La Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu> Colette Brackman (Sin Permiso)

Colette Braeckman es periodista del periódico belga Le Soir. Ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres a Kivu. Sus crónicas pueden leerse en su página web http://blogs.lesoir.be/colette-braeckman/

Este artículo, traducido por Gustavo Buster, se ha publicado en la Revista  Sin Permiso.

Imagen: Revista Sin permiso

La Marcha Mundial de las Mujeres acaba de realizar este mes de octubre una experiencia singular de diplomacia popular y de solidaridad internacional. Miles de mujeres han viajado hasta la provincia del Sur de Kivu, en el oriente de la República Democrática del Congo, para decir basta a las violaciones masivas, a la guerra alimentada por el expolio mercenario de sus riquezas minerales y a las intervenciones militares de todos los ejércitos y milicias de la región. Pocos días antes se había hecho público el informe de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas sobre los crímenes cometidos en la región como continuación del genocidio ruandés y la llegada de milicias y refugiados hutus, perseguidos por el ejército de mayoría tutsi.

La movilización de las mujeres altermundialistas de la Marcha ha servido de catalizador para que las mujeres de la región y todo el Congo hayan adquirido de nuevo el protagonismo de su lucha contra la violencia de género sistemática que padecen. Reproducimos aquí dos crónicas de la conocida periodista belga Colette Braeckman, que ha acompañado a la Marcha Mundial de las Mujeres en el Sur de Kivu. 

1 Homenaje a las mujeres mártires de Kivu

A lo largo de la carretera de Bukavu a Mwenga, un territorio en el corazón del Sur de Kivi, las concentraciones de aldeanos no recuerdan haber visto antes una caravana de coches semejante, con tal número de extranjeros juntos. Y sobre todo, en este territorio minero que es una especie de Far West tropical, más frecuentado por los soldados y los aventureros que por los altermundialistas, nadie recuerda haber oído jamás hablar de solidaridad, de justicia, de reparación…

Aquí, a cuatro horas de Bukavu por pista de tierra, las participantes de la Marcha Mundial de Mujeres han venido a hacer un minuto de silencio en este santuario del martirologio congolés, ante un futuro monumento cuya primera piedra han depositado, en homenaje a las trece mujeres y dos hombres que fueron enterrados aquí en octubre de 1999 tras ser arrojados a la fosa y cubiertos lentamente por los paletadas de tierra.

En la muchedumbre que se apelotan bajo la lluvia para ver a todos estos blancos, todos esos funcionarios, entre ellos la Ministra de Igualdad y la Infancia, que colocan la primera piedra de una futura casa de mujeres, se encuentra Machozi Asoni, de 60 años. Erguida, llena de arrugas, la mirada penetrante y la memoria intacta. Se acuerda de todo, porque estaba allí cuando los militares, a comienzos de octubre de 1999, invadieron el barrio: “buscaban brujas, a mujeres que fabricaban el gris gris para los Mai Mai” (los gris gris son unos amuletos que se cree hacen invulnerables a los combatientes angoleños, a los chicos de las aldeas que se oponen a la presencia de las fuerzas ruandesas). “La víspera, una joven que vivía con el jefe de los soldados había enfermado y había acusado a las mujeres de haberla maldito con un conjuro…”.

Machozi cuenta como siete mujeres, sus vecinas, fueron detenidas como escarmiento para las demás: “los militares rebeldes de la época, el RCD Goma (Unión Congolesa para la democracia, a las ordenes de Ruanda) las fueron a buscar, las golpearon y las arrojaron a una celda. Poco después capturaron a seis mujeres más y a dos hombres, igualmente sospechosos”.

La prisión sigue allí, con sus muros desteñidos por la lluvia y manchados de ese lodo rojo al que se pegan las semillas. Debajo de la escalera se ve una especie de fosa llena de agua: “Es ahí”, dice Machozi, “donde arrojaron a las mujeres, es ahí donde las tuvieron en cuclillas varios días. Oíamos sus gritos y lamentos, porque las habían golpeado en la cabeza con palos y las habían herido con las bayonetas. Antes de echarlas al agua, habían arrojado sal y los militares habían cubierto a las mujeres de pili pili y las habían abierto las vaginas con cuñas de madera para meterles dentro pimientos picantes…”

Otras dos mujeres interrumpen, se trata de Angelina Bibiha y Naluwinja Andropine, que también recuerdan: “las mujeres todavía estaban vivas cuando las sacaron de la cárcel. Las empujaron hasta el centro de Mwenga, totalmente desnudas, heridas, aunque todavía caminaban. Habían cavado una gran fosa en el suelo y las obligaron a bajar. Los militares comenzaron a arrojarles encima paletadas de tierra y las fueron enterrando mientras lloraban y gritaban de angustia…” Todos los habitantes de Mwenga asistieron al suplicio, pero las mujeres insisten: “en el gentío nadie se movió, ni un grito de protesta, ni una lagrima, los militares amenazaban con disparar al menor ruido. Decían que nos debía servir de lección, que no debíamos ayudar a los Mai Mai, nuestros hijos que luchaban contra los invasores llegados de Ruanda…”

En el descampado enlodado que debía de servir como pista de aterrizaje para los helicópteros que jamás llegaron por las lluvias torrenciales, una muchedumbre compacta se arremolina detrás de pancartas que reclaman justicia, la partida de los militares, reparación de los daños. En uno de los cartelones, que portan los “huérfanos de Mwenga” hay unos nombres pintados en rojo, los de los asesinos de las mujeres: Kasereka (probablemente un apodo), que era entonces el comandante militar, originario del Norte de Kivu, Ramazani, un soldado de Uvira, y su jefe, Amisi Tango Tour. Los dos primeros, nos dicen, “se esconden en las filas del ejercito congolés”. El tercero, Gabriel Amisi, ha ascendido como premio: hoy es comandante en jefe de las fuerzas de tierra. Todos ellos eran entonces auxiliares de una Ruanda que quería controlar el este del Congo.

Gracias a los acuerdos de paz de 2002, hoy se han integrado en las fuerzas gubernamentales y, en algunos casos, han cambiado de nombre. Por eso en Mwenga desconfían del ejército. “Algunas caras, nos hacen temblar” dicen Machozi y las otras mujeres…

Dando brincos por los baches de la pista de tierra roja durante horas, una pista escurridiza como si fuera de jabón, las delegaciones de la Marcha Mundial de Mujeres, van descubriendo, aldea tras aldea, las planicies abiertas del Congo: colinas desiertas, que hoy todavía ocupan los rebeldes humus que todavía saquean y matan cuando tienen la oportunidad, las aglomeraciones sobre pobladas donde se han refugiado los civiles expulsados de sus campos, toda esa gente que grita, que se abalanza pidiendo que se les ayude. Las mujeres tienen que hacer frente a una multitud de crímenes impunes: en Kasika, los aldeanos han bloqueado la carretera para explicar a la caravana como, el 24 de agosto de 1998, su Mwami (rey tradicional de los Bashi) fue asesinado en la Iglesia, como su mujer, embarazada de gemelos, fue abierta en canal sobre el altar, como fueron masacrados los curas y sus fieles.

En estos campos del Sur de Kivu, las violaciones y los asesinatos continúan y los aldeanos denuncian las operaciones militares en curso: los rebeldes de vengan de nosotros, los militares nos roban, la guerra nos impide cultivar la tierra…”

El domingo, miles de mujeres venidas de América, Europa y toda Africa (a excepción muy significativa de Ruanda) se reúnen en Bukavu. Depositan flores en un modesto memorial creado por las refugiadas de la guerra y, sobre todo, atraviesan el poblado cantando, gritando su solidaridad y reclamando justicia y reparación para sus hermanas congolesas. A Mwenga, la coordinadora local de la Marcha resume el sentimiento general y agradece a las mujeres del mundo entero haber hecho semejante viaje: “durante mucho tiempo, cuando contábamos los horrores que hemos padecido, temíamos que no nos creyeran. Hoy habéis visto y escuchado…”.- 17 de octubre del 2010

2 ¿Hasta cuando retumbaran los gritos de las mujeres de Bukabu?  

¡Lo nunca visto en Bukabu! Quince mil mujeres en la calle, vestidas con telas deslumbrantes, con una sola exigencia “Denuncia las violaciones y di NO”. Mujeres que se manifiestan y corean la consigna que se ha hecho celebre en todo el Congo: “sol, sol, solidaridad con las mujeres de todo el mundo”.

Este domingo hasta la lluvia ha querido ayudar a la capital del Sur de Kivi y el sol da la bienvenida a la Marcha Mundial de las Mujeres, que se despliega como una larga serpiente abigarrada por toda la población. En las aceras, los hombres, petrificados se paran para observar a estas mujeres tan bellas, tan decididas, tantas, que han comenzado a manifestarse después de plantado un árbol de la paz. Han venido de todas partes, latinoamericanas que parecen desfilar sobre la luna y cantan consignas altermundialistas, sudafricanas de puño en alto que repiten una y otra vez “amandla”, el grito de la lucha contra el apartheid, las burundesas, deslumbrantes bajos sus sombrillas blancas, las quebecois, las españolas, que se encuentran con sus hermanas de las organizaciones feministas que llevan apoyando tanto tiempo. Aquí, blancas y negras, al mismo paso, bajo las mismas pancartas, con las mismas esperanzas.

La delegación belga, con el mandato de todas las organizaciones feministas del país y los sindicatos, con el apoyo de Joelle Milquet, es una de las que mas se hacen notar por la radicalidad de sus consignas: “Lo que no hace la Monuco (la Misión de las Naciones Unidas), lo haremos nosotras…”

Bélgica no se ha contentado con mandar una delegación importante. La ministra Joelle Milquet esta representada por su consejero diplomático Charles Delogne y por el ex senador George Dallemagne. Muchas mujeres congolesas, representantes de todas las organizaciones de base del Sur de Kivi, cuentan como las mujeres belgas (entre ellas Tournai) las han ayudado y han traído telas para las pancartas y medios para el viaje: “si estamos aquí, si nos podemos hacer oír, es gracias a la movilización de nuestras hermanas del mundo entero, y en particular de Bélgica…”

Las delegadas de la Marcha Mundial de las Mujeres, que han animado tres días de debates apasionados en el Ateneo de Ibanda y rendido homenaje a las mujeres mártires de Mwenga, son hoy desbordadas en número por las congolesas, que desfilan compactas y que parecen crecer en participación de calle en calle.

Las mujeres congolesas han venido de todos los rincones del país para unirse a sus hermanas que sufren, levantan decididas las pancartas de las empresas públicas en las que trabajan o de sus asociaciones, las banderas de sus provincias de origen.

“Nos hemos pagado el viaje” aseguran orgullosas 40 mujeres llegadas de Kisangani, “la provincia oriental también ha sido victima de la guerra y aun hoy hay grupos de extranjeros que llegan de Sudan o Uganda para atacarnos. Por eso tenemos que unir nuestra voz a las de nuestras hermanas de Kivi…” Las mujeres de Kino y de Katanga nos cuentan como han hecho rifas, recorrido las empresas publicas y privadas, para reunir los fondos necesarios para el viaje “es importante estar aquí, mostrar que el Congo es un país unido y que somos solidarias…”

A lo largo de este día memorable, se olvidan las peleas de la víspera. Al comienzo, empeñadas en su autonomía, las organizadoras de la Marcha habían rechazado el apoyo de los poderes públicos, temiendo que las utilizaran políticamente. Pero el día antes de la manifestación, cuando las delegadas extranjeras comenzaban a concentrarse en Bukavu, las representantes de la Marcha Mundial de las Mujeres en Kinshasa y Kivu han repensado su actitud ante la debilidad de sus recursos y la importancia de la acción y han aceptado la ayuda de la ministra de igualdad y la familia, Marie-Ange Lukiana, que, junto al nuevo gobernador del Sur de Kivu, Marcellin Cishambo, se vuelcan. “Lo que esta en juego es la imagen de nuestro país, el éxito de este encuentro internacional” asegura la Señora Lukiana. En una semana y gracias al poyo de las autoridades, Bukavu se transforma: la calle que lleva al Ateneo de Ibanda es asfaltado, aparecen kioscos protegidos de la lluvia por lonas, la ciudad se cubre de pancartas con las reivindicaciones de las mujeres, la denuncia de la violencia sexual…

Una de las organizadoras congolesas, Janine Mukanirwa, debe reconocerlo finalmente: “sin la participación de los poderes públicos, no hubiéramos tenido este éxito”. El gobernador Cishambo añade. “para reconstruir nuestro país, restaurar la autoridad del estado –el único que puede asegurar una paz duradera- tenemos que colaborar todos. La sociedad civil y los poderes públicos no son opuestos, sino complementarios….”

Contrapoderes, antipoderes, preludio de la campaña electoral, riesgo de cooptación política…el domingo todas estas discusiones parecen estériles ante las mujeres que desfilan codo con codo y que inundan la ciudad con sus reivindicaciones: “fin a la guerra, fin a la violencia”.

¿Cómo no se escuchará este grito de las mujeres de Bukavu en Nueva York o Bruselas? El sentido común de las mujeres no se deja atenazar por las precauciones del lenguaje o las perífrasis diplomáticas. Lo que quieren es que “esos extranjeros (los hutus ruandeses) que han llegado hasta aquí a través de un corredor humanitario organizado por la comunidad internacional y que han sembrado la muerte, sean repatriados, por las buenas o por la fuerza”. Que “los violadores sean castigados, que se impida que continúen, que se les persiga, con independencia de que formen parte de nuestras fuerzas armadas o de los cascos azules”, que “las victimas, a las que no se ha ayudado nunca, puedan por fin esperar una indemnización por los daños sufridos”. El responsable del Buró de Naciones Unidas por los derechos humanos, el belga Luc Hekinbrant, quiere proponer que las victimas que han acudido a la justicia puedan tener acceso a un fondo especial, que pueda adelantarles dinero a cuenta de las eventuales indemnizaciones.

George Dallemagne, también preocupado por hacer efectiva la lucha contra la impunidad, propone otra idea: hacer test de ADN a las mujeres victimas de violaciones (un procedimiento barato que ya se aplica a los solicitantes de visado) para poder identificar, si se da el caso, a sus agresores y poder castigarlos. Durante tres años, Abogados Sin Frontera ha estudiado sin éxito esta propuesta, que ya habia hecho en su momento Karen De Gucht. Pero ahora Dallemagne, médico de profesión, quiere relanzar la idea: “si se implementa, además del castigo, esta prueba tendría un efecto disuasivo…”

Se las ve y se escuchan sus gritos, se anuncian nuevas iniciativas…ya era hora, porque desde las montañas del Sur de Kivu llegan noticias inquietantes a Bukavu: desorientados, furiosos por el arresto de su jefe Callixte Mbarushimana, los rebeldes hutus han intensificado sus ataques y, como nos dice un testigo: “atacan a los civiles con una rabia y una violencia desatada…”

El Norte y el Sur de Kivu siguen siendo un polvorín. La guerra y el miedo reinan en las colinas, pero este domingo, aunque haya sido durante unas pocas horas, millares de mujeres han superado su angustia para celebrar su solidaridad, cambiar el destino y obligarle a ser más clemente.

La ceremonia de cierre, en la Plaza de la Independencia, estuvo a la altura de esta mañana memorable: terminan los discursos oficiales cuando aun se sumaban a la plaza cortejos de mujeres llevando el paso al ritmo de la fanfarria kimbanguista. La ministra Lukiana galvanizaba al gentío. La esposa del presidente prometía presentar a su marido “esa misma noche” el manifiesto de la Marcha Mundial. En la concentración, las fans de Oliva, la primera dama –cuyo carisma no tiene discusión- gritaban de alegría. También oímos cantar al gobernador Cishambo con buena voz un himno religioso, un canto en lingala, mientras ejercía de maestro de ceremonias improvisado, y pedía que todos entonaran a capella y con el corazón en un puño el bello himno nacional “En pie, congoleses…”

Las congolesas han demostrado, sin duda, que hace tiempo que se han puesto en pie y que están en camino, que nunca han dejado de luchar por sus derechos y su dignidad. Y en Bukavu han descubierto que no están solas en esa lucha…- 18 de octubre del 2010.

 

 

Reinterpetrar para debilitar: Las oposiciones al cambio en Ecuador

Artículo de Magdalena León, integrante de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía –REMTE-. Este texto está publicado en la Agencia Latinoamericana de Información, ALAI.

Avanza una nueva semana en Ecuador, tras los acontecimientos golpistas del jueves 30 de septiembre. Aún no se había juntado toda la información de lo ocurrido, pero abundaban ya las interpretaciones y reinterpretaciones, en unos casos rayando en la banalización de hechos que son de gran complejidad política y también de alta sensibilidad humana, dado el saldo de varias personas muertas y decenas de heridas.

De hecho, se despliega una verdadera disputa por la reinterpretación, que es en lo inmediato una disputa frente al resultado político que confirmó el apoyo al proyecto de Revolución Ciudadana y al Presidente Correa. Las reinterpretaciones vienen de diferentes entornos, pero buscan bajarle el perfil a ese resultado con el común enfoque de poner en duda si hubo o no intento de golpe, si hubo o no secuestro y, sobretodo, de atribuir la responsabilidad y hasta la culpa al Presidente y al gobierno.

En unos casos, de a cara este episodio se reitera en un ‘método’ que ha sido aplicado de modo sistemático para criticar al gobierno: poner la mira en la figura de Correa. Así, un proceso que por obvias razones está en latente disputa, cruzado por múltiples actores, intereses y relaciones, termina siendo visto y explicado por lo que Correa dice y hace, por sus posturas y por su temperamento.

Semejante simplificación ha dado pie a un ‘anticorreismo’ que, si bien minoritario, muestra variados matices: desde el visceral hasta el pensado / calculado, pasando por el de la rivalidad de egos –por supuesto masculinos- Pero sin duda la centralidad de los ataques a Correa conjuga elementos de ideología, método de análisis, animadversiones personales y el hecho objetivo de que su liderazgo o popularidad ha sido una de las condiciones imprescindibles para abrir un espacio de cambio. De ahí que, desde varios frentes, se apunta a un debilitamiento de su imagen.

Entre los planes opositores previos figura el inicio de un proceso de revocatoria del mandato, cuyos impulsores han declarado que no buscan la revocatoria en sí, imposible dado el apoyo popular a Correa, sino su debilitamiento para hacer inviable el proyecto de Revolución Ciudadana, el avance en la implementación de la Constitución; en su lugar, reclaman los mecanismos ‘democráticos’ de mesas de negociación, con participación ‘pluralista’, en una versión que al fin encarna en los hombres de siempre de los grupos de siempre.

Es decir, antes y después del 30 de septiembre el propósito de los diferentes fragmentos de oposición ha sido debilitar el proyecto de cambio, y su principal herramienta la crítica y descalificación a la figura presidencial.

En esta oportunidad, las voces y lecturas coincidentes desde la derecha y desde otros costados opositores, cuestionan la presencia de Rafael Correa en el cuartel sublevado tildándola de prepotente, autoritaria, provocadora, temeraria y hasta machista. Se dice que el asunto debió ser encarado y resuelto a través de los ministerios respectivos dado que, se insiste, se trataba de una protesta por razones salariales.

Se distorsiona así lo que fue ante todo un gesto de responsabilidad frente una situación de enorme riesgo para el país: con el sólo hecho de no salir a las calles a cumplir sus tareas relativas a la seguridad, la policía creó un clima de caos de impredecibles consecuencias. Si a esto se suma la toma de la Asamblea Nacional y el cierre de aeropuertos, ocurridas al mismo tiempo, la situación era ya lo suficientemente crítica como para que el Presidente se ponga al frente. No rehuir las situaciones críticas ha sido una constante en este período al frente del gobierno, ésta, tan grave, no podía ser precisamente la excepción.

La acción policial ciertamente se inscribe en un conflicto que va más allá del episodio de ese día, pues atañe a las dificultades de reestructuración y renovación de una entidad que fue moldeada en los patrones de la represión, el abuso, el clientelismo y la impunidad. Las inercias que se observan requerirán respuestas de fondo, creativas y transformadoras.

Pero en los afanes debilitadores, el profundo sentido anti cambio del hecho policial termina siendo legitimado a nombre de un ‘justo reclamo’ de derechos no bien manejado por el gobierno, y pasa a segundo plano o se ignora lo que debería concitar una reacción urgente de todas/os: los alcances de la violencia desplegada por los armados contra las autoridades y contra la sociedad. La movilización popular fue atacada con disparos, gases, golpes, insultos. Con rostros cubiertos o descubiertos, los policías sublevados gritaban consignas contra Venezuela y Cuba, agredían física y verbalmente a varias/os asambleístas ‘acusándolos´ de lesbianas, gays, comunistas. En el ámbito opositor al cambio, desde las expresiones más educadas hasta las más grotescas coinciden en rechazar lo que consideran la amenaza del ‘comunismo’, del ‘chavismo’, del ‘autoritarismo’.

Las reacciones y disputas de estos días confirman la necesidad de una transición, de un ‘ajuste de foco’ de diferentes sectores a lo que significa una coyuntura de transformación, en la cual se redefinen ámbitos y roles de movimientos y gobierno, se mezclan sus aguas. Esto supone construir conjuntamente una agenda de cambio como proceso -el maximalismo y el inmediatismo juegan en sentido contrario-, asumiendo que en ese camino abierto se conjugan la transformación del Estado y su institucionalidad y la transformación de la sociedad y sus expresiones organizativas.

El gobierno transgénico> Miguel Jara (Insurgente.org)

Artículo publicado en Insurgente.org

Como comentábamos en la anterior información, España es el único país de la UE que cultiva maíz transgénico a gran escala. Otros países como Austria, Alemania, Bulgaria, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia o Polonia prohiben su cultivo basándose en evidencias científicas sobre sus impactos ambientales, la imposibilidad de evitar la contaminación genética de otros cultivos y sus posibles daños a la salud.

El Gobierno hace recaer la responsabilidad de sus decisiones en la Comisión Nacional de Bioseguridad, un cuerpo supuestamente científico en el que, según Amigos de la Tierra, sólo hay siete representantes científicos de un total de 46 miembros. Muchos de ellos han manifestado en público ser defensores de los transgénicos, con relaciones cercanas a esta industria, a sus fundaciones y lobbies. Entre los representantes de la Administración dentro de la Comisión, también hay algunos que mantienen una relación estrecha con la industria.

El apoyo del Ministerio a las compañías de transgénicos genera numerosas protestas desde las organizaciones de la sociedad civil. Y cuando estas opiniones molestan en los organismos de participación, el Ministerio hace lo posible por ponerles fin. Es el caso del Grupo de Trabajo sobre Transgénicos del Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), donde están representadas las cinco asociaciones ecologistas estatales, sindicatos, asociaciones agrarias y tan sólo dos representantes empresariales. Tras una reunión donde el Gobierno decidió invitar a todas las asociaciones empresariales que ejercen de lobby a favor de los transgénicos, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha creado otro organismo de participación, donde se rebaja la presencia de las organizaciones ecologistas y se incrementa la de la industria.

Otro claro ejemplo de la vinculación y total apoyo del Gobierno a la industria es el regreso al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de uno de los principales responsables de la introducción de los transgénicos en España bajo la administración del PP. Martín Fernández de Gorostiza, en aquel momento Director de la Oficina Española de Variedades Vegetales, fue denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente por una coalición de organizaciones sociales (entre ellas Amigos de la Tierra y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-) por compatibilizar cargos en el Ministerio de Agricultura con la coordinación del Observatorio de Biotecnología del Foro Agrario, una organización de promoción de los transgénicos ligada a la Fundación Antama, que ejerce de lobby y relaciones públicas de las multinacionales de los transgénicos, como Monsanto y Syngenta. Esta denuncia le forzó a abandonar el Ministerio. Pero la ex-ministra Elena Espinosa, según Amigos de la Tierra, le ha recuperado para trabajar en temas de agricultura ecológica.

Más artículos del autor

Más info: En el libro Conspiraciones tóxicas. Cómo atentan contra nuestra salud y el medio ambiente los grupos empresariales.

Entrevista a Duñike Agirrezabalaga (Alternatiba)

¿Qué es Alternatiba y qué ofrece a la sociedad?

Alternatiba nace hace dos años de una escisión de Ezker Batua, aunque a lo largo de este tiempo es algo más que la mera escisión. Hay gente nueva que se ha ido sumando a un colectivo que quiere ser un partido de políticas de izquierda en Euskal Herria para hacer frente a la derecha de este país. Nuestra vocación siempre ha sido la de unirnos a otros partidos, a otros colectivos para reforzar esa izquierda.

La izquierda vasca parece una sopa de letras.

Entre los propios partidos que se definen de izquierdas, hay matices. Matices en la cuestión nacional, matices en los asuntos sociales… También está la experiencia de las personas que se encuentran en los cargos públicos, que es un bagaje a tener en cuenta también. Nosotros nos definimos como izquierda soberanista defensora del derecho de autodeterminación, defensora de las políticas públicas tanto a nivel teórico como de gestión, sacando proyectos adelante desde un prisma de izquierdas.

A priori, la crisis podría favorecer el crecimiento de la izquierda, pero en Europa no ocurre así. Suben la derecha y la ultraderecha

Hay un discurso que hace la derecha, muy populista y muy peligroso además, que roza la xenofobia y pone en cuestión los derechos sociales de los trabajadores. El miedo se ha instalado en algunos sectores de la sociedad y se dejan arrastrar por discursos fáciles. Tendemos a no hacer memoria y a olvidar que muchos sectores críticos con la inmigración también lo han sido alguna vez, o dentro su mismo país o de un lado a otro del continente. La gente tiene miedo a compartir sus privilegios con personas que llegan al primer mundo con graves necesidades económicas, sociales y de derechos civiles. Es importante que la izquierda siga marcando con su discurso todas estas conquistas.

La unidad de acción entre la izquierda abertzale, Aralar, EA y Alternatiba tiene en el acuerdo de Gernika su ejemplo más importante. ¿Estamos en la antesala de un convergencia en la izquierda vasca y soberanista?

La verdad es que todavía existen algunas incógnitas por despejar. Estamos todos a la espera de pasos importantes, revolucionarios diría yo, en la historia de Euskal Herria. La apuesta de Alternatiba es ésa, constituir una izquierda potente para hacer frente a una derecha que está consolidada.

Usted tiene la experiencia de la coalición de izquierdas con Aralar en el Ayuntamiento de Donostia.

Ha sido un laboratorio positivo como experiencia política. Sin ocultar que también han existido diferencias, ha primado la lealtad y la colaboración. Yo creo que es una muestra y un ejemplo de lo que puede hacer la izquierda en el futuro.

¿Y es extrapolable a otros municipios vascos o es una formula en clave donostiarra?

Cada municipio tiene sus propias características pero, sin duda, es una fórmula extrapolable a todas las realidades municipales de Euskal Herria.

¿Ha habido conversaciones para repetir la fórmula?

Aún no hay nada concreto. Nosotros no vamos a definirnos antes de la Asamblea de hoy. Estamos preparándonos para trabajar solos aunque con voluntad de hacerlo acompañados, con Aralar o con otras fuerzas que sintonicen con nuestro programa político.

¿No teme al desgaste de imagen que les puede ocasionar el pacto de gobierno con el PSE, que pacta con el PP en Vitoria?

Son dos realidades diferentes. Y el propio Odón Elorza supone una realidad distinta a la del PSE, con unas ideas políticas diferentes del cuerpo político al que representa. ¿Desgastar? La gestión siempre desgasta. No hemos hecho todo lo que nos hubiera gustado hacer pero tenemos que ver lo positivo. Además, no podemos olvidar que hay otros partidos en la ciudad y no sé cómo hubiera sido el gobierno con ellos.

La incineradora es un ejemplo de la unidad de acción de la izquierda

Y nuestra presencia en el Gobierno municipal nos ha llevado a la Mancomunidad de San Marcos y ha permitido que en municipios como Usurbil, Oiartzun o Hernani el puerta a puerta sea una realidad.

¿Cree que ETA se avendrá a la nueva estrategia de la izquierda aber-tzale?

Hay que reconocer que se están dando pasos hace tiempo impensables y que podemos superar esta fase de la historia.

Teñidos de verde los ríos denuncian al TAV (Mugitu AHT gelditzeko)

Fuente: Artículo publicado en la web Mugitu AHT gelditzeko

Hemos teñido de verde casi veinte ríos por toda la geografía vasca en una acción que ha causado gran sorpresa para denunciar el impacto que provoca el TAV en los ríos, cursos de agua y acuíferos.

La construcción del TAV ocasiona graves impactos sobre los acuíferos y los cursos de agua: afección a las aguas subterráneas y a los manantiales por la excavación de túneles, vertidos de contaminantes sobre ríos y arroyos, multiplicación de encauzamientos y desvíos de regatas cubiertas por escombreras y terraplenes.

Eso es lo que se ha hecho visible a través del color verde de los ríos

Ega, Arga, Zadorra, Aramaio,Deba, Oñati, Arantzazu, Oria, Oiartzun ibaia, Urola, Urumea, Mañaria, Elorrio, Garaitondo, Gobela, Nerbioi e Ibaizabal.

En este comunicado difundido a la prensa esta mañana por mugitu!mugimendua se mencionan varias de los daños que provoca el TAV sobre acuíferos, ríos y cursos de agua (2 pgs): ¡Ríos Vivos! ¡NO al TAV!

Informe más amplio y preciso (23 pgs. Con Anexos locales y comarcales)

Informe para denunciar los impactos del Tren de Alta Velocidad, sobre los ríos y el agua

Carta crónica de un huelguista en Toulouse (Rebelión)

Artículo publicado en Rebelión

Bueno a ver si cuento un poco lo que interpreto. No es cierto que Francia está «en llamas». Eso dicen los medios para vender y es la consigna de Napoleoncito (Sarko) para hacer eje en los destrozos y no en las reivindicaciones populares. Pero no dicen que Francia está en rebelión y movilizada. Esta mañana las encuestas decían que mas del 80% de los franceses está de acuerdo con la huelga y las manifestaciones y que el 60% está de acuerdo con seguir la movilización aunque el gobierno vote la ley que combatimos. Es importante saber que todo este quilombo sigue incluso sabiendo que vamos a perder porque el gobierno está decidido a que la ley pase o pase. Desde el principio del conflicto Napoleoncito dijo que no iba a negociar y ahora no puede volver atras. Y los sindicatos, que son tan burocratas como los moyano, ya le dijeron al gobierno publicamente y desesperadamente que no pueden hacer nada porque los sobrepasan las bases. Asique politicamente no hay salida y votaran la ley porque el gobierno tiene mayoria en el parlamento. Un problema es que la oposición politica, esencialmente el PS, es una bosta, no existe.

Al no haber una oposición que capitalice, el partido en el gobierno se mantiene unido aunque la calle esté que arde. Hay como una «guerrilla» urbana. Esta mañana fuimos a cortar varios puntos de Toulouse. Yo fui a cortar la entrada del aeropuerto. Mucha gente que no pudo tomar el avion pero nadie se quejó porque en el fondo todos apoyan la rebelión. Llegó la cana, charlamos con ellos (porque estan igual que nosotros), nos dan la razon y tranquis nos vamos a cortar otra ruta sin quilombo con la cana. Aqui charlamos con la gente «embotellada» por el corte y todo bien, todos bancan. Llega la cana, charlamos y nos fuimos tranquis a cortar una rotonda. Y todo así durante toda la mañana. Aquí nosotros, que eramos empleados del aeropuerto, profes, estudiantes, asalariados de empresas privadas en huelga, etc etc…, en otro lugar los camioneros, en otro los chicos de la secundaria, en otro los ferroviarios, los choferes de colectivos que paran de golpe, el subte que para 15 minutos cada media hora, obreros en huelga que salen a la ruta y la cortan un par de horas, etc etc etc… Es decir que movilizados o trabajando todos participan y apoyan. Por ejemplo hace un rato volvió Thomas, mi hijo pequeñito chiquitito cossssita, del liceo que tienen tomado. Se fue ayer a la tarde a reemplazar a los compañeros que hicieron 24h de ocupación. Hace una semana que tienen ocupado el liceo junto con los profes. Cada tanto salen a la ruta, la cortan, se arma el embotellamiento, volantean, explican, y se vuelven al liceo ocupado levantando el corte. Aquí en Toulouse el dia se pasa así. Aquí en Francia se respeta el derecho a pensar como se quiera así que hay gente que trabaja pero como estan de acuerdo con la rebelión apoyan trabajando. Yo por ejemplo dí clase hasta ayer en que ocupamos la universidad. En los cursos discutimos con los estudiantes la situación política, nada de clase normal. Los que llevan la punta son los compañeros de las refinerías y las petroleras porque ocupando las refinerías dejan al pais sin nafta. El gobierno mando a la cana a levantar esas ocupaciones. Los obreros se van sin quilombo pero vuelven a las horas y la ocupan de nuevo. Las manifestaciones son geniales. Al menos aquí en toulouse el 20% de la población está en la calle los martes, jueves y sabados. Somos entre 120 y 150.000 manifestantes cada día. Abuelos con los nietos, padres con los hijos, gente con sus perros, obreros, artesanos, muchos jovenes,todos se encuentran. Yo me encuentro con gente de mi pueblo que ni me imaginaba que podrían ir. Hasta el médico del pueblo va. El 80% de los franceses está en esta linea, o militando activamente o apoyando. Y todos sabemos que el gobierno va a pasar la ley «en force».

Entonces no se basen en las fotos de los medios de autos quemados, fuego, negocios destruidos, de quilombo y todos eso. Existe, cierto, pero siendo marginal lo usan como propaganda gubernamental para deslegitimar la protesta. De todos modos quienes hacen todo ese quilombo no son provocadores de la cana sino los chicos marginados de los barrios. Lo hacen con derecho, el problema que terminan siendo funcionales al sistema.

Aqui en Francia, la burguesía en el gobierno siempre negoció cuando el pueblo se movilizó. Incluso De Gaulle renunció frente a la crispación social. El capitalismo industrial necesitaba paz social por eso negociaba. Hoy el capitalismo financiero no necesita negociar, necesita aplastar. Es la diferencia entre la derecha y la derecha neoliberal actual. A esta no le interesa integrar a la clase trabajadora porque ya no la necesita. A quienes necesita es a los trader, a los gerentes de
bancos y financieras, una élite que le permite hacer beneficios con la bicicleta financiera sin que intervenga el resto de lasociedad. Por eso no negocian. Estamos en un mundo distinto al que vivimos nosotros de jovenes.

Y me voy a dormir que mañana a las 6 levantamos las barreras del peaje sur de Toulouse. Los camioneros van a bloquear el perisférico, los colectiveros paran, los secundarios se movilizan en la ciudad de Toulouse y los ferroviarios se plantan en las vías. Habrá mas acciones que no sé porque aquí nada es centralizado, se coordina un poco pero se lucha en libertad… un poco de anarquía… como la del 68… pero sin el amor libre, coños! :-))

¡Viva la huelga!… como decían nuestros viejos anarquistas.

Entrevista a Daniel Raventós, Presidente de Renta Básica

Entrevista publicada en el Diario Vasco

Daniel Raventós (Barcelona, 1958), doctor en Ciencias Económicas y profesor de Teoría Sociológica, Filosofía del Derecho y Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, cree que «no existe la política económica neutral, pues siempre, lo que se disponga en esta materia favorecerá a los ricos o a la clase trabajadora». El presidente de la Red Renta Básica participa en San Sebastián y Vitoria en unas jornadas organizadas por Alternatiba.
 
– ¿Desde febrero de 2001, en que se funda la Red Renta Básica, hasta nuestro días, ha habido algunos cambios y reflexiones a la hora de su posible aplicación?
– Sin duda, porque desde el punto de vista social se han producido importantes acontecimientos y han surgido nuevas realidades. La Red Renta Básica nace en 2001, pero es que ya 20 años antes se hablaba de este concepto. En aquellos tiempos no existía una emigración desde los países pobres como se da actualmente. Ahora, además, llevamos tres años de crisis económica, lo que exige actualizar algunos aspectos. Diría que mirando a 2012 o 2013 habría que fundamentar la normativa de esta renta y ultimar las propuestas de financiación concreta.
 
-¿Pero ustedes siguen siendo partidarios de aplicar esta renta que supondría dar un salario a cada persona independientemente de su situación social y laboral?
-Sí, claro. El debate sobre si esa medida es o no justa ya se ha superado. Se considera justa. Nosotros hicimos un estudio para Cataluña en base a una muestra que nos llevó a analizar cerca de doscientas declaraciones de renta. Un actualización de este impuesto en base a criterios de las ganancias de cada persona, permitiría conceder un salario básico de 5.400 euros al año a los mayores de 18 años y de 2.700 a los menores de esa edad.
-¿Y esto se haría a costa de las clases más privilegiadas?
-No sólo vendría de ahí, sino también por la modificación de una serie de gastos. De todos modos los ricos seguirían siendo ricos. No nos llevemos a engaño. Con nuestra aplicación vimos que el 10% de los catalanes perderían algo de dinero al modificar el impuesto, del 10% al 15% se quedarían igual y del 70% al 75% resultarían favorecidos.
 
-Pues no parece convencerles mucho a los grandes capitales, a los políticos, ni a los sindicatos…
-Bueno, la realidad es que hace dos años se creó una subcomisión parlamentaria en las Cortes que votó por unanimidad a favor de este derecho a la renta básica. No porque todos estuvieran de acuerdo, porque el PP quería aprovechar su intervención en este foro para mostrar su total disconformidad con la medida, pero como el PSOE en principio la apoyaba, dio su consentimiento a iniciar la discusión. Pero no se ha inaugurado, por estar por medio la crisis.
 
– Los sindicatos creen que perderían fuerza negociadora y algunos empresarios que un sueldo fijo al mes crearía un montón de vagos.
– Discrepo, y le pongo un ejemplo. En Bélgica en 2001-2002, Nescafé realizó una campaña publicitaria en que 70 agraciados cobrarían la paga de una mensualidad de 1.000 euros hasta que murieran. Pues ninguno abandonó su trabajo y lo que hicieron casi todos es intentar la búsqueda de un empleo más cercano a su vocación y a sus estudios.
 
– ¿El objetivo final sería que todos los hombres del planeta tuvieran acceso a esta renta básica?
– Sí, pero con calma. Se podría ir introduciendo poco a poco en alguna comunidad española o europea.
 
– ¿La aplica algún país?
– Alaska, desde hace 20 años, donde todos los hombres y mujeres, ricos o pobres reciben este salario de unos 2.500 dólares al año. Lula ha intentado algo parecido en Brasil.
 
– La crisis se superará, pero tras un periodo de bonanza llegará otra. ¿No es que falla el sistema?.
– Sí, pero mientras haya multimillonarios como Warren Buffet que digan que con la crisis están ganando más dinero… Habrá un cambio, pero no sé cuándo se producirá.

Mentiras y verdades del futuro de las pensiones> Juanjo Basterra I (Gara)

 

Autor: Juanjo Basterra I

Fuente: Gara

El mantenimiento del sistema público de las pensiones es una cuestión de voluntad política y de tesón para frenar la batalla que ha emprendido la élite económica y financiera en favor de un sistema privado que les reporte enormes beneficios económicos. No es de extrañar. 

En el Estado español el patrimonio que gestionan los fondos de pensiones ascendió a mitad de este año a 82.671 millones, casi veintiséis veces más que en 1990 y supone casi la nómina anual a la que tiene que hacer frente las arcas públicas para el pago de pensiones contributivas, que en 2010 ascenderá a 95.320 millones. Garantizar la financiación de las pensiones públicas obligaría a generar empleo de calidad y salarios más elevados a los actuales para garantizar cotizaciones mayores, pero en ese camino se tropieza con los intereses del poder económico.

En el Estado francés se libra en estos momentos una batalla en la calle. Un pulso que los pensionistas, los trabajadores, los jóvenes y la sociedad en general han emprendido contra la reforma de la ley de pensiones de Nicolas Sarkozy, que se alinea con la política neoliberal que trata de mutilar el derecho de los ciudadanos a recibir una pensión pública después de pagar cotizaciones a la Seguridad Social. El martes se desarrollará la octava huelga general importante en los últimos meses, pero, a la vez, se producen numerosas movilizaciones, incluso en algunos sectores la huelga es indefinida, como en subsectores del transporte y en las refinerías de combustible. La huelga del martes en el Estado francés será previa a que el Senado ratifique el conjunto de la reforma de la ley de pensiones el 20 de octubre.

En el Estado español los ejes de la reforma son similares a la francesa: ampliar de 65 a 67 años la edad de jubilación y calcular la pensión con los últimos veinte años de vida laboral y aumentar la edad legal de jubilación a los 62 años. Pero en el Estado español nadie se mueve y se está permitiendo que todos los gabinetes de estudios pagados por bancos, cajas y entidades privadas «tomen» la opinión pública en favor de una reforma que suponga el acceso más difícil a una pensión pública.

Esta corriente neoliberal al servicio de la élite económica y financiera insiste en la necesidad de trabajar hasta los 70 años para poder jubilarse y recibir una pensión, a cotizar 40 años de la vida laboral y a elevar el período de cálculo de la pensión a toda la vida laboral, sabiendo que la elevada precariedad laboral existente impedirá que muchos trabajadores alcancen ese extremo, lo que supondrá una condena a obtener una pensión baja cuando se jubilen.

De hecho, hoy las pensiones de la mayoría son de miseria. Los datos de la Seguridad Social española confirman que el 71,75% de los pensionistas obtiene nóminas por debajo de los mil euros y el 58,5% percibe nóminas inferiores a 600 euros al mes, lo que supone estar en los niveles de pobreza después de haber estado décadas cotizando a la Seguridad Social. En este caso, Miren Etxezarreta, doctora en Economía por la London Scholl of Economics y la Universidad Autónoma de Barcelona, recuerda que «sólo los más ricos podrán vivir mejor su vejez con el recurso a las pensiones privadas. Para el resto de la población es imprescindible defender y mejorar las pensiones públicas».

De hecho, la compañía de Seguros Caser aseguró que un 65% de la población no podía ahorrar para su jubilación por la inestabilidad laboral, los bajos salarios y el exceso de costes a los que se deben realizar.

Como indica Attac en su libro «¿Están en peligro las pensiones públicas?», elaborado por Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, la pensión media contributiva en el Estado español es sólo el 68% de la media de la UE-15 y la pensión no contributiva es «sólo el 46% del promedio de la UE-15». Este tema no es motivo de preocupación para los altos ejecutivos de los bancos Santander y BBVA, aunque son los que están impulsando la privatización de las pensiones. Seis ejecutivos del Santander percibieron 251 millones en pensiones en 2009, mientras que el presidente de BBVA acumula ya un fondo privado de pensiones por valor de 79,7 millones. Estos millonarios se benefician de la normativa de la Seguridad Social que fija un tope de cotización por salario, por encima del cual no se cotiza. De esa manera, los banqueros cotizan a la Seguridad Social igual que un empleado cualificado. Una medida eficaz sería eliminar esos topes, para que quien más tiene cotice más.

La base del argumento que utilizan los gobiernos, sin distinción, y la propia Comisión Europea, que también ha abierto un debate sobre el futuro de las pensiones con el objetivo de imponer la jubilación a los 70 años, es que el coste económico de las pensiones en el año 2060 alcanzará al 14% ó el 15% del PIB. En el Estado francés, según los datos de Eurostat, en 2007 las pensiones consumían el 13,3% del PIB; en el Estado español, se sitúa en torno al 9%, mientras que en Hego Euskal Herria el gasto de pensiones ha pasado del 8% al 8,4% desde 1995 a 2008, lejos del gasto que tiene el Estado francés y la media europea que, según Eurostat, ronda el 12% del PIB de la UE-15. En este caso, Viçenc Navarro sostiene que no está fundada la alarma de que en 2060 las pensiones públicas sean insostenibles, porque, al igual que explica la economista Miren Etxezarreta, «no se tienen en cuenta ni la productividad ni el crecimiento económico que resultará en estos próximos cincuenta años».

Navarro rechaza por «alarmistas» esos cálculos y asegura que «si la productividad crece de media en un 1,5% al año, que es el promedio de los anteriores cincuenta años, implicaría que un PIB de 100 en el año 2060, habría crecido 2,25 veces, siendo 225. Si en 2007 nos gastamos un 8% del PIB en pensiones, dispondríamos de 92 unidades, pero en 2060, ese 14 ó 15% del PIB supondría 33 unidades del PIB, por lo que nos quedarían 192 unidades de gasto, más que ahora». La batalla por las pensiones está en alza.

X