A nacionalizar por narices > Alberto Montero Soler

Hace unos días escribía que el plan del gobierno para la capitalización de las cajas de ahorro, más que salvarlas, las ponía a los pies de los «fondos buitre». Estos, conscientes de la necesidad imperiosa de capital por parte de las cajas, no dudarían en tratar de hacerse con ellas a precios irrisorios para, a continuación, comenzar a desguazarlas y salir en cuanto hubieran rentabilizado sobradamente la inversión. No había que ser un mago de las finanzas para anticiparlo, bastaba con ponerle un poco de sentido común y tener cuatro nociones básicas de cómo funciona el mundo financiero.

Pues bien, los hechos han venido rápidamente a confirmar la predicción. Estos días podíamos leer en la prensa que «los fondos buitre» piden descuentos del 70% para inyectar capital a las cajas. Así, tras conocer los resultados sobre la situación de solvencia de las cajas publicado por el Banco de España y desconfiando de ellos, están lanzando unas ofertas que a todas luces son excesivamente agresivas pero que, dada la opacidad con la que se ha gestionado la crisis del sector financiero en nuestro país, no dejan de ser razonables. ¿O es que alguien pensaba que ahora iban a creerse los resultados publicados por la misma institución que, en un clara dejación de sus funciones, ha hecho todo lo posible por camuflar la gravedad de la crisis de la situación de esas instituciones financieras?

Y, ante esa situación, qué hacen las cajas. Pues algunas de ellas ya han anunciado lo que era previsible: que prefieren que las nacionalicen temporalmente a malvenderse, es decir, que están dispuestas a permitir que entre el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) antes de entregarse en bandeja de plata a los especuladores financieros internacionales como, por otra parte, este gobierno pretendía que hicieran.

Con lo cual asistimos, nuevamente, a que la reforma de las cajas de ahorro impuesta desde el gobierno sitúa a éste ante un escenario frente al que no se quería encontrar; síntoma de que quien diseña las estrategias en Moncloa y sus aledaños no es que sea, precisamente, un discípulo aventajado de Sun Tzu.

Así, por un lado, el gobierno compelía a las cajas a capitalizarse en los mercados financieros buscando inversores institucionales que estuvieran dispuestos a aportar el capital que les era necesario para llegar a los niveles de “core capital” impuestos desde el Ministerio de Economía. Esa era la línea preferida de acción del Ministerio, reforzada por la amenaza de la nacionalización para aquellas instituciones que no lograran acceder al capital necesario en los mercados.

No es que el gobierno no tuviera otras opciones. Las tenía y casi al mismo precio. Así, por ejemplo, podía haber optado por nacionalizar aquellas cajas de ahorro que no pudieran capitalizarse en los mercados (no digamos ya, por nacionalizarlas todas) para, una vez saneadas, convertirlas en un músculo financiero de naturaleza pública que permitiera al gobierno tener un margen de soberanía sobre la política crediticia del país especialmente necesario en un contexto en el que se ha cedido toda la soberanía en materia de política monetaria.

Sin embargo, el gobierno decidió apostar por la vía más neoliberal: forzar a la absoluta bancarización de las cajas de ahorro y asumir, como un mal menor y temporalmente, que tal vez tendría que nacionalizar algunas de ellas.

La opción frente a la que no se esperaba encontrar es, precisamente, aquélla frente a la que ha acabado encontrándose: unos fondos depredadores que quieren hacerse con las cajas a precio de saldo para desmembrarlas y unas cajas que, conscientes de lo que eso supondría, prefieren ser nacionalizadas y saneadas con dinero público para, posteriormente, retornar a la esfera privada previsiblemente dirigidas por sus actuales gestores.

La nacionalización, que era el recurso de última instancia que tenía el gobierno en mente, acabará convirtiéndose así en la regla general. Y eso tiene repercusiones que todos debemos conocer.

En primer lugar, que será ahora el gobierno el que deba buscar la financiación necesaria para sanear las cajas de ahorro. O, lo que es lo mismo, dado que los mercados financieros han decidido penalizar la mala gestión de esas instituciones no concediéndoles capital, ahora el gobierno ha decidido que corresponde al Estado asumir como propios los riesgos que aquéllas tomaron en exceso en su momento y socializarlos entre toda la población. La vieja historia que se repite: privatización de beneficios y socialización de pérdidas, ¿les suena?

En segundo lugar, que ese ejercicio de nacionalización exigirá, evidentemente, nuevas emisiones de deuda pública por parte del Estado. Nuevas emisiones que pueden provocar un incremento del ratio deuda/PIB en dos puntos, como ha llegado a reconocer la propia ministra. En qué se traduce eso: en que, previsiblemente, se encarecerá el precio de las emisiones de deuda y, con ello, los pagos por el servicio de la misma. Y eso, a su vez, se traduce en que o bien aumenta el déficit público (cosa altamente improbable en un contexto en el que su reducción se ha convertido en el principal objetivo de la política económica de este gobierno) o bien se reducen otras partidas de gasto público para compensar el incremento de la de gastos financieros. La resultante, en uno u otro caso, es clara: aumentará el trasvase de riqueza hacia los propietarios de activos financieros mientras se retrasa el recurso a los estímulos fiscales para impulsar la economía real.

En tercer lugar, que este contexto de incertidumbre genera un efecto claramente contractivo sobre el crédito. Las cajas están restringiendo la concesión de créditos porque cada nueva operación de activo implica el consumo de unas reservas que le son necesarias para alcanzar el nivel mínimo exigido desde el gobierno y esa restricción es mayor cuanto más elevado es el gado de incertidumbre sobre su futuro. En tanto que no se clarifique la situación y pasen a ser nacionalizadas, difícilmente podrá desmantelarse la restricción crediticia que está ahogando a la economía.

Y finalmente hay que resaltar que si la estrategia hubiera estado diseñada para nacionalizar, por una vía indirecta, a la gran mayoría de las cajas de ahorro estaríamos ante un éxito absoluto de sus promotores; pero como se diseñó precisamente para lo contrario se trata de un fracaso rotundo del que, como siempre, nadie asumirá la responsabilidad: pagaremos entre todos el coste de la nacionalización y saneamiento de las cajas, podremos seguir sacando pecho porque en este país ningún banco o caja ha quebrado y seguiremos cantando bajito no vayamos a molestar a los poderosos y sus títeres.

Alberto Montero Soler (amontero@uma.es) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y puedes leer otros textos suyos en su blog La otra economía.

Fuente: Rebelión

Ahora más que nunca: No a la energía nuclear > Kaos en la Red

Un sistema energético insostenible

El actual modelo energético está basado en el consumo ineficiente de energía y en su producción ilimitada y siempre creciente, principalmente a partir de fuentes de energía contaminantes, peligrosas y no renovables, como son la energía nuclear y los combustibles fósiles, produciéndose una gran variedad de impactos negativos sobre el medio ambiente.
 
Ante una demanda de energía creciente, el actual sistema responde siempre aumentando su producción (es decir, instalando más centrales), con el objetivo de generar más y más unidades de energía, obviando el hecho de que gran parte de esta energía se está despilfarrando, y sin importar el alto coste que ello tiene para el medio ambiente y la salud pública. Esta forma de actuar se llama “Enfoque Oferta”.

Los impactos medioambientales y de salud pública de este tipo de planificación energética tienen un enorme coste socio-económico, el cual, invariablemente, es traspasado al conjunto de la sociedad, siendo los ciudadanos quienes finalmente sufragan, vía impuestos o a través de la tarifa de la luz, los “platos rotos” por este sistema energético.

Pero existe otro tipo de planificación energética, que puede proporcionar a la sociedad el conjunto de servicios energéticos que hacen posible nuestro bienestar y la realización de nuestras actividades utilizando la mínima cantidad de energía posible, es decir con la máxima eficiencia energética. Es lo que se denomina “Enfoque Demanda”.

Con este tipo de planificación es posible producir los mismos bienes y servicios utilizando mucha menos energía, evitando así despilfarros inútiles, y de esta manera, al reducir el consumo de energía, disminuir también notablemente los daños al medio ambiente y a la salud pública.

Obviamente, aún con una planificación basada en el “enfoque Demanda” seguirá siendo necesario generar cierta cantidad de energía, aunque por lógica, lo será en mucha menor proporción. Esto puede y debe hacerse con fuentes renovables. Afortunadamente, existen y están tecnológicamente maduras, fuentes energéticas renovables que permiten una generación de energía más limpia, más segura y menos costosa que la energía nuclear y los combustibles fósiles, tales como la solar termoeléctrica, la solar fotovoltaica, la eólica terrestre, la eólica marina, la geotérmica, la procedente de la biomasa, etc.

Estos recursos energéticos renovables, además de su mucho menor impacto ambiental y a la salud, permiten una generación distribuida, descentralizada, cercana al consumidor y, por tanto, más eficaz.

Por ello es importante que se establezcan urgentemente las medidas necesarias para poner en marcha una planificación energética sostenible, que ponga fin al crecimiento ilimitado en el consumo de energía y al actual despilfarro energético, y cuyos ejes fundamentales sean el ahorro y la eficiencia energética y la generación distribuida con energías renovables. De tal manera que podamos alcanzar un modelo energético libre por completo del peligro que supone la energía nuclear y de la dependencia actual de los combustibles fósiles.

 

El ciclo nuclear

Desde que el uranio es extraído del suelo produce en cada etapa enormes cantidades de residuos radiactivos con los que no se sabe qué hacer con ellos. La secuencia de operaciones encaminadas a la producción de armas nucleares o combustible para el funcionamiento de reactores nucleares, se denomina ciclo del combustible.

En muy pocos lugares del mundo hay uranio lo suficientemente concentrado como para que su extracción resulte económicamente rentable. Aún así en estos lugares hay que remover ingentes cantidades de tierra para conseguir cantidades apreciables de mineral útil.

El uranio después de ser aplastado, molido y bañado en ácido, es secado y empaquetado como concentrado de uranio o torta amarilla. Aunque ésta es sólo ligeramente radiactiva, la extracción y el proceso de molido del uranio expone a los trabajadores a la inhalación de polvo y del gas radón causando altos porcentajes de cáncer de pulmón en los mineros.

Más del 99% del mineral extraído se convierte en residuo radiactivo (estériles). Para conseguir una sola tonelada de torta amarilla se generan varios centenares de toneladas de estériles.

Para concentrar el uranio suficientemente para su uso, la torta amarilla debe ser primero convertida en un gas llamado hexafluoruro de uranio y posteriormente envasado y enviado a una planta de enriquecimiento.

El enriquecimiento es un complejo y costosísimo proceso por el que se incrementa artificialmente el porcentaje del isótopo U-235, que es capaz de fisionarse. Este proceso genera el cuádruple de residuos radiactivos que el uranio útil.

Una vez que el uranio ha sido enriquecido, se envía a una planta de fabricación de combustible donde se convierte en óxido de uranio, pasando a tener forma de polvo negro. Este polvo es comprimido en pequeñas pastillas que se introducen en largos tubos de metal llamados barras de combustible, que son cerradas herméticamente e insertadas en unos cartuchos, denominados elementos combustibles, y así el uranio ya está listo para ser utilizado en un reactor nuclear.

Dentro de un reactor nuclear tienen lugar una serie de reacciones nucleares que provocan que parte del combustible de uranio original se transforme en elementos extremadamente radiactivos, lo que convierte al combustible gastado en material sumamente peligroso, que emitirá una gran cantidad de radiactividad a lo largo de decenas de miles de años.

En algunos casos el combustible gastado no sufre más transformaciones y se considera ya residuo de alta actividad. En otros casos, los elementos gastados se mandan a una planta de reprocesamiento de combustible nuclear. Es un proceso que produce un volumen final de residuos radiactivos entre 160 y 189 veces mayor que el que entra inicialmente en el proceso.

Las barras de combustible gastado, después de cortadas, son disueltas en soluciones de ácido. Después de diversos tratamientos químicos, se separan algunos de los productos radiactivos. De este proceso surgen tres productos:

Residuos de alta radiactividad, uranio que puede ser reintroducido en el ciclo de fabricación del combustible y plutonio, el material utilizado para la fabricación de bombas atómica. 

Tipos de reactores nucleares

A principios de 2005 había 441 reactores nucleares operativos en un total de 31 países.

La antigüedad, tamaño y diseño de estos reactores varían considerablemente: algunos son aún diseños de ‘primera’ generación, construidos entre los años 50 y 60 a partir de usos militares (producción de plutonio o propulsión submarina), pero la mayoría de ellos son de segunda generación, desarrollados a partir de los 70.

La gran mayoría son reactores de agua ligera (LWR), que se clasifican según tres categorías: los reactores de agua a presión (PWR) de los que hay 215 operativos, los reactores de agua en ebullición (BWR), 90 operativos, y los reactores con agua a presión de diseño soviético (VVER), 53 operativos.

En España tenemos 7 reactores de agua a presión (PWR), 2 reactores de agua en ebullición (BWR) y un reactor del tipo GCR- grafito/gas en Vandellós I, el cual ya no está en funcionamiento tras sufrir un accidente 1989.

Reactores de agua a presión

Reactores de agua en ebullición

Reactores de alta temperatura enfriado por gas

Reactores de agua en ebullición moderado por grafito

Reactores tipo CANDU

Instalaciones nucleares en España

En el pasado hubo planes para construir en España hasta 39 centrales nucleares, afortunadamente varios factores políticos y económicos dieron al traste con ellos, aunque no completamente.

Así, a pesar de que en 1984 el Gobierno socialista implantó una moratoria nuclear, en España se llegaron finalmente a construir 10 reactores: La central nuclear José Cabrera (Guadalajara), inaugurada por Franco en 1968, forma, junto con las de Santa María de Garoña (Burgos, 1971) y Vandellós I (Tarragona, 1972), el grupo de las centrales llamadas de primera generación.

A estas siguieron las de segunda generación: Almaraz I y Almaraz II (Cáceres, 1981 y 1983), Ascó I y Ascó II (Tarragona, 1983 y 1985) y Cofrentes (Valencia, 1984). Y, las de tercera generación, Vandellós II (Tarragona, 1987) y Trillo (Guadalajara, 1988).

De esas diez actualmente hay 8 en funcionamiento porque la central nuclear de Vandellós I, tras sufrir un grave accidente en 1989, fue cerrada definitivamente en 1990. Y  la central nuclear Zorita fue clausurada el 30 de abril de 2006 debido a la peligrosidad de su funcionamiento,  a sus defectos de diseño, sus numerosos problemas técnicos y la falta de cultura de seguridad de la compañía propietaria, Unión Fenosa.

La moratoria nuclear aprobada por el Gobierno socialista en 1984, canceló un gran número de proyectos de centrales nucleares – Trillo II, Valdecaballeros I y II y los dos grupos de Lemóniz -. La decisión fue adoptada por motivos económicos, el elevadísimo coste de la energía nuclear; y energéticos, el exceso de potencia instalada. Esto ha costado a los consumidores más de 10.000 millones de euros. El negocio siempre fue la construcción de las centrales nucleares, aunque nunca llegasen a funcionar. En resumen, el canon por la moratoria nuclear consiste en un aumento de las tarifas, para devolver a las eléctricas su inversión en centrales nucleares que no llegaron a funcionar.

La entrada en vigor de la Ley de ordenación del Sistema Eléctrico Nacional (LOSEN), a principios de 1995, zanjó la polémica. Así pues, en España, desde entonces, no hay ninguna central nuclear en construcción ni proyectada.

Hoy la industria nuclear está sumida en una profunda crisis. Hay en el mundo 440 reactores nucleares comerciales en operación que apenas representan el 6% de la energía primaria consumida a nivel mundial y el 16% de la energía eléctrica.

Fuente: Kaos en la Red

La educación financiera de 36.000 escolares en manos del BBVA > Plataforma contra el BBVA

La educación financiera de 36.000 escolares en manos del BBVA: ¿Ética empresarial? ¿Filantropía financiera? ¿Atraco a mano armada?

BBVAGHHH!!!, Plataforma contra el BBVA

El programa “Valores de futuro”, que desarrolla desde hace dos años el BBVA con el objetivo de potenciar la educación financiera entre alumnado de 6 a 14 años, ha multiplicado el número de participantes en Euskadi, al pasar de 14.206 a 36.158. Se trata de potenciar actitudes positivas frente al dinero.

Conmueve la dimensión de la iniciativa. Imaginamos que al BBVA le hubiese gustado añadir su desinteresada colaboración con las universidades vascas, con la investigación, con las iniciativas sociales, culturales, deportivas, e incluso, humanitarias. Todo un arsenal de “buenas prácticas empresariales.” Pero ¡qué lástima! al BBVA se le han olvidado algunas cuestiones, que quizás quieran incluir en su programa “Valores de futuro”. También queremos recordárselas a la Sra. Consejera de Educación, a los equipos rectorales de las universidades vascas y a los equipos directivos de los centros y colegios que han participado en tan trascendental iniciativa.

El Tribunal Permanente de los Pueblos, ONGs, movimientos sociales, sindicatos, organizaciones de derechos humanos de países donde el BBVA actúa directa o indirectamente,  la Plataforma contra el BBVA, las participantes en campañas como BBVA sin armas… aportan denuncias muy concretas y precisas sobre la otra cara de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) del banco. Veamos algunas de ellas.

         Los beneficios con los que el BBVA cerró 2010 ascendieron a 4.606 millones de euros, lo que supuso un incremento del 9,6% sobre el año anterior. Aumentan sus beneficios afianzando su poder y facilitando su ingerencia sobre las políticas del Estado. Y lo hace, pisoteando los derechos humanos, promocionando los conflictos armados, y destruyendo el medio ambiente. Las remuneraciones de los miembros del Consejo de Administración, tanto en concepto de salario fijo y variable, han ascendido durante el 2009 a la cantidad de 24.157.000 euros, frente a los 16.197.000 percibidos en el 2008. El incremento en el 2009 alcanza el 49,15% pese a la reducción del número total de consejeros, aumento que se acumula al 10,59% de 2008. Por su parte, el presidente tiene un plan de pensiones con cargo al Banco de 79.775.000 euros, un 10% más que en el 2008. En 2010 la retribución extra (incentivación individual) constituía ya el 60% del conjunto del gasto salarial. No obstante, su distribución es totalmente piramidal ya que menos de un 10% de la plantilla se lleva el 50% del total.

         Mientras tanto, el BBVA ha iniciado un proceso de destrucción de empleo, a través del cual, ya se han cerrado el 15% de las oficinas y se ha despedido a más del 10% de la plantilla. Este proceso de desmantelamiento del banco persigue pasar de 5.000 personas en los servicios centrales (Madrid y Bilbao) a 800, reducir de 13 edificios a 5, y en la red de oficinas, rebajar un total de 1.500 puestos. Mediante la externalización de todas las tareas bancarias la empresa reduce costos salariales. Los servicios operativos se han externalizado a Málaga por la mitad de precio y con IBM-Global (tarjetas) a Uruguay, ahorrando gastos a costa de salarios de 300 euros al mes. Esta dinámica hace perder peso a lo colectivo- convenio- y crea relaciones contractuales trabajador-empresa, lo que sustituye o minimiza las negociaciones sindicatos-empresa. Por otra parte, el BBVA acude solidariamente al rescate de Grecia comprando deuda de aquél país con el Fondo de empleo de los trabajadores, quienes   pierden 9 millones de euros (-28,11%). En 8 meses, más de 1500 millones de las antiguas pesetas.

         En relación al pago de impuestos, en el 2009 fueron 1.441 millones de euros, un 26% menos que en el ejercicio 2008 y un 45% menos que en el 2007. Este descenso no se corresponde con el de los beneficios que en el 2009 sufrieron una caída del 17% y desde el 2007 del 31,3%.

         El 82% de las empresas que cotizan en el Ibex 35 utilizan paraísos fiscales. El BBVA tiene 23 empresas participadas en los paraísos fiscales.

         La ética del BBVA se expresa en el recurso ante el Tribunal Supremo de la decisión de la Audiencia Provincial de Navarra que ha permitido ejecutar una hipoteca impagada con el pago de la vivienda en cuestión, pese a que el banco exigía más dinero por la depreciación sufrida por el inmueble en los últimos años. Es decir, aunque no pueda pagarse la hipoteca y se devuelva la vivienda, el BBVA reclama que la deuda y sus intereses permanezcan encadenados a la persona hasta que ésta pueda cancelarlos.

         Tiene inversiones por valor de cerca de 45 millones de euros en empresas que han vulnerado los derechos humanos.

         Una parte creciente del negocio del BBVA en América Latina está constituido por las pensiones privadas, del que controla el 30%. Y ello a pesar que durante los años de la crisis financiera el patrimonio de los fondos de pensiones de los trabajadores y trabajadoras ha caído en cifras de dos dígitos mientras que, por supuesto, las «comisiones de gestión» se mantenían. Según datos del propio BBVA, en México ganó con los fondos de pensiones 250 millones de euros durante los ocho primeros meses de 2010 y en América del Sur 148 millones, con aumentos importantes sobre el mismo período de 2009. Eso sí, el BBVA realiza continuos estudios sobre la inviabilidad de los sistemas públicos de pensiones.

         A pesar de la adhesión del BBVA a los Principios de Ecuador, que obliga al banco a tomar en consideración los riesgos sociales y medioambientales de los proyectos que financia, éste entrega créditos corporativos para desarrollar actividades de grave impacto medioambiental con absoluta impunidad. Más de 340 millones de euros para la minería en Brasil, Venezuela, Guatemala, Indonesia, etc., cerca de 855 millones de euros para la Planta hidroeléctrica Barra Grande o la Presa de Campos Novos, en Brasil, que supone la completa destrucción del ecosistema, además de serias amenazas de riadas para la población local. Financia a empresas muy contaminantes como la papelera ENCE, respalda económicamente proyectos de construcción de oleoductos de crudo pesado en áreas protegidas como las de Ecuador o gaseoductos en Bolivia. Con la reciente adquisición del 26% de las acciones de Garantibank, institución financiera turca, el BBVA se convierte en precursor del proyecto de construcción de la presa de Ilisu en el río Tigris. El mismo que llevó a los gobiernos de Alemania, Austria y Suiza a retirar los créditos de garantía de exportación para la financiación de las obras por el flagrante incumplimiento de los estándares internacionales de respeto a las condiciones ambientales y sociales.

         El BBVA mantiene relación comercial con EADS, de la que posee acciones por valor de 200.000 $. EADS participa en la producción de armas nucleares, en concreto fabrica el misil nuclear M51³ a través de su filial ASTRIUM. El otro misil nuclear, el ASMPA, lo fabrica a través de la compañía MBDA. Además, a través de un fondo de inversión del BBVA se está financiando a la empresa estadounidense Lockheed Martin, L-3 Communications y Textron. Estas compañías venden proyectiles con cargas de dispersión. Estas cargas, según la Convención sobre Bombas de Racimo, han pasado a ser un arma prohibida de adquirir o utilizar por los Estados firmantes, entre ellos el español. Además, mantiene un crédito sindicado de 300 millones de euros a MAXAM (antigua Unión española de Explosivos), entre las empresas que agrupa MAXAM, se encuentra EXPAL (conocido fabricante de bombas).

         El Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa de 2009 apunta algunas cuestiones más: la valoración general de los contenidos de la memoria de RSC del BBVA se califica como de información escasa; la información suministrada varía según a quien vaya dirigida; los datos recogidos en la memoria tienen como fuente exclusiva al propio BBVA; presenta escasa información acerca de los sistemas implantados para gestionar los impactos sociales o medioambientales; la Fundación para las Microfinanzas no proporciona información sobre los requisitos que debe reunir un potencial beneficiario, ni qué garantías exige el banco y qué finalidades de crédito están contempladas; no aclara la estructura de los depósitos sobre clientes, las cuentas por nivel de rentas, los préstamos a pymes y micropymes, las aportaciones a la economía informal, el número de zonas rurales de difícil acceso apoyadas con financiación; no presenta información sobre el volumen de subvenciones recibidas; no facilita datos sobre el número de proveedores rechazados por cuestiones relacionadas con los derechos humanos; opera en países con presencia de comunidades indígenas, no encontrándose información alguna sobre compromisos claros y mecanismos que garanticen sus derechos.

¿Qué información es la que recibe el alumnado vasco del BBVA? Ya que hablamos de bancos, es un atraco a mano armada.

En definitiva, el individualismo y la propiedad son los referentes éticos centrales del BBVA y éstos parecen agotarse en las relaciones de mercado y en la codicia, entendida esta última, como trabajar por algo a expensas de otros. Se reinterpretan desde la ética de los negocios, los valores de la libertad y de la dignidad humana convirtiéndolos en ideas centrales del aparato conceptual dominante. Se mercantilizan y se subordinan a los intereses de las minorías.

La RSC  es una nueva forma en que se configuran las relaciones entre las empresas y el modelo capitalista. Sus obligaciones se enmarcan en los contornos de la impunidad, mientras que sus derechos se tutelan por normas multilaterales, regionales y bilaterales de comercio e inversiones.

8 de Marzo: La crisis permanente de las mujeres

El 8 de marzo, Día Internacional de las mujeres, es un día de celebración, pero sobre todo de lucha. Celebración por todas las conquistas y los derechos logrados por muchas mujeres, que ya en 1911, primer año de celebración de este día, exigían que se garantizara el cumplimiento de derechos como el voto, el acceso a cargos públicos, el acceso al empleo y la no discriminación en el mismo… y una larga lista de cuestiones que han atravesado la agenda de los movimientos feministas desde mucho antes que ese año hasta la actualidad.

Pero es un día sobre todo de lucha, de lucha por todo los derechos pendientes; de lucha para mostrar que, en esta sociedad supuestamente igualitaria en la que vivimos, de derechos “legales” conquistados y oportunidades para todas y todos, siguen existiendo situaciones de desigualdad; de lucha para reivindicar una ciudadanía plena de las mujeres; de lucha para gritar que no nos sirven las soluciones parciales y medidas puntuales, que intentan parchear el problema sin tocar el corazón del mismo; de lucha para reivindicar que no es posible hablar de derechos plenos para las mujeres en un sistema patriarcal y capitalista.

Y este 8 de marzo de 2011, en un momento en el que nos bombardean con información y supuestas soluciones a una crisis que está afectando duramente a grandes sectores de la población, denunciamos que las mujeres vivimos en una situación de crisis permanente y estructural. Hoy la crisis, que ha afectado también a los hombres, ha puesto sobre la mesa la insostenibilidad del sistema en el que vivimos. Pero queremos hacer de altavoz y mostrar las muchas caras que esta ha tenido y tiene para las mujeres, diversas pero unidas en las desigualdades y sobre todo en la lucha. Y es que tenemos que decir que estamos en crisis:

* cuando nos incorporamos al mercado laboral, con altas tasas de precariedad, concentrándonos en los puestos de menor responsabilidad, más inestabilidad, menores posibilidades de promoción y con un salario medio muy por debajo que lo que perciben los hombres. Cuando nos concentramos en sectores, como el social, servicios o cuidados, que son los más vulnerables ante los cambios y crisis económicas.

* cuando trabajamos cuidando, y somos Trabajadoras del Hogar, y nuestros derechos están regidos por un real decreto que nos aboca, aún más, a situaciones de desamparo y discriminación constantes; o trabajamos en una residencia o una empresa de servicio a domicilio y vemos cómo perdemos derechos a medida que avanza la privatización de nuestro sector.

* cuando nos vemos obligadas a elegir entre la crianza y el empleo, y asumimos todo tipo de medidas que supuestamente intentan ayudarnos en esto de la conciliación, reducciones, permisos… Medidas que, finalmente, hacen evidente la imposibilidad de esta conciliación ideal en un mercado laboral pensado por y para hombres sin responsabilidades de cuidado. Medidas que ahondan en nuestra precariedad futura, en un sistema cuyas prestaciones sociales están directamente vinculadas a lo cotizado en nuestra vida laboral.

* cuando ejercemos el cuidado de personas dependientes, en un sistema basado en un modelo eminentemente familista, que brinda ayudas y apoyo puntual, pero que sigue promoviendo que el cuidado se haga en familia, ocultando que el cuidado tiene sexo y sigue, a día de hoy, responsabilidad mayoritaria de las mujeres.

* cuando migramos y viajamos desde lejos, en busca de nuevas oportunidades, y nos encontramos con una sociedad que nos obliga a aceptar los empleos más precarios y peor pagados; cuando dejamos a otras mujeres a cargo de nuestras personas dependientes y venimos a cuidar a las personas dependientes de otros y de otras, porque “salimos más baratas que las de aquí” y “aceptamos lo que nos echen”; cuando aceptamos estas condiciones porque, no ser ciudadanas de pleno derecho, impide que podamos negociar por otras más dignas.

Y a estas podemos sumar otras muchas mujeres, otras muchas caras de la misma crisis. Y porque esta crisis llevamos demasiados años pagándola…

? Rechazamos la fantasía de que es posible conciliar avances sociales con el mantenimiento de una apuesta económica neoliberal. Defendemos una revisión del concepto de economía, colocando el cuidado en el centro de la economía y no al servicio del mercado.

? Reivindicamos un nuevo contrato social, alejado del binomio hombre-trabajador, mujer-cuidadora. Apostamos por la corresponsabilidad, en el sentido amplio del término, desde la perspectiva de que el derecho al cuidado es un asunto de todas las personas, hombres y mujeres. Debemos apostarle a un nuevo acuerdo entre hombres y mujeres, que nos permita compartir el empleo, el cuidado, el poder y la toma de decisiones.

? Apostamos por la asunción de medidas, como los permisos de paternidad intransferibles, que permitan avanzar hacia una crianza y un empleo compartidos entre hombres y mujeres.

? Es necesaria la universalización de los cuidados, que todas las personas puedan acceder a ellos sin depender de factores como la renta, el lugar de procedencia. Por eso exigimos la creación de un Servicio público de cuidados de calidad frente al actual proceso de desmantelamiento del estado y privatización de los servicios de cuidado, solamente disponibles para aquellos segmentos de población con poder adquisitivo

? Solicitamos la revisión de la actual ley de extranjería, que permite la existencia de un trabajo de cuidados, ejercido mayoritariamente por mujeres y remunerado en pésimas condiciones, estableciendo jerarquías y prioridades en el reconocimiento de los derechos de unas mujeres sobre otras.

? Exigimos la reforma inmediata del discriminatorio régimen de empleo de hogar, reconociendo a las trabajadoras domésticas, incluyendo a las mujeres migrantes sin papeles el derecho a un salario digno, al descanso y a una protección de seguridad social como la del resto de los sectores.

? Proponemos una revisión crítica feminista de la Ley de dependencia y la Ley de extranjería.

? Rechazamos la reciente Reforma de las pensiones, que afecta especialmente a las mujeres, por ser quienes cuentan con períodos de cotización más cortas y variables, y por tanto, bases de cotización inferiores.

? Consideramos fundamental el impulso de modelos coeducativos en las escuelas, en los cuales se promueva la autonomía individual de niños y niñas y que estos y estas puedan ir desarrollando conocimientos para el cuidado y el autocuidado.

Porque nos negamos a seguir estando en crisis… Gora Emakumeon Borroka!

El que no trabaje, que no coma> Ander Rodriguez Lejarza (Alternatiba)

Poco o nada hemos avanzado. Dos mil años después, el Gobierno Vasco repite las mismas palabras escritas por Pablo de Tarso: “El que no trabaje, que no coma”. Quien rechace una oferta laboral perderá la Renta de Garantía de Ingresos y podría ver afectada su prestación por desempleo. Este y otros subsidios tienen por finalidad asegurar un sueldo mínimo que permita a la ciudadanía el acceso a los bienes necesarios para subsistir. Se lanza, de este modo, un claro mensaje: a quien no acepte un empleo remunerado no tenemos por qué garantizarle la supervivencia.

Un paréntesis. Utilizo el término “empleo remunerado” porque considero restrictivo y excluyente identificar “trabajo con “contrato laboral”. El Gobierno Vasco no reconoce que puedan desarrollarse otras modalidades de trabajo al margen del remunerado, como pueden ser el voluntario o el doméstico. Pero, como se preguntaba el sociólogo Claus Offe: “¿Por qué razón deberían enhebrase todas las actividades útiles que los seres humanos son capaces de hacer a través del agujero de un contrato laboral?”. Si aceptamos esta restricción nos encontramos con paradojas como la siguiente: una persona que durante una serie de horas realice tareas domésticas en su casa no realiza trabajo alguno, pero si realiza esas mismas tareas en otro domicilio y recibe por ello una remuneración, realiza un trabajo. En definitiva, dejamos la definición de “trabajo” en manos del mercado, ya que es éste quien decide qué actividades deben ser remuneradas y cuales no. 

Volviendo sobre mis pasos, parece que la consejera Gemma Zabaleta entiende que la garantía de existencia debe tener una contrapartida, por lo que una persona debe estar dispuesta a aceptar cualquier tipo de contrato, por precarias que sean sus condiciones, si es que quiere comer. Al parecer, es un problema para la Administración vasca que un pobre pueda alimentarse si decide no desarrollar un empleo remunerado. Sin embargo, esta disyuntiva no se plantea con otras clases sociales, ya que hay quien no trabaja y sí come, porque dispone de tierras o de capital. El problema, una vez más, son los pobres.

Para que la gente acepte con normalidad que se retiren las ayudas públicas que protegen la existencia de quienes menos tienen, se ha desarrollado durante los últimos meses una brutal campaña política y mediática que ha hecho énfasis en una supuesta estafa masiva en estas prestaciones. No resulta complicado desmontar la falacia. El fraude en la Renta de Garantía de Ingresos no alcanza el 2%. Todos los perceptores pasan al menos una revisión anual, mientras que la inspección de las rentas que provienen del capital sólo alcanza el 1,2%. ¿Dónde creen que debería centrar sus esfuerzos fiscalizadores la Administración?

Sorprende comprobar, como los mismos responsables políticos que colocan bajo sospecha a los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos que no son capaces de encontrar un empleo remunerado, son los mismos que aprueban medidas como el retraso de la edad de jubilación, que restringe aún en mayor medida la posibilidad de acceder al mercado laboral.  

En la génesis de este discurso encontramos la llamada trampa de la pobreza: se desincentiva la búsqueda de una ocupación asalariada que no compense lo que se percibe en concepto de subsidio condicionado. Pero tratar de superar esta trampa obligando a las trabajadoras y trabajadores a aceptar labores especialmente penosas y mal pagadas resulta una rendición ideológica ante la clase empresarial. Ya lo dijo sin complejos la patronal vasca Confebask: “Hay que ser conscientes de que el nivel asistencial marca en muchos casos el listón para trabajar o no”. Es triste que el Gobierno Vasco no muestre inquietud alguna por la firma de contratos basura que se sitúan cerca o incluso por debajo del umbral de la pobreza, sino por una ayuda social que podría llevar a que un grupo de población se negara a aceptar contratos precarios.

Esto nos conduce al único y terrible efecto de la medida anunciada: la pérdida de libertad. Si una persona no tiene cubiertos unos mínimos para vivir, no dispone de libertad real, ya que su libertad de elección se ve coartada por sus necesidades. Condicionar un ingreso mínimo a la aceptación de cualquier oferta de empleo conlleva reforzar el dominio del empresario en la relación laboral y debilitará aún más la posición de las trabajadoras y trabajadores a la hora de negociar. 

Si lo que se pretende es superar la trampa de la pobreza y el desincentivo que hipotéticamente pueden suponer las ayudas condicionadas, bien podría apostar el Gobierno Vasco por una Renta Básica de Ciudadanía. Definida por el Basic Income Earth Network como “una forma de renta mínima garantizada que difiere de las que existen actualmente en varios Estados europeos en tres importantes sentidos: primero, es pagada a los individuos y no a los hogares; segundo, es pagada independientemente de otras fuentes de rentas; finalmente, es pagada sin requerir el desempeño de ningún trabajo o de la voluntad de aceptar un empleo ofrecido”.

Esta fórmula garantiza las condiciones materiales de la libertad, establece una cobertura del 100%; elimina humillantes controles; erradica la estigmatización de la pobreza; garantiza mejor reparto de la riqueza; ahorra costes a la Administración; incentiva el autoempleo, el trabajo a tiempo parcial y el gusto por el riesgo; reconoce el trabajo voluntario y el doméstico; hace desaparecer el fraude y supera la trampa de la pobreza. Una Renta Básica de Ciudadanía que no conoce obstáculos técnicos, pero conoce obstáculos políticos. Simplemente, no es aceptable para quienes están mejor. 

Salarios x Productividad = + Beneficios – Sueldo > Jonathan Martínez (Alternatiba)

La propuesta de la canciller alemana Angela Merkel de vincular los salarios a la productividad ha arrastrado una oleada de adhesiones. José Luis Bilbao, diputado general de Bizkaia, ha calificado la propuesta de Merkel de “gran idea” y en similares términos se han expresado Nuria López de Gereñu, actual secretaria general de Confebask y ex consejera de Transportes y Obras Públicas -¡vivan las puertas giratorias!-, la consejera del Gobierno Vasco Gemma Zabaleta, los portavoces de Adegi, CEOE, Banco de España, BBVA, Emilio Botín, Felipe González y Pedro Solbes.

Se trata de un intento de elevar el lucro empresarial a costa de bajar los salarios. Lejos de los focos que los medios de comunicación han dedicado a todos los anteriores, el economista Vicenç Navarro remarca que «el objetivo no es la defensa de la economía o de la competitividad, sino de los intereses de las grandes empresas a costa de los intereses de los trabajadores. Es lo que antes se llamaba lucha de clases, lo cual ahora se enmascara bajo el discurso de la competitividad».

Durante los últimos lustros, los beneficios han engordado por encima de las nóminas e, incluso, en muchos casos, las subidas salariales han quedado por debajo de la inflación, un crecimiento real negativo que disminuyó la capacidad adquisitiva de los trabajadores y las trabajadoras. Evidentemente, los emolumentos no se quisieron ligar a las ganancias en época de bonanza. Según datos del Eustat, la remuneración de los empleados y empleadas de la CAV ha pasado de representar el 57% del PIB en 1980 a caer al 50% en 2009, mientras que el excedente neto de explotación o los beneficios empresariales subían del 24% al 32%. Es decir, se han sustituido los salarios por los beneficios en el reparto de la riqueza. ¡Y todavía tienen la desvergüenza de exigir que concuerden con el aumento de la productividad! Por si fuera poco, el trozo de tarta de los impuestos netos sobre producción e importaciones ha caído en sólo tres años, de 2006 a 2009, a niveles de hace dos décadas, lo cual ha limitado la capacidad de mantener el gasto público por parte de las Administraciones.

En la situación de hoy en día, con una tasa de desempleo elevada, la clase empresarial y su representación política quieren aprovechar el estado de shock actual, en el que ven cómo se realizan reformas antisociales sin contestación alguna, para reducir los costes de las nóminas e hinchar aún más sus dividendos. Pero, al contrario de lo que afirman, son los bajos salarios los que determinan un menor rendimiento, puesto que éstos desincentivan al empresario a invertir en productividad. Además, tal y como afirma la Organización Internacional del Trabajo, el aumento de la productividad provoca más desempleo.

En suma, se trata de un nuevo movimiento para engrosar los beneficios a costa de los trabajadores y trabajadoras. Desestiman la posibilidad de aprovechar los avances tecnológicos para reducir las jornadas laborales. ¡Nada de pensar en repartir las horas de trabajo para que más gente pueda tener un empleo, mejorar el bienestar de la sociedad con más horas para la acción social y el ocio! De lo que se trata es de explotar más a la plantilla mientras ésta ve cómo merma su capacidad adquisitiva. Sin embargo, ¿qué ocurrirá cuando el colectivo asalariado no pueda adquirir lo que él mismo produce? ¿Qué ocurriría en un escenario, nada descartable, en el que la productividad cae por la subida del precio de la energía? Si no se han ligado los emolumentos al incremento de beneficios hasta ahora, ¿por qué hablan ahora de vicularlos a la productividad?

Lo cierto es que quienes con mayor voluntad apoyan estas medidas son quienes más tienen que callar. José Luis Bilbao actúa como un hooligan del neoliberalismo, y eso a pesar de haberse dejado engañar por la estafa de Madoff en el caso de Zabalgarbi. Otro que se ha sumado al carro ha sido Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, quien también se alinea con la opinión de la canciller alemana a pesar de que la productividad en su tarea de prever las crisis inmobiliaria y financiera sea más que discutible. El Gobierno Vasco tampoco se ha quedado al margen. Gemma Zabaleta, consejera de Empleo y Asuntos Sociales, augura un “futuro poco próspero” si no se introduce el factor de la productividad en los salarios, lo cual invita a preguntarle: ¿Cómo afectará a su sueldo el retraso productivo de 20 leyes que acumula el Gobierno de Patxi López?

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Del mundo árabe a America Latina> Santiago Alba y Alma Allende (Rebelión)

Fuente: Rebelion

Autores: Santiago Alba Rico y Alma Allende

Tenemos la impresión de que un gran proceso emancipatorio mundial puede verse abortado por la implacable ferocidad de Gadafi, la intervención estadounidense y la poca clarividencia de América Latina. Describiríamos así la situación: en una zona del mundo ligada de nuevo por fuertes solidaridades internas y de la que sólo se esperaba letargo o fanatismo ha surgido una oleada de levantamientos populares que amenaza con hacer caer, uno detrás de otro, a todos los aliados de las potencias occidentales en la región. Con independencia de las muchas diferencias locales, estos levantamientos tienen algo en común que, por cierto, los distingue radicalmente de las “revoluciones” rosadas y naranjas promovidas por el capitalismo en la órbita ex soviética: demandan democracia, sí, pero lejos de estar fascinadas por Europa y los EEUU son depositarias de una larga, arraigada, radical tradición antiimperialista forjada en torno a Palestina e Iraq. Tenemos la impresión de que un gran proceso emancipatorio mundial puede verse abortado por la implacable ferocidad de Gadafi, la intervención estadounidense y la poca clarividencia de América Latina. Describiríamos así la situación: en una zona del mundo ligada de nuevo por fuertes solidaridades internas y de la que sólo se esperaba letargo o fanatismo ha surgido una oleada de levantamientos populares que amenaza con hacer caer, uno detrás de otro, a todos los aliados de las potencias occidentales en la región. Con independencia de las muchas diferencias locales, estos levantamientos tienen algo en común que, por cierto, los distingue radicalmente de las “revoluciones” rosadas y naranjas promovidas por el capitalismo en la órbita ex soviética: demandan democracia, sí, pero lejos de estar fascinadas por Europa y los EEUU son depositarias de una larga, arraigada, radical tradición antiimperialista forjada en torno a Palestina e Iraq. Tenemos la impresión de que un gran proceso emancipatorio mundial puede verse abortado por la implacable ferocidad de Gadafi, la intervención estadounidense y la poca clarividencia de América Latina. Describiríamos así la situación: en una zona del mundo ligada de nuevo por fuertes solidaridades internas y de la que sólo se esperaba letargo o fanatismo ha surgido una oleada de levantamientos populares que amenaza con hacer caer, uno detrás de otro, a todos los aliados de las potencias occidentales en la región. Con independencia de las muchas diferencias locales, estos levantamientos tienen algo en común que, por cierto, los distingue radicalmente de las “revoluciones” rosadas y naranjas promovidas por el capitalismo en la órbita ex soviética: demandan democracia, sí, pero lejos de estar fascinadas por Europa y los EEUU son depositarias de una larga, arraigada, radical tradición antiimperialista forjada en torno a Palestina e Iraq. No hay en los levantamientos populares árabes ni asomo de socialismo, pero tampoco de islamismo ni -lo más importante- de seducción eurocéntrica: se trata al mismo tiempo de una revuelta económica y de una revolución democrática, nacionalista y anticolonial, lo que abre de pronto, cuarenta años después de su derrota, una inesperada oportunidad para las izquierdas socialistas y panarabistas de la región.

La América Latina progresista, cuyos pioneros procesos emancipatorios constituyen la esperanza del antiimperialismo mundial, debería apoyar en estos momentos al mundo árabe sin reservas, adelantándose a la estrategia de las potencias occidentales, desbordadas por los acontecimientos y a las que Gadafi está dando la oportunidad de un regreso -militar quizás, pero sobre todo propagandístico- como paladín de los derechos humanos y la democracia. Ese discurso es poco creíble en esta zona del mundo, donde Fidel y Chávez gozan de un enorme crédito popular, pero si América Latina se alinea, por activa o por pasiva, con el tirano, no sólo los contagiosos avances populares, que lamen ya Europa y se han trasladado a Wisconsin, se verán irremediablemente detenidos, sino que se producirá una nueva fractura en el campo antiimperialista que los EEUU, siempre vigilantes, relojeros del mundo, aprovecharán para recuperar el terreno perdido. Algo de eso puede estar ya ocurriendo como resultado de una combinación de desconocimiento y de antiimperialismo esquemático y sumario. Los pueblos árabes, que vuelven a la escena de la historia, necesitan el apoyo de sus hermanos latinoamericanos, pero es sobre todo la relación de fuerzas mundial la que no puede permitirse una vacilación por parte de Cuba y Venezuela sin que Cuba y Venezuela sufran también las consecuencias y las sufran con ellos América Latina y las esperanzas de transformación a nivel planetario.

Podemos alegar que sabemos poco de lo que ocurre en Libia y sospechar de las condenas occidentales, mediáticas e institucionales, de los últimos días. Podemos quedarnos en eso. Los imperialistas son más inteligentes. Ellos, que tienen muchos intereses concretos en la zona, han defendido hasta el final a sus dictadores, pero cuando han comprendido que eran insostenibles los han dejado caer y han elegido otra estrategia: apoyar procesos democráticos controlados, seleccionar minorías postmodernas como motor de cambios limitados y desplegar sin pudor, a sabiendas de que la memoria es corta y los reflejos de la izquierda muy inmediatos, un nuevo arco iris de retórica democrática. Habrá que oponerse a cualquier injerencia occidental, pero no creo, sinceramente, que la OTAN vaya a invadir Libia; lo que sí nos parece es que esta amenaza, apenas apuntada, tiene el efecto de enredar y emborronar el campo antiimperialista, y esto hasta el punto de hacernos olvidar algo que sí deberíamos saber: quién es Gadafi. Olvidarlo puede producir al menos tres efectos terribles: romper los lazos con los movimientos populares árabes, dar legitimidad a las acusaciones contra Venezuela y Cuba y «represtigiar» el muy dañado discurso democrático imperialista. Todo un triunfo, sin duda, para los intereses imperialistas en la región.

Gadafi ha sido durante los últimos diez años un gran amigo de la UE y de EEUU y de sus dictadores aliados en la zona. Baste recordar las incendiarias declaraciones de apoyo del Calígula libio al depuesto Ben Alí, a cuyas milicias muy probablemente proporcionó armas y dinero en los días posteriores al 14 de enero. Baste recordar también la dócil colaboración de Gadafi con los EEUU en el marco de la llamada “guerra antiterrorista”. La colaboración política ha ido acompañada de estrechos vínculos económicos con la UE, incluida España: la venta de petróleo a Alemania, Italia, Francia y EEUU ha sido paralela a la entrada en Libia de las grandes compañías occidentales (la española Repsol, la británica British Petroleum, la francesa Total, la italiana ENI o la austriaca OM), por no hablar de los suculentos contratos de las constructoras europeas y españolas en Trípoli. Por lo demás, Francia y EEUU no han dejado de proporcionarle armas para que ahora mate desde el aire a su propio pueblo, siguiendo el ejemplo de la Italia imperial desde 1911. En 2008 la ex secretaria de Estado Condoleeza Rice lo dejó muy claro: “Libia y Estados Unidos comparten intereses permanentes: la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el comercio, la proliferación nuclear, África, los derechos humanos y la democracia”.

Cuando Gadafi visitó Francia en diciembre de 2007, Ayman El-Kayman resumió la situación en un párrafo que reproduzco aquí: “Hace casi diez años, Gadafi dejó de ser para el Occidente democrático un individuo poco recomendable: para que le sacaran de la lista estadounidense de Estados terroristas reconoció la responsabilidad en el atentado de Lockerbie; para normalizar sus relaciones con el Reino Unido, dio los nombres de todos los republicanos irlandeses que se habían entrenado en Libia; para normalizarlas con Estados Unidos, dio toda la información que tenía sobre los libios sospechosos de participar en la yihadjunto a Bin Laden y renunció a sus “armas de destrucción masiva”, además de pedir a Siria que hiciese lo mismo; para normalizar las relaciones con la Unión Europea, se transformó en guardián de los campos de concentración, donde están internos miles de africanos que se dirigían a Europa; para normalizar sus relaciones con su siniestro vecino Ben Alí, le entregó a opositores refugiados en Libia”.

Como se ve, Gadafi no es ni un revolucionario ni un aliado, ni siquiera táctico, de los revolucionarios del mundo. En 2008 Fidel y Chávez (junto a Mercosur) denunciaron  justamente la llamada “directiva de la vergüenza” europea que reforzaba la ya muy severa persecución en Europa de la humanidad desnuda de las pateras y los muros. De todos los crímenes de Gadafi quizás el más grave y el menos conocido es su complicidad en la política migratoria de la UE, particularmente italiana, como verdugo de emigrantes africanos. Quien quiera una amplia información sobre el tema puede leer Il Mare di mezzo, del valiente periodista Gabriele del Grande, o acudir a su página web, Fortresseuropedonde se recogen algunos documentos espeluznantes. Ya en 2006 Human Rights Watch y Afvic denunciaban los arrestos arbitrarios y torturas en centros de detención libios financiados por Italia. El acuerdo Berlusconi-Gadafi de 2003 puede leerse completo en la página de Gabriele del Grande y sus consecuencias se resumen sucinta y dolorosamente en el grito de Farah Anam, fugitiva somalí de los campos de la muerte libios: “Prefiero morir en el mar que regresar a Libia”. A pesar de las denuncias que hablan de verdaderas prácticas de exterminio -o precisamente por ellas, que demuestran la eficacia de Gadafi como guardián de Europa- la Comisión Europea firmó en octubre una «agenda de cooperación” para la «gestión de los flujos migratorios” y el «control de las fronteras», válido hasta 2013 y acompañado de la entrega a Libia de 50 millones de euros.

La relación de Europa con Gadafi ha rozado la sumisión. Berlusconi, Sarkozy, Zapatero y Blair lo recibieron con abrazos en 2007 y el propio Zapatero lo visitó en Trípoli en 2010. Incluso el rey Juan Carlos se desplazó a Trípoli en enero de 2009 para promocionar a las empresas españolas. Por otro lado, la UE no dudó en humillarse y disculparse públicamente el 27 de marzo de 2010 a través del entonces ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por haber prohibido a 188 ciudadanos libios la entrada en Europa a raíz del conflicto entre Suiza y Libia por la detención de un hijo de Gadafi en Ginebra acusado de maltratar a su personal doméstico. Aún más: la UE no emitió la menor protesta cuando Gadafi adoptó represalias económicas, comerciales y humanas contra Suiza ni cuando efectuó un llamamiento a la guerra santa contra este país ni cuando declaró públicamente su deseo de que fuera barrido del mapa.

Y si ahora estos amigos imperialistas de Gadafi -que ven cómo el mundo árabe se voltea sin su intervención- condenan la dictadura libia y hablan de democracia, entonces nosotros vacilamos. Aplicamos las plantillas universales de la lucha antiimperialista, con sus teorías de la conspiración y su paradójica desconfianza hacia los pueblos, y pedimos tiempo para que se disuelva la nube de polvo que levantan las bombas lanzadas desde el aire -a fin de estar seguros de que debajo no hay un cadáver de la CIA. Eso cuando no apoyamos directamente, como el gobierno de Nicaragua, a un criminal cuyo contacto más liviano sólo puede manchar para siempre a cualquiera que se reclame de izquierdas o progresista. No es la OTAN quien está bombardeando a los libios sino Gadafi. “Fusil contra fusil” es la canción de la revolución; “misil contra civil” es algo que no podemos aceptar y que, aún antes de hacernos preguntas, debemos condenar con toda energía e indignación. Pero hagámonos también las preguntas. Porque si nos hacemos preguntas, las respuestas que tenemos -por pocas que sean- demuestran además de qué lado deben estar en estos momentos los revolucionarios del mundo. Ojalá caiga Gadafi -hoy mejor que mañana- y América Latina comprenda que lo que ocurre en estos momentos en el mundo árabe tiene que ver, no con los planes maquiavélicos de la UE y EEUU (que sin duda maniobran en la sombra), sino con los procesos abiertos en Nuestra América, la de todos, la del ALBA y la dignidad, desde principios de los años 90, siguiendo la estela de la Cuba de 1958. La oportunidad es grande y puede ser la última para revertir definitivamente la actual relación de fuerzas y aislar a las potencias imperialistas en un nuevo marco global. No caigamos en una trampa tan fácil. No despreciemos a los árabes. No son socialistas, no, pero en los dos últimos meses, de manera inesperada, han dejado al desnudo la hipocresía de la UE y los EEUU, han expresado su deseo de una democracia auténtica, lejos de todo tutelaje colonial, y han abierto un espacio para poner en dificultades desde la izquierda los intentos de reconversión, también territorial, del capitalismo. Es la América Latina del ALBA, la del Che y Playa Girón, cuyo prestigio en esta zona estaba intacto hasta ayer, la que tiene que apoyar el proceso antes de que el relojero del mundo vuelva a hacer girar las manillas hacia atrás y a su favor. Los países capitalistas tienen “intereses”; los socialistas sólo “límites”. Muchos de esos “intereses” estaban con Gadafi, pero ninguno de esos “límites” tiene nada que ver con él. Es un criminal y además un estorbo. Por favor, compañeros revolucionarios de América Latina, los compañeros revolucionarios del mundo árabe están pidiéndo que no lo sostengáis.

Las pensiones. Verdades y mentiras> Miren Etxezarreta (Social Art Productions)

Charla realizada en Zaragoza y organizada por diferents colectivos críticos con el sistema capitalista.

Grabado por Social Arts Producciones

<iframe src="http://player.vimeo.com/video/19077269" width="400" height="226" frameborder="0"></iframe><p><a href="http://vimeo.com/19077269">Las pensiones. Verdades y mentiras. (Miren Etxezarreta)</a> from <a href="http://vimeo.com/user2410226">Social Art Producciones</a> on <a href="http://vimeo.com">Vimeo</a>.</p>

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