Otxoa, miembro de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia y profesora de la EHU-UPV, que nos habla de la situación, las graves carencias de derechos laborales y las dificultades de este colectivo asi como de los cambios legislativos que le afectan.

Actualizado: En Enero del 2012 acaban de entrar en vigor algunos de los cambios de los que Isabel nos hablaba. Merece la pena ver cuales han sido y que graves deficiencias tiene aún este colectivo en lo que respecta a sus derechos.

Queda mucho por hacer

Jonathan Martínez y Xabi Soto – Mesa de Pacificación y Normalización de Alternatiba

Este 2011 ha sido un año difícil de olvidar para Euskal Herria. Un año donde se han dado pasos decisivos para llevarnos a un nuevo escenario, que no por menos anhelado y soñado deja de ser novedoso e ilusionante, tan lleno de certidumbres como de incertidumbres. Ahora que finaliza este año, manejamos certezas que antes siquiera nos atrevíamos a soñar por temor a que nuevamente se truncaran.

Hemos vivido un 2011 donde la adhesión del EPPK (Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas) al Acuerdo de Gernika, ha dejado explicitado el compromiso por las vías exclusivamente pacificas y democráticas. Una conferencia Internacional de Paz en Aiete que rompió el muro que en torno a la socialización del conflicto se venía imponiendo hace ya tiempo. El cese definitivo de la actividad armada de ETA, una situación nunca vivida por la mayoría del pueblo de Euskal Herria. Y como colofón, el acto del Acuerdo de Gernika en favor del reconocimiento de las victimas de todas las violencias sin exclusión.

Todo esto ha llenado de ilusión y esperanza a un pueblo que desea, con toda su fuerza, la transformación de este conflicto en otro marcado exclusivamente por la confrontación política entre diferentes.

Aun así, seguimos asistiendo al inmovilismo del gobierno español, antes con el PSOE, ahora con el PP. A la politización de la justicia, con sentencias nada razonables como las de Bateragune o la ilegalización de Sortu. Vemos con pesar la utilización obscena que hacen de las víctimas quienes no mueven ni un dedo por las miles de personas que enterradas en cunetas y fosas comunes en el transcurso de una larga dictadura de 40 años.

Lo estamos viendo con la aplicación de medidas excepcionales para con los y las presas, ajenas al más mínimo pulso democrático, como la doctrina Parot, la dispersión y el mantenimiento en prisión de personas con enfermedades graves, en la persecución a jóvenes independentistas, y en definitiva, en la persistencia de distintas formas de violencia por parte de los poderes del estado.

Y quienes miran hacia otro lado ante esta realidad sangrante, son quienes nos hablan de la necesidad de un relato compartido presentado como un Bálsamo de Fierabrás, cuando no es sino una trágala imposible de digerir por los que mantenemos un hilo histórico de memoria que no nos permite ni olvidar lo vivido, ni lo que nos impide avanzar.

No podemos permitir que se imponga la tesis de enterrar durante más tiempo las raíces del conflicto, para lograr generar una sensación de asunto ya resuelto, y sobre el que nada conviene ni se precisa hacer.

No debemos ser inactivos ni mudos ante las tesis recentralizadoras que se imponen desde Madrid, porque si difícil es el camino que nos queda hasta conseguir que se reconozca que en Euskal Herria somos, existimos y decidimos, más lo será si el punto de partida se sitúa aun más atrás.

No es, por tanto, momento para la autocomplacencia de las y los que aspiramos a una paz justa y duradera, sin vencedores ni vencidos. Ni lo es en la sociedad vasca, a la que se pretende inocular la autocomplacencia como si se tratase de un fármaco amnésico que no permita resolver las raíces políticas del conflicto.

Es necesario que seamos capaces de generar una agenda de trabajo que nos lleve a resolver los nudos existentes y afiance los pasos dados. Un agenda que desde Alternatiba, consideramos que debe desarrollarse en y desde la sociedad vasca, otorgando a la ciudadanía el papel protagonista en este largo proceso.

Debemos comenzar el 2012 en la calle, más concretamente el 7 de Enero en las calles de Bilbao, exigiendo respeto a los derechos del colectivo de presos y presas.

Debemos continuar señalando la pervivencia de otras violencias en el centro del debate, que chocan frontalmente con los deseos de la mayoría de la sociedad vasca. Violencia ejercida en diferentes grados y formas, ya sea con la dispersión, la exculpación de torturadores, la represión policial o la politización de la justicia, todo con tal de seguir reteniendo en prisión a muchas personas vascas que debieran estar en libertad desde hace mucho tiempo.

Una denuncia complementaria con la apuesta por un proceso de diálogo resolutivo donde estén presentes todas las sensibilidades políticas del país, y en el que el peso y el protagonismo recaiga de forma directa y en todo momento en la sociedad vasca.

Sólo así, acumulando fuerzas y sumando, como ya se ha hecho con éxito en otros campos, podremos vencer los obstáculos que todavía hoy persisten. Obstáculos sostenidos por quienes tienen miedo a hablar, porque tienen miedo a que se vea su desnudez de planteamientos y su falta de talante democrático.

A pesar de ello, desde Alternatiba no tenemos duda alguna de que más pronto que tarde, los y las ciudadanas de Euskal Herria podrán señalar con orgullo que viven en un país donde se respetan todos los derechos para todas las personas.

Contrapoder frente a su poder

Llega un momento en el que tan solo se desea que llegue el desenlace para, así, tener claro cual es el peligro al que uno se enfrenta y, si las ganas y las fuerzas acompañan, empezar a poner en pie la resistencia y, si es posible, el contrapoder.

Y de eso se trata. Una vez investido el presidente Rajoy, y nombrado su gobierno, desde Alternatiba no podemos sino proclamar que nos situamos radicalmente frente a él y su gobierno. Sin medias tintas.

Tenemos muy claro que mientras el pueblo, las gentes de Euskal Herria, pide paz, justicia, empleo digno, derechos, respeto e igualdad, el mal gobierno del PP solo ofrece sumisión, españolismo, machismo, injusticia, marginación y exclusión.

No hay duda. La composición de su gobierno deja bien claro hasta que punto nada podemos ni debemos esperar de un presidente que ha optado por seguir vendiendo su país a los mercados, los derechos de los y las trabajadoras a los mercaderes y las ansias de libertad de pueblos como el nuestro a la extrema derecha mediática.

Solo de ese modo puede verse lo que estamos presenciando. Un gobierno formado entre otros, y decimos de forma consciente otros ya que este es el género que predomina de forma insultante, con gentes como Luis de Guindos en la cartera de economía que tiene como aval el haber sido directivo de Lehman Brothers. Premio de cartera ministerial al exdirigente de una de las empresas causantes de la crisis. Evidentemente, esto no es una buena noticia para la clase trabajadora, y menos aún para las cinco millones de personas en paro.

El nuevo presidente, el que fuera tocado por el dedo de Aznar, miente sin reparo al hablar de planes. ¿Alguien se cree que pueden ahorrarse 16.500 millones de euros rebajando impuestos? ¿Algún iluso que piense que disminuyendo aún más el empleo público no seguirá aumentando el paro? Los que a buen seguro aplauden las promesas de Rajoy son la patronal y la banca. La reestructuración del sistema financiero avanzará, y lo hará borrando cualquier atisbo de carácter público en las cajas de ahorro y fomentando la cultura del riesgo financiero.

Pero el perfil neoliberal y reaccionario del nuevo ejecutivo no acaba ahí. Decide nombrar ministra de Sanidad e Igualdad a Ana Mato, reconocida y furibunda antiabortista para mayor escarnio de todas las mujeres, a las que se les cierne como amenaza la privación a la soberanía para decidir sobre su propio cuerpo.

Apuesta como responsable de Defensa por un exdirectivo de la empresa armamentística, quizás para poder atender con el mimo que reclaman a todas las empresas del sector, caracterizadas por contribuir al desarrollo humano a través de la fabricación de bombas de racimo, misiles o minas anti-persona.

También devuelve a la arena política a personajes protohistóricos como Arias Cañete que no son capaces de aparecer en los medios salvo para proclamar y enseñar no solo su perfil predemocrático, sino su machismo recalcitrante y casposo.

Tampoco oculta su talante totalitario el dueño de la cartera de Interior, Jorge Fernández Díez, que para garantizar la paz social no duda en lanzar advertencias encubiertas a cualquier persona que ose mostrar su indignación en la vía pública.

Y podríamos seguir puesto por puesto para llegar a la obvia conclusión para cualquier ciudadano o ciudadana de izquierdas en Euskal Herria: Este gobierno no es el nuestro, no nos gusta y no nos representa.

Por eso, porque no nos representa, solo nos queda una opción, descartando quedarnos de brazos cruzados, que no es sino la de empezar a articular la resistencia y el contrapoder desde aquí, desde la izquierda de Euskal Herria.

Es importante que seamos capaces de seguir generando espacios de colaboración y participación directa entre todos los sectores sociales, sindicales y políticos que aspiramos a una Euskal Herria soberana y construida desde la izquierda. Porque no existe mejor manera de mover a quienes permanecen inmóviles que el empuje de un pueblo que de forma decidida les lleve a abordar un escenario democrático de resolución del conflicto político basado en el dialogo, la no violencia y el respeto a la voluntad libre de la sociedad vasca .

Que demostremos con nuestro funcionamiento democrático radical y nuestra agenda multidimensional que existe alternativa a su despótico ejercicio del poder. De la misma forma que la revolución será mundial o no será, nuestra Euskal Herria se construirá desde abajo y desde la izquierda o no se construirá.

Porque frente a su servilismo a los mercados y sus medidas, reformas y recortes de derechos laborales tenemos nuestra apuesta a favor de la democratización y ecologización de la economía, de la soberanía alimentaria, de la nacionalización de la banca y del aumento salarial y un mejor reparto de la riqueza hoy acumulada en unas pocas manos.

Porque somos capaces de responder a su ejercicio de obediencia a los especuladores con el poder popular que les replique con contundencia que con los derechos no se mercadea, que las personas están por encima de las cuentas de resultados, del dinero, y que una sociedad solo será justa e igualitaria cuando caminemos por la senda de ruptura con el patriarcado que todavía hoy domina las relaciones sociales de dominación en todos los ordenes de la vida.

Y si somos capaces de articular nuestra respuesta, de forma unitaria, plural pero sin perder contundencia, estaremos más cerca de lograr esa Euskal Herria con la que cada vez un mayor numero de personas se atreve a soñar, una Euskal Herria soberana, en todos los niveles, libre, igualitaria y justa. Ese es nuestro reto.

Mitología navideña en tiempos de crisis > Félix Placer Ugarte

Félix Placer Ugarte – Teólogo

Cuando, después de su ocaso otoñal, el sol renace en el solsticio de invierno y el frío nos envuelve con el manto nevado de nuestras montañas, cuando va comenzar un nuevo año, las expresiones míticas de estas fechas evocan sentimientos, nostalgias, deseos, creencias y vivencias divergentes. Belenes, estrellas y árboles luminosos, olentzeros, Papa Nöel, reyes magos, loterías… son símbolos y signos de formas diferentes y hasta de opuestos significados.

Unos son tradicionales y costumbristas provenientes de largos siglos de cristiandad asumidos en la sociedad y en la intimidad vascas. Otros han sido importados por la incidencia globalizadora del capitalismo neoliberal; unidos al consumo y la publicidad se han apoderado de calles y comercios y adornan con árboles artificialmente iluminados plazas y casas. Olentzero que vuelve desde el profundo bosque recorre nuestros pueblos y ciudades como figura anunciadora de las fiesta navideñas…

En muchos casos, sin duda, son días y celebraciones cargadas de recuerdos, momentos de evasión en fiestas y cotillones; también de convivencia familiar e intercambio de regalos. De una u otra forma nadie es ajeno a estas celebraciones, que son sentidas y vividas desde experiencias con frecuencia muy distantes.

En efecto, la mítica navidad que anuncia la luz nueva y que la tradición cristiana celebra haciendo coincidir con ella el nacimiento de Jesús de Nazaret, el comienzo del nuevo año que intenta alegrar la noche con los mejores deseos y expectativas, son para muchas personas días de carencias en medio de opulencias, futuro de incertidumbres y oscuridades ante una crisis que arrolla con sus recortes, falta de trabajo, precariedad, pobreza, situaciones límite para tantos inmigrantes sin papeles, libertad negada entre los muros de cárceles de represión y conculcación de derechos y dignidad de tantas personas.

Desde esas situaciones críticas y apremiantes, cada día más extendidas, las celebraciones de estos días son para los sectores marginados de nuestra sociedad un sarcasmo que pone de manifiesto la hipocresía y la falsedad sociales y políticas que envuelven en sus luces artificiales, en promesas y programas políticos, corrupción e injusticia.

Navidad es, en consecuencia, tiempo de experiencias y sentimientos contradictorios y enfrentados que, sin embargo, la ciudadanía asume y compagina, o sencillamente trata de no ver, ofuscada por las falsas luces de unas fiestas que, para quienes carecen de lo más básico, no tienen sentido ni esperanza.

Ante esta realidad que algunos denuncian, pero la mayoría calla u olvida, es necesario hacer de la Navidad un tiempo diferente. En la tradición cristiana más genuina se anuncia la creación de una sociedad nueva donde sea la noticia de la justicia para los pobres el centro de su mensaje solidario, donde a los cautivos, a los presos y presas se anuncie la liberación y se proclame la amnistía. Así lo hizo Jesús de Nazaret en la corrompida y clasista sociedad de su tiempo.

En la cruda realidad y consecuencias de la crisis económica, el programa del nuevo gobierno no impulsa la trasformación política, social, económica y cultural. Sigue las pautas y objetivos ya dictados por su política conservadora y las decisiones neoliberales europeas. La igualdad y equidad frente a una sociedad discriminadora y excluyente, la justicia ante tanta injusticia contra derechos básicos, la solidaridad en medio de la competitividad mercantil y fiscalidad horizontal evitando la vertical (de los más adinerados), el reparto justo de la riqueza sin darwinismo social que elimina a los más débiles y pobres, son las urgentes necesidades éticas -y también teológicas, expresadas proféticamente en el evangelio de la navidad- a favor de la dignidad humana. Pero esta estrella no guía a los gobernantes del estado y sus objetivos no abren caminos y esperanzas eficaces ante la precariedad de tantas personas en angustiosas situaciones vitales.

En los míticos tiempos de los jentilak, según la mitología vasca, estos representaban una civilización de costumbres y convivencia basada en relaciones horizontales en su ama lur, luego penetrada por una cristiandad, introducida bajo modelos imperialistas, reinos conquistadores, jerarquías eclesiásticas. Hoy, en esta navidad, subrayamos aquellos mitos que simbolizan la identidad nunca perdida de Euskal Herria. Porque son el substrato más profundo de su identidad que, a pesar de tantas agresiones, se expresan frente a otros mitos importados y alienadores que encaminan hacia una sociedad conducida y manipulada por los medios que le dictan lo que debe ser y por los mercados que le imponen lo que tiene que consumir.

Ante la avalancha navideña es necesario que brillen con luz nueva los derechos y exigencias éticas de las personas y de los pueblos frente a tanta luminaria de falso bienestar donde lo que interesa no es la libertad y decisión ciudadanas, sino el sometimiento a las leyes del mito capitalista (fuera del cual no hay salvación); no se busca que la gente viva conforme a su conciencia liberada, sino que consuma siguiendo las demandas que el mercado le inyecta con particular insistencia en estos días.

Cuando Olentzero baja de la fría montaña y anuncia estos días de fiesta, el clamor del «Hator, hator mutil etxera» resuena en nuestras calles y caminos exigiendo para presos y presas el respeto de todos su derechos, que vuelvan a su casa, a Euskal Herria, donde la libertad de decidir construya una convivencia nueva, reconciliada. El próximo primer sábado de enero, día 7, en la desbordante multitud esperada, este mítico personaje expresará el deseo, la lucha, el compromiso de una sociedad, de un pueblo que defiende sus derechos.

El nuevo año 2012 recordará las efemérides de la conquista del reino de Nafarroa; reclamará la soberanía arrebatada; seguirá caminando hacia la soberanía de nuestro pueblo; propugnará decisiones de reconocimiento y reparación de todas las víctimas; se afianzará, a pesar de los obstáculos, un auténtico, creíble y esperanzador avance en la paz basada en la justicia.

Por eso los mitos identitarios más auténticos de Euskal Herria que se evocan con nuevas motivaciones adquieren en estas fechas su sentido más genuino para la compresión y realización de un pueblo solidario con todos los pueblos de la tierra, en la búsqueda y consecución de la libertad y en la diferencia respetada de culturas, de relaciones y de convivencia anunciada por Olentzero en una mesa compartida: bihar merendatzeko botila ardoakin.

¿Para cuándo un Santo Tomás público, agroecológico y sin banca de por medio?

Ana Etxarte y Asier Vega – Portavoces de Alternatiba

Mediante este artículo queremos proponer un Santo Tomás alternativo que, junto a toda una serie de medidas políticas, sirva de punta de lanza de una estrategia vasca en defensa de la soberanía alimentaria.

Así es, soberanía alimentaria frente a agricultura industrial, esa es la cuestión. Una agricultura industrial que ya ha demostrado sus grandes ventajas: desaparición de nuestro agro; conversión de nuestra tierra en suelo; depredación de nuestros ecosistemas; priorización de los beneficios de las grandes cadenas distribuidoras y comerciales frente a los ingresos justos de los y las baserritarras; calidad infame de la producción, insalubridad y riesgos para la salud tras el uso de tóxicos y la contaminación transgénica. ¿No es posible otro modelo, estamos condenadas y condenados a esto? ¿No deberíamos pasar a un nuevo paradigma que combine ecología, derechos laborales, ingresos justos, salud, consumo responsable y, en definitiva, el buen vivir?

Definitivamente sí, es necesario, es urgente, y es posible. Desde el ámbito social ya se están desarrollando múltiples iniciativas exitosas en este sentido, pero creemos que es desde las políticas públicas desde donde hay un vacío importante que se debe llenar. Empecemos por las ferias, empecemos por Santo Tomás. Estos espacios de encuentro directo entre personas productoras y consumidoras, sin intermediarios, deberían ser periódicos, contar con apoyo público, explicitar bien los requisitos de participación, y priorizar en estos a aquellos y aquellas baserritarras –sobre todo a estas- que produzcan de manera agroecológica, facilitando la transición hacia un nuevo modelo más sustentable, justo y equitativo. Dejemos atrás ferias con presencia hegemónica del sistema financiero, con requisitos de acceso no del todo claros, y donde no se sabe bien quién y cómo se produce, ya que comparten espacio productores y productoras de todo tipo, incluso revendedores y otras entidades que nada tienen que ver con la agricultura.

Ese Santo Tomás sí que sería especial, un Santo Tomás que abriría espacios a lo agroecológico, un Santo Tomás transparente y participativo, un Santo Tomás que defiende los derechos de las y los baserritarras y de nuestra Ama Lurra, un santo Tomás no solo folklórico, sino reivindicativo y novedoso.

Así, si empezáramos por las ferias agroecológicas, los poderes públicos podrían seguir con una gestión ejemplar de los bienes naturales, con la apuesta por los mataderos locales – Aurrera Errale!-, con la conformación de bancos de semillas, con políticas activas e integrales de crédito y formación agroecológica, etc.

Algunos dirán que esto es imposible, que es otro sueño hippie. No les creáis. Con otras caras, son los mismos que dicen que los mercados son gobernables, que la crisis se supera con recortes y reformas, y que no hay alternativa. Sí la hay, esta ya aquí, sólo hay que impulsarla, sólo hace falta voluntad política. Gora santo Tomás!

Entrevista a Gorka Orueta sobre la situación de Palestina: Ocupación, BDS, solicitud de estado…

AlternaTB entrevista a Gorka Orueta tras su reciente visita a Palestina acerca de la ocupación Israelí, los intentos de consolidar el estado palestino en el panorama internacional y la campaña de boicot, desinversión y sanciones, entre otros temas. Gorka Orueta es profesor de Relaciones Internacionales en la UPV y miembro de la delegación vasca que viajó a Palestina entre el 8 y el 16 de octubre de 2011.

 

AlternaTB-k Gorka Orueta elkarrizketatu du Palestinan izan berri duen egonaldiaz, okupazioa, Palestinako estatua sortzeko ahaleginaz eta BDS (boikot, desinbertsioa eta zigorrak) kanpainaren inguruan. Gorka Orueta EHUko Nazioarteko Harremanetako irakaslea da eta 2011ko urriaren 8tik 16ra Palestinara bidaiatu zuen Euskal Herriko eragile sozial eta erakundeen ordezkaritzako kide izan zen.

La violencia machista contra las mujeres: Algunos desafíos para su erradicación desde las políticas públicas

Laura Gomez > Directora de Igualdad de la Diputación de Gipuzkoa

 

Este artículo tiene como objetivo aproximarnos a la reflexión sobre algunos de los elementos que deben permitirnos re-conceptualizar la violencia machista contra las mujeres, con el objetivo de visibilizar otros discursos y verdades sobre ésta invisibilizadas. No es posible hacer un análisis exhaustivo de todo ello en este artículo pero sí abordar algunas cuestiones como: las condiciones estructurales que permiten la producción y reproducción de esta violencia; dejar de confundir, conscientemente, la parte por el todo. Esto es, que la expresión de algunas violencias, por graves e intensas que éstas sean, como los malos tratos, sean entendidas como toda o casi toda la violencia contra las mujeres existente; o la visibilización permanente de las mujeres como víctimas y no como sujetos activos, protagonistas de su propia vida y de su propia liberación.

Esta re-conceptualización de la violencia se convierte en prioritaria porque en este juego de “luces y sombras”, lo que queda en la sombra deja de existir y la realidad parcial iluminada se transforma en única verdad y por tanto, única realidad objeto de intervención.

Por tanto, la asunción de los desafíos que implica esta nueva perspectiva, obliga a considerar otros elementos de intervención desde las políticas públicas para erradicarla. Más adelante, nos atrevemos a apuntar algunos de éstos.

Entendemos que la construcción de otros imaginarios y narrativas sobre la violencia contra las mujeres pasa por:

  1. Afirmar que la violencia machista contra las mujeres tiene carácter estructural, esto es, que hunde sus raíces en una organización social construida sobre la base de la opresión, explotación y dominación histórica de los hombres sobre las mujeres. Si esto es así, no podemos hablar de la violencia que sufren las mujeres en tanto víctimas de agresiones y no hablar de la estructura profundamente machista de la sociedad que es en última instancia quien genera, reproduce y tolera dichas violencias. Esto es, ¿podemos hablar del drama de la inmigración victimizando a las mujeres inmigrantes, pero no criticar unas leyes de extranjería que conscientemente niegan los derechos de ciudadanía plena y colocan a las mujeres en una situación del vulnerabilidad aun mayor?; ¿podemos hablar de la trata de mujeres, mafias, redes de proxenetas, pero no de los derechos de las trabajadoras del sexo que podrían garantizar su autonomía?; ¿podemos decir que ahora las mujeres también pueden trabajar en el mercado laboral pero no hablar de quién están ocupando esos lugares vacíos que se dejan en los hogares y de las condiciones de explotación legalizadas en el empleo doméstico?. ¿Acaso no son todas éstas condiciones estructurales óptimas para la existencia y ejercicio permanente de la violencia contra las mujeres?

  1. Ampliar la mirada sobre sus diversas y múltiples manifestaciones y los espacios en las que esta opera. Desde esta perspectiva, la violencia contra las mujeres va más allá de los malos tratos y las agresiones sexuales en el marco de una relación de pareja o expareja (supuestos que contempla la Ley Orgánica de Violencia de género), también es violencia aquella que opera en el espacio público, el denominado “baboseo de baja intensidad” o la socialización en el miedo como elemento de control de las mujeres que naturaliza que las mujeres seamos instadas a ir “escoltadas”, preferiblemente por hombres de la misma familia, para transitar por algunos lugares a determinadas horas.

  2. Cuestionar el imaginario transmitido y construido de las mujeres como “víctimas”, “incapaces” o “dependientes”. Un imaginario que, además, lo exige como único modo de dar credibilidad a las diversas violencias sufridas por las mujeres. Se transcribe una cita de Virginia Despentes en “Teoría King Kong” que lo explica a la perfección: “Estoy furiosa contra una sociedad que me ha educado sin enseñarme nunca a golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza, mientras que esa misma sociedad me ha inculcado la idea de que la violación es un crimen horrible del que no debería reponerme”. Señala, además, “ Post-violación: la única actitud que se tolera es volver la violencia contra una misma, engordar veinte kilos, por ejemplo”. Asumir, en última instancia, que ser mujer es una condición de riesgo siempre, en casa o en la calle, no nos convierte en víctimas sin posibilidad de defensa. Es un sistema perverso aquél que pregona que es intolerable la violencia contra las mujeres pero no permite que éstas la identifiquen y menos que se defiendan frente a ella.

  3. Un fenómeno de semejante complejidad y consecuencia de un modelo de organización social patriarcal no puede basarse, únicamente, en respuestas policiales, judiciales o asistenciales. Debe tener respuestas colectivas que faciliten el agenciamiento de las mujeres, su organización social y con ello, se posibilite un cambio real sobre las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y por tanto, en las formas de organización social.

Desde esta perspectiva, las políticas públicas dirigidas a luchar contra la violencia machista debieran ser pensadas, diseñadas y puestas en marcha atendiendo a los siguientes elementos:

  • Ser lideradas desde los organismos de igualdad porque la mejor forma de luchar contra ella es hacer políticas de igualdad transformadoras que cambien el orden estructural de las cosas y por tanto, las relaciones de poder entre mujeres y hombres, en estrecha coordinación con el resto de políticas públicas -servicios sociales, educación, ordenación urbana, seguridad, etc.-

  • Que la lucha contra la violencia machista sea una apuesta política real de primer orden. Estamos demasiado acostumbradas a discursos de compromiso político que se transforman, finalmente, en gestión de la miseria, en coartadas electorales y en la expresión del populismo más rancio. No hay credibilidad política sin dotar a las políticas públicas de igualdad y por tanto, de lucha contra la violencia machista, de recursos económicos y humanos suficientes para ello.

  • Crear espacios de interlocución política con el movimiento feminista y asociativo de mujeres que permita construir instituciones más democráticas que huyan de cualquier tentación de instrumentalización política de los sujetos implicados en los cambios sociales y asuman que no lo es formular en solitario “cuáles son los problemas” y “cómo” hacerles frente. Desde esta perspectiva están obligadas a abrirse a otros discursos, a otras narraciones acerca de la violencia contra las mujeres, visibilizando que ésta no puede abordarse desde una óptica únicamente formal y legalista, y que necesita de la creatividad, el saber y la crítica de los sujetos feministas.

  • Diseñar y poner en marcha políticas:

  • De sensibilización y prevención en materia de violencia machista, que aborde la construcción socio-cultural de los géneros y su relación con la violencia contra las mujeres. En ese sentido, la lectura de género de la violencia machista debiera visibilizar otras violencias como la homofobia, la transfobia o la lesbofobia y diseñar políticas dirigidas, también, a su erradicación.

  • Que aborden la mejora de la atención e intervención que se presta a las mujeres, diseñando y desarrollando servicios y recursos que:

  • No victimicen a las mujeres, sino que permita su empoderamiento individual y colectivo, dotándolas de herramientas para identificar y hacer frente a las múltiples violencias machistas y que permitan crear otros instrumentos y espacios de protección (más allá de la denuncia, la orden de alejamiento, etc.) como las redes sociales de apoyo, las escuelas de empoderamiento, las casas de las mujeres, etc.

  • Flexibles y adaptables al contexto, a la diversidad de las violencias machistas y a la diversidad de las mujeres (mujeres con enfermedades mentales, diversidad funcional, migrantes, jóvenes, drogodependientes, etc.).

  • Descentralizados que garanticen su uso igualitario para todas las mujeres al margen del lugar en el que residan, poniendo especial atención a las mujeres de las zonas rurales.

Mujeres colonizadas

Con motivo del 25 de noviembre, día internacional contra la violencia hacia las mujeres, desde Alternatiba ponemos en marcha una campaña que hemos llamado “Mujeres colonizadas”. Una campaña basada en un cartel que hemos recogido del grupo de feministas argentinas llamado “Mujeres públicas”. A ellas les debemos la imagen y el espíritu de esta campaña y por eso les agradecemos que, haciendo accesibles todas sus creaciones en su página web, estén ayudando a construir activismo feminista aquí y allá, y contribuyendo a fortalecer redes de intercambio y solidaridad feministas.

Además de visualmente atractiva, creemos que es una campaña que recoge de acertádamente el concepto que tenemos en Alternatiba de la violencia contra las mujeres.

La Pinta, La Niña y la Santa María fueron los barcos utilizados por Colón en su “descubrimiento de las Américas”. En esta imagen se pretende establecer una relación irónica entre la colonización de América y la colonización de los cuerpos y vidas de las mujeres. Reflejar como la violencia contra las mujeres es la puesta en marcha de múltiples estrategias patriarcales para conquistar nuestros cuerpos; para someternos sexual, económica y políticamente; para restringir, en definitiva, nuestra libertad.

«La Santa María» tiene para nosotras un vínculo directo con la Iglesia católica, que a partir de ideas como el sacrificio y la culpa, intenta someter a las mujeres al no-disfrute de sus cuerpos y su sexualidad. Esa Iglesia que pretende colonizarnos promoviendo campañas anti-aborto, cuestionando la libertad de opción sexual, callando ante las mujeres asesinadas a manos de sus parejas.

«La niña» pretende recoger aquellas formas de violencia que se ejercen contra las mujeres desde que somos niñas, desde la educación que recibimos, atribuyéndonos unos roles que delimitan con claridad lo deseable para nosotras, lo que debemos y podemos ser.

«La Pinta», finalmente, refleja todas los mandatos patriarcales de belleza que recaen sobre las mujeres, en un intento de esclavizarnos y uniformizarnos con un modelo de mujer imposible, siempre objeto de deseo para otros.

Desde Alternatiba creemos que la violencia tiene múltiples expresiones. Los malos tratos son solo la punta del icerberg, y por eso, a través de este cartel queremos recoger otras expresiones que casi todas las mujeres hemos vivido en alguna ocasión, y que comparten un objetivo último que es privarnos de la libertad de decidir.

En Alternatiba consideramos necesario un esfuerzo por reconceptualizar la violencia y esto pasa por afirmar que la violencia machista contra las mujeres tiene carácter estructural, que hunde sus raíces en una organización social construida sobre la base de la opresión, explotación y dominación histórica de los hombres sobre las mujeres.

Por tanto, es necesario ampliar la mirada sobre sus diversas y múltiples manifestaciones, así como sobre los espacios en las que se produce. Son violencia los malos tratos y las agresiones sexuales, pero también es violencia aquélla que se da en el espacio público, o cuando se considera como normal que las mujeres tengamos que ir “escoltadas” preferiblemente por hombres para poder caminar libremente por algunos lugares a determinadas horas.

Así mismo, cuestionamos la victimización constante de las mujeres. El único papel que se deja a las mujeres que sufren violencia es el de víctima, no trabajando en cambio cuestiones como la identificación de la violencia y los mecanismos de defensa frente a ella.

Ante una realidad tan compleja y consecuencia de un modelo de organización patriarcal, no valen respuestas simples y parciales, y no pueden basarse, únicamente en respuestas policiales, judiciales o asistenciales. Tienen que darse respuestas integrales y colectivas basadas en el empoderamiento de las mujeres y que posibiliten cambios reales en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y por tanto, en las formas de organización social.

Por todo ello, desde Alternatiba consideramos que las instituciones tienen que ser garantes de todos los derechos para todas las mujeres y por eso exigimos:

– Que la lucha contra la violencia machista sea un compromiso político real de primer orden y para ello se cuente con recursos suficientes.

– La existencia de políticas de igualdad transformadoras en coordinación con el resto de políticas públicas (servicios sociales, educación, ordenación urbana y seguridad)

– Que se creen espacios de interlocución política con el movimiento feminista y asociativo de mujeres.

– Que se trabajen la sensibilización y prevención en materia de violencia machista.

– Visibilizar otras violencias como la homofobia, la transfobia o la lesbofobia.

– Políticas flexibles y adaptables al contexto, a la diversidad de las violencias machistas y a la diversidad de las mujeres (diversidad funcional, migrantes, jóvenes, drogodependientes, etc.).

– Servicios y recursos descentralizados que garanticen su uso igualitario para todas las mujeres al margen del lugar en el que residan, poniendo especial atención a las mujeres de las zonas rurales.

Así, para el próximo 25 de noviembre, hacemos un llamamiento a sumarse a todas las actividades y movilizaciones organizadas en torno a este día por el movimiento feminista. Un día para salir a la calle y gritar que seguiremos luchando hasta que todas seamos libres. Libres de todo tipo de violencia.

Movilizaciones convocadas en las capitales de Hegoalde para este viernes:

BILBO: 20:00 Plaza Arriaga

GASTEIZ: 20:30 Plaza de la Virgen Blanca

DONOSTIA: 19:00 Bulebarrean

IRUÑEA: 20:00 Plazadel Castillo

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Como empresario y como trabajador, voy a votar a Amaiur

Iagoba Itxaso – Militante de Alternatiba

Una autónoma con algún empleado a su cargo, una pareja dueños de una pequeña tienda de barrio en la que trabaja alguien más que ellos mismos, el miembro de una sociedad limitada con pocos trabajadores… todos ellos son empresarios y miembros de la patronal.

Todos ellos, siguiendo teoría escrita ya hace muchos años, parecen miembros de lo que se viene a llamar la pequeña burguesía. Aunque la realidad es que cuando se creó este término la sociedad era distinta a la que tenemos hoy en día. Gracias entre otras cosas a muchos años de lucha obrera, es muy fácil encontrar un trabajador con experiencia y un buen puesto, que tiene unos ingresos muy por encima que uno de esos empresarios y miembros de la patronal. También es fácil imaginar que ese trabajador bien remunerado o con muchos años cotizando, tenga ciertas inversiones que le convertirán de facto en algo que bien podríamos denominar pequeña burguesía -y que algunos denominan aristocracia proletaria-, como acciones de bolsa y otro tipo de bienes. El caso es que a veces para alguien puede ser difícil ver a uno de estos trabajadores, como una cosa distinta a un obrero de toda la vida, y a un empresario como los que comento, como algo que no sea la patronal explotadora, sin duda captando de forma excesivamente literal ciertos discursos de izquierda tradicional.

Pero al igual que en la revolución industrial, cuando el sistema se apoyaba en el esfuerzo del trabajador; actualmente, y también en Euskal Herria, el sistema igualmente se sustenta en el sacrificio de las microempresas, en esos pequeños negocios que incluso suelen llevar el apelativo de “familiares”. Más de la mitad de los trabajadores son contratados por PYMES y gran parte de estas PYMES son microempresas. Microempresas que debido al sistema neoliberal que impera actualmente, se sitúan en clara desventaja respecto a la competencia. No en vano son siempre los primeros afectados por una crisis financiera como la que estamos viviendo. No hay más que darse un paseo por cualquier oficina de una entidad bancaria para consultar como, en los momentos más difíciles, cuando mantener la facturación precisamente requiere nueva inversión, simplemente no hay crédito para las microempresas. Todos sabemos que una parte del índice de paro actual, está formado por esos emprendedores a los que no se ha sabido defender cuando han llegado las vacas flacas. Esos emprendedores no sólo han tenido que despedir a sus trabajadores, sino que ahora están arruinados y ahogados por las deudas. Porque el pequeño empresario, ese emprendedor que se hace autónomo o forma su pequeña empresa, por supuesto firmó el crédito o créditos necesarios para llevar a cabo su actividad con su aval personal, esos créditos que sostienen en un alto porcentaje el sistema financiero.

Este sistema actual que por un lado dice alentar a los emprendedores -y en Euskal Herria de eso no falta-, por el otro pone techo a su crecimiento. Ante dificultades limita las posibilidades de su supervivencia, de existir estas posibilidades, a un esfuerzo continuo, que muchas veces significa pura autoexplotación por parte del autónomo o socio asalariado de la empresa. No hay que ser un parado de larga duración para darse cuenta de que este sistema no funciona. Tengo bien claro que un autónomo que no llega a fin de mes incluso metiendo sesenta horas a la semana y va a tener que despedir a su único compañero para irse ambos también al paro, puede ver que esto de la “libre competencia europea” no es un juego en el que las reglas se hayan realizado pensando en él, y que si se ha hecho, no ha sido como jugador, sino como peón.

Pero si incluso como yo se tiene la suerte de pertenecer a una microempresa solvente, que ha sabido ganarse un hueco en su mercado, que tiene un motor que funciona incluso en el peor terreno imaginable en su sector; incluso con esta perspectiva; puede resultarte fácil mirar a tu alrededor y ver cómo este sistema capitalista neoliberal sólo nos lleva a mayor desigualdad, y a la destrucción de lo que hemos creado.

Hoy tenemos un gobierno español que no merece ni de cerca denominarse socialista que, más allá de haber recibido el legado de unas políticas cortoplacistas destructoras, han reaccionado tarde y mal, atendiendo punto por punto lo que les ordenaban unos neoliberales europeo,s a los que no les importa ampliar la desigualdad hasta lo insostenible en el estado español con tal de persistir en sus feudos. Mañana ese gobierno del PSOE dejará via libre para el que viene, ese Partido Popular neoliberal extremo que “cómicamente” será un gobierno continuísta en lo económico respecto al del PSOE.

Desde Euskal Herria el PNV supone un enemigo de la microempresa allá donde consigue cuota de poder, y es que no hay más que echar un vistazo, por ejemplo, a la crisis comercial bilbaína y sus orígenes, para poder argumentar tal afirmación. Ahora, tras apoyar al PSOE en su suicidio, y teniendo un discurso en lo económico que no dista del clásico del PP, en la nueva legislatura española sólo podrán representar un papel de lucha contra una supuesta recentralización y a favor de un más que supuesto autogobierno.

Para mí resulta tremendamente sencillo tachar a las políticas neoliberales y la derecha actual, como un atentado contra el obrero, simplemente echando un vistazo a la naturaleza de las medidas que se han impulsado desde Europa. Si estás de acuerdo con esta afirmación podrás ver que de la misma forma, son también un atentado en contra del autónomo, del microempresario e incluso del pequeño empresario. Naturalmente, a la larga, si realmente comprendemos por qué el neoliberalismo y este sistema capitalista no funciona, podremos ver lo siguiente: que la derecha actual y quien le sigue el juego, está en contra de todo aquel que no esté preparado para recoger las ganancias y levantar el vuelo en el momento adecuado, incluso aunque forme parte de ese 1% del que hablan los estadounidenses.

Eres autónomo, tienes tu pequeño negocio o eres socio de una microempresa, sí; y tu hogar es una Euskal Herria gobernada por los neoliberales; pero comprendes que o abrazamos unas alternativas socialistas inteligentes, o no tendremos futuro. Comprendes que la defensa de la clase trabajadora es tu defensa, porque eres un trabajador. No permitas que ideas ancladas en el pasado pasen por tu cabeza y te digan que puedes ser un pequeño burgués, y que tu lugar no es la izquierda. No, no lo permitas, porque la derecha también apoya sobre tu espalda su sistema explotador, porque tú también formas parte del Pueblo Trabajador Vasco y nadie puede decirte lo contrario, porque tú también debes luchar por la defensa de Euskal Herria, y porque no será desde la derecha ni desde España desde donde vendrán las alternativas. La alternativa viene de casa, y desde la izquierda; esa nueva izquierda real que ha conseguido ponerse de acuerdo para formar la mayor alianza de nuestra historia con un claro objetivo. Una izquierda plural que quiere decir desde las instituciones españolas que hay otro modo de gobernar y que, desde una perspectiva completamente internacionalista, necesitamos el derecho a ser pueblo y a decidir como pueblo, para poder llevar adelante esa nueva forma de gobernar igualitaria y socialista. Por eso voy a votar a Amaiur, porque es una coalición que me defenderá en el congreso y senado españoles, porque nos defenderá a todos.

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