¿Para cuándo un Santo Tomás público, agroecológico y sin banca de por medio?

Ana Etxarte y Asier Vega – Portavoces de Alternatiba

Mediante este artículo queremos proponer un Santo Tomás alternativo que, junto a toda una serie de medidas políticas, sirva de punta de lanza de una estrategia vasca en defensa de la soberanía alimentaria.

Así es, soberanía alimentaria frente a agricultura industrial, esa es la cuestión. Una agricultura industrial que ya ha demostrado sus grandes ventajas: desaparición de nuestro agro; conversión de nuestra tierra en suelo; depredación de nuestros ecosistemas; priorización de los beneficios de las grandes cadenas distribuidoras y comerciales frente a los ingresos justos de los y las baserritarras; calidad infame de la producción, insalubridad y riesgos para la salud tras el uso de tóxicos y la contaminación transgénica. ¿No es posible otro modelo, estamos condenadas y condenados a esto? ¿No deberíamos pasar a un nuevo paradigma que combine ecología, derechos laborales, ingresos justos, salud, consumo responsable y, en definitiva, el buen vivir?

Definitivamente sí, es necesario, es urgente, y es posible. Desde el ámbito social ya se están desarrollando múltiples iniciativas exitosas en este sentido, pero creemos que es desde las políticas públicas desde donde hay un vacío importante que se debe llenar. Empecemos por las ferias, empecemos por Santo Tomás. Estos espacios de encuentro directo entre personas productoras y consumidoras, sin intermediarios, deberían ser periódicos, contar con apoyo público, explicitar bien los requisitos de participación, y priorizar en estos a aquellos y aquellas baserritarras –sobre todo a estas- que produzcan de manera agroecológica, facilitando la transición hacia un nuevo modelo más sustentable, justo y equitativo. Dejemos atrás ferias con presencia hegemónica del sistema financiero, con requisitos de acceso no del todo claros, y donde no se sabe bien quién y cómo se produce, ya que comparten espacio productores y productoras de todo tipo, incluso revendedores y otras entidades que nada tienen que ver con la agricultura.

Ese Santo Tomás sí que sería especial, un Santo Tomás que abriría espacios a lo agroecológico, un Santo Tomás transparente y participativo, un Santo Tomás que defiende los derechos de las y los baserritarras y de nuestra Ama Lurra, un santo Tomás no solo folklórico, sino reivindicativo y novedoso.

Así, si empezáramos por las ferias agroecológicas, los poderes públicos podrían seguir con una gestión ejemplar de los bienes naturales, con la apuesta por los mataderos locales – Aurrera Errale!-, con la conformación de bancos de semillas, con políticas activas e integrales de crédito y formación agroecológica, etc.

Algunos dirán que esto es imposible, que es otro sueño hippie. No les creáis. Con otras caras, son los mismos que dicen que los mercados son gobernables, que la crisis se supera con recortes y reformas, y que no hay alternativa. Sí la hay, esta ya aquí, sólo hay que impulsarla, sólo hace falta voluntad política. Gora santo Tomás!

Entrevista a Gorka Orueta sobre la situación de Palestina: Ocupación, BDS, solicitud de estado…

AlternaTB entrevista a Gorka Orueta tras su reciente visita a Palestina acerca de la ocupación Israelí, los intentos de consolidar el estado palestino en el panorama internacional y la campaña de boicot, desinversión y sanciones, entre otros temas. Gorka Orueta es profesor de Relaciones Internacionales en la UPV y miembro de la delegación vasca que viajó a Palestina entre el 8 y el 16 de octubre de 2011.

 

AlternaTB-k Gorka Orueta elkarrizketatu du Palestinan izan berri duen egonaldiaz, okupazioa, Palestinako estatua sortzeko ahaleginaz eta BDS (boikot, desinbertsioa eta zigorrak) kanpainaren inguruan. Gorka Orueta EHUko Nazioarteko Harremanetako irakaslea da eta 2011ko urriaren 8tik 16ra Palestinara bidaiatu zuen Euskal Herriko eragile sozial eta erakundeen ordezkaritzako kide izan zen.

La violencia machista contra las mujeres: Algunos desafíos para su erradicación desde las políticas públicas

Laura Gomez > Directora de Igualdad de la Diputación de Gipuzkoa

 

Este artículo tiene como objetivo aproximarnos a la reflexión sobre algunos de los elementos que deben permitirnos re-conceptualizar la violencia machista contra las mujeres, con el objetivo de visibilizar otros discursos y verdades sobre ésta invisibilizadas. No es posible hacer un análisis exhaustivo de todo ello en este artículo pero sí abordar algunas cuestiones como: las condiciones estructurales que permiten la producción y reproducción de esta violencia; dejar de confundir, conscientemente, la parte por el todo. Esto es, que la expresión de algunas violencias, por graves e intensas que éstas sean, como los malos tratos, sean entendidas como toda o casi toda la violencia contra las mujeres existente; o la visibilización permanente de las mujeres como víctimas y no como sujetos activos, protagonistas de su propia vida y de su propia liberación.

Esta re-conceptualización de la violencia se convierte en prioritaria porque en este juego de “luces y sombras”, lo que queda en la sombra deja de existir y la realidad parcial iluminada se transforma en única verdad y por tanto, única realidad objeto de intervención.

Por tanto, la asunción de los desafíos que implica esta nueva perspectiva, obliga a considerar otros elementos de intervención desde las políticas públicas para erradicarla. Más adelante, nos atrevemos a apuntar algunos de éstos.

Entendemos que la construcción de otros imaginarios y narrativas sobre la violencia contra las mujeres pasa por:

  1. Afirmar que la violencia machista contra las mujeres tiene carácter estructural, esto es, que hunde sus raíces en una organización social construida sobre la base de la opresión, explotación y dominación histórica de los hombres sobre las mujeres. Si esto es así, no podemos hablar de la violencia que sufren las mujeres en tanto víctimas de agresiones y no hablar de la estructura profundamente machista de la sociedad que es en última instancia quien genera, reproduce y tolera dichas violencias. Esto es, ¿podemos hablar del drama de la inmigración victimizando a las mujeres inmigrantes, pero no criticar unas leyes de extranjería que conscientemente niegan los derechos de ciudadanía plena y colocan a las mujeres en una situación del vulnerabilidad aun mayor?; ¿podemos hablar de la trata de mujeres, mafias, redes de proxenetas, pero no de los derechos de las trabajadoras del sexo que podrían garantizar su autonomía?; ¿podemos decir que ahora las mujeres también pueden trabajar en el mercado laboral pero no hablar de quién están ocupando esos lugares vacíos que se dejan en los hogares y de las condiciones de explotación legalizadas en el empleo doméstico?. ¿Acaso no son todas éstas condiciones estructurales óptimas para la existencia y ejercicio permanente de la violencia contra las mujeres?

  1. Ampliar la mirada sobre sus diversas y múltiples manifestaciones y los espacios en las que esta opera. Desde esta perspectiva, la violencia contra las mujeres va más allá de los malos tratos y las agresiones sexuales en el marco de una relación de pareja o expareja (supuestos que contempla la Ley Orgánica de Violencia de género), también es violencia aquella que opera en el espacio público, el denominado “baboseo de baja intensidad” o la socialización en el miedo como elemento de control de las mujeres que naturaliza que las mujeres seamos instadas a ir “escoltadas”, preferiblemente por hombres de la misma familia, para transitar por algunos lugares a determinadas horas.

  2. Cuestionar el imaginario transmitido y construido de las mujeres como “víctimas”, “incapaces” o “dependientes”. Un imaginario que, además, lo exige como único modo de dar credibilidad a las diversas violencias sufridas por las mujeres. Se transcribe una cita de Virginia Despentes en “Teoría King Kong” que lo explica a la perfección: “Estoy furiosa contra una sociedad que me ha educado sin enseñarme nunca a golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza, mientras que esa misma sociedad me ha inculcado la idea de que la violación es un crimen horrible del que no debería reponerme”. Señala, además, “ Post-violación: la única actitud que se tolera es volver la violencia contra una misma, engordar veinte kilos, por ejemplo”. Asumir, en última instancia, que ser mujer es una condición de riesgo siempre, en casa o en la calle, no nos convierte en víctimas sin posibilidad de defensa. Es un sistema perverso aquél que pregona que es intolerable la violencia contra las mujeres pero no permite que éstas la identifiquen y menos que se defiendan frente a ella.

  3. Un fenómeno de semejante complejidad y consecuencia de un modelo de organización social patriarcal no puede basarse, únicamente, en respuestas policiales, judiciales o asistenciales. Debe tener respuestas colectivas que faciliten el agenciamiento de las mujeres, su organización social y con ello, se posibilite un cambio real sobre las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y por tanto, en las formas de organización social.

Desde esta perspectiva, las políticas públicas dirigidas a luchar contra la violencia machista debieran ser pensadas, diseñadas y puestas en marcha atendiendo a los siguientes elementos:

  • Ser lideradas desde los organismos de igualdad porque la mejor forma de luchar contra ella es hacer políticas de igualdad transformadoras que cambien el orden estructural de las cosas y por tanto, las relaciones de poder entre mujeres y hombres, en estrecha coordinación con el resto de políticas públicas -servicios sociales, educación, ordenación urbana, seguridad, etc.-

  • Que la lucha contra la violencia machista sea una apuesta política real de primer orden. Estamos demasiado acostumbradas a discursos de compromiso político que se transforman, finalmente, en gestión de la miseria, en coartadas electorales y en la expresión del populismo más rancio. No hay credibilidad política sin dotar a las políticas públicas de igualdad y por tanto, de lucha contra la violencia machista, de recursos económicos y humanos suficientes para ello.

  • Crear espacios de interlocución política con el movimiento feminista y asociativo de mujeres que permita construir instituciones más democráticas que huyan de cualquier tentación de instrumentalización política de los sujetos implicados en los cambios sociales y asuman que no lo es formular en solitario “cuáles son los problemas” y “cómo” hacerles frente. Desde esta perspectiva están obligadas a abrirse a otros discursos, a otras narraciones acerca de la violencia contra las mujeres, visibilizando que ésta no puede abordarse desde una óptica únicamente formal y legalista, y que necesita de la creatividad, el saber y la crítica de los sujetos feministas.

  • Diseñar y poner en marcha políticas:

  • De sensibilización y prevención en materia de violencia machista, que aborde la construcción socio-cultural de los géneros y su relación con la violencia contra las mujeres. En ese sentido, la lectura de género de la violencia machista debiera visibilizar otras violencias como la homofobia, la transfobia o la lesbofobia y diseñar políticas dirigidas, también, a su erradicación.

  • Que aborden la mejora de la atención e intervención que se presta a las mujeres, diseñando y desarrollando servicios y recursos que:

  • No victimicen a las mujeres, sino que permita su empoderamiento individual y colectivo, dotándolas de herramientas para identificar y hacer frente a las múltiples violencias machistas y que permitan crear otros instrumentos y espacios de protección (más allá de la denuncia, la orden de alejamiento, etc.) como las redes sociales de apoyo, las escuelas de empoderamiento, las casas de las mujeres, etc.

  • Flexibles y adaptables al contexto, a la diversidad de las violencias machistas y a la diversidad de las mujeres (mujeres con enfermedades mentales, diversidad funcional, migrantes, jóvenes, drogodependientes, etc.).

  • Descentralizados que garanticen su uso igualitario para todas las mujeres al margen del lugar en el que residan, poniendo especial atención a las mujeres de las zonas rurales.

Mujeres colonizadas

Con motivo del 25 de noviembre, día internacional contra la violencia hacia las mujeres, desde Alternatiba ponemos en marcha una campaña que hemos llamado “Mujeres colonizadas”. Una campaña basada en un cartel que hemos recogido del grupo de feministas argentinas llamado “Mujeres públicas”. A ellas les debemos la imagen y el espíritu de esta campaña y por eso les agradecemos que, haciendo accesibles todas sus creaciones en su página web, estén ayudando a construir activismo feminista aquí y allá, y contribuyendo a fortalecer redes de intercambio y solidaridad feministas.

Además de visualmente atractiva, creemos que es una campaña que recoge de acertádamente el concepto que tenemos en Alternatiba de la violencia contra las mujeres.

La Pinta, La Niña y la Santa María fueron los barcos utilizados por Colón en su “descubrimiento de las Américas”. En esta imagen se pretende establecer una relación irónica entre la colonización de América y la colonización de los cuerpos y vidas de las mujeres. Reflejar como la violencia contra las mujeres es la puesta en marcha de múltiples estrategias patriarcales para conquistar nuestros cuerpos; para someternos sexual, económica y políticamente; para restringir, en definitiva, nuestra libertad.

«La Santa María» tiene para nosotras un vínculo directo con la Iglesia católica, que a partir de ideas como el sacrificio y la culpa, intenta someter a las mujeres al no-disfrute de sus cuerpos y su sexualidad. Esa Iglesia que pretende colonizarnos promoviendo campañas anti-aborto, cuestionando la libertad de opción sexual, callando ante las mujeres asesinadas a manos de sus parejas.

«La niña» pretende recoger aquellas formas de violencia que se ejercen contra las mujeres desde que somos niñas, desde la educación que recibimos, atribuyéndonos unos roles que delimitan con claridad lo deseable para nosotras, lo que debemos y podemos ser.

«La Pinta», finalmente, refleja todas los mandatos patriarcales de belleza que recaen sobre las mujeres, en un intento de esclavizarnos y uniformizarnos con un modelo de mujer imposible, siempre objeto de deseo para otros.

Desde Alternatiba creemos que la violencia tiene múltiples expresiones. Los malos tratos son solo la punta del icerberg, y por eso, a través de este cartel queremos recoger otras expresiones que casi todas las mujeres hemos vivido en alguna ocasión, y que comparten un objetivo último que es privarnos de la libertad de decidir.

En Alternatiba consideramos necesario un esfuerzo por reconceptualizar la violencia y esto pasa por afirmar que la violencia machista contra las mujeres tiene carácter estructural, que hunde sus raíces en una organización social construida sobre la base de la opresión, explotación y dominación histórica de los hombres sobre las mujeres.

Por tanto, es necesario ampliar la mirada sobre sus diversas y múltiples manifestaciones, así como sobre los espacios en las que se produce. Son violencia los malos tratos y las agresiones sexuales, pero también es violencia aquélla que se da en el espacio público, o cuando se considera como normal que las mujeres tengamos que ir “escoltadas” preferiblemente por hombres para poder caminar libremente por algunos lugares a determinadas horas.

Así mismo, cuestionamos la victimización constante de las mujeres. El único papel que se deja a las mujeres que sufren violencia es el de víctima, no trabajando en cambio cuestiones como la identificación de la violencia y los mecanismos de defensa frente a ella.

Ante una realidad tan compleja y consecuencia de un modelo de organización patriarcal, no valen respuestas simples y parciales, y no pueden basarse, únicamente en respuestas policiales, judiciales o asistenciales. Tienen que darse respuestas integrales y colectivas basadas en el empoderamiento de las mujeres y que posibiliten cambios reales en las relaciones de poder entre mujeres y hombres, y por tanto, en las formas de organización social.

Por todo ello, desde Alternatiba consideramos que las instituciones tienen que ser garantes de todos los derechos para todas las mujeres y por eso exigimos:

– Que la lucha contra la violencia machista sea un compromiso político real de primer orden y para ello se cuente con recursos suficientes.

– La existencia de políticas de igualdad transformadoras en coordinación con el resto de políticas públicas (servicios sociales, educación, ordenación urbana y seguridad)

– Que se creen espacios de interlocución política con el movimiento feminista y asociativo de mujeres.

– Que se trabajen la sensibilización y prevención en materia de violencia machista.

– Visibilizar otras violencias como la homofobia, la transfobia o la lesbofobia.

– Políticas flexibles y adaptables al contexto, a la diversidad de las violencias machistas y a la diversidad de las mujeres (diversidad funcional, migrantes, jóvenes, drogodependientes, etc.).

– Servicios y recursos descentralizados que garanticen su uso igualitario para todas las mujeres al margen del lugar en el que residan, poniendo especial atención a las mujeres de las zonas rurales.

Así, para el próximo 25 de noviembre, hacemos un llamamiento a sumarse a todas las actividades y movilizaciones organizadas en torno a este día por el movimiento feminista. Un día para salir a la calle y gritar que seguiremos luchando hasta que todas seamos libres. Libres de todo tipo de violencia.

Movilizaciones convocadas en las capitales de Hegoalde para este viernes:

BILBO: 20:00 Plaza Arriaga

GASTEIZ: 20:30 Plaza de la Virgen Blanca

DONOSTIA: 19:00 Bulebarrean

IRUÑEA: 20:00 Plazadel Castillo

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Como empresario y como trabajador, voy a votar a Amaiur

Iagoba Itxaso – Militante de Alternatiba

Una autónoma con algún empleado a su cargo, una pareja dueños de una pequeña tienda de barrio en la que trabaja alguien más que ellos mismos, el miembro de una sociedad limitada con pocos trabajadores… todos ellos son empresarios y miembros de la patronal.

Todos ellos, siguiendo teoría escrita ya hace muchos años, parecen miembros de lo que se viene a llamar la pequeña burguesía. Aunque la realidad es que cuando se creó este término la sociedad era distinta a la que tenemos hoy en día. Gracias entre otras cosas a muchos años de lucha obrera, es muy fácil encontrar un trabajador con experiencia y un buen puesto, que tiene unos ingresos muy por encima que uno de esos empresarios y miembros de la patronal. También es fácil imaginar que ese trabajador bien remunerado o con muchos años cotizando, tenga ciertas inversiones que le convertirán de facto en algo que bien podríamos denominar pequeña burguesía -y que algunos denominan aristocracia proletaria-, como acciones de bolsa y otro tipo de bienes. El caso es que a veces para alguien puede ser difícil ver a uno de estos trabajadores, como una cosa distinta a un obrero de toda la vida, y a un empresario como los que comento, como algo que no sea la patronal explotadora, sin duda captando de forma excesivamente literal ciertos discursos de izquierda tradicional.

Pero al igual que en la revolución industrial, cuando el sistema se apoyaba en el esfuerzo del trabajador; actualmente, y también en Euskal Herria, el sistema igualmente se sustenta en el sacrificio de las microempresas, en esos pequeños negocios que incluso suelen llevar el apelativo de “familiares”. Más de la mitad de los trabajadores son contratados por PYMES y gran parte de estas PYMES son microempresas. Microempresas que debido al sistema neoliberal que impera actualmente, se sitúan en clara desventaja respecto a la competencia. No en vano son siempre los primeros afectados por una crisis financiera como la que estamos viviendo. No hay más que darse un paseo por cualquier oficina de una entidad bancaria para consultar como, en los momentos más difíciles, cuando mantener la facturación precisamente requiere nueva inversión, simplemente no hay crédito para las microempresas. Todos sabemos que una parte del índice de paro actual, está formado por esos emprendedores a los que no se ha sabido defender cuando han llegado las vacas flacas. Esos emprendedores no sólo han tenido que despedir a sus trabajadores, sino que ahora están arruinados y ahogados por las deudas. Porque el pequeño empresario, ese emprendedor que se hace autónomo o forma su pequeña empresa, por supuesto firmó el crédito o créditos necesarios para llevar a cabo su actividad con su aval personal, esos créditos que sostienen en un alto porcentaje el sistema financiero.

Este sistema actual que por un lado dice alentar a los emprendedores -y en Euskal Herria de eso no falta-, por el otro pone techo a su crecimiento. Ante dificultades limita las posibilidades de su supervivencia, de existir estas posibilidades, a un esfuerzo continuo, que muchas veces significa pura autoexplotación por parte del autónomo o socio asalariado de la empresa. No hay que ser un parado de larga duración para darse cuenta de que este sistema no funciona. Tengo bien claro que un autónomo que no llega a fin de mes incluso metiendo sesenta horas a la semana y va a tener que despedir a su único compañero para irse ambos también al paro, puede ver que esto de la “libre competencia europea” no es un juego en el que las reglas se hayan realizado pensando en él, y que si se ha hecho, no ha sido como jugador, sino como peón.

Pero si incluso como yo se tiene la suerte de pertenecer a una microempresa solvente, que ha sabido ganarse un hueco en su mercado, que tiene un motor que funciona incluso en el peor terreno imaginable en su sector; incluso con esta perspectiva; puede resultarte fácil mirar a tu alrededor y ver cómo este sistema capitalista neoliberal sólo nos lleva a mayor desigualdad, y a la destrucción de lo que hemos creado.

Hoy tenemos un gobierno español que no merece ni de cerca denominarse socialista que, más allá de haber recibido el legado de unas políticas cortoplacistas destructoras, han reaccionado tarde y mal, atendiendo punto por punto lo que les ordenaban unos neoliberales europeo,s a los que no les importa ampliar la desigualdad hasta lo insostenible en el estado español con tal de persistir en sus feudos. Mañana ese gobierno del PSOE dejará via libre para el que viene, ese Partido Popular neoliberal extremo que “cómicamente” será un gobierno continuísta en lo económico respecto al del PSOE.

Desde Euskal Herria el PNV supone un enemigo de la microempresa allá donde consigue cuota de poder, y es que no hay más que echar un vistazo, por ejemplo, a la crisis comercial bilbaína y sus orígenes, para poder argumentar tal afirmación. Ahora, tras apoyar al PSOE en su suicidio, y teniendo un discurso en lo económico que no dista del clásico del PP, en la nueva legislatura española sólo podrán representar un papel de lucha contra una supuesta recentralización y a favor de un más que supuesto autogobierno.

Para mí resulta tremendamente sencillo tachar a las políticas neoliberales y la derecha actual, como un atentado contra el obrero, simplemente echando un vistazo a la naturaleza de las medidas que se han impulsado desde Europa. Si estás de acuerdo con esta afirmación podrás ver que de la misma forma, son también un atentado en contra del autónomo, del microempresario e incluso del pequeño empresario. Naturalmente, a la larga, si realmente comprendemos por qué el neoliberalismo y este sistema capitalista no funciona, podremos ver lo siguiente: que la derecha actual y quien le sigue el juego, está en contra de todo aquel que no esté preparado para recoger las ganancias y levantar el vuelo en el momento adecuado, incluso aunque forme parte de ese 1% del que hablan los estadounidenses.

Eres autónomo, tienes tu pequeño negocio o eres socio de una microempresa, sí; y tu hogar es una Euskal Herria gobernada por los neoliberales; pero comprendes que o abrazamos unas alternativas socialistas inteligentes, o no tendremos futuro. Comprendes que la defensa de la clase trabajadora es tu defensa, porque eres un trabajador. No permitas que ideas ancladas en el pasado pasen por tu cabeza y te digan que puedes ser un pequeño burgués, y que tu lugar no es la izquierda. No, no lo permitas, porque la derecha también apoya sobre tu espalda su sistema explotador, porque tú también formas parte del Pueblo Trabajador Vasco y nadie puede decirte lo contrario, porque tú también debes luchar por la defensa de Euskal Herria, y porque no será desde la derecha ni desde España desde donde vendrán las alternativas. La alternativa viene de casa, y desde la izquierda; esa nueva izquierda real que ha conseguido ponerse de acuerdo para formar la mayor alianza de nuestra historia con un claro objetivo. Una izquierda plural que quiere decir desde las instituciones españolas que hay otro modo de gobernar y que, desde una perspectiva completamente internacionalista, necesitamos el derecho a ser pueblo y a decidir como pueblo, para poder llevar adelante esa nueva forma de gobernar igualitaria y socialista. Por eso voy a votar a Amaiur, porque es una coalición que me defenderá en el congreso y senado españoles, porque nos defenderá a todos.

Demasiada gente, muy pocas personas > Igor Navarro

Igor Navarro > Militante de Alternatiba y candidato al congreso por Amaiur

Recientemente hemos sabido que ya somos 7.000 millones de personas las que habitamos en el planeta tierra. Algunas voces, profundamente interesadas, hablan de superpoblación, es decir, que en el mundo hay demasiada gente presionando sobre los recursos existentes, y de qué este ritmo de crecimiento de la población es insostenible económicamente.

Esta afirmación es absolutamente falsa, el problema no reside, ni mucho menos, en la cantidad de habitantes del globo, ni siquiera en el carácter finito de nuestros recursos naturales. La raíz del problema de la falta de recursos con la que tienen que sobrevivir gran parte de la población mundial no se encuentra en los miles de millones de habitantes de China o India… La verdadera causa del problema la debemos buscar mucho más cerca, en los alrededores de casa y en la casa de nuestros vecinos, en los países más avanzados del mundo.

De esos 7.000 millones de personas que compartimos vivienda, es muy posible que más de 6.500 millones no llegue a consumir ni la mitad de los recursos naturales por hectárea y habitante que les pudieran corresponder, en cambio, los otros 500 millones, entre los cuales nos encontramos todas y cada una de las personas que estamos leyendo esto, consumimos tres, cuatro y hasta diez veces más de los recursos que nos corresponden.

La huella ecológica es un indicador del impacto que generamos en los recursos existentes del planeta con lo que consumimos y con nuestros desechos. Evidentemente, la huella ecológica que dejamos no es la misma para todas las personas, ni en todos los lugares.

Se ha calculado que a cada habitante nos correspondería por año utilizar los recursos naturales generados en 1,8 hectáreas de terreno. Actualmente utilizamos de media alrededor de 2,5 hectáreas por persona. La diferencia no parece tan exagerada sino fuera porque los habitantes de países como los Estados Unidos de Norteamérica hacen uso de 9,5 hectáreas por persona y los habitantes de Honduras únicamente de 1,3 hectáreas. Pero si queremos observar los extremos, tenemos que los habitantes de Emiratos Árabes Unidos hacen uso de 11,8 hectáreas y que los habitantes de Afganistán apenas llegan a las 0,5 hectáreas.

Por cierto, la huella ecológica de los habitantes de China e India es de 2,1 ha y 0,9 ha respectivamente; y el impacto de la ciudadanía del Reino de España es de 5,7 hectáreas por persona y año, casi el triple de lo que nos corresponde.

Con todo esto podemos decir que menos de 1.000 millones de personas consumimos el 95% de los recursos naturales del planeta, dejando para esos 6.000 millones restantes únicamente las sobras, o ni siquiera eso, ya que consumimos mucho más de lo que el planeta es capaz de generar y producimos más desechos de los que puede asimilar.

El ritmo que es insostenible no es el del crecimiento de la población mundial, sino el del consumo que tenemos los habitantes y las empresas multinacionales del “el mundo occidental”, que son, somos, realmente quienes estamos esquilmando los recursos del planeta.

El planeta está superpoblado, efectivamente, está superpoblado de empresas multinacionales que agotan los recursos naturales sin que les importe en absoluto las consecuencias ecológicas de sus acciones. Superpoblado de consumo capitalista indiferente al desigual reparto de los recursos. Superpoblado de neocolonialismo y neoliberalismo, de agresiones a la naturaleza y de guerras con el único fin de apoderarse y explotar indiscriminadamente recursos naturales.

Lo dicho, demasiada gente y muy pocas personas.

Tendiendo puentes entre Euskal Herria y la izquierda política y social del Estado español > Sabino Cuadra

Sabino Cuadra

Estos días pasados algunas personas de allende el Ebro, colegas de diversas movidas políticas y sociales, tras enterarse de que había sido nombrado por Amaiur (coalición formada entre la izquierda abertzale, Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternativa para acudir a estas Elecciones estatales) para encabezar la lista al Congreso por Nafarroa, me han enviado correos en los que, tras desearme todo tipo de suertes, me pedían les informase un poco más de esta movida y de las posibilidades que ahora pueden abrirse para estrechar lazos con la izquierda política y social estatal. Tras pensar sobre ello, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, he pensado que las explicaciones a dar podrían hacerse extensivas, aparte de a estos colegas, a la gente de izquierda y activistas sociales del Estado español que trabajan y pelean día a día por horadar los sacrosantos pilares (capital, monarquía, desarrollismo, patriarcado, clericalismo, …) sobre los que se levanta esta sociedad.

Vaya por delante, en cualquier caso, que lo que sigue es algo de lo cual sólo se responsabiliza el suscribiente. No hablo, pues, en nombre de Amaiur (coalición que cuenta tan solo con unas pocas semanas de vida), ni tampoco de la izquierda abertzale a la cual pertenezco. Así pues, que todas las ostias dialécticas que pueda generar este escrito vayan a este humilde servidor y no a otros inocentes destinatarios.

Tendiendo puentes.

No es casual que el slogan principal elegido por Amaiur para esta campaña sea “ERAIKI ZUBIA” que, traducido al castellano, significa “TENDIENDO PUENTES”. Ello es así porque la coalición quiere conformarse como una herramienta que sirva para impulsar el diálogo, el entendimiento y el acuerdo. Como un puente sin barreras ni peajes abierto a todas las culturas políticas que reconocen a Euskal Herria, nuestro pueblo, como una nación. Como un camino abierto para transitar hacia una democracia socialista que de satisfacción a las demandas principales del movimiento sindical, feminista, ecologista, juvenil, pacifista-antimilitarista, etc…

En esta misma dirección, como no podía ser menos, Amaiur pretende ser también un puente abierto a todos los pueblos y luchas del mundo y, por supuesto, a cuantas existen en el Estado español. Peleas contra los efectos de esta crisis, contra una “democracia” hueca lastrada por fuertes herencias franquistas y contra una ofensiva brutal del capital y sus servidores (PP, PSOE, CIU, PNV, UPN,..) que busca cuartear los servicios públicos y recortar fuertemente todo tipo de prestaciones sociales.

Igualmente importante es tender puentes hacia todas esas dinámicas que, actualizando experiencias de democracia asamblearia, participación popular y acción directa, están hoy tomando plazas, barrios, locales, institutos y hospitales por todo la geografía estatal. Experiencias que comienzan a sacudir las viejas alfombras de las rutinas organizativas, las estructuras jerarquizadas y el sometimiento de las demandas populares a los ritmos e intereses particulares de una burocracia política, sindical e institucional cada vez más aferrada a privilegios y platos de lentejas.

Euskal Herria es una nación: derecho a decidir.

La izquierda soberanista e intependentista vasca quiere estar presente en Madrid, en primer lugar, para hacer saber a toda aquella persona que tenga oídos democráticos para escuchar, que somos una nación y que, como tal, tenemos y debe de reconocérsenos el principal derecho que corresponde a todo pueblo: el derecho a ser, a decidir por sí mismo, a autodeterminarse y a poder ser independiente.

En una reciente entrevista realizada a nuestro gran escritor y ensayista Joseba Sarrionaindia, se preguntaba a éste por “¿qué es ser vasco?”, a lo que este respondía: “Hay quien dice que por ser vasco eres distinto. Creo sin embargo que es más razonable afirmar lo contrario: el ser vasco es lo que nos hace iguales a los demás”. Nunca mejor dicho: lo que nos hace diferentes de los españoles o franceses no es el ser vascos, sino el que no nos dejen serlo. Lo que hace diferente a nuestro pueblo de Francia o España no es nuestra propia identidad, sino nuestra condición de oprimidos. Nosotros no somos separatistas, sino soberanistas e independentistas. Allá quien siga pensando, como Urbano VIII y su Santo Oficio, que España es el centro del universo porque así lo afirma la sagrada Constitución española.

Que nadie se confunda. Pretendemos estar en el Congreso español, no para asentar nuestro trabajo en una estrategia marcada por coordenadas políticas estatales, sino para responder a la realidad política y social vasca y, sobre todo, para afirmar y defender nuestros derechos como pueblo. La Constitución española, al contrario que en el resto del Estado, solo logró en Euskal Herria la adhesión de poco más de un tercio del censo electoral. La gran mayoría, respondiendo a los llamados a la abstención y al voto negativo de los partidos nacionalistas y de izquierdas, no la aprobó. Sin embargo se nos impuso. Lo mismo ocurrió con la OTAN, donde se nos metió por la fuerza a pesar de que en el referéndum convocado al efecto, la mayoría de la población vasca votó en contra de la entrada.

El Congreso español, que para algunos puede ser su máxima referencia democrática, para nosotros no es sino uno de los principales símbolos de nuestra opresión. En el mismo fue despreciado incluso el insuficiente proyecto de un nuevo Estatuto Político para Euskal Herria -Plan Ibarretxe- al cual, a pesar de haber sido aprobado el mismo por la mayoría absoluta del Parlamento Vasco, se impidió incluso su mera tramitación en el Congreso, por obra y gracia de los votos del PSOE, PP, Izquierda Unida, Coalición Canaria y Xunta Aragonesista. Así pues, carpetazo y al cajón.

No iremos a Madrid, pues, a aceptar un marco institucional que nos habla de unidades patrias “indivisibles e indisolubles” salvaguardadas por el Ejército, ni a aceptar un escenario institucional que nuestro pueblo ha rechazado, ni, por último, a participar en un juego tramposo en el que las cartas están marcadas, el reglamento es de parte y los árbitros están comprados. En nuestra participación en el Congreso seremos nosotros y nosotras quienes marcaremos nuestras propias estrategias, ritmos, formas e intervenciones. Repito, no serán las coordenadas políticas estatales las que sustenten nuestra participación, sino las existentes en nuestro pueblo, Euskal Herria, carente de soberanía y despreciado por esa Cámara.

Impulsar la paz y la normalización democrática.

Nuestro segundo gran objetivo en el Congreso será trabajar para impulsar un proceso de paz y soluciones democráticas para Euskal Herria.

Hace tan solo unos días se ha celebrado en Donostia la Conferencia Internacional de Paz en la que han participado importantes personalidades de la vida internacional: ex presidentes de Gobierno y primeros ministros, ex premios Nobel de la Paz, expertos negociadores en otros procesos de paz, etc… En la misma, se aprobaron cinco puntos. El primero hacía un llamamiento a ETA para que hiciera una declaración de cese indefinido de la actividad armada. Los demás se referían a la necesidad de avanzar en la reconciliación, reconocimiento y compensación de todas las víctimas, la propuesta a las partes implicadas para reunirse y discutir sobre las cuestiones políticas relacionadas con el conflicto, la conveniencia de realizar una consulta entre la ciudadanía y, finalmente, el ofrecimiento propio para organizar un comité de seguimiento de todo lo anterior.

La respuesta de ETA llegó tres días después. Tras tener conocimiento de las resoluciones anteriores, la organización decidió “el cese definitivo de su actividad armada”, haciendo a su vez “un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de dialogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superación de la confrontación armada”.

De forma muy interesada, los principales partidos estatales (PSOE, PP) y medios de comunicación leyeron tan solo el primero de los puntos referido al cese de la actividad armada de ETA. Y cuando esta se dio, insistieron en más de lo mismo. No basta con eso, han dicho: ETA debe disolverse, entregar las armas y pedir perdón. Y si esto se hiciera, afirmo yo, pedirían una cuarentena en la que mantendrían las ilegalizaciones, presos y presas…, pues, en definitiva, lo que pretenden en última instancia es acabar con el nunca extirpado y ahora creciente independentismo vasco.

Hagamos ahora un pequeño recordatorio. El conjunto de ministros, directores generales, delegados de gobierno, altos cargos policiales y de la guardia civil (Barrionuevo, Vera, Elgorriaga, Galindo, Amedo, San Cristóbal, Planchuelo,…) que crearon el GAL y fueron condenados por la comisión de delitos tales como malversación de fondos públicos, secuestros, torturas (bolsa, bañera, arranque de uñas, quemaduras con cigarrillos,…), enterramientos en cal viva y asesinatos, cumplieron menos de un diez por ciento del total de varios siglos de cárcel a los que fueron condenados. Ahora están todos ellos en libertad, sin que nadie les haya pedido, ni ellos lo hayan hecho, perdón o reparación por los crímenes cometidos. El partido al que pertenecían varios de ellos –PSOE- organizó concentraciones en su apoyo sin que fuerza de orden alguna los disolviera a pelotazos, ni nadie les procesara por portar las fotografías de aquellos criminales.

Mientras tanto, más de setecientas personas permanecen hoy en prisión, muchas de ellas con más de diez y veinte años cumplidos de cárcel, a varios cientos de kilómetros de su residencia y sometidos a duros regímenes de aislamiento. Buena parte de ellos forman parte de los denominados “entornos de ETA”, sin que se les haya sido atribuido la comisión de delito concreto alguno sino, sin más, la “pertenencia al entramado de ETA”. Otro par de cientos de jóvenes y militantes de la izquierda abertzale esperan juicio amenazados por peticiones similares.

Campan alegres por nuestras calles grupos fascistas y falangistas de todo tipo alabando el golpe de estado de 1936 y la criminal Dictadura de Franco, mientras que Batasuna, Askatasuna, Segi, Ekin, etc…, siguen estando ilegalizadas y personas como Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto, impulsoras destacadas del actual proceso de paz, permanecen en las cárceles españolas condenados por esperpénticas sentencias dictadas por esquizofrenizados jueces.

La paz y el orden público son dos conceptos muy diferentes. La primera está asentada en fundamentos de justicia y libertad. El segundo, en la razón de la bocacha, la criminalización y la represión. La paz de la cual nos habla hoy la derecha y buena parte del PSOE es la paz de Franco, en la que solo los caídos por dios y por España fueron visibilizados y tuvieron reconocimiento público. Por el contrario, la paz a conseguir debería estar asentada en una verdad que contenga todas las verdades, en una reparación que contemple a todas las víctimas y, en definitiva, en una justicia que repare todas las injusticias habidas a lo largo de este conflicto.

El 15-M ha hecho del tema de la democracia una de sus principales preocupaciones y reivindicaciones: topes electorales antidemocráticos, rechazo a la partitocracia, participación popular, eliminación de privilegios a la clase política… La profundización de todos estos temas en algunas ciudades y asambleas barriales está llegando hasta la mismísima Transición política de los 70, sacando a la luz las imposiciones antidemocráticas entonces practicadas: monarquía, ley de amnistía-punto final para torturadores y asesinos, continuidad de instituciones y leyes de excepción, negación del derecho de autodeterminación, privilegios para la Iglesia,…

Por todo ello, nuestra mano estará tendida siempre, en el Congreso y en la calle, a todas las fuerzas y grupos que compartan con nosotros la necesidad de impulsar la ruptura democrática que un consenso vergonzoso (UCD, PSOE, PCE,…) nos robó durante la Transición. Y haremos hincapié, sobre todo, a todo lo que tenga que ver con el pleno reconocimiento de los derechos nacionales, la abolición de todo tipo de legislaciones e instituciones de excepción y la apertura de un proceso, sin imposición alguna, en el que el propio pueblo vasco, y solo él, elabore, discuta y resuelva democráticamente sobre las distintas opciones de futuro que hoy existen en nuestro pueblo, incluida, por supuesto, la opción independentista.

El cambio político y social

Para cualquier fuerza de izquierdas hablar de cambio político sin hacer referencia a la necesidad de un cambio social es apostar por un cambio hueco. Al margen del indudable margen de autonomía que cada reivindicación política o social pueda contender, es evidente la interrelación existente entre los dos ámbitos, mucho más aún en un momento como el actual en el que la crisis está acentuando todas las contradicciones de nuestra sociedad. Muestra de ello es el movimiento del 15-M, en el que puede verse como van de la mano las demandas de democracia real y críticas al actual andamiaje institucional (sistema electoral restrictivo, supeditación a los poderes fácticos del capital y las finanzas, corrupción de la clase política,..) y la lucha contra las privatizaciones y recortes sociales, el desmantelamiento de los servicios públicos, los desahucios,..

En el marco de globalización capitalista en el que vivimos, sometidos a un Estado que constriñe, recorta y anula nuestros derechos como nación, la exigencia de libertad y soberanía para nuestro pueblo lejos de ser una vía abierta a la colaboración de clases con nuestra propia burguesía y sus partidos (PNV, UPN) se ha convertido en un fuerte valladar frente a la ofensiva neoliberal impulsada por el capital internacional, estatal y nacional.

Lo anterior se ha puesto de manifiesto en la dinámica abierta en estas dos últimas décadas por el sindicalismo abertzale y la mayoría sindical vasca (su representación supera el 55%, frente al 38% de CCOO y UGT) conformado como una alternativa cada vez más de clase, más independiente y más reivindicativa. El impulso decidido de una estrategia de confrontación frente a la ofensiva neoliberal se ha ido abriendo camino en el sindicalismo abertzale en oposición a la política de colaboración, acuerdo y pacto social impulsada por CCOO y UGT. Sin echar las campanas al vuelo, es evidente que las tres huelgas generales convocadas en los dos últimos años en Euskal Herria por la mayoría sindical vasca (contra la crisis, la reforma laboral y el recorte de las pensiones) y el rosario diario de luchas de fábrica y sectoriales impulsadas por ésta, son muestras de esta estrategia de confrontación a la que nos referimos.

Por el contrario, aquellas estrategias sindicales como las de CCOO y UGT que, desde supuestos presupuestos de izquierda, e incluso marxistas, hablan de la necesidad de conformar la organización propia y las luchas sindicales en relación al marco estatal, son las que se han vehiculizado un mayor nivel de colaboración, no solo con la patronal y el capital central (CEOE) y sus gobiernos (PP, PSOE), sino también con la burguesía vasca (CONFEBASK, CEN) y los suyos (PNV, UPN). Y ello ha ido parejo, cada vez más, de la acentuación de los rasgos estatalistas y españolistas de estos sindicatos que, progresivamente, han roto sus marcos de organización propios para el conjunto de Euskal Herria (separación entre Vascongadas y Navarra) y han renunciado a aquellas exigencias democráticas (derecho de autodeterminación) que en su día defendieron.

Por supuesto, la necesidad de un cambio político y social va más allá de la lucha sindical hoy desarrollada en Euskal Herria. Existen hoy en nuestro pueblo fuertes movilizaciones contra la imposición de proyectos infraestructurales únicamente justificados por la demencia cementera y desarrollista, el ánimo de lucro sin límites y la carencia de todo tipo de escrúpulos medioambientales (Tren de Alta Velocidad, Superpuerto de Pasaia, incineradoras en Gipuzkoa y Nafarroa, central térmica de Castejón, central nuclear de Garoña, …) que guardan una relación directa con luchas del mismo signo llevadas a cabo en otros lugares del Estado español.

La paz que queremos levantar tiene mucho que ver con aquellas luchas antimilitaristas que en su día hicieron de Euskal Herria la capital de todo el Estado de la lucha insumisa contra el Ejército. Una paz distinta, como ya se ha dicho, al orden público derivado de la criminalización social y represión política practicada por la Policía y la Guardia Civil, auténticas fuerzas de ocupación en nuestro pueblo, y al de una Ertzaintza y Policía Foral levantadas en gran medida a imagen y semejanza de aquellas. Una paz que apueste a su vez por la movilización social y la desobediencia civil como principales herramientas para el impulso del cambio político y social.

Queremos una Euskal Herria impregnada igualmente de los tonos morados de las luchas feministas. Desde esos más individuales procedentes de miles de pequeñas peleas desarrolladas en los ámbitos familiares, de cuadrilla, laborales…, en búsqueda de espacios de igualdad, libertad y autonomía para las mujeres cada vez mayores, hasta esos otros colectivos impulsados por distintas plataformas y movidas que siguen reclamando el más pleno derecho al aborto, la necesidad de abordar medidas reales e integrales para atajar y acabar con la violencia machista y, finalmente, para que dejen de ser las mujeres carne de cañón de dobles jornadas, el trabajo de cuidados y las discriminaciones laborales y sociales de todo tipo.

Termino como empecé. Es necesario tender puentes entre las distintas izquierdas políticas y sociales existentes en el ámbito estatal. Al margen de los distintos balances que pueda tener cada cual respecto de anteriores experiencias, lo evidente es que, por muchas razones (nueva situación abierta en Euskal Herria; ofensiva neoliberal y profundidad de la crisis económica; perspectivas de un gobierno PP a nivel del Estado,…) es preciso rehacer y fortalecer estas relaciones. En nuestra opinión, los cimientos sobre los cuales levantar estos puentes serían el reconocimiento de la identidad nacional y el derecho a decidir de nuestro pueblo, el impulso de la paz, la normalización política y la ruptura democrática pendiente y la lucha por un cambio político y social en nuestra sociedad.

Arrieros somos….   

Gas en Araba: Oportunidades, precipitación y fracaso

Mikel Oseguera – Alternatiba Araba

El 14 de Octubre, el Lehendakari Patxi López junto al consejero de Industria Bernabé Unda anunció, con motivo de su visita a un campo de extracción de gas en Dallas (EEUU), la existencia en Araba de recursos de gas no convencional. Se estima que el volumen del yacimiento sea suficiente para garantizar el suministro de gas a Euskadi durante 60 años. No es de menor relevancia que la extracción de este recurso se hace a través de técnicas no convencionales de fractura hidráulica. Técnicas pioneras cuyo desarrollo, fundamentalmente en EEUU, está evidenciando el potencial destructivo para el medio ambiente de las mismas. Por una parte conlleva la antropización de las áreas vírgenes para convertirlas en instalaciones de explotación; y por otra la intervención en el subsuelo con la alteración de los niveles freáticos y la contaminación de las aguas.

En Alternatiba entendemos que la preservación y el respeto al medio ambiente está muy por encima de los intereses energéticos y económicos. La experiencia demuestra que construir modelos insostenibles con beneficios económicos a corto plazo supone la ruina a medio y largo plazo. Según la Ley 34/1998 sobre el Sector de los Hidrocarburos, las empresas solicitantes de los permisos de investigación y exploración son las responsables de proponer las medidas de protección medio ambiental y planes de restauración. Actualmente, en actividades con amplia tradición en nuestro territorio como las obras civiles (túneles, movimientos de tierras, etc…), las medidas de protección medio ambiental no están a la altura de las circunstancias y no hay más que visitar algunas obras para constatar que no funcionan.

¿Cómo se puede garantizar el éxito de la protección medio ambiental en técnicas de fractura hidráulica si no existe experiencia en el estado?, ¿Cómo puede la administración dar por buenas esas medidas si no tienen ninguna experiencia en este sector? A nivel internacional la experiencia también es escasa, y ya están empezando a destaparse escándalos medio ambientales en Estados Unidos y Francia. ¿Nos vamos a fiar del buen hacer medio ambiental de las únicas empresas con algo de experiencia en la fractura hidráulica? ¿Empresas cuyo único objetivo es el beneficio económico? ¿Cuales son las medidas de protección presentadas? ¿Existen estudios pormenorizados de la hidrogeología de la zona?

En todo caso, solicitamos que se haga pública toda esta información para que sea evaluada por expertos independientes. De lo contrario, estaríamos afrontando desnudos un tremendo reto medioambiental; así lo creemos en Alternatiba. Consideramos una temeridad comenzar a explotar nuestro subsuelo inmersos en un estado de absoluta ceguera medioambiental. No podemos olvidar que Araba representa el último paraíso natural medianamente virgen dentro de la CAPV, lo que lo convierte en nuestro pulmón natural y que debemos tratarla con responsabilidad para no transformarla de una manera irreversible en aras de un efímero y volátil desarrollo. Por ello exigimos que ante la falta de certeza científica sobre las consecuencias de la fractura hidráulica en Araba se cumpla el principio de precaución recogido por la legislación europea.

Por otra parte, no podemos olvidar que el gas natural no deja de ser un combustible fósil. A pesar de que su uso genere en menor medida gases con efecto invernadero en relación al carbón y al petróleo, el método de extracción por fractura hidráulica puede liberar cantidades ingentes de metano convirtiendo el uso del gas no convencional en algo tan contaminante como el resto de combustibles fósiles. Por lo tanto, encaminar la estrategia energética al gas no convencional nos aleja del horizonte de basar la estrategia energética vasca en energías renovables.

No podemos dar la espalda a la importancia que tiene la independencia energética para la soberanía de Euskal Herria. En esa línea, recientemente, el Lehendakari puso en valor éste proyecto como un paso fundamental para que Euskadi sea autosuficiente en materia de gas. ¿Es esto cierto? Todo este proceso es competencia y viene gobernado por el Ministerio de Industria español. ¿Va a dirigir dicho ministerio la explotación del “Gran Enara” hacia la emancipación energética de la CAPV? ¿O la va a integrar en la política energética española?

Todo este proceso se está planteando como el principio para convertir a Euskadi en una potencia europea de gas no convencional. Alternatiba no lo ve así, el consorcio con empresas norteamericanas con cerca de un 60% de participación desprende un apestoso hedor a colonialismo de explotación energética. ¿Está garantizado que el proceso tecnológico vaya a enraizarse en el tejido de nuestra ingeniería o resultará que Araba pone terreno y gas y las empresas norteamericanas lo explotan? ¿Cual va a ser el posicionamiento concreto de nuestra ingeniería en el proceso? En el contexto de crisis endémica actual del sistema y una vez que se ha demostrado el agotamiento del modelo económico español basado en la especulación y el ladrillo, queda patente la relevancia de la inversión en conocimiento e I+D. ¿Vamos a dejar pasar la oportunidad de generar tecnología en Euskal Herria importándola desde EEUU teniendo la materia prima en nuestro subsuelo? No podemos cerrar los ojos y está claro que se requiere de la participación de empresas con experiencia en el sector. Pero éstas nunca pueden liderar con más del 50% de participación una actividad que gira entorno a un recurso que no les pertenece. Entre otras cosas porque no podemos dejar en manos de empresas extranjeras actividades tan íntimamente ligadas a nuestro territorio. Y porque los beneficios de nuestros recursos no pueden irse en un 60 % ni a EEUU ni a capitales privados.

Por todo lo expuesto, desde Alternatiba solicitamos a todas las instituciones implicadas que se aborde el tema de los yacimientos de gas no convencional con la cautela y responsabilidad necesarias, alejándonos de actuaciones precipitadas promovidas por intereses económicos y cortoplacistas que nos puedan conducir a un nuevo atropello contra la naturaleza. Solicitamos que no se avance en la intervención en el medio hasta que las consecuencias ambientales estén claras y que, llegado el caso, se garantice que cualquier proceso de explotación del “Gran Enara” redunde mayoritariamente en los intereses energéticos de Euskal Herria.

Exigimos que, en caso de garantizarse la sostenibilidad del proyecto, se aproveche para generar una auténtica potencia tecnológica en nuestro territorio, cuyos beneficios se destinen al desarrollo de las energías renovables en Euskal Herria y a desarrollar políticas de concienciación ciudadana orientadas a la reducción del consumo energético. Así mismo, desde Alternatiba pedimos un debate amplio que abarque agentes políticos y sociales, al tratarse de algo tan estratégico como la política energética de Euskadi para los próximos 60 años.

Dadas las circunstancias, creemos que lo más sensato es seguir invirtiendo en el conocimiento del alcance medio ambiental de esta técnica y en generar un sustrato tecnológico en Euskadi antes de comenzar los trabajos, mientras observamos activamente el desarrollo de la fractura hidráulica a nivel internacional. Exigimos la paralización del proceso del gas no convencional en Araba.

Cuando hablamos de economía, déjense por favor de democracias

Ana Etxarte y Asier Vega –  Portavoces de Alternatiba

No es ni mucho menos el ánimo del presente artículo defender al primer ministro griego por convocar un referéndum para validar el acuerdo de rescate con la UE. Muy al contrario, pensamos que éste ha aplicado en su propio país, y sin la mínima piedad, la cada vez más hegemónica doctrina del shock. Así, rechazamos frontalmente su ortodoxa política de recortes sociales draconianos aprobados con un fuerte rechazo social, de privatización, de desregulación y de fuerte represión de la protesta. “Buen trabajo, Yorgos” diría sin tapujos Milton Friedman, padre del neoliberalismo salvaje, valga la redundancia.

Tampoco se trata de valorar si este anuncio llega o no en el momento oportuno; si hubiera sido más eficaz o no celebrarlo cuando los recortes no se habían producido; si no debe tener el pueblo griego siempre –antes, ahora y en el futuro- la capacidad para decidir cuál debe ser su política económica y sobre quién debe recaer la responsabilidad de la situación generada. Por supuesto que sí, siempre y en todo momento los pueblos deben tener la capacidad de decidir, así debería ocurrir en todo sistema democrático –muy lejos de la realidad actual-.

No obstante, ¿La idoneidad, pertinencia y viabilidad de la celebración de un referéndum en estos momentos, tal y como se ha anunciado, depende de si es el momento oportuno? ¿Oportuno para quién? ¿No tienen los y las griegas el derecho a rechazar o a validar -ayer, hoy y mañana- lo que unas camarillas, en alianza con los mercados, han decidido previamente? Nuestra respuesta es clara, el pueblo siempre tiene la soberanía para decidir, independientemente del contexto y situación. Antes, mejor, pero ahora, también.

Y ahí está el asunto. Lo que pretendemos denunciar es precisamente las grandes carencias democráticas en las que vivimos que, además, son jaleadas por todo el statu quo. Lamentablemente estamos viviendo una deriva absoluta de la democracia liberal, donde los y las ciudadanas cada vez tenemos menos capacidad para tomar las decisiones que inciden en nuestras vidas. Si esto es así en términos generales, ya, en términos económicos, podemos hablar directamente de dictadura. “De economía, mejor hablamos las personas mayores, que sabemos de esto…” parecen decir a una supuestamente infantilizada ciudadanía las castas dirigentes.

Así, nosotros y nosotras no podemos dejar de alegrarnos por el anuncio de referéndum -independientemente de su justificación, e independientemente de que pensemos que hubiera sido más eficaz antes-, y queremos a su vez denunciar el carácter amenazante, mafioso, camorrista y dictatorial del conjunto de instituciones y partidos políticos, bien de la derecha socialdemócrata (con perdón) o de la derecha-derecha. No es nada nuevo, ya ocurrió en el Reino de España el pasado verano con la oscura aprobación de la reforma constitucional del límite de déficit (para esto sí vale cambiar la constitución). En definitiva, el mensaje del sistema es claro: la economía, para los mercados; la democracia, para validar cada cuatro años lo que dictan los mercados.

Frente a esta lógica verticalista y privatizadora de la toma de decisiones debemos hacer una apuesta por la democracia radical, y apoyamos la convocatoria de un referéndum en Grecia, esperando que el resultado sea NO, un rechazo frontal a los preacuerdos alcanzados. Decimos SÍ al referéndum y NO al preacuerdo, y lo hacemos con argumentos muy concretos.

En primer lugar, por pedagogía política, por necesidad de que la economía se sienta bajo la soberanía de los pueblos, y no al revés, como ocurre ahora.

Decimos SÍ al referéndum porque entendemos que la lógica aplicada en Grecia –y de la que este preacuerdo no es más que un nuevo eslabón- es errónea, incoherente, y antipopular. La dinámica de rescate permanente y de recortes sociales condena a Grecia a un callejón sin salida, y únicamente intenta salvaguardar los intereses de la banca y de los grandes agentes financieros, que sufrirían grandes pérdidas en los mercados de deuda y CDS. No es el interés griego el que prima, sino la voracidad de los mercados.

Decimos NO al preacuerdo porque creemos que la bancarrota griega es la única estrategia viable en estos momentos. Ésta puede permitir una renegociación general del conjunto de su deuda –incluyendo la revisión e impago de aquélla que se considere ilegítima-, de cara a iniciar realmente una nueva senda de transformación social, sin la dependencia permanente del yugo del sistema financiero.

Y decimos SI al referéndum y NO al preacuerdo porque creemos que, si queremos solucionar de verdad los problemas actuales, vayamos a la raíz de la cuestión: regular el mercado financiero; impedir la especulación; impedir legalmente los superávits estructurales de Alemania sin mejoras sociales ni políticas expansivas; construir una Europa, con una política presupuestaria y fiscal armonizada, en base a los derechos y no a los intereses.

¡Democracia en la economía y en todas partes, frente a los mercados, poder popular!

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