Carta crónica de un huelguista en Toulouse (Rebelión)

Artículo publicado en Rebelión

Bueno a ver si cuento un poco lo que interpreto. No es cierto que Francia está «en llamas». Eso dicen los medios para vender y es la consigna de Napoleoncito (Sarko) para hacer eje en los destrozos y no en las reivindicaciones populares. Pero no dicen que Francia está en rebelión y movilizada. Esta mañana las encuestas decían que mas del 80% de los franceses está de acuerdo con la huelga y las manifestaciones y que el 60% está de acuerdo con seguir la movilización aunque el gobierno vote la ley que combatimos. Es importante saber que todo este quilombo sigue incluso sabiendo que vamos a perder porque el gobierno está decidido a que la ley pase o pase. Desde el principio del conflicto Napoleoncito dijo que no iba a negociar y ahora no puede volver atras. Y los sindicatos, que son tan burocratas como los moyano, ya le dijeron al gobierno publicamente y desesperadamente que no pueden hacer nada porque los sobrepasan las bases. Asique politicamente no hay salida y votaran la ley porque el gobierno tiene mayoria en el parlamento. Un problema es que la oposición politica, esencialmente el PS, es una bosta, no existe.

Al no haber una oposición que capitalice, el partido en el gobierno se mantiene unido aunque la calle esté que arde. Hay como una «guerrilla» urbana. Esta mañana fuimos a cortar varios puntos de Toulouse. Yo fui a cortar la entrada del aeropuerto. Mucha gente que no pudo tomar el avion pero nadie se quejó porque en el fondo todos apoyan la rebelión. Llegó la cana, charlamos con ellos (porque estan igual que nosotros), nos dan la razon y tranquis nos vamos a cortar otra ruta sin quilombo con la cana. Aqui charlamos con la gente «embotellada» por el corte y todo bien, todos bancan. Llega la cana, charlamos y nos fuimos tranquis a cortar una rotonda. Y todo así durante toda la mañana. Aquí nosotros, que eramos empleados del aeropuerto, profes, estudiantes, asalariados de empresas privadas en huelga, etc etc…, en otro lugar los camioneros, en otro los chicos de la secundaria, en otro los ferroviarios, los choferes de colectivos que paran de golpe, el subte que para 15 minutos cada media hora, obreros en huelga que salen a la ruta y la cortan un par de horas, etc etc etc… Es decir que movilizados o trabajando todos participan y apoyan. Por ejemplo hace un rato volvió Thomas, mi hijo pequeñito chiquitito cossssita, del liceo que tienen tomado. Se fue ayer a la tarde a reemplazar a los compañeros que hicieron 24h de ocupación. Hace una semana que tienen ocupado el liceo junto con los profes. Cada tanto salen a la ruta, la cortan, se arma el embotellamiento, volantean, explican, y se vuelven al liceo ocupado levantando el corte. Aquí en Toulouse el dia se pasa así. Aquí en Francia se respeta el derecho a pensar como se quiera así que hay gente que trabaja pero como estan de acuerdo con la rebelión apoyan trabajando. Yo por ejemplo dí clase hasta ayer en que ocupamos la universidad. En los cursos discutimos con los estudiantes la situación política, nada de clase normal. Los que llevan la punta son los compañeros de las refinerías y las petroleras porque ocupando las refinerías dejan al pais sin nafta. El gobierno mando a la cana a levantar esas ocupaciones. Los obreros se van sin quilombo pero vuelven a las horas y la ocupan de nuevo. Las manifestaciones son geniales. Al menos aquí en toulouse el 20% de la población está en la calle los martes, jueves y sabados. Somos entre 120 y 150.000 manifestantes cada día. Abuelos con los nietos, padres con los hijos, gente con sus perros, obreros, artesanos, muchos jovenes,todos se encuentran. Yo me encuentro con gente de mi pueblo que ni me imaginaba que podrían ir. Hasta el médico del pueblo va. El 80% de los franceses está en esta linea, o militando activamente o apoyando. Y todos sabemos que el gobierno va a pasar la ley «en force».

Entonces no se basen en las fotos de los medios de autos quemados, fuego, negocios destruidos, de quilombo y todos eso. Existe, cierto, pero siendo marginal lo usan como propaganda gubernamental para deslegitimar la protesta. De todos modos quienes hacen todo ese quilombo no son provocadores de la cana sino los chicos marginados de los barrios. Lo hacen con derecho, el problema que terminan siendo funcionales al sistema.

Aqui en Francia, la burguesía en el gobierno siempre negoció cuando el pueblo se movilizó. Incluso De Gaulle renunció frente a la crispación social. El capitalismo industrial necesitaba paz social por eso negociaba. Hoy el capitalismo financiero no necesita negociar, necesita aplastar. Es la diferencia entre la derecha y la derecha neoliberal actual. A esta no le interesa integrar a la clase trabajadora porque ya no la necesita. A quienes necesita es a los trader, a los gerentes de
bancos y financieras, una élite que le permite hacer beneficios con la bicicleta financiera sin que intervenga el resto de lasociedad. Por eso no negocian. Estamos en un mundo distinto al que vivimos nosotros de jovenes.

Y me voy a dormir que mañana a las 6 levantamos las barreras del peaje sur de Toulouse. Los camioneros van a bloquear el perisférico, los colectiveros paran, los secundarios se movilizan en la ciudad de Toulouse y los ferroviarios se plantan en las vías. Habrá mas acciones que no sé porque aquí nada es centralizado, se coordina un poco pero se lucha en libertad… un poco de anarquía… como la del 68… pero sin el amor libre, coños! :-))

¡Viva la huelga!… como decían nuestros viejos anarquistas.

Entrevista a Daniel Raventós, Presidente de Renta Básica

Entrevista publicada en el Diario Vasco

Daniel Raventós (Barcelona, 1958), doctor en Ciencias Económicas y profesor de Teoría Sociológica, Filosofía del Derecho y Metodología de las Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, cree que «no existe la política económica neutral, pues siempre, lo que se disponga en esta materia favorecerá a los ricos o a la clase trabajadora». El presidente de la Red Renta Básica participa en San Sebastián y Vitoria en unas jornadas organizadas por Alternatiba.
 
– ¿Desde febrero de 2001, en que se funda la Red Renta Básica, hasta nuestro días, ha habido algunos cambios y reflexiones a la hora de su posible aplicación?
– Sin duda, porque desde el punto de vista social se han producido importantes acontecimientos y han surgido nuevas realidades. La Red Renta Básica nace en 2001, pero es que ya 20 años antes se hablaba de este concepto. En aquellos tiempos no existía una emigración desde los países pobres como se da actualmente. Ahora, además, llevamos tres años de crisis económica, lo que exige actualizar algunos aspectos. Diría que mirando a 2012 o 2013 habría que fundamentar la normativa de esta renta y ultimar las propuestas de financiación concreta.
 
-¿Pero ustedes siguen siendo partidarios de aplicar esta renta que supondría dar un salario a cada persona independientemente de su situación social y laboral?
-Sí, claro. El debate sobre si esa medida es o no justa ya se ha superado. Se considera justa. Nosotros hicimos un estudio para Cataluña en base a una muestra que nos llevó a analizar cerca de doscientas declaraciones de renta. Un actualización de este impuesto en base a criterios de las ganancias de cada persona, permitiría conceder un salario básico de 5.400 euros al año a los mayores de 18 años y de 2.700 a los menores de esa edad.
-¿Y esto se haría a costa de las clases más privilegiadas?
-No sólo vendría de ahí, sino también por la modificación de una serie de gastos. De todos modos los ricos seguirían siendo ricos. No nos llevemos a engaño. Con nuestra aplicación vimos que el 10% de los catalanes perderían algo de dinero al modificar el impuesto, del 10% al 15% se quedarían igual y del 70% al 75% resultarían favorecidos.
 
-Pues no parece convencerles mucho a los grandes capitales, a los políticos, ni a los sindicatos…
-Bueno, la realidad es que hace dos años se creó una subcomisión parlamentaria en las Cortes que votó por unanimidad a favor de este derecho a la renta básica. No porque todos estuvieran de acuerdo, porque el PP quería aprovechar su intervención en este foro para mostrar su total disconformidad con la medida, pero como el PSOE en principio la apoyaba, dio su consentimiento a iniciar la discusión. Pero no se ha inaugurado, por estar por medio la crisis.
 
– Los sindicatos creen que perderían fuerza negociadora y algunos empresarios que un sueldo fijo al mes crearía un montón de vagos.
– Discrepo, y le pongo un ejemplo. En Bélgica en 2001-2002, Nescafé realizó una campaña publicitaria en que 70 agraciados cobrarían la paga de una mensualidad de 1.000 euros hasta que murieran. Pues ninguno abandonó su trabajo y lo que hicieron casi todos es intentar la búsqueda de un empleo más cercano a su vocación y a sus estudios.
 
– ¿El objetivo final sería que todos los hombres del planeta tuvieran acceso a esta renta básica?
– Sí, pero con calma. Se podría ir introduciendo poco a poco en alguna comunidad española o europea.
 
– ¿La aplica algún país?
– Alaska, desde hace 20 años, donde todos los hombres y mujeres, ricos o pobres reciben este salario de unos 2.500 dólares al año. Lula ha intentado algo parecido en Brasil.
 
– La crisis se superará, pero tras un periodo de bonanza llegará otra. ¿No es que falla el sistema?.
– Sí, pero mientras haya multimillonarios como Warren Buffet que digan que con la crisis están ganando más dinero… Habrá un cambio, pero no sé cuándo se producirá.

Mentiras y verdades del futuro de las pensiones> Juanjo Basterra I (Gara)

 

Autor: Juanjo Basterra I

Fuente: Gara

El mantenimiento del sistema público de las pensiones es una cuestión de voluntad política y de tesón para frenar la batalla que ha emprendido la élite económica y financiera en favor de un sistema privado que les reporte enormes beneficios económicos. No es de extrañar. 

En el Estado español el patrimonio que gestionan los fondos de pensiones ascendió a mitad de este año a 82.671 millones, casi veintiséis veces más que en 1990 y supone casi la nómina anual a la que tiene que hacer frente las arcas públicas para el pago de pensiones contributivas, que en 2010 ascenderá a 95.320 millones. Garantizar la financiación de las pensiones públicas obligaría a generar empleo de calidad y salarios más elevados a los actuales para garantizar cotizaciones mayores, pero en ese camino se tropieza con los intereses del poder económico.

En el Estado francés se libra en estos momentos una batalla en la calle. Un pulso que los pensionistas, los trabajadores, los jóvenes y la sociedad en general han emprendido contra la reforma de la ley de pensiones de Nicolas Sarkozy, que se alinea con la política neoliberal que trata de mutilar el derecho de los ciudadanos a recibir una pensión pública después de pagar cotizaciones a la Seguridad Social. El martes se desarrollará la octava huelga general importante en los últimos meses, pero, a la vez, se producen numerosas movilizaciones, incluso en algunos sectores la huelga es indefinida, como en subsectores del transporte y en las refinerías de combustible. La huelga del martes en el Estado francés será previa a que el Senado ratifique el conjunto de la reforma de la ley de pensiones el 20 de octubre.

En el Estado español los ejes de la reforma son similares a la francesa: ampliar de 65 a 67 años la edad de jubilación y calcular la pensión con los últimos veinte años de vida laboral y aumentar la edad legal de jubilación a los 62 años. Pero en el Estado español nadie se mueve y se está permitiendo que todos los gabinetes de estudios pagados por bancos, cajas y entidades privadas «tomen» la opinión pública en favor de una reforma que suponga el acceso más difícil a una pensión pública.

Esta corriente neoliberal al servicio de la élite económica y financiera insiste en la necesidad de trabajar hasta los 70 años para poder jubilarse y recibir una pensión, a cotizar 40 años de la vida laboral y a elevar el período de cálculo de la pensión a toda la vida laboral, sabiendo que la elevada precariedad laboral existente impedirá que muchos trabajadores alcancen ese extremo, lo que supondrá una condena a obtener una pensión baja cuando se jubilen.

De hecho, hoy las pensiones de la mayoría son de miseria. Los datos de la Seguridad Social española confirman que el 71,75% de los pensionistas obtiene nóminas por debajo de los mil euros y el 58,5% percibe nóminas inferiores a 600 euros al mes, lo que supone estar en los niveles de pobreza después de haber estado décadas cotizando a la Seguridad Social. En este caso, Miren Etxezarreta, doctora en Economía por la London Scholl of Economics y la Universidad Autónoma de Barcelona, recuerda que «sólo los más ricos podrán vivir mejor su vejez con el recurso a las pensiones privadas. Para el resto de la población es imprescindible defender y mejorar las pensiones públicas».

De hecho, la compañía de Seguros Caser aseguró que un 65% de la población no podía ahorrar para su jubilación por la inestabilidad laboral, los bajos salarios y el exceso de costes a los que se deben realizar.

Como indica Attac en su libro «¿Están en peligro las pensiones públicas?», elaborado por Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, la pensión media contributiva en el Estado español es sólo el 68% de la media de la UE-15 y la pensión no contributiva es «sólo el 46% del promedio de la UE-15». Este tema no es motivo de preocupación para los altos ejecutivos de los bancos Santander y BBVA, aunque son los que están impulsando la privatización de las pensiones. Seis ejecutivos del Santander percibieron 251 millones en pensiones en 2009, mientras que el presidente de BBVA acumula ya un fondo privado de pensiones por valor de 79,7 millones. Estos millonarios se benefician de la normativa de la Seguridad Social que fija un tope de cotización por salario, por encima del cual no se cotiza. De esa manera, los banqueros cotizan a la Seguridad Social igual que un empleado cualificado. Una medida eficaz sería eliminar esos topes, para que quien más tiene cotice más.

La base del argumento que utilizan los gobiernos, sin distinción, y la propia Comisión Europea, que también ha abierto un debate sobre el futuro de las pensiones con el objetivo de imponer la jubilación a los 70 años, es que el coste económico de las pensiones en el año 2060 alcanzará al 14% ó el 15% del PIB. En el Estado francés, según los datos de Eurostat, en 2007 las pensiones consumían el 13,3% del PIB; en el Estado español, se sitúa en torno al 9%, mientras que en Hego Euskal Herria el gasto de pensiones ha pasado del 8% al 8,4% desde 1995 a 2008, lejos del gasto que tiene el Estado francés y la media europea que, según Eurostat, ronda el 12% del PIB de la UE-15. En este caso, Viçenc Navarro sostiene que no está fundada la alarma de que en 2060 las pensiones públicas sean insostenibles, porque, al igual que explica la economista Miren Etxezarreta, «no se tienen en cuenta ni la productividad ni el crecimiento económico que resultará en estos próximos cincuenta años».

Navarro rechaza por «alarmistas» esos cálculos y asegura que «si la productividad crece de media en un 1,5% al año, que es el promedio de los anteriores cincuenta años, implicaría que un PIB de 100 en el año 2060, habría crecido 2,25 veces, siendo 225. Si en 2007 nos gastamos un 8% del PIB en pensiones, dispondríamos de 92 unidades, pero en 2060, ese 14 ó 15% del PIB supondría 33 unidades del PIB, por lo que nos quedarían 192 unidades de gasto, más que ahora». La batalla por las pensiones está en alza.

Polarización social y pensiones> Vicenc Navarro

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Artículo publicado en Público, el 16 de Septiembre del 2010

La enorme concentración de la riqueza (tanto de la renta como de la propiedad) que ha ocurrido en la mayoría de países de la OCDE (incluida España) ha generado un debate en muchos de aquellos países que no ha aparecido en los mayores medios de difusión españoles. El tema que sí que ha aparecido mucho en nuestros medios ha sido la supuesta insostenibilidad del futuro de las pensiones, que ha originado la propuesta del gobierno español de retrasar dos años la edad de jubilación. Pero de concentración de las rentas y cómo esta concentración está afectando al futuro de las pensiones, no se ha escrito nada en los cinco rotativos de mayor difusión del país. Repito, nada.

No así en EEUU. En aquel país ha existido un debate muy intenso en varios diarios, incluido el The New York Times. En EEUU, como también en España, las fuerzas conservadoras y liberales están subrayando que la transición demográfica hace inviable el futuro de las pensiones, a no ser que se retrase la edad de jubilación. Muchas de estas fuerzas están incluso proponiendo que la edad obligatoria de jubilación se retrase a los 70 años.

Las izquierdas, sin embargo, no están aceptando tal argumento y propuesta. Y están centrando su atención en la escandalosa concentración de las rentas que se ha ido produciendo en aquel país durante los últimos treinta años, consecuencia de las políticas neoliberales iniciadas por el Presidente Reagan en EEUU y desarrolladas más tarde por la mayoría de los gobiernos de la OCDE, incluidos aquellos gobernados por partidos de raíces socialdemócratas, muchos de los cuales se han transformado en partidos socioliberales. En EEUU, el 1% de la población que tenía el 8% de la renta nacional en los años setenta, ha pasado a tener el 24% en el año 2009.

El lector se preguntará “¿y qué tiene esto que ver con la viabilidad del sistema de pensiones públicas?”. Pues la respuesta es que tiene mucha relación. El sistema de financiación de la Seguridad Social es sumamente regresivo: es decir cuanto más rica es la persona, menos paga (en términos proporcionales) a la Seguridad Social. El Sr. Bill Gates, uno de los ciudadanos estadounidenses más ricos del mundo, paga 6.622 dólares a la Seguridad Social, prácticamente la misma cantidad que paga un empleado medio de su empresa. En EEUU (como en España), la carga impositiva para la Seguridad Social tiene un umbral (en EEUU es de 106.800 dólares) por encima del cual no se pagan impuestos para financiar las pensiones públicas. Monique Morrissey, del Economic Policy Institute (uno de los centros de investigación económica más reputados de Washington) ha calculado que eliminando gradualmente tal umbral, de manera que cada año se aumentara un 2%, hasta llegar a cubrir el 90% de la renta del contribuyente, se cubriría un tercio del déficit proyectado para el año 2040. Si en lugar de hacer el cambio gradualmente se hiciera inmediatamente, los fondos recogidos eliminarían aquel déficit completamente. El hecho de que todo el debate en España (uno de los países de la OCDE, junto con EEUU, que tiene mayores desigualdades de renta) se centre en alargar obligatoriamente la edad de jubilación, en lugar de en aumentar la progresividad en la financiación de la Seguridad Social, se debe a que el sector de la población de rentas altas en España tiene mucho más poder político y mediático en nuestro país que el ciudadano normal y corriente. En realidad, la visibilidad mediática y política de una política pública tiene menos que ver con los méritos de tal propuesta, que con las cajas de resonancia mediática de que goza. Véase, como ejemplo, el contraste en la exposición que tienen en los medios las medidas de austeridad y recortes de derechos sociales y laborales frente a las necesarias y urgentes reformas fiscales que se requieren para mejorar la capacidad recaudatoria del Estado y su progresividad.

Existe otra consecuencia de la creciente polarización de las rentas sobre las pensiones, de lo que tampoco se habla en el debate sobre las pensiones en España. La propuesta de retrasar obligatoriamente la edad de jubilación para toda la población que trabaja discrimina a las personas de baja cualificación y rentas bajas a costa de las rentas altas y medias-altas. Así, en EEUU una persona perteneciente al 5% de la población, la de mayor renta, vive quince años más que una persona perteneciente al 5% inferior. En realidad, mientras la esperanza de vida de los ricos ha aumentado cinco años durante el periodo 1980-2009, la de las personas de rentas inferiores ha aumentado sólo un año (y entre las mujeres de este grupo de rentas el aumento ha sido incluso menor). Es un enorme error que no se permita a las personas con trabajos poco satisfactorios y estresantes jubilarse antes (en España el número de trabajadores que indica que su trabajo es estresante ha subido en los últimos veinte años de un 32% a un 48%. De ellos, el 68% realizan trabajos poco cualificados). Como también es un enorme error forzar obligatoriamente a personas altamente cualificadas a que se jubilen a los 65 ó 67 años, cuando todavía están en plena actividad intelectual. La pensión debería ser un derecho, no una obligación. De ahí que a las personas que gozan de su trabajo y que vivirán más años que las personas con bajas cualificaciones que vivirán menos, debería permitírseles retirarse más tarde de la edad obligatoria, si así lo desean.

Pero además de ser un error el retraso obligatorio de la edad de jubilación, es una gran injusticia, pues retrasar tal edad de jubilación significa en la práctica que los que vivirán menos años trabajen dos años más (algunos incluso piden cinco años más) para pagar las pensiones de los que vivirán más años, sobreviviéndoles incluso 15 años en EEUU y diez en España (en la UE-15 son siete años). Estas son las consecuencias que la polarización de las rentas tiene en la financiación y en la equidad del sistema de pensiones, de lo cual apenas se habla en nuestro país.

Imagen: www.llosa.cat

La agricultura campesina puede enfriar el planeta> Grain (ALAI)

Artículo publicado en América Latina en Movimiento (ALAI), No. 459, «Nuevas tendencias en el agro». http://alainet.org/publica/459.phtml

Hay una crisis climática que nos afecta a todos, pero que está golpeando especialmente a los pueblos del campo. Ya casi no es posible predecir las lluvias, llueve cuando no corresponde, pasamos fácilmente de inundaciones a sequías, sufrimos olas de calor o frío extremo, hay tormentas de viento que antes no se daban, el granizo es más frecuente, el agua es cada vez más escasa, etc. Esto es lo que llaman “cambio climático” o “calentamiento global”. Y su efecto es cada vez mayor, haciendo más difícil vivir y producir en el campo. Si esta contaminación sigue el clima estará tan alterado que la vida de todos se hará realmente difícil.

Esta crisis o cambio climático se debe a que el aire está contaminado con una serie de gases a los que se les llama “gases invernadero” y que se producen por utilizar petróleo o gasolina, quemar los bosques, destruir los suelos, acumular basuras, criar animales en grandes granjas industriales, etc. Los países del mundo se comprometieron a reducir la contaminación, pero han hecho poco o nada. En diciembre de 2009 los compromisos debían ser renovados en una reunión de los gobiernos llevada a cabo en Copenhague, pero salieron de allí sin comprometerse a nada. Por ello, el presidente Evo Morales llamó a una Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Miles de asistentes provenientes principalmente de organizaciones populares discutieron sobre las verdaderas causas del cambio climático y propusieron soluciones reales. En diciembre de este año (2010) los gobiernos se reunirán nuevamente en Cancún, México. Diversos movimientos sociales, incluidas la CLOC y la Vía Campesina, se preparan para realizar manifestaciones populares para exigir que los gobiernos ataquen las verdaderas causas de los problemas del clima y pongan en marcha soluciones reales.

¿Cuáles son las verdaderas causas de la crisis climática? La Cumbre de los Pueblos concluyó que es el capitalismo, debido a las formas de producción y consumo que promueve y a que pone las ganancias por sobre el bienestar de las personas y de la Madre Tierra en general. La Vía Campesina viene diciendo lo mismo desde el año 2007. También ha dicho que el sistema agrícola-alimentario industrial y el modelo agroexportador que se impone en el mundo es una grave causa de la contaminación que cambia el clima. La Vía Campesina también ha dicho claramente que las campesinas y campesinos del mundo están enfriando el planeta.

El año 2009 GRAIN hizo un estudio para determinar cuánta contaminación producía la gran agricultura y cuánto podían enfriar el planeta las y los campesinos del mundo. Los resultados confirman con creces lo dicho por la Vía Campesina.

El uso de fertilizantes, pesticidas, maquinarias y la destrucción de los suelos provocan algo más de la décima parte de los gases invernadero. Una de las principales causas de la destrucción de los suelos es que ya no se devuelve la materia orgánica al suelo.

La producción animal en grandes granjas y concentraciones es otra gran fuente de contaminación: muchos autores dicen que cerca de la quinta parte de los gases invernadero provienen de allí. Esto se debe a que las grandes granjas de crianza producen miles de toneladas de guano y orina que no pueden devolverse al suelo por ser demasiada cantidad. Al acumularse en grandes concentraciones producen toneladas de metano, uno de los gases más contaminantes.

Otra fuente de metano son las vacas que comen en exceso o comen muy poco. En las granjas industriales las vacas comen a destajo y, en la medida que las familias campesinas tienen menos tierra, sus vacas comen cada vez peor. Los procesos simultáneos de concentración de la producción animal y la pérdida de tierras por parte de campesinos, pastores y pueblos indígenas provocan entonces calentamiento global.

La deforestación es otra gran fuente de contaminación. La destrucción de los bosques y los suelos que antes protegían los bosques provoca también casi un quinto de los gases que contaminan y alteran el clima. La mayor causa de deforestación actualmente es la expansión de las grandes plantaciones forestales para producir celulosa, las plantaciones de caña de azúcar y palma aceitera para agrocombustibles y la expansión de los monocultivos de soja para alimentar a los animales criados en las grandes granjas.

La contaminación sigue adelante con el procesamiento, comercialización y exportación e importación de alimentos. Alrededor de un tercio de todo el transporte terrestre es para llevar alimentos de un extremo del mundo al otro. El procesamiento industrial de alimentos, los envases y la refrigeración en el transporte, en los supermercados y en la casa producen más de un sexto de todos los gases con efectos sobre el clima. Y todo ello no le agrega nada a la calidad de nuestra alimentación. Por el contrario, el procesamiento industrial nos llena de conservantes, saborizantes, antioxidantes y colorantes que son una amenaza seria para nuestra salud y especialmente la de los niños. Este es un sistema que, por ejemplo, hace que comamos carne y frutas que pueden tener más de un año de antigüedad.

Por último, los grandes depósitos de basuras -que aumentan mientras más alimentos envasados compremos- producen cerca del 5% de todos los gases invernadero.

Si sumamos todas estas fuentes de gases contaminantes, nos encontramos con que al menos la mitad de los gases invernadero provienen del sistema de producción agrícola y alimentario industrial.

Las alternativas

¿De qué forma la agricultura campesina puede enfriar el planeta? Si la agricultura campesina volviese a ser la agricultura predominante en el mundo, una primera forma de enfriar el planeta sería devolviendo la materia orgánica al suelo. Nada más haciendo eso, la contaminación con gases invernadero se reduciría al menos un tercio. Con ello además mejorarían los suelos y además los fertilizantes serían innecesarios, porque la materia orgánica que hoy se pierde tiene más nutrientes que todos los fertilizantes que actualmente se consumen.

Una segunda forma de enfriar el planeta sería recuperando todas las prácticas campesinas para hacer una agricultura sin pesticidas, fungicidas o herbicidas

Una tercera forma de reducir la contaminación es desconcentrando la producción animal. Si se apoyara nuevamente la producción integrada y en pequeña escala de cultivos y animales, los animales no producirían montañas contaminantes de guano, sino el guano necesario para fertilizar el suelo. Tampoco necesitarían transportar alimentos para los animales de un extremo del mundo al otro.

Fomentar los mercados locales y más pequeños sería otra manera muy importante de enfriar el planeta. Con ello, comeríamos alimentos más frescos, necesitaríamos menos refrigeración y no se gastarían cantidades absurdas de petróleo en llevarlos al otro lado del mundo. Otro cambio importante es que los mercados locales nos permitirían deshacernos de tanto envoltorio y envase plástico y de procesamientos innecesarios.

Por último, eliminar las plantaciones, proteger e incluso recuperar los bosques sería otro aporte extremadamente importante al enfriamiento del planeta.

Si sumamos todo esto, nos encontramos con que la agricultura campesina e indígena podría reducir los gases invernadero hasta un 75%. Con ello, sería posible exigir a los otros sectores productivos que eliminen la contaminación restante e incluso se comience a limpiar la atmósfera de los contaminantes que se han ido acumulando. El planeta, efectivamente, podría ser enfriado.

Pero para que la agricultura campesina e indígena pueda hacer su gran aporte se necesitan otras condiciones. Se necesita, sobre todo, que la tierra esté en manos de los pueblos campesinos e indígenas. Por lo mismo, la Reforma Agraria y la restauración de los territorios indígenas se hace hoy más urgente que nunca, como una forma fundamental de asegurar el futuro de la humanidad y de la Madre Tierra.

Necesitamos formas de investigación, apoyo técnico y crediticio que no amarre a las familias del campo a los agrotóxicos ni a los grandes poderes comercializadores o exportadores. Necesitamos el fin de los tratados de libre comercio para que la agricultura pueda cumplir su papel social fundamental de alimentarnos sanamente. Necesitamos terminar con las políticas que atentan contra las y los pequeños productores y que dejan a las y los jóvenes sin posibilidades de vivir de la agricultura. En otras palabras, necesitamos soberanía alimentaria y comunidades indígenas y campesinas que puedan vivir dignamente de su insustituible trabajo de alimentar a la humanidad.

Digamos basta a la criminalización de los movimientos sociales

Manifiesto publicado en Kaos en la Red

Imagen: Kaos en la Red

Las y los abajo firmantes, profesoras y profesores de las universidades catalanas, denunciamos la actual política de criminalización de los movimientos sociales por parte de la gran mayoría de medios de comunicación de nuestro país y de muchos responsables políticos de las instituciones que lo gobiernan. Se ignora, se esconde, se desinforma y nunca se dialoga con el abanico de propuestas y alternativas que desde estos movimientos sociales se están haciendo en todas partes, para transformar y dar nuevas opciones de vida en sociedad.

 

Focalizar en ciertos episodios violentos, sin ni siquiera escuchar la contestación y la voz de los movimientos sociales a los que se ataca es directamente criminalizarlos; construir el chivo expiatorio y desviar la atención ciudadana de los conflictos reales en los que estamos inmersos más que nunca en nuestra sociedad: el paro, la pobreza y la exclusión social, la desigualdad creciente entre grupos, el recorte constante de los derechos sociales, el debilitamiento de las reivindicaciones del movimiento obrero organizado, el racismo y la xenofobia, la corrupción política y su impunidad, la violencia contra las mujeres, la dureza y la severidad del control penal contra los más vulnerables, el índice creciente de encarcelamientos, detenciones, sanciones … Espiral de violencia estructural en aumento. Una sociedad verdaderamente democrática, que debe respetar plenamente el derecho a disentir ya discrepar, no se lo puede permitir.

¡Digamos basta!

Cataluña ha sido, es y queremos que sea una sociedad de acogida y de refugio a la diversidad de todo tipo, a la diferencia de color, de sexo, de opinión y también de revuelta. Bienvenida sea.

Digamos basta a la invención mediática que etiqueta de antisistema a los movimientos sociales. Los movimientos sociales se sublevan, luchan y proponen que otro mundo es posible.

Digamos basta a la criminalización de los  movimientos sociales!

LISTADO DE PERSONAS ADHERIDAS AL MANIFIESTO

Vía libre a los incineradores> Duñike Agirrezabalaga (Alternatiba)

El cambio de mayorías en la Mancomunidad de San Marcos ha dejado libre el terreno para que los partidos incineradores logren su objetivo, aunque se haya demostrado que existen métodos mucho más ecológicos y menos agresivos con el medio ambiente en materia de tratamiento de residuos. El ejemplo lo tenemos muy cerca y se llama recogida puerta a puerta.

Me gustaría invitar a PNV, PSE y H1! a que expliquen sus razones para que, precisamente en este momento, hayan favorecido los movimientos necesarios para que la UTE incineradora tome las riendas de la Mancomunidad de San Marcos. No quieren escollos en su camino hacia la implantación de la incineradora y se han unido para quitarlos. El cambio que se ha producido en Urnieta se podía haber realizado hace tres años y las prisas de ahora sólo obedecen a que entramos en la fase de adjudicación de la incineradora.

Además, tampoco les gusta que ayuntamientos que han invertido en mejorar sus índices de reciclaje, aquellos que han apostado por el Puerta a Puerta, ahora abonen a la Mancomunidad de San Marcos en función de las toneladas de basura que ésta gestione. Y es que son muchas menos que las que vierten los municipios que no están haciendo ese mismo esfuerzo, por lo que les sigue interesando que se pague en función del número de habitantes, alejándose del principio de que pague más el que más contamine.

La recogida puerta a puerta ha ofrecido resultados excelentes y por este motivo cada día son más los municipios que se han sumado a esta forma de recogida de basuras. Pese a todos, los partidos incineradores no quieren admitirlo y no lo admitirán, porque significaría dar su brazo a torcer. El argumento de que este sistema no es válido, como se ha tratado de sostener por representantes de otras mancomunidades, es falso porque hay ciudades europeas de más de 400.000 habitantes, Turín por poner un ejemplo, en los que el sistema de Puerta a Puerta está funcionando pese a tener grandes edificios residenciales. En estas ciudades el debate se ha superado recibiendo el apoyo unánime de todos los partidos políticos, que han estimado la necesidad de ajustar las tasas de las basuras y aplicarlas en función de que quién más genera más paga. Quién más recicla paga menos que quién no recicla.

Esta es la apuesta de futuro y no otra. Es evidente que hay soluciones a la quema de residuos, aunque también es evidente que no hay voluntad para aplicar estas soluciones. Esa falta de voluntad y el interés por defender la incineración a capa y espada son las razones que explican el apoyo de los partidos incineradores al cambio de representación de San Marcos.
 

http://www.youtube.com/watch?v=znekpQLTn1M

Un social liberalismo a la Brasileña> Frank Gaudichaud (Rebelion)


Entrevista de Evelyne Bechtold-Rognon a Franck Gaudichaud publicada en Rebelion y traducida por Rocío Anguiano

 

¿Cómo se sitúa Brasil desde una perspectiva geopolítica, especialmente respecto al resto de los países latinoamericanos?

Algunas cifras resultan esclarecedoras: Brasil representa en extensión la mitad del territorio de Sudamérica y su población supera los 190 millones de habitantes. Es un gigante, desde todos los puntos de vista. Su economía se sitúa aproximadamente en el octavo o noveno puesto mundial, justo detrás de España.

Forma parte del grupo “BRIC”: Brasil, Rusia, India y China, acrónimo que designa a los grandes países llamados emergentes. Pero los dirigentes brasileños rechazan ese término y consideran que representan una economía “emergida”. Es un país que, en el plano diplomático y geopolítico, siempre ha buscado la autonomía, el multilateralismo y cierta independencia. Desde que gobierna Lula, ese aspecto se ha acentuado todavía más. Brasil quiere jugar en Primera División. Reclama, por ejemplo, un sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es también uno de los promotores del G-20, que se concibió como un foro económico más amplio que el G-8 y abierto a algunos países del sur.

La voluntad de desarrollarse de forma independiente frente al poder estadounidense llevó a Brasil a decir “no” al proyecto imperial del ALCA (1) en 2005, junto a Venezuela y Argentina. Es un hecho que el voto de Brasil era absolutamente determinante ya que de él dependía la continuidad del proyecto. Por otra parte, no hay duda de que Brasil desempeña un papel predominante en el Mercosur (2) y, en general, es un país clave para plantearse la integración económica de los países de América Latina. Así, ha tenido un papel esencial en la reciente entrada de Venezuela en ese mercado común. Sin embargo, aunque Brasil propugne la autonomía, no defiende un modelo de desarrollo alternativo, sino todo lo contrario. En el terreno económico actúa siguiendo una orientación capitalista desarrollista, e incluso en algunos aspectos neoliberal. En sus relaciones con los países de la región, se detecta una clara voluntad de hegemonía de proximidad. Algunos autores hablan de “semi-imperialismo” o de “imperialismo periférico”. Varias empresas brasileñas son multinacionales que practican una política económica agresiva hacia sus vecinos: Petrobras con el petróleo u Odebrecht en el ámbito de la construcción, que han provocado conflictos importantes con países cercanos como Bolivia o Ecuador… La misma relación desigual se da con Paraguay en cuanto a la gestión de recursos hidroeléctricos comunes en Itaipu, donde Paraguay ha sido literalmente privado de su soberanía en ese sector. Y es que la burguesía financiera e industrial brasileña (en especial la de Sao Paulo) defiende así sus prerrogativas en el mercado mundial, lo que, por otra parte, no impide los acuerdos estratégicos entre Brasil y Estados Unidos, por lo que respecta, por ejemplo, a los agrocombustibles.

Desde el punto de vista diplomático, la presidencia actual ha intentado desmarcarse apoyándose en los gobiernos de izquierda o centro-izquierda de la región. Lula siempre ha apoyado a Chávez (como por ejemplo durante el golpe de Estado de abril de 2002), mantiene también buenas relaciones con el gobierno cubano y fue muy claro sobre la situación en Honduras tras el golpe contra el presidente Zelaya. Además, Lula amenazó con no asistir a la cumbre UE-América Latina de Madrid en mayo si Lobo -el presidente hondureño golpista- estaba presente (este último tuvo que desistir). Su diplomacia favorece las relaciones Sur-Sur en el plano diplomático pero también económico. Así China se ha convertido en uno de sus principales socios económicos: en 8 años, el comercio de ese país con Brasil aumentó de 750%… Siguiendo un principio de multipolaridad y buscando tener más espacio en el escenario mundial, el gobierno brasileño rechaza las injerencias de las grandes potencias del Norte en los asuntos de los países del Sur, lo que explica su apoyo a Irán frente a Estados Unidos o la denuncia de nuevas bases militares estadounidenses en Colombia.

Brasil apuesta por el desarrollo de la Unsasur (Unión de naciones sudamericanas), que responde a su preocupación de independencia política y consolidación económica, con un proyecto que prevé instaurar una moneda y un parlamento comunes. Si se materializa, dicha unión concentraría una población de 360 millones de habitantes y será, en extensión (17 millones de km2), la unión económica, monetaria y política más grande del mundo. Pero quedan por superar numerosos obstáculos a causa de las múltiples competencias económicas intrarregionales y de las tensiones existentes entre los diferentes sectores del capital, obstáculos que paradójicamente han sido creados por las elites brasileñas al intentar defender sistemáticamente sus intereses en detrimento de una perspectiva de cooperación real.

Las relaciones de Brasil con la Unión Europea se inscriben en esa preocupación por una mayor inserción competitiva en el mercado mundial. Así, Brasil ha firmado con Francia un importante contrato de armamento. Además, el Mercosur está en negociaciones con la UE aunque choca con el proteccionismo europeo, sobre todo en el terreno de la agricultura.

¿Qué balance se puede hacer al cabo de los ocho años de gobierno de Lula?

Según varios analistas, las enormes decepciones que siguieron a la llegada del PT y de Lula al gobierno en 2002 se podían prever. Es verdad que una parte de la izquierda y de los movimientos sociales no había analizado bien hasta qué punto el PT había cambiado de naturaleza y de orientación política entre principios de los años ochenta y la victoria electoral de 2002. El PT se fundó en febrero de 1980 a partir de una oposición colectiva y popular radical a la dictadura militar. Desde finales de 1978, sindicalistas, intelectuales, dirigentes de movimientos populares hablaban de la necesidad de crear en Brasil un nuevo partido independiente, de clase y abiertamente socialista. El PT ha sido uno de los partidos obreros más grande del mundo y sigue siendo el partido de izquierdas más importante de América Latina. En sus inicios, reunió una gran variedad de sectores sociales movilizados: sindicalistas, claro está, procedentes principalmente de la CUT (3), que representan su columna vertebral, militantes de movimientos asociativos, feministas, vecinales, pero también muchas comunidades de cristianos de base, inspiradas en la teología de la liberación. En veinte años y tras tres derrotas electorales sucesivas en las elecciones presidenciales, el partido ha cambiado mucho. De un programa inicial anticapitalista, que prometía una alternativa radical, el discurso se ha vuelto cada vez más moderado, de centro izquierda. En 2002, el eslogan de la campaña de Lula era “Paz y amor”… Tenemos aquí un nuevo ejemplo de lo que el británico Perry Anderson analizó en Europa: «la izquierda ganó sus galones de partido de gobierno después de haber perdido la batalla de las ideas». El PT ha sufrido una transformación de su composición social, dejando un sitio cada vez mayor a las clases medias e intelectuales con un proceso de institucionalización-burocratización de su aparato y de su dirección, progresivamente ocupada por los parlamentarios y los diferentes elegidos en detrimento de los sindicalistas de ayer. A pesar de todo, la victoria de Lula en 2002 despertó muchas esperanzas en el país e incluso en toda América Latina. Pero ha llegado el momento de hacer un balance. El sociólogo Emir Sader habla del “enigma Lula”, que escaparía a los juicios ya hechos. Otros sociólogos como Michael Löwy o Atilio Boron son más críticos y este último señala que estos dos mandatos han estado marcados por el “posibilismo conservador”. En efecto, se puede constatar que Lula ha renegado de los ideales del PT de 1980 para poner la estabilidad macroeconómica y los intereses del capital muy por encima de las reformas sociales prometidas.

Hay señales evidentes de continuismo con la política de F. H. Cardoso (el gobernante anterior), con el argumento de que la salvación de Brasil sigue siendo el mercado mundial, la explotación masiva de materias primas y la apertura del país (y de su mano de obra) a las transnacionales. En este sentido, el “éxito” económico es real: la economía de Brasil es una de las más dinámicas del mundo, con más de 5 % de crecimiento anual, y vista desde Brasilia la crisis sólo habría sido una “marejadilla”, en palabras del propio Lula. Sin tocar a la estructura social, y con el aplauso de los grandes empresarios y del FMI, el gobierno de Brasil practica tasas de interés muy elevadas, para gran beneficio de los capitales especulativos internacionales. Este “éxito” tiene como contrapunto el mantenimiento, incluso el incremento, de las desigualdades sociales y de renta, lo que constituye uno de los principales problemas democráticos reales del país. Brasil es una especia de “Suiza-India”, que reúne en el mismo territorio rentas extremas. Sin embargo, Lula no ha actuado sobre esas desigualdades estructurales: en efecto, durante su mandato, las rentas de los más pobres han aumentado de manera notable pero las de los ricos todavía más. Según el economista Pierre Salama, el número de brasileros con más de mil millones de dólares en activos financieros creció de más de 19% solamente entre 2006 y 2007. Otro problema aún más grande es que Brasil se ha embarcado en una política de agrobusiness, que incluye el cultivo intensivo de OGM y de agrocombustibles, para gran regocijo de empresas como Monsanto, acogidas con los brazos abiertos, pero con consecuencias medioambientales y sociales desastrosas. Por lo demás, esto llevó a la Ministra de ecología, Marina Silva, a dimitir al cabo de unos meses.

En estas condiciones, la gran reforma agraria tan esperada, tan anunciada durante la campaña, no se ha llevado a cabo. Si embargo, en Brasil, no podrá haber desarrollo alternativo, democrático y sostenible, sin una reforma agraria radical. Se trata de una problemática ineludible. Toda esta política ha representado una ducha de agua fría para el movimiento social y en particular para el MST (4), el mayor movimiento social del continente (que reúne a varios millones de militantes) y uno de los más interesantes por sus formas de auto-organización y de promover una educación popular impresionante.

Sin duda, esas políticas públicas conservadoras se han visto favorecidas por los obstáculos institucionales del Estado federal que es Brasil. El PT es minoritario en el Parlamento y en el Senado y sólo es mayoritario en tres estados. Desde el principio, buscó aliarse con la derecha liberal y latifundista para gobernar, lo que acentuó su inmovilismo, en particular desde el punto de vista de la política agraria. Además, la exigencia de estabilidad económica era un argumento al que Lula era muy sensible en el momento de su elección, como muestra la carta a los brasileños que publicó durante la campaña. Sus principales asesores económicos habían salido de las escuelas del pensamiento neoliberal estadounidense y la contrarreforma del sistema de pensiones de los funcionarios fue una de las primeras medidas que tomó su gobierno. Esta revisión de las conquistas sociales de los funcionarios condujo a la aparición de las primeras diferencias en el seno del PT y llevó a la creación del PSOL (5) en torno a figuras de la izquierda como Heloisa Helena o Plinio Sampaio. Sin embargo, sería erróneo olvidar que Lula sigue siendo extraordinariamente popular, sobre todo entre las clases más pobres (en particular del Nordeste). Ha llevado a cabo varios programas sociales asistencialistas (especialmente durante el segundo mandato), muy rentables electoralmente, como Bolsa Familia (6), programa de ayuda financiera condicionado a la escolarización infantil, que han logrado sacar de la miseria extrema a más de 20 millones de brasileños. La cobertura social y los sueldos mínimos han sido también ampliados y los niveles de criminalización de los movimientos sociales por parte del Estado han bajado considerablemente, abriendo espacios de diálogo e incluso de cooptación de muchos dirigentes sociales y sindicales. Tampoco hay que olvidar que los grandes grupos mediáticos están en manos de una oligarquía arcaica, todavía ferozmente hostil a Lula, que le sigue considerando un sindicalista procedente de la izquierda, y por lo tanto potencialmente peligroso por la composición de su base social.

En resumen, se podría decir que la política de Lula conjuga una política macroeconómica neoliberal y una política social asistencialista centrada en la lucha contra la extrema pobreza, dando in fine estabilidad al sistema, razón por la cual el ex sindicalista es considerado por Wall Street y gran parte de las elites como uno de los mejores presidentes de la historia democrática del país. Se podría calificar su gestión de “social liberalismo a la brasileña” o quizá como hacen algunos autores de “liberal-desarrollismo”, puesto que el Estado brasileño sigue queriendo regular una parte de la actividad económica del país.

¿Cómo ve el futuro del país?

Lula no puede volver a presentarse a las próximas elecciones de octubre. Para el PT, el desafío es hacer “lulismo sin Lula”, captar su popularidad, por supuesto con pocos cambios en la orientación política y económica. La candidata actual es Dilma Roussef. Economista de formación, jefa del gabinete ministerial de Lula, una especie de Primera Ministra, militó en su juventud en los movimientos de lucha armada contra la dictadura. Poco carismática, ha subido mucho en los sondeos gracias al apoyo decidido de Lula y es probable que gane las elecciones en primera vuelta frente al principal candidato de la oposición, José Serra (social-democracia liberal). A la izquierda del PT, el PSOL presenta a Plinio de Sampaio, luchador social incansable y gran defensor de la reforma agraria. Pero desgraciadamente, no habrá candidato común de la izquierda radical en particular con el PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado – trotskista) y el PCB (comunista). Marina Silva será la candidata de los verdes, encarnando la ecología liberal.

A pesar de la crítica de una parte de la izquierda, es probable que el PT consiga el apoyo de importantes sectores populares y de los que no quieren la vuelta de una derecha represiva y del centro neoliberal encarnado por la candidatura de Serra. A medio plazo, creo que es interesante ver lo que sucede en el seno del Movimiento de los Sin Tierra, de los sin techo y de las organizaciones sindicales. Así, este verano se intentó crear una nueva central sindical clasista, en la perspectiva de un sindicalismo más independiente que la CUT frente al poder y que congregue a obreros combativos junto a estudiantes, feministas y colectivos afrobrasileños o indígenas. Este primer paso no resultó. Pero creo que es este tipo de recomposición “desde abajo” que puede hacer surgir la esperanza de una renovación de las alternativas anticapitalistas en Brasil, tierra del Foro Social Mundial y de la consigna “otro mundo es posible”.

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