La distopía palestina

Luis Salgado – Alternatiba
 
La distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma. Esta sociedad distópica está presente en muchas novelas, ensayos, comics e incluso en el cine de Hollywood. Este género surge a mediados del siglo XX, tras el final de la II Guerra Mundial y son sus máximos exponentes; 1984 de George Orwell, Fahrenheit 451 de Ray Badbury o Un mundo feliz de Aldous Huxley entre otros, sin olvidar la oscura y tenebrosa Gotham City una ciudad distópica como pocas donde el hombre-murciélago realiza sus proezas.
 
Todas estas distopías se caracterizan por crear un ambiente irrespirable de control y manipulación, un ambiente y una vida oprimida, sin futuro, gris cuando no directamente negra. Sin embargo, si la definición teórica, tal y como escribo al abrir este post, habla de una sociedad ficticia, lo cierto es que, mientras George Orwell escribía 1984, una distopía real y tangible estaba naciendo en Oriente Próximo, porque, ¿Cómo catalogar la vida que sobreviven quienes se hacinan en la minúscula franja de Gaza? Y esa distopía ha nacido y ha crecido al albur del Estado de Israel.
 
Estoy seguro que si preguntásemos a la mayoría de personas de este malnacido Orbe cual es la región del planeta más poblada la respuesta danzaría de China a la India, a recordar imágenes de Calcuta, Delhi o Shangai. Nos imaginaremos en sus calles, atestadas de personas conviviendo en un caos de tráfico, comercio, barullo. Sin embargo nadie, o casi nadie pensará que Gaza pueda ser la región más poblada del planeta. Es más, les costará encontrar un documento oficial que así lo corrobore, y eso se debe a que Gaza, Palestina entera no tiene trato como Estado, sin embargo la realidad es tozuda, es cierta y es desoladora, en una franja de 360 km2 conviven más de 1,6 millones de almas. Para que se hagan una idea, en un territorio poco más grande que el Condado de Trebiñu debería residir casi la totalidad de la población de la CAV.
 
Y puestos a seguir comparando imaginen ahora que toda esa población no puede hacer edificaciones nuevas desde hace más de 20 años ya que el Estado de Israel bloquea la entrada de materiales de construcción. No se pueden hacer depuradoras de agua y el 90% de la misma es insalubre. No hay apenas industria ni terrenos disponibles para la agricultura. (Recuerden que hablamos de Trebiñu con la población de la CAV) Y si esto les parece insuficiente, aderecen con bombardeos y ataques terrestres periódicos por parte del Gobierno Israelí.
 
Gaza, en el corazón de la Tierra Santa para Católicos, Judíos y Musulmanes, es la prueba irrefutable de que no hay un infierno después de la muerte, el infierno es simple y llanamente la capacidad del ser humano para humillar, esclavizar, y sacrificar a sus semejantes, y ese infierno tiene un nombre, Gaza.
 
Como veis, no he entrado a valorar los últimos acontecimientos, ni los bombardeos indiscriminados ni la incursión terrestre que está teniendo lugar en estos mismos instantes, y que cada letra de este artículo se imprime a la velocidad que una nueva bala surca el aire envenenado de Gaza. Hoy quería hablar de la realidad. Palestina está siendo exterminada como si de una plaga se tratara, y lo hace con el apoyo indisimulado de Occidente, como si nadie recordara ya el Gueto de Varsovia, porque eso es Gaza hoy en día, un gueto donde el sionismo recluye y aniquila lentamente, con sufrimiento, relamiéndose al pueblo palestino. Una distopía real que convierte al Gran Hermano en un virtuoso comparado con Sión.
 

Maroto, ¿racista ignorante o intencionado?

Toni Ramos y Cristina Bereciartua – Alternatiba Araba

Señor Maroto, no podemos evitar manifestarle nuestro más profundo rechazo ante sus últimas declaraciones racistas y xenófobas. Desconocemos si mintió a la ciudadanía intencionadamente, o tan solo dio muestras de ignorancia cuando afirmó que las personas de origen marroquí y argelino se empadronaban en Gasteiz con la intención decobrar ayudas sociales. Recabadas las cifras de su particular cruzada contra el fraude social, que indican que más de un 75% de las personas expulsadas del padrón son de origen autóctono, y menos de un 18% son de origen magrebí. No estaría de más que alguien de su posición se informara antes de hacer acusaciones de tan extrema gravedad, sobre todo cuando toda la ciudadanía -incluido usted- sabe perfectamente que decenas de personas del partido al que representa desde su poltrona institucional, están directamente relacionadas con el fraude y la corrupción que nos arrebatan millones de euros de las arcas públicas. Por lo tanto, afirmar que una persona por ser magrebí comete fraude, está bastante más alejado de la realidad que afirmar que usted, por el mero hecho de pertenecer al PP, es un corrupto.

Por desgracia, nos tiene acostumbrados a este tipo de imprudentes declaraciones, y peor si cabe, nos tiene acostumbrados a poner en práctica políticas que van en esa misma línea y que son homologables a las que defiende la ultraderecha declarada de partidos como el de Le Pen en Francia. Este tipo de discursos, señor Maroto, solo consiguen encender la llama del racismo y la xenofobia en una sociedad castigada por la crisis, usando a las personas migrantes como «chivo expiatorio» de los males de la sociedad; males que en gran medida, son consecuencia directa de las políticas antisociales que aplica su partido desde el Ayuntamiento, la Diputación de Araba y el Gobierno del Reino de España. En definitiva, sus declaraciones no solo suponen una falta a la verdad, sino también un envenenamiento que abre el camino a los postulados fascistas ante la opinión pública.

Cuando una persona se equivoca, sobre todo cuando esa equivocación se hace desde una alcaldía y repercute en perjuicio de toda la ciudadanía, lo sensato y lógico es pedir disculpas públicamente y rectificar. Sinceramente, dudamos mucho que pida disculpas públicas por la imprudencia que ha cometido con sus declaraciones, y dudamos también que rectifique las políticas racistas y xenófobas que está llevando a cabo en Gasteiz. Tampoco apostamos que por una extraña casualidad, se le encienda a usted la bombilla de la sensatez y la responsabilidad, y cambie de una vez el discurso populista por uno más pedagógico y razonado. Créanos si le decimos, señor Maroto, que nos gustaría equivocarnos.

Eibar vs R. Madrid

Luis Salgado – Alternatiba

No entiendo mucho de fútbol así que supongo que los verdaderamente aficionados al balompié podrán hacer pedazos todas y cada una de las palabras con las que voy a llenar este post. Sin embargo no puedo resistirme a escribir sobre el deporte rey, ese que mueve masas, llena estadios,  gasta millones y genera deudas aún más millonarias. Deporte que crea opulentos jóvenes, potentados en la veintena, élites con Ferraris, mansiones, yates y por lo general, limitada dialéctica.

Acabamos de dejar atrás la última edición del Mundial de Fútbol auspiciada por la FIFA. Mundial celebrado en Brasil, uno de los estados más ricos de América del Sur, sino el más, y donde la desigualdad campa a sus anchas, a pesar de que ahora podamos ver a Beckham veraneando en sus favelas. El susodicho Mundial lo ha ganado Alemania mientras Israel protagoniza una nueva masacre ante el silencio general. Es probable que en este inmundo globo llamado Tierra más gente conozca la alineación de la selección ganadora que el número de víctimas mortales de los últimos bombardeos sionistas, pero el fútbol es así, ya no hay rival pequeño, y el fósforo blanco, las bombas de racimo y el uranio empobrecido son el tiki-taka de Israel. Así sus hinchas disfrutan desde el graderío nocturno viendo la masacre, haciéndose selfies, mientras Gaza se ilumina con los bombardeos.

Pero no quiero ponerme transcendental, hoy no, hoy quiero hablar de algo mundano, y nada lo hay más que el fútbol. Deporte que anima las tertulias de bar y enciende las pasiones. Y quiero hacerlo con el fútbol más cercano, el de la Liga de Fútbol Profesional, otrora Liga de las Estrellas y actualmente Liga BBVA, mucho más acorde con la realidad sin duda la nueva nomenclatura.

Me cuentan, me dicen que el Eibar, un equipo modesto de aquí, de la CAV ha ascendido por méritos deportivos a la 1ª División y que allí se verá las caras con otros equipos vascos como la Real o el Athletic, pero también con los todopoderosos Barça o Real Madrid. Y hete aquí que mirando y mirando uno encuentra comparativas curiosas, como por ejemplo que el Eibar destina a pagar a la plantilla 21 veces menos de lo que cobra Cristiano Ronaldo. Dicho de otro modo, el Eibar supera por poco el millón de Euros para pagar a toda su plantilla, el Madrid 200 y pico, siendo el pico 10 o 12 veces el presupuesto del Eibar.

En un principio, digamos que estos datos me sorprendieron, sin entrar a hablar de que la deuda de la mayoría de clubs de la Liga BBVA multiplica decenas de veces el presupuesto del plantel armero, pero cuando uno intenta visualizar estas diferencias lo que le provocan es una mezcla de vergüenza, hastío y asco. Asco por ver como se tiran millones y millones a la basura en Circo cuando nos falta pan. Hastío porque uno está cansado de intentar remar contracorriente. Y vergüenza por ver como se menosprecia y menoscaba la valía de tantas profesiones ante los profesionales del balón. Porque si vergonzoso es comparar el salario de los jugadores del R. Madrid con los del Eibar, ¿qué decir de la comparativa realizada con, por ejemplo, un médico?

Pero es que además, los ratios salariales en el mundo del fútbol son imposibles. Ahora que muchas personas están alzando la voz para reivindicar un tope salarial en el que el salario más alto no pueda ser más de 6 veces el salario más bajo de una empresa. (En algunas cooperativas esto está reducido a 1 a 3) Uno puede ver que el ratio en la Liga Española es de 1 a 350, traducido a números que uno pueda entender; si el peón especialista de la fábrica donde tú trabajas cobra 1000€, el salario más alto de tu empresa sería de ¡¡¡¡350.000€ mensuales!!!! Pero claro, entonces va uno y te dice; “no puedes comparar a Cristiano Ronaldo con Jose Luis Morales” y no, no puedo, porque si se nos ocurriese hacer una comparativa tipo empresarial, que se yo, un tipo de prima para valorar el trabajo de ambos, por cada gol del modesto delantero armero la rutilante estrella portuguesa tendría que meter la friolera de 133 goles. (Si alguien tiene curiosidad que estudie los sistemas de prima existentes y haga cálculos, verá que he sido un cronometrador poco exigente)
 
Por supuesto entiendo que en esos 21 millones que cobra el Sr. Ronaldo también se pagan intangibles, emociones, títulos, mientras con el salario de un trabajador no se suele pagar nada más que facturas, alimento y tal vez, con suerte el abono para ver el partido del domingo, del lunes, del miércoles… Gooool en el campo, paz en la tierra.
 
Del Blog de Luis Salgado El Mundo Imperfecto

Gipuzkoa, ¿lloros en el infierno de los (muy) ricos?

 

Txema Mendibil – Inspector de Hacienda

Ultimamente estamos asistiendo a declaraciones osadas criticando el impuesto sobre la riqueza de Gipuzkoa y especialmente la tributación de las participaciones empresariales que puede llegar, para patrimonios superiores a 5 millones de euros, a un tipo efectivo del 0,25%.

Es posible que esos empresarios no conozcan la obra de Piketty, el economista más leído en estos tiempos. Y aunque algunas de sus conclusiones pueden ser discutibles, nadie ha logrado poner en duda sus datos e historias.

Por ejemplo, cuenta Piketty que Liliane Bettencourt, heredera de L’Oreal, es la persona más rica de Francia aunque no haya trabajado en su vida. Pues bien, su fortuna personal ha pasado de 2.000 a 25.000 millones de dólares entre los años 1990 y 2010, un crecimiento anual del 10,5% neto de la inflación. Aunque su proverbial austeridad hace que tan solo necesite para sus pequeños gastos anuales entre 3 y 5 millones de euros.

Y gracias a la exención por bienes empresariales, un poco al escudo fiscal y a, para colmo, la deducción por donativos (es muy caritativa, especialmente con las fundaciones de los principales partidos políticos y ONG vinculadas) su pago anual conjunto por renta y patrimonio no supera el 0,01% de su riqueza. Un tipo realmente módico.

Pero hay más: esos 2.000 millones de 1990 son unos 4.000 millones en 2010, por lo que, aplicando el sentido común, vemos que ha ganado 21.000 millones en veinte años con un tipo de gravamen en renta en torno al 0,1%. Y que no haya ningún ingenuo que crea que alguna vez pagará por IRPF, en Francia también existe la exención de la «plusvalía del muerto». Así, para Liliane, Francia es un auténtico paraíso fiscal (y todos los territorios europeos salvo Noruega y… Gipuzkoa).

¿Es ese el camino que quieren para Euskal Herria? ¿Que los mega ricos no paguen impuestos y posean una parte cada vez mayor de la riqueza y del país?

Se podría pensar que esto es demagogia, que los ricos de aquí son mucho más de andar por casa. Pues bien, volviendo con Piketty, daré algunos datos de los últimos 20 años y la proyección central para los próximos 20, siempre netos de inflación: mientras la riqueza media por habitante crece en la Unión Europea al 1,5% anual, las rentas del capital (incluyendo plusvalías) producen un 4,5% anual (antes de IRPF, para los que lo paguen por «sacar» su dinero).

Alguien se escandalizará remarcando que no ha visto esos beneficios ni en pintura (salvo preferentes y subordinadas, claro) y que su banco solo le da un poco más que la inflación por sus ahorros. Pero cuidado, ese 4,5% es una media y el porcentaje va aumentando a medida que crece el patrimonio poseído. Ya hemos visto que para Liliane era del 10,5% anual y, según Piketty, la media en la UE para patrimonios superiores a 5 millones de euros sube por encima del 6%. Es decir, los (muy) ricos se enriquecen (más) cuatro veces más rápido que las personas «normales», no (un poco, si queréis) menos que sería lo justo.

Por eso, cuando oigo lamentos y crujir de dientes por pagar ese 0,25% por los bienes empresariales (24 veces menos de lo que producen), pienso que la mezquindad siempre ha sido una enfermedad de los ricos y que los empresarios y emprendedores que necesita nuestro pueblo son aquellos que creen riqueza y la repartan, pagando unos impuestos mínimamente serios. Y de estos también hay, no nos engañemos.

Alguien aducirá que con la crisis hay empresas y empresarios que lo están pasando mal, aun reconociendo que otros colectivos siempre lo han pasado y lo están pasando peor. Pues precisamente por eso se necesitan más fondos públicos y una política industrial digna de ese nombre, incluyendo un banco público dedicado a eso y no a privatizarse (pocos lloros de millonarios al respecto).

También se oye que poseer una empresa es muy duro y que, para los disgustos que trae, sería mejor venderla y quedarse de inversor pasivo aun renunciando a la bonificación del 75%. Permítanme dudarlo; no solo está la bonificación sino que se omite hablar de las otras ventajas para sus propietarios en forma de puestos de trabajo para ellos y sus familiares, realización personal y todos los beneficios que reporta el poder económico directo.

Tras lo expuesto, hay que reconocer sentido a la única crítica veraz: ¿por qué no se aplica esto en las otras tres provincias forales vascas cuando responden al mismo sujeto colectivo? Todo se andará, porque los tiempos están cambiando y dudo mucho que seguir legislando al dictado de un lobby que no representa ni al 1% de la población tenga algún futuro político.

Naturalmente, estos nuevos Tíos Gilitos pueden estar pensando en emigrar a algún país como España, donde se sentirían a gusto con la mayor desigualdad social (índice de Gini) de toda Europa. Pues muy bien, aunque les advierto que ahí también están surgiendo voces nuevas a las que les gusta mucho el impuesto de Gipuzkoa.

Acabando con Piketty, recordar que este impuesto es muy moderado precisamente para evitar deslocalizaciones (salvo las muy mezquinas). Lo que él propone, para no acabar con una clase social al estilo de los patricios del imperio romano, es una transferencia total y «on-line» de la información fiscal entre los estados de la UE y un impuesto sobre la riqueza del 2% para patrimonios superiores a 5 millones, sin bonificaciones ni escudos tramposos. Y fuertes sanciones para los países incumplidores. Es muy posible que el impuesto de Gipuzkoa haya servido para iniciar ese camino.

Publicado en Naiz.info

Jenarete y Cortadillo

Luis Salgado – Alternatiba 
 
La picaresca, o novela picaresca fue un género narrativo en prosa muy característico de la literatura española del llamado Siglo de Oro abandonado, al quedar demostrado, que la realidad siempre supera a la ficción y que a nadie le gusta verse reflejado en un texto burlón. Así, el Reino de España, hogar de pícaros, ladrones y estafadores varios ha llegado a nuestros días sin Cervantes ni Quevedos que lo retraten.
 
Han progresado los pícaros, eso sí, ya no son aquellos personajillos de bajo rango social, descendientes de padres sin honor o huérfanos. Siglos de práctica, de saber arrimarse a buenos árboles, les han permitido vestir traje y corbata, arrimar maletín, y ser ejemplo de emprendimiento. No cortan bolsa con navaja, ahora la estafan con acciones y el beneplácito de una corte de aduladores, que incluso del Gobierno los aplauden.  Contraviniendo aquella norma no escrita del pícaro novelado, en la que no cabía mejora en la condición. Han caído en el error Don Gregorio Guadaña o El Buscón.
 
Pareciera, ahora bien, que ser pícaro sea profesión noble y artera, viendo como ves a sus oficiantes ocupar los mejores asientos en esta función que es la vida. Los ocupan todos, desde el Gobierno a la Oposición, desde el Santander hasta Gowex.  Y aquí no hay distinción entre las diferentes naciones asentadas en el reino castellano. Ni catalanes ni vascos hacen distinción y De Miguel o Pujol, ITV o TAV, la picaresca lo recorre todo desde el Llobregat hasta el Nervión.
 
La última noticia, el último escándalo lo ha provocado un inefable aguador, de aquellos que convierten el agua en vino adulterando el alcohol. De la noche a la mañana descubrimos que era rico, el mayor emprendedor. Loas a su capacidad, a su determinación. Jenarete García (que a quién nombre no tenía, García le ponían) era el espejo de la España audaz, de la desvergüenza. Recuerdos de gomina de aquel intrépido banquero, ejemplo y profesor de economía que piso la cárcel por una estafita en Banesto, y es que no aprendemos.
 
Así, tras su meteórico ascenso a la cumbre, en apenas unos días descubrimos que lo suyo era mentira, y que no existía tal dinero. Jenarete había aguado con ¾ de agua lo que nos vendía como litro de vino. Nos rasgamos las vestiduras, algunos incluso nos reímos. O afilamos las guadañas, o nos robaran todo el trigo, bandas de malandrines, rufianes y bandidos, engalanados con Gaviotas, Puños, o ¡voto a Sabino!
 
Yo lo dejo aquí, que no quisiera, ofender a ningún pícaro que me leyera, sabiendo como sé que nos rodean y lo que es aún peor, que nos manejan. Hartito me tienen, me roban, se ríen, y para mayor Inri, vas tú y les votas.
 
Del blog del Luis Salgado El Mundo Imperfecto
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