Un desalojo, otra ocupación

 

“Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que en este momento, estarán dando ordenes por teléfono y que hombres armados ya vienen de camino. ¿Por qué? Porque mientras que pueda utilizarse la fuerza, ¿para qué el diálogo?. Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y si se escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es, que en este país, algo va muy mal, ¿no?. Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais, ahora tenéis censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis en sumisos.”

V de Vendetta

Hector Prieto – Alternatiba

Algunas veces mi fe en un ser humano verdaderamente libre decae súbitamente, a consecuencia de las múltiples injusticias que nos rodean. Pero ante cada ataque surgen siempre rebeldes, esos que con su resistencia me hacen levantar el espíritu de lucha, sentir que no estoy solo en este maldito universo.

Los últimos acontecimientos en torno al barrio autogestionado de Errekaleor, en Vitoria-Gasteiz, me ha enervado, pero también ha activado en mí una profunda solidaridad por Errekaleor Bizirik y encendido aún más mi corazón rebelde. Por otro lado, es una lucha contra Goliat, el contubernio de infames PP, PSE y PNV. Ya desde el año 2000 su intención era realojar a los antiguos vecinos, el capitalismo no acepta negativas y empezaron las presiones y las amenazas.

Los buitres de la especulación tenían su vil objetivo entre sus dedos, hasta que en 2013 un grupo de estudiantes ocupó poco a poco los edificios, los rehabilitó, abrió el frontón, el cine, panadería, guardería, biblioteca, imprenta, sala de reunión y demás. Todo ello organizado de forma asamblearia, contra los designios del “santo oficio del capitalismo”. Una comunidad de personas jóvenes, preparadas, libre pensadoras, revolucionarias convencidas, un grupo de peligrosos herejes autosuficientes.

Ahora el ayuntamiento de Urtaran alega peligro para los jóvenes por el estado de los edificios, pero manda a la Ertzaintza, a los munipas y si, Trump le deja, a los Marines americanos. Les cortan la luz y los asedian como Saladino a Jerusalén, aunque la “buena” intención de los jeltzales es montar en el lugar huertas ecológicas, ¡venga ya!

Realmente, lo que el sistema no va a permitir es que ningún cordero salga del redil, que se creen alternativas, nuevas formas de pensar y actuar. Nuevos ejemplos que demuestran que otra sociedad mejor es posible, una mini Cuba, pequeños Guevara, rebeldes con causas. Niños, pensar es kaka, haz caso a mamá y papa, arrodillaos, besad el anillo del amo, el anillo único, el pensamiento único.

Quizás las bestias se coman el intento, pero para su desgracia nunca podrán con las ideas, siempre habrá nuevos ejemplos, porque aunque mil veces nos derriben, mil veces alguien se alzará. La memoria del viejo barrio nos señala el camino, allí vivió Romualdo Barroso, víctima del 3 de marzo, que marca el pasado de lucha. Hoy, los grafitis de Salvador Puig Antich y mil acciones de resistencia, solidaridad y libertad marcarán el futuro.

Somos hormigas contra elefantes, Espartaco frente a Roma, o como la mítica canción de Hertzainak, somos el brazo firme y armado ante el rostro de la fiera. Nuestras armas el ideal, la suya la opresión, la avaricia y el dinero.

Errekaleor aurrera!!!

Del blog de Héctor Prieto Atxabalta RedVolution

Migraciones forzadas, el hilo que nos une

Diana Urrea – Alternatiba

En Gernika hemos podido comprobar que, pese a gobiernos y leyes injustas, las personas y sus ansias de solidaridad y de justicia social están por encima de todo lo demás. Las acciones simbólicas del 29 y el 30 de abril en Gernika suponen un punto de inflexión en esa mirada distinta con la que Euskal Herria pretende mirar a Europa y al mundo, dando lo mejor de sí para que todas nosotras —todas las personas de todos los rincones del planeta que sufren la tiranía del sistema capitalista, patriarcal, neocolonial y depredador— podamos sentir que esos principios de ciudadanía global y solidaridad entre los pueblos siguen más vigentes que nunca.

La solemnidad con la que miles de personas de más de 70 pueblos de Euskal Herria entraban en Gernika en silencio absoluto decía más que cualquier consigna. No hicieron falta las palabras para expresar nuestros sentimientos, la música de que salía de aquellos violines lo decía todo.

Todavía tengo el estómago revuelto de tantas emociones. Escuchar por ejemplo a Mahmoud Traore, refugiado senegalés, referente de lucha en la Frontera Sur, mostrando su respeto y solidaridad con las víctimas del bombardeo de Gernika en su 80 aniversario era verdaderamente estremecedor y todo un ejemplo para quienes, teniendo responsabilidades en lo ocurrido, no han hecho nada hasta ahora.

Nuestra querida Maryam Fathi Faraji, refugiada activista feminista kurda, nos recordaba que la resistencia del pueblo kurdo tiene que seguir siempre presente en nuestras luchas. Transmitió que, ante gobiernos tiranos, rendirse nunca es una opción, manteniendo la esperanza de un pueblo que clama a diario su libertad.

Hassanna Aalia, nos volvió a estremecer con su extraordinaria capacidad para emocionarnos. Referente de lucha, y sobre todo, amigo, Hassanna habló con esa empatía sin fronteras, como refugiado saharaui, pero también “como un refugiado kurdo, palestino, sirio, una mujer, una niña o un niño” que están luchando para no acabar ahogados en esa gran fosa común del Mediterráneo, dejando sus sueños en una patera. Hassanna expresó su admiración profunda por la solidaridad que caracteriza al pueblo vasco y finalizó con una certeza: “Volveremos a nuestras tierras”.

Mi compatriota refugiada indígena colombiana, Martha, nos trasmitió que la lucha incansable de su comunidad por defender la madre tierra frente al poder corporativo tiene un alto precio. “Nadie sale de sus tierras porque quiera”, afirmó con contundencia. Para ella, rendirse tampoco es una opción.

Responsabilidades políticas

Las jornadas de Gernika incluyeron una ponencia inaugural de Arcadi Oliveres y talleres con personas de referencia para reflexionar sobre feminismo, anticapitalismo, antifascismo, asilo y migración. En todos ellos se visualizó la necesidad de incidir en las causas de las migraciones forzadas y, por tanto, en la responsabilidad social que tenemos.

Arcadi Oliveres, economista e independentista catalán reconocido por su defensa de los derechos humanos, intervino para facilitarnos herramientas con las que desmontar las grandes mentiras del sistema que neutralizan la libre circulación de las personas. “Es una auténtica vergüenza que existan las fronteras”, inició. Arcadi ilustró el cinismo del Estado español con evidencias como que es uno de los principales vendedores de armas en el ámbito mundial, y hace negocio con países como Araba Saudí, Kuwait, Turquía o Israel.

Uno de los ponentes del taller de anticapitalismo, y un referente en la crítica a las empresas transnacionales y por los derechos humanos, Juan Hernández Zubizarreta, explicó el funcionamiento de la arquitectura de la impunidad. Dejó muy claro que estamos inmersas en una crisis civilizatoria silenciosa, provocada por un capitalismo estructuralmente violento. Cuando nos referimos a él, también tenemos que hablar de explotación y, en concreto, de la utilización del cuerpo de las mujeres como moneda de cambio. Nos habló de la necropolítica, que deja morir a la gente literalmente, y enmarcó los asesinatos de líderes y lideresas en esa alianza entre la economía legal y la economía criminal, basada en el triunvirato oligarquías- gobiernos- y empresas transnacionales. Analizó también cómo el poder corporativo está intentando devorar el sistema internacional de los derechos humanos. La responsabilidad social corporativa surge como exponente de una ética empresarial de vergüenza; un ejemplo claro es el de Inditex, referencia de explotación en todo el mundo, que ha realizado una donación sanitaria al Gobierno Vasco (y éste la ha aceptado).

Estas maniobras dibujan en millones de personas lo que Zubizarreta denomina “la biografía del horror” de quienes no son funcionales al capitalismo y crean guerras entre pobres, azuzadas por “la extrema derecha,que lo está leyendo a la perfección”. En el taller se planteó como clave exigir que los reglamentos en materia de migración y asilo se basen en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Juan dejó una interesante reflexión final: “Hay que romper con la Unión Europea como estrategia de transformación”.

Cuestionar el binomio ‘migrante’ vs. ‘refugiada’

Raquel Celis, activista de referencia en CEAR Euskadi, destacó una máxima que expresan de forma recurrente las personas que reclaman asilo: “La gente no se desplaza porque hay guerras, hay guerras para desplazar a la gente”. Raquel insistió en visibilizar de modo conjunto a las personas migrantes y refugiadas; si bien los procesos jurídicos y las normativas difieren, se trata de personas que han vivido migraciones forzadas, ya sea por motivos políticos o socioeconómicos.

Esta reflexión toca mi fibra más sensible. Pienso que, con diferentes circunstancias e intensidades, mi familia y yo también nos vimos obligadas a salir de Colombia. Es impactante ver cómo cuando expresas “salí del país en busca de un mejor futuro” parece que asimilas casi como normal la situación de tu país de origen. He sido forzada a salir de mi país con mi familia. Aquí está el hilo conductor con las realidades de las refugiadas y refugiados del mundo.

No quiero terminar sin antes mencionar algo que me parece fundamental: la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak ha demostrado que es posible anteponer lo que nos une a todas las organizaciones que participamos a lo que nos separa. Y esto tiene que servir de ejemplo para todas las luchas que reivindicamos y que vayamos a reivindicar en otros espacios en Euskal Herria. La unión hace la fuerza.

Nuestro próximo destino: Frontera Sur.

Leer en Pikara

Pactos entre Dios y el Diablo

Luis Salgado – Alternatiba
 
Qué le vamos a hacer. Soy así. El PNV y el PP firman un acuerdo presupuestario en dos fases, primero Gobierno Vasco y luego en Madrid, y a mí, me viene la imagen de esos seres mitológicos, el inmaculado y la estrella caída, sentados frente a frente firmando un acuerdo mercantil. Lo siento, no lo puedo evitar. Y es que no me negaran que lo que une el dinero (o las almas) no lo separa ni Dios.
 
Empecemos por el principio que es por donde empiezan todas las buenas historias. Tenemos a dos seres supremos que gobiernan desde el inicio de los tiempos en sus reinos. Dos seres que se presentan como antagónicos, pero a los que les une un deseo irrefrenable de poder. Que saben cultivar su imagen en misas y akelarres, pero que se reconocen como iguales lejos de las cámaras. El bondadoso, el que guía a su pueblo hacia la tierra prometida, frente al maligno oculto en el inframundo, entre azufre y fuego. La guerra eterna entre el bien y el mal.
 
Sin embargo, esa es la leyenda. La realidad es bien distinta y está escrita, sólo hay que saber leer entre líneas. Ambos son parte de un todo y se necesitan, lo saben, y lo explotan en su beneficio. La cultura del pacto también la crearon ellos dos. Según su libro sagrado ambos señores se disputan el control de las almas, como quién ansía acumular riqueza. Sin límites, con gula, todas para mí. Dios se queda con las puras, Satán con las corruptas e impías. En el reparto Satán sale perdiendo porque el primer acuerdo tiene trampa de cara a la galería, cualquier alma, por corrupta que sea, puede ser purificada en el último momento con el perdón, lo que hace que el mercado del Averno se reduzca a las muertes repentinas, y Satán no mata a nadie, se puede comprobar en la Biblia. De modo que, por la paz un Ave María, será Dios quien surta de almas al Diablo, desatando plagas, guerras en su nombre, diluvios… lo que sea para que el negocio no pare.
 
Así ya ven como es la vida, el que parte y reparte deja para sí la mejor parte. Seguidores de ambos lados seguirán yendo a escuchar sermones de vez en cuando, a grandes templos o campas con aeropuertos, para mantener el teatrillo. Seguirán captando adeptos para sus obras, con sus respectivos 3%. Ellos, mientras tanto, seguirán con su juego cruento, exigiendo sacrificar los cuerpos para que las almas se acumulen en pequeños paraísos del Caribe, Pacífico, en los Alpes, o bajo un peñón. Y quienes no comulguen con su verdad serán tachados de herejes, desposeídos, anulados, encarcelados.

Ayer fue el día mundial por la libertad de prensa, hoy la prensa libre nos vende en todos los diarios las bondades del pacto. El acuerdo está hasta en la sopa. Al igual que sus firmantes, el pacto se vuelve omnipresente, omnipotente y omnisciente. Bajo sus letras y números se esconde el mismo robo de siempre. ¿Pero qué voy a saber yo si siempre he sido un hereje?

Del blog El mundo imperfecto

Lo social, lo nacional y la globalización

Iosu Perales

Es recurrente que voces desde las izquierdas afirmen que la llamada cuestión nacional de Catalunya y Euskadi, debe quedar en un segundo plano ante la prioridad de las luchas y reivindicaciones sociales pendientes. Estas voces, en general, no niegan el derecho democrático a decidir, pero tuercen el gesto cuando se trata de optar o no por la independencia de Catalunya y Euskadi. Bastantes de estas voces acuden a la globalización para defender la idea de que estos nos son tiempos de formar nuevos estados, ya que las soberanías ceden terreno a la interdependencia. Creo, sinceramente, que se trata de posturas equivocadas. Puedo entender que haya opciones diferentes a la de independencia nacional de Catalunya y Euskadi, pero estos argumentos no me parecen sólidos ni adecuados.

Permítanme que empiece informando que no soy nacionalista, pero defiendo que mi identidad nacional es la vasca. Y punto. Y lo soy por razones democráticas. Siempre he pensado que en las organizaciones políticas pequeñas, no solamente hay desventajas, sino que también hay variables muy favorables en orden a la fiscalización de los gobiernos, la mayor cercanía entre instituciones y ciudadanía, y como consecuencia mejores condiciones para influir en favor de los derechos sociales de la gente. No hay derechos sociales sin ciudadanía democrática, y no hay ciudadanía sin comunidad y autogobierno, como muy bien afirma la profesora María Eugenia R. Palop. Derechos sociales y derechos políticos son indivisibles. Como ya reconocía Thomas Humphrey Marshall en su Ciudadanía y clase social, los derechos sociales tienen un carácter comunitario que solo puede realizarse en el ejercicio de una democracia amplia e incluyente y eso, en el terreno que nos ocupa, se llama, cuando menos, derecho a decidir y, consecuentemente, la independencia como opción.

Es desde mi punto de vista bastante extraño que desde posiciones autodenominadas socialistas o alternativas se siga analizando la construcción de una sociedad desde un enfoque economicista que no tiene en cuenta que los vínculos que cultivan la libertad y la democracia tienen que ver con la capacidad de una comunidad a decidir qué quiere ser y cómo quiere ser. De lo contrario la vida humana empieza y acaba en trabajar, comer y dormir, obviando los anhelos individuales y colectivos que también pasan por crear y reproducir, mediante la participación, una organización política espacialmente adecuada en una comunidad que se reconoce a sí misma como distinta a otras. Y esto incluye formar un Estado propio si es esa la decisión democrática.

Si se afirman los derechos sociales y al mismo tiempo se niegan los derechos políticos se está atentando contra la viabilidad de los primeros, pues solamente pueden implementarse desde una comunidad política que se organiza democráticamente, que es lo mismo que decir de manera soberana pues la democracia no se mutila a sí misma. Planteo todo esto desde una posición republicana, de rex pública, no desde un patriotismo sentimental, de consagración de la historia, y mucho menos etnicista. El derecho a decidir, lo nacional, como identidad de una realidad social plural que cuidando lo colectivo coloca en la centralidad a cada ciudadano y ciudadana con toda su individualidad. En este sentido, María Eugenia R. Palop me recuerda a Martin Buber cuando dice: “La propia libertad individual, la autoconsciencia y la autoestima, solo pueden realizarse en una vida social que inspire un compromiso con el bien común. De otro modo, nuestra vida sería solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”.

En resumen, la radicalización democrática que debe ser necesariamente pacífica, exige tomarse en serio el hecho diferencial de cada comunidad de acuerdo con su propia conciencia mayoritaria. Ciertamente la diversidad siempre estará presente y, en consecuencia, los derechos de las minorías siempre deberán quedar garantizados. La izquierda que niega el derecho político a decidir y/o a la independencia debe superar ese olor a viejo de una unidad estatal impuesta y que puede llegar a ser una cárcel de pueblos incluso sin pretenderlo.

He dicho que voto por la independencia por razones democráticas. A ello me anima, desde luego, mi convicción de que poco hay que hacer permaneciendo en una España, rancia, muchos de cuyos políticos son habitantes de la caverna, y bastantes de los cuales beben de las fuentes del franquismo, aún hoy. Una España corrupta no es mi hogar. Sé que en Euskadi también hay corrupción, pero de ello ya nos encargaremos la ciudadanía vasca. Lo que es inmanejable es lo que ocurre en España, cuyas instituciones, empezando por la Justicia están taladradas por tramas corruptas.

Por fin, anteponer lo social a lo nacional es un modo de perpetuar el actual estatu quo, ya que bajo el capitalismo siempre habrá desigualdades sociales, más aún en el marco de un neoliberalismo galopante, de lo que se deduce que la agenda de los derechos sociales es poco más o menos que eterna. Realmente esa idea de que nos ocuparemos de lo nacional cuando se resuelva lo social lo veo y lo vivo como una trampa. Pero es que además es un enfoque poco solvente pues ignora que lo social para avanzar en el sentido de la igualdad necesita de un marco político alternativo al actual, y el Estado catalán o vasco puede serlo.

Pero, como he citado, muchas voces indican que la globalización va en sentido contrario de la independencia de los pueblos, léase Catalunya o Euskadi, por ejemplo. Es verdad que la globalización es un proceso histórico, no es el resultado de un acto como encender el motor de un automóvil o la luz de una habitación. Podemos decir que en el año 2025 estaremos mucho más globalizados y en el 2050 aún más. Se trata de una transformación permanente que no sabemos cuándo podrá llegar a completarse, sobre todo por cuanto su esencia es la de extender actividades a través de un planeta diverso geográfica, climática e históricamente. Pero dicho esto convendremos en decir que la actual es una globalización desgraciada al servicio del dinero. En realidad debemos aspirar a transformarla radicalmente, haciendo de ella una oportunidad para la solidaridad y la democracia planetaria.

Como dice el profesor Gurutz Jáuregui la tentación de aferrarnos a viejas certidumbres, frente a lo nuevo, no es lo más apropiado. Por contra, aceptar el riesgo de actuar ante los procesos de cambio desde una actitud crítica, es mucho más apasionante. De modo que si aceptamos el punto de partida de que la actual globalización no encarna los valores de un ideal emancipatorio, parece una necesidad la asunción de un proyecto alternativo humanista de globalización que implica la construcción de un sistema político que no esté al servicio del mercado global, sino de las personas. Así por ejemplo yo quiero más Europa, pero otra Europa.

Hacer ya unos años escribí sobre la necesidad de una contra-hegemonía como respuesta. Es en este escenario que la palabra glocalización resume bien esa tensión dialéctica que consiste en pensar globalmente y actuar en el ámbito local. Se trata de un modo de respuesta con dos componentes: uno de resistencia y otro de alternativa al despliegue de un mercado darwinista y sin rostro democrático. Planteado de una manera práctica, yo no evalúo la idea de independencia sometiéndola al arbitraje de la actual globalización, pero en cambio propugno que es la hora de los pueblos. Es por eso que defiendo una Euskadi independiente volcada junto con otros pueblos a la construcción de otros marcos internacionales institucionales y de la sociedad civil así como inter-gubernamentales.

Defiendo el espacio local, comunitario (municipio, territorio, la nación), como campo idóneo para la participación ciudadana en la toma de decisiones y el uso eficiente de los escasos recursos para el cumplimiento de un programa social. Los ataques a este enfoque de lo local no son poco importantes. Pero como bien afirma el profesor Francisco Alburquerque las potencialidades del desarrollo endógeno son extraordinarias, más allá de preferencias subjetivas por espacios políticos más próximos al ciudadano. ¿Construir una contra-hegemonía? Se trata sin duda de un paradigma con idealismo que, en cualquier caso, debe tener como punto de partida la realidad tal y como es, eso no lo niego. La teoría de redes ofrece, sin embargo, una oportunidad para generar sinergias y procesos sociales, económicos y políticos, abiertos al intercambio y a la elaboración de una agenda común de escala global. Los movimientos centrífugos, los vasos comunicantes, pueden contribuir a generar nuevos valores y una nueva cultura de la acción social, atentas a nuevas posibilidades enfrentadas a la resignación, y con disposición a desplegar por toda Europa poderes múltiples, expansivos y creativos.

Sin duda la batalla entre una globalización al servicio de pocos y manejada por poderes opacos, ocultos a la ciudadanía, y la soberanía de los pueblos (que pueden organizarse o no en Estado) está lejos de haber terminado, a pesar de la propaganda que trata de convencernos que no tenemos nada que hacer. Pasa lo mismo con la tensión entre Estado y democracia.

La idealizada «aldea global» lo es tan sólo para élites, pero no para las mayorías del planeta. En este marco no me apunto a la independencia como una huida de la realidad sino como una forma de cuartear una globalización que traiciona a la gente y, por otro lado, como impulso constructor de una comunidad independiente, con Estado propio y siempre atenta a la solidaridad con todos los pueblos del estado español.

Reitero que escribo este texto desde una posición no nacionalista. Nacionalismo es lo que está dispuesto a hacer el PNV, facilitando los presupuestos del PP, a cambio de algunas ventajas, aunque ello suponga perjudicar gravemente al conjunto de la sociedad estatal. “Lo nuestro por encima de todo” es su lema. Por mi parte, llevo más de 40 años de internacionalista, trabajando con comunidades campesinas e indígenas de diferentes países desde el sector de la Cooperación al Desarrollo. Como yo, cada vez más gente se incorpora por razones democráticas a la idea de independencia.

Publicado en Rebelion y VientoSur

Fin de ETA y…

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

A raíz de la entrega de las armas de ETA escribí: “A falta del acto que suponga su desaparición formal, ETA ya es historia. Contar esa historia, me temo, en principio va a tener más de batalla entre relatos que debate del cual sacar enseñanzas. Preveo mucho ruido, ecos distorsionados similares a los que se oyen en medio del sepulcral silencio que acompaña al día siguiente de la batalla. Una liza con sucesivos episodios, que ha durado mas de 60 años y que ha dejado centenares de muertos tanto en los diferentes bandos como entre quienes no tenían bando alguno. Sin embargo, aunque va a requerir su tiempo, abogo para que seamos capaces de abordar el pasado y sus repercusiones sobre el presente”.

Con tal objetivo, y como aperitivo, he decidido reeditar una versión actualizada de un artículo escrito al poco de que ETA anunciara el fin de su lucha armada. A modo de introducción diré que el enfoque del escrito difiere de la tesis de que no ha existido (ni existe) un conflicto político de carácter nacional, sino la lucha del Estado de Derecho contra el terrorismo, y que el fin de ETA supone la victoria del “bien sobre el mal” (según la formula acuñada por Busch); pero también, de la versión que nos presenta una heroica lucha (la de ETA) repleta de sacrificios y a resultas de la cual el pueblo vasco estaría en mejores condiciones para conseguir su libertad nacional y la emancipación social. Creo que entre el blanco y el negro de ambas versiones no permite un tercer enfoque ni matices importantes.

1. ETA, ha cerrado la persiana. La mayoría de la sociedad vasca llevaba tiempo deseado el final de ETA. Yo también. Pero las razones para desear y argumentar tal fin eran y son diversas y condicionadas por el cristal con que miramos, o la forma en que nos afecta personal o políticamente.

Mis razones nunca han sido ni son las del sistema y sus defensores, ni están fundamentadas en unos preceptos éticos abstractos, los cuales, al igual que la aspirina, valen para todo tipo de dolores. (1) La noción del bien y del mal del PP (por ejemplo, en el tema del aborto), o de cualquier demócrata neoliberal, y la de un anticapitalista y antiimperialista no pueden ser iguales o similares, por más que todos nos declaremos fervientes defensores de los derechos humanos. Con la excusa del antiterrorismo el Estado español ha restringido libertades (ley de partidos, etc) y conculcado derechos humanos (claramente denunciadas por Amnistía Internacional por torturas en comisarías y penosa situación de los presos).

Hablando claro, a pesar de mis divergencias con ETA, no he deseado un final policíaco-represivo de ETA del tipo «derrotado y cautivo el ejército rojo, la paz reina en España»; o el orden constitucional, que no es lo mismo pero algo se le parece. El discurso sobre el final de ETA que se va imponer desde el campo institucionalista supondrá una cerrada defensa de la política antiterrorista; incluida la “guerra sucia” (y sus fondos reservados) aunque esta se defienda por lo bajini. Y en general todo el entramado legislativo que no ha hecho sino endurecer todo tipo de leyes y decretos represivos. Lo cual nada tiene que ver con lo que se supone es inherente a un Estado verdaderamente de derecho.

No por casualidad el ejército vencedor de la guerra civil impuso una Transición a la medida de sus deseos (que rechazó la República y no reconoce más soberanía que la de la nación española) y posibilitó, además, que los que hoy claman «¡ni olvido ni perdón!» se beneficiasen del borrón y cuenta nueva. El PP tuvo por presidente honorífico a un ex ministro franquista responsable directo de masacres como la del 3 de marzo de 1976 en Gasteiz. Esto es, quienes durante la Transición alabaron el cambio de chaqueta de tantos falangistas convertidos en demócratas de toda la vida, pretenden negar a las gentes de la Izquierda Abertzale la posibilidad de liderar un cambio de estrategia.

Por el contrario, he deseado una decisión unilateral de ETA, tal como ha ocurrido al final.

En primer lugar, para dar fin a una estrategia que además de generar un terrible e inútil dolor entre sus partidarios y adversarios, entorpecía y envilecía la lucha en pro de la soberanía de Euskal Herria.

En segundo lugar, para superar los obstáculos existentes para logar un acuerdo satisfactorio en torno a las víctima, los presos y exiliados y, en general, a todos los directamente afectados. (2)

En tercer lugar, para que desapareciese el tutelaje que ejercía ETA sobre el plano político-general (3). En este sentido, ha sido muy positivo que la actual izquierda abertzale abogue por una clara separación entre las demandas políticas relativas al derecho de autodeterminación (4), la territorialidad y el respeto de los derechos civiles y políticos, etc., y lo concerniente a la confrontación entre el Estado y ETA, y ETA y una parte de la sociedad vasca (víctimas, presos, exiliados, la legislación antiterrorista, ley de partidos, etc.).

En cuarto lugar, para que se facilite y allane el camino ya iniciado por la izquierda abertzale para conformar un nuevo proyecto del estilo de Euskal Herritarrok (y que la ruptura de la tregua frustró) adaptada a las nuevas circunstancias, marcadas por una profunda crisis sistémica. El éxito de Bildu, supone un espaldarazo al giro efectuado por la izquierda abertzale, y demuestra que el accionar de ETA, además de generar graves problemas éticos, impedía izquierda abertzale (y al soberanismo) desplegar todo su potencial electoral y social. Esto es, que la izquierda abertzale despliegue velas hacia la construcción de una izquierda de corte anticapitalista y antisistémica en lucha por una Euskal Herria, soberana y eco-socialista. Dicho en otras palabras, que pueda refundarse en esa dirección.

Por último: Porque no comparto el argumento de que vivimos en el mejor de los mundos posibles y que todo intento de trasformarlo de raíz mediante una estrategia rupturista nos llevaría a horrores sin cuento. Más bien, pienso lo contrario: sin ruptura con este sistema no hay salida para los problemas que nos aquejan. Pienso también, que la cultura del consenso para todo (basada en la en la búsqueda sistemática de intereses comunes; por ejemplo, entre en capital y el trabajo) en detrimento del disenso y de la cultura de la insumisión y la disidencia ante la injusticia, y que lucha armada de ETA ha reforzado por contraposición. (5)

La cultura del consenso, como paradigma de la buena política, ha sido uno de los cánceres de la izquierda y de los movimientos de emancipación. Hemos adolecido de disenso y sufrido una intoxicación de consenso.

2. Vías políticas o vías militares. En tales términos ha sido planteado el debate fundamental de los últimos años. La izquierda abertzale ha evolucionado del jaleo a la lucha armada (ETA jarraitu borroka armatua!) y la defensa de la validez de todos los métodos de lucha, a apostar solo por las vías políticas. Puede especularse si el cambio es fruto de la necesidad (para superar el cerco represivo) o de la convicción (superar el militarismo), o de ambas a la vez. Incluso si es muestra de debilidad (tesis de Ares) o de fortaleza (¿quién resiste mejor el huracán represivo, el robusto roble o el flexible bambú?). Todo ello es discutible y formará parte de la batalla del relato. Lo importante es señalar la magnitud del cambio operado: Una estrategia que opta por la constitución de un bloque soberanista-independentista de izquierdas que opere en todos los ámbitos políticos y sociales; que ocupe las calles y las instituciones, e impulse desde ambos ámbitos la confrontación democrática en demanda de un cambio de régimen. Y ese cambio copernicano es lo que ha posibilitado el surgimiento de EH Bildu, con todo lo que ello representa.

A partir de ahora, el quid de la cuestión consistirá:

a.- Integrarse en el sistema (las presiones en ese sentido serán grandes y variadas) si bien no de cualquier forma (las variantes son diversas, no ha sido los mismo el PSOE que IU), o, combatirla en todos los frentes (el cómo, es también un tema complejo que habrá que ir desgranando).

Esto es, si la estrategia y táctica políticas van atener un sesgo fundamentalmente reformista basada en una eficiente y honrada la gestión institucional sostenido por diversos movimientos sociales; o bien va a favorecer las luchas y los movimientos sociales para construir pacientemente una nueva representación política (incluso parlamentaria) de los explotados y oprimidos cuyo objetivo sea a corto y medio plazo un Estado independiente y socialmente justo, y a la larga el derrocamiento del capitalismo y el fortalecimiento de un proyecto eco-socialista.

b.- A otro nivel, va a tener que dilucidar si su política de alianzas va a tener un sesgo fundamentalmente nacionalista interclasista, o preferentemente clasista y anticapitalista. Esto es, una construcción nacional vasca favorable a las clases explotadas y solidaria con sus congéneres de otras partes del planeta. Dicho de otra forma, un programa orientado lo que se ha llamado el nacionalismo del bienestar (síntesis entre el nacionalismo burgués y el antiguo modelo social-demócrata partidario del estado de Bienestar).

La crisis actual ha puesto de manifiesto el nefasto papel de los social-liberales y nacionalistas de derecha, pero también los límites de una izquierda formalmente anticapitalista, institucionalista, presa de la cultura de la gobernabilidad y el convencimiento de que solo compartiendo poder (aunque sea en un papel subalterno) (6) se pueden obtener logros de importancia.

c.- Cabe también, una convivencia entre ambas opciones no exenta de tensiones, sobre la base de una posición mayoritaria intermedia, que haga puente entre entre las más extremas. Me da la impresión de que algo así funciona en Die Linke de Alemania. También en Podemos. Y es posible que sea la opción ganadora en EH Bildu.

De momento, el reto fundamental se sitúa en el logro de una izquierda que responda con contundencia al descrédito generalizado de los representantes públicos pringados en tantos escándalos de corrupción.

3. Algunas consideraciones suplementarias sobre el tema de la violencia política. Es evidente que en las sociedades europeas actuales, las estrategias basadas en la lucha armada (máxime si es del tipo de la empleada por ETA) constituyen un grave error de nefastas consecuencias. Pero el debate sobre la violencia no se agota con ese ejemplo (8): basta analizar lo ocurrido en la última huelga general, lo acontecido en todo al Parlamento de Catalunya y el M-15, Kukutza, o cada vez que se da un enfrentamiento violento entre fuerzas del orden y manifestantes o huelguistas defensores de justas reivindicaciones. Miremos a Grecia, y veremos como responde el estado a la ira popular.

Hay violencias y violencias, y es necesario diferenciarlas. Francisco Fernández Buey aborda el problema de la siguiente forma: “no hace falta aceptar la idea de que la violencia es la comadrona de la historia, ni insistir particularmente en la observación de que, por lo general, los derechos no se otorgan sino que se conquistan (frente a la violencia de quienes no quieren ceder sus privilegios a los cuales dan forma de ley), ni siquiera aceptar la idea, tan extendida, de que entre derechos iguales decide la violencia, para ponerse de acuerdo, en que existen circunstancias en las cuales la resistencia al mal social y la justicia obligan al desobediente y al resistente [¡y yo lo soy, respecto a múltiples injusticias que emanan del mundo capitalista!] a ejercer ciertas formas de violencia defensiva”. Violencia defensiva frente a un estado que se autodefine como de derecho, y que en realidad es un aparato para el ejercicio de la violencia sistémica.

Freud, respondiendo a Einstein, fue muy explícito al afirmar que, tratándose de la violencia social (y no de violencia individual), “se comete un error de cálculo si no se tiene en cuenta que el derecho fue originalmente violencia bruta y que el derecho sigue sin poder renunciar al apoyo de la violencia”. Nos lo señalaba también Javier Ortiz: “El estado es la estructura organizada más acabada de la imposición. Él decide que hay instrumentos de violencia no sólo aceptables, sino incluso estupendos: las Fuerzas Armadas, las policías, los tribunales, las cárceles”. No hay sentencia judicial, o decisión política, que no tenga detrás de sí unas fuerzas policiales que la harán efectiva en caso de oposición. Los oponentes al TAV sabemos algo de eso, y los huelguistas franceses también, y qué decir de los emigrantes, por no hablar de conflictos más sangrantes o virulentos como el que está en curso en Afganistán etc.

Al arrogarse el monopolio de la violencia, el Estado asume sin tapujos su derecho a ejercerla de forma exclusiva y utilizarla cuando le haga falta, mediante unas instituciones armadas (ejército y policía) financiadas a expensas del contribuyente. Y esto es así en la política nacional como en la internacional. El hecho de que se dote de un protocolo de actuación (no pocas veces trasgredido conscientemente, el “caso Cabacas” un botón de muestra) no invalida esa conclusión, a pesar de que el lenguaje políticamente correcto se empeñe en afirmar lo contrario.

En la ya desaparecida sección “Carta con respuesta” del diario Público, Rafael Reig, nos ilustraba con su opinión: “De Gaulle afirmó: Francia se hizo a golpe de espada. Aznar piensa que España se hizo con la ayuda de Santiago Matamoros, y Esperanza Aguirre sitúa el nacimiento de la nación española en la guerrilla armada del siglo XIX. ¿Qué decir, de la(s) independencia(s) americana(s), o el nacimiento de la democracia en Francia a golpe de guillotina, o las distintas revoluciones políticas y sociales, frustradas o triunfantes…?

La violencia esta ahí. Se diga lo que se diga. Para una izquierda trasformadora que no solo quiere vencer, sino también convencer, ser consecuente entre los fines que predica y los medios que utiliza el debate va de suyo. Algunas pinceladas al respecto.

4. Medios y fines. Alguien dijo que la guerra es el arma (política) de los ricos, y el terrorismo el arma de los pobres. Tenía razón; sólo apostillaría que tan terrorista es una forma de violencia como la otra, aunque la primera tenga detrás de sí el beneplácito de las instituciones nacionales o internacionales. Y que en ambos casos (pobres o ricos), la cuestión estriba, por tanto, en la naturaleza de la política que se ejecuta y los medios que se emplean.

Ser radical es ir a la raíz de las cosas”. Ir a la raíz de nuestros problemas nos lleva a enfrentarnos al sistema capitalista y sus instituciones represivas. Pero hay muchas formas de ser radicales, y no todas son asumibles desde los principios políticos de izquierda radical o revolucionaria.

La radicalidad debe de ser sinónimo de aspiración al cambio de sociedad, de quienes no se conforman con la mirada superficial, buscan la raíz de las cosas, de los problemas, para precisamente solucionarlos.

Hay radicalidades que utilizan violencia de baja o alta intensidad, y otras de signo pacifista. Curiosamente las primeras no requieren necesariamente más valor que las segundas. En ambos comportamientos nos encontramos a menudo con dogmatismos que absolutizan su elección, más allá del tiempo y el espacio.

Las radicalidades violentas requieren de tres condiciones generales para que sean políticamente operativas: legitimidad, deseabilidad y conveniencia. Se trata de tres criterios que con frecuencia no van unidos. Cuando se separan, la violencia ejercida entra en crisis o de deja de ser conveniente, pues ningún método de lucha escapa a la dialéctica entre medios y fines.

Podemos decir, además, que cuanta menos violencia sea necesaria para lograr los objetivos de libertad, equidad y justicia, mejor. No son pocos los problemas que plantean las vías violentas en la transformación de la sociedad. Si se trata de la lucha armada, su inclinación a militarizar la política, los movimientos sociales y la propia sociedad, se convierte en una amenaza contra sus propios fines de emancipación. La historia nos demuestra que, incluso las revoluciones triunfantes por la vía militar, han generado desde el poder graves defectos de verticalismo y falta de libertad. Naturalmente no se trata de una ley inevitable, pero sí de un fenómeno repetido que invita a la reflexión. Por ello nos interesa sobre todo aquella vía que sintoniza con los valores y objetivos por los que luchamos, y facilita el camino para lograrlo. Y está claro que las vías no violentas concuerdan más con la dialéctica entre fines y medios.

Ciertamente la no violencia entra en crisis, también, cuando su ejercicio se traduce en inoperancia o, a su pesar, en un apoyo objetivo al sistema dominante, o cuando menos en alimento de actitudes socialmente poco o nada favorables a la lucha contra la opresión. Y tiene sus límites. Gandhi, resistente pacífica activo contra la injusticia, y que además venció al imperio opresor, no logró que tras la independencia desapareciesen las castas, la explotación, ni los odios religiosos. Un pueblo que utilizó vías pacíficas no quedó en absoluto vacunado contra la violencia interreligiosa, interétnica o contra los parias de la tierra que siguió a la conquista de la independencia.

De hecho, salvo el pacifismo extremo, partidario de ofrecer la otra mejilla -e incluso éste admite excepciones- ninguna doctrina filosófica, y mucho menos política, rechaza el empleo de la violencia, sea ésta en primera o última instancia. De los estados está todo dicho. La Constitución americana defiende el derecho del ciudadano a levantarse en armas contra la tiranía, y ninguna organización o movimiento revolucionario que aspire cambiar la sociedad excluirá el enfrentamiento armado, pues sabe que tarde o temprano los que están el poder sacarán los tanques a la calle.

MORALEJA. Unos medios dignos no conducen inevitablemente a un buen resultado, pero está demostrado que unos medios perversos garantizan el desastre. Todas las opciones consideradas legítimas requieren una crítica y una autocrítica permanente.

Notas:

1. Mi enfoque se fundamenta en la “fusión de lo ético y lo político, partiendo de la pluralidad de éticas y de políticas” según la definición de Paco Fernández Buey. Esto es, en unos principios éticos acordes a un proyecto eco-socialista, internacionalista, feminista y autodeterminacionista, los cuales chocan con de los defensores del statu quo, contrarios a esos objetivos, pero también con los de ETA, que en teoría pueden coincidir pero que su práctica los contradice.

2. En el tema de las víctimas, merece la pena resaltar el contraste existente entre el protagonismo simbólico que juegan las víctimas de ETA y sus familiares, y el ostracismo que sufrieron (durante toda la Transición) y sufren las víctimas de la guerra civil y sus familiares. Poco tiene que ver con una cuestión de responsabilidad generacional ni con cuestiones de mayor urgencia en materia de memoria o reparación, sino con la construcción de un discurso que hace de la Transición nuestro alfa y omega, y todo lo que cuestiona esa versión no interesa.

3. Aunque debe de quedar claro que no desaparecerá el otro tutelaje, el de unas FFAA encargadas de la defensa de la soberanía y unidad territorial del Estado… que también debería de desaparecer.

4. Estoy de acuerdo con cuando Paco Fernández Buey, cuando afirma que, “la defensa histórica de un derecho principio jurídico-político justo por la vía de la violencia, sea ésta mayoritaria o minoritaria, no invalida la justicia de dicho principio… el derecho de autodeterminación de los pueblos no es un anacronismo en esta Europa, en este mundo, es un derecho democrático básico en una democracia en construcción”.

5. El consenso social es necesario para resolver determinados temas, tales como la convivencia entre culturas, identidades, o choque entre derechos similares. Sin embargo, no sirve, para conflictos en cuya base está la explotación, la opresión y la discriminación de clase, de género y/o nacional; ni qué decir de las agresiones al medio ambiente. El ejemplo palestino es de lo más ilustrativo.

6. Es el papel asumido por ERC e Iniciativa per Catalunya (en el tripartito con el PSC) en la Generalitat, el BNG en la Xunta y EB en Eusko Jaurlaritza.

7. Ello no exime a la izquierda radical de su propia incapacidad para erigirse en alternativa. Lo cual a mi entender hace necesarios en la presente coyuntura procesos amplios de acumulación de fuerzas antineoliberales y soberanistas. Podemos y EH Bildu, cada cual con su particular enfoque serían los modelos actuales en los cuales la izquierda anticapitalista y soberanista debería intervenir.

8. De hecho, salvo el pacifismo extremo, partidario de ofrecer la otra mejilla -e incluso éste admite excepciones- ninguna doctrina filosófica, y mucho menos política, rechaza el empleo de la violencia, sea ésta en primera o última instancia. De los estados está todo dicho. La Constitución americana defiende el derecho del ciudadano a levantarse en armas contra la tiranía, y ninguna organización o movimiento revolucionario que aspire cambiar la sociedad excluirá el enfrentamiento armado, pues sabe que tarde o temprano los que están el poder sacaran los tanques a la calle.

Le France, la resaca

Luis Salgado – Alternatiba

De un tiempo a esta parte tengo la sensación de que las elecciones en Europa toman un tinte futbolero, todas son finales anticipadas, todas son importantísimas para el futuro de Europa (¿y los europeos?) y sin embargo, terminada la jornada todo sigue igual. ¿Todo? Todo no, la idea neo-liberal de tintes xenófobos campa a sus anchas por el mal llamado viejo continente como espíritu de Morgul. Dicen que vivimos la época de la postverdad, simplemente vivimos como siempre, engañados. Pero vayamos a analizar la última jornada liguera;

La ultraderecha; ¡Que viene el Coco!
 
No sé si volveremos a ver, al norte de los Pirineos, un partido nazi-fascista gobernando alguno de los principales países de Europa, pero lo que está claro es que, de momento, como amenaza no puede ser más rentable para el poder. Falta saber si, como en el cuento del pastorcillo, cuando las ovejas vean al lobo quedará alguien para defenderlas.
 
El ascenso de la ultraderecha está facilitando a los gobiernos liberales perpetuarse en Europa bajo ese mantra de “nosotros o el caos extremista”. La ultraderecha se queda siempre a un paso del poder, Austria, Holanda, Francia… pero su discurso gana siempre y marca las agendas europeas del poder que asumen sus rasgos identitarios sin sonrojarse siquiera.
 
La Socialdemocracia ha muerto, viva el neo-liberalismo
 
No hacen falta sesudos análisis para entender esto. En un Sistema Capitalista de usar y tirar, todo tiene fecha de caducidad cuando ya no es útil, y la socialdemocracia es la primera víctima de la caída del Muro de Berlín. Tuvo su auge cuando permitía vender ese Capitalismo de rostro amable de la postguerra, ese lado social que endulzaba la realidad y nos decía que no era necesaria la temible dictadura del proletariado para crear un mundo justo con reparto de la riqueza y tal, pero sin enemigo económico-social que represente una alternativa, con el Mercado como único poder y creador de agenda, ¿Qué puede aportar la socialdemocracia? Nada, y en polvo os convertiréis.
 
El paseo triunfal del Neo-liberalismo
 
Los grandes triunfadores, indiscutibles, hegemónicos, cuasi deidades infinitas, intocables. Ni en los mejores sueños húmedos de aquel mediocre actor de western ni de la Iron Maiden británica hubieran imaginado un camino tan feliz para su romance. Hoy los estados son seres amorfos que apenas alteran al mercado y legislan para su defensa. Burbuja tras burbuja hasta la hegemonía total haciéndonos creer que todas éramos Clase Media y la vida era una orgía de satisfacciones capitalistas, y al despertar, ellos lo tenían todo, dinero, poder y control, y tú una o dos hipotecas y tiempo para pasar en el paro. Y tuvimos frente a nosotros las dos pastillas de Morfeo, y elegimos la azul, porque preferimos seguir saboreando el filete aunque sabíamos de sobra que no existía, que sólo era producto de nuestra imaginación, inducida a través de nuestros sueños. Y siguen dando vueltas al tornillo, y a cada vuelta los ricos son más ricos y los pobres… los pobres están más asustados.
 
Porque elegimos la pastilla azul, pero por si no era suficiente nos han puesto cientos de cadenas sobre nuestras extremidades para qué no nos movamos. Miedo, pánico a lo que puede venir, a los fanatismos, al terror, a las enfermedades, y en última instancia al extremismo. Tenía que llegar, estaba claro. Tanto hablar del eje izquierda-derecha en dos dimensiones, como una línea recta nos ha traído a que interioricemos que quien se encuentra en uno de los extremos es extremista, lógico. Así, olvidamos que en realidad el peligro siempre ha sido el dogmatismo, el querer llevar una idea hasta sus últimas consecuencias, y ahí, en ese dogmatismo es donde se hallan los que nos venden como moderados. El neo-liberalismo es la ideología extrema por definición, la que ha logrado que alcancemos las mayores cifras de desigualdad, pobreza, guerras, hambre… etc. de la historia, pero no están en ningún extremo de esa línea imaginaria. Así nos va. Extrema es la izquierda, y la derecha, y los extremos se tocan y … mientras el Anillo sigue atándonos a las tinieblas.
 
¿Y la izquierda?
 
Debatiendo si son galgos o podencos. -¡Mira, un brote, una esperanza!-  -Bah, otros revisionistas que nos venderán a la primera oportunidad- Y preferimos seguir en el Titanic echando la culpa al de nuestra acera que embarcarnos en un frágil bote.
 
Sobre le France primero una consideración; si no entiendes las diferencias entre unas elecciones parlamentarias y unas presidenciales difícilmente puedas distinguir entre táctica y estrategia y así es comprensible que sigamos en este bucle infinito. Melenchon podía haber significado una brecha en el Sistema, o no, quizás otro Syriza, tal vez. Pero nunca lo sabremos porque, entre otras cosas, el bote nos parecía tan frágil que preferimos seguir hundiéndonos al son de los músicos.
 
Hemos llegado a tal punto de absurdez, que he llegado a leer a periodistas de izquierdas, de aquí, de EH, celebrar que en Iparralde Le Pen sea cuarta fuerza y que la derecha neo-liberal haya arrasado, porque ya se sabía que Melenchon era un chauvinista empedernido, no como el resto de candidatos con posibilidades que eran ciudadanos del mundo.
Y es que cómo táctica y en unas elecciones parlamentarias entiendo que la broma del “voto útil” sea una absurdez, mejor una representación propia, real, con apuestas fuertes, aunque ésta sea pequeña. Pero en unas presidenciales a doble vuelta hay que ver la estrategia. Yo me quedo con un sabor muy agrio de esta jornada futbolera, porque no creo que Melenchon fuera a suponer un gran cambio, pero me hubiera gustado poder ver cómo se retrataban los neo-liberales en una segunda vuelta entre Le Pen y Melenchon. Saber si, como decía Durruti, los capitalistas franceses ante un riesgo de recortar sus privilegios apoyarían por acción u omisión a Le Pen, o defenderían la unidad de los “demócratas” contra el fascismo, tal y como exigen ahora para apoyar a Macron. Sin duda ha sido una jornada agria, el Barça ha ganado al Madrí y a mi ninguno de los dos me dice nada, porque mi equipo no juega en su misma liga.
 

Por el Imperio hacia Dios

“Una vez vide que, teniendo en las parrillas quemándose cuatro o cinco principales y señores (y aun pienso que había dos o tres pares de parrillas donde quemaban otros), y porque daban muy grandes gritos y daban pena al capitán o le impedían el sueño, mandó que los ahogasen, y el alguacil, que era peor que el verdugo que los quemaba (y sé cómo se llamaba y aun sus parientes conocí en Sevilla), no quiso ahogarlos, antes les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y atizoles el fuego hasta que se asaron de despacio como él quería.”
Fray Bartolomé de las Casas

Héctor Prieto – Alternatiba

Desde hace tiempo parece que el franquismo más cutre está en pie de guerra. La última perla la ha soltado el director de RTVE, José Antonio Sánchez, que entre otras lindezas ha negado el genocidio durante la conquista de América. Lo tengo que decir, como historiador me parece un insulto a la verdad y como persona un asalto a los derechos humanos y una humillación a los millones de seres que sufrieron los abusos de los conquistadores.

Pero luego pasé de la mala ostia a la risa, cuando dijo, “El descubrimiento de América ha sido el acontecimiento más importante de la Historia de la Humanidad, después del nacimiento de Cristo. Y la obra de España ha sido de tal magnitud que durante siglos los enemigos del imperio han dedicado lo mejor de sí para desprestigiarnos”. Y es que con eso de los “enemigos del imperio”, solo le faltó añadir “rojos, masones y separatistas”, para retroceder a épocas de Franco, por la poca gracia de Dios.

Por todos es sabido que Hernán Cortes y sus colegas, fueron a disfrutar del sol de la Ribera Maya, playita, papeo y mojitos. Por la noche parrillada con excelente muslo azteca bien aderezado. En cambio, la cuadri de Pizarro, prefirió la montaña a la playa, una excursión a las ruinas de Machu Pichu armados hasta los dientes. Es que estos indios son unos desagradecidos, encima que les traemos la civilización.

Además van los ”barbaros machupichus” y se defienden, seguramente eran yihadistas relacionados con ETA. En los palacios tendrían armamento dispuesto para atentar. Y de esos nazis aztecas… declaró que «Lamentar la desaparición del imperio azteca es más o menos como sentir pesar por la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La cultura azteca era un totalitarismo sangriento fundado en los sacrificios humanos». En fin, Hitler y Moctezuma primos hermanos, no como Cortes, que era un pobre turista.

Hablando en serio, al señor José Antonio Sánchez le recomendaría la lectura de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, la del comunista, perdón quise decir jesuita, Fray Bartolomé de las Casas. También, como buen devoto que supongo que es, estaría bien que repasara el Sermón de Montesinos, haber si encuentra la Luz.

Ya de paso a riesgo de terminar como la twittera Casandra, voy a permitirme hacer apología del indigenismo y recomendar la película También la lluvia. Es posible que como rojo perro flauta o abertzale radical no interprete bien la historia, pero que le vamos a hacer señor Sánchez, todos somos criaturas de Dios.

Del blog de Héctor Prieto Atxabalta RedVolution

De imputados y patrias

Iagoba Itxaso – Alternatiba

Esto de seguir imputando, llamando a declarar, etc… sigue oliendo a “operación limpieza” del régimen. Y no cuela, son muchos más los que se libran de los que caen. Juicios dilatados, fiscalías de broma, decenas de absueltos, casos “aislados” o dados por “amortizados”. Y cuando hay condena, incluso algo de cárcel, nada se tambalea, nada cambia, el poder sigue en el mismo sitio pisando a los mismos. Necesitamos construir un estado digno y extender su justicia social a través del internacionalismo. La propuesta es política, no punitiva, de castigo, ni de venganza, sino de construcción de algo nuevo sin tanta mierda. De justicia, sí, pero de justicia hacia nosotros, no para ellos. No los quiero en la cárcel, en su cárcel; los quiero sin poder, fuera de mi vida. Y ahí se pudran. Esa es mi patria. Ese sentimiento, ese deseo. Algunos dicen que no existe. Otros decimos que se llama Euskal Herria.

Leer en su blog 

¿Adiós a las armas?

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

Bajo un sol de justicia, unas 20.000 personas aguantamos estoicamente el pasado sábado en Baiona los discursos de los Artesanos de la Paz, así como el comunicado final en cuatro idiomas suscrito por partidos, asociaciones y personalidades que han dado cobertura a la operación de entrega de armas de ETA.

A falta del acto que suponga su desaparición formal, ETA ya es historia. Contar esa historia, me temo, en  principio va a tener más de batalla entre relatos que debate del que sacar enseñanzas. Preveo mucho ruido, ecos distorsionados similares a los que se oyen en medio del sepulcral silencio que acompaña al día siguiente de la batalla. Una liza con sucesivos episodios, que ha durado mas de 60 años y que ha dejado centenares de muertos tanto en los diferentes bandos como entre quienes no tenían bando alguno.

Sin embargo, aunque va a requerir su tiempo, abogo para que seamos capaces de abordar el pasado y sus repercusiones sobre el presente. De momento, transcribo algunas vivencias y sensaciones que en ese momento afloraban mientras observaba desde el estrado de invitados la fachada de la Iglesia de Saint Andre, en cuyo interior, allá por el 72, realizamos una huelga de hambre (con final para algunos en la prisión de Baiona) en defensa de los derechos de los refugiados.

También otros recuerdos de vida militante, épocas donde porté armas, tanto de forma obligada como voluntaria. Sí, voluntaria. Para mi defensa personal y también para poder llevar a cabo determinadas acciones, no forzosamente militares, ya que los cuerpos de seguridad del franquismo tiraban primero y preguntaban después. Esto que algunos olvidan o no tienen en cuenta cuando se refieren al nacimiento de ETA. Sin embargo, no fue la actividad clandestina la que puso en mis manos las primeras armas. Antes de portarlas de forma voluntaria, fue el Ejército español quien me obligó a adiestrarme con ellas y posteriormente usarlas en maniobras militares y competiciones deportivas. Estando en Toledo concentrado para el pentatlón militar, supe por  televisión de las muertes del guardia civil José Antonio Pardines y del militante de ETA Txabi Etxebarrieta.

Recuerdo con claridad el barracón del centro de instrucción de Araka, presidido por un enorme SI VIS PACEM PARA BELLUN. Un teniente nos traducía y explicaba su significado, según el cual se podía entender el papel del glorioso ejército de Franco como instrumento y garantía de una PAZ que ya duraba 30 años. Posteriormente un sargento nos aleccionaba sobre el gran honor de formar parte de dicho ejército y la responsabilidad que contraíamos al portar un arma, la cual teníamos que cuidar “con más cariño que a la novia”.

En relación a ese periodo, transcribo tal cual el resumen de una opinión que acabo de recibir en Facebook: “El anuncio de la rendición de ETA llega una semana después de la condena a una tuitera por mofarse (humillación a las víctimas, rezaba específicamente la sentencia) del magnicidio más sonado de ETA: el atentado de Carrero Blanco. (…) el franquismo sigue floreciendo en homenajes, mítines, comunicados, túmulos funerarios y abyectas fundaciones subvencionadas por el estado español. El general Franco, el mayor asesino de nuestra historia, sigue siendo celebrado en ciertos medios, radios, periódicos y televisiones, como un mal menor, un salvapatrias o un cruzado del catolicismo contra las hordas rojas. Durante cuatro décadas practicó el terror a campo libre y a tiempo completo; durante otras cuatro sus herederos ideológicos siguen aprovechando las sobras del banquete, los tristes regüeldos de la impunidad y la cacicada. Ninguna asociación de víctimas podrá reclamar por las docenas de miles de familiares que se siguen pudriendo en las cunetas; ninguna de las mujeres que fue violada en los sótanos, ninguno de los presos que fue torturado en las inmundas comisarías del régimen puede exigir justicia. Los muertos fueron bastante más de ochocientos, los desplazados bastante más de medio millón, los secuestrados casi todos nosotros. Discúlpenme este inoportuno rapto de demagogia”.

El encabezamiento de este artículo es el mismo que el de la novela de Hemingway, pero el relato bien diferente. Solo unas pocas armas son apartadas de la refriega, en realidad una insignificancia comparada con todas las que a lo largo y ancho del globo vomitan pólvora y plomo. La importancia de las mismas nunca ha estado relacionada con su cantidad y efectividad operativa (que también), sino con ser parte de un conflicto político y la capacidad que tenían de incidir en el mismo; por más que algunos se empeñen en reducirlo a un problema del Estado de Derecho con una banda de malhechores. De haberlo sido, mal que le pese a los gobiernos español (sobre todo) y francés, no habríamos tenido artesanos de la paz, ni sociedad civil implicada, ni la participación de los Gobiernos autonómicos de la CAV y Nafarroa, ni  verificadores oficiales y expertos internacionales en resolución de conflictos. Y sobre todo, la satisfacción de la mayoría de la ciudadanía vasca.

En todo caso, es solo la retirada de una ínfima parte de las decenas de miles de armas que circulan y se almacenan legalmente en los Estados Francés y Español. Una parte insignificante de los millones de artefactos que a diario se producen para su uso en todo el mundo. Por desgracia, a día de hoy, no hay menos sino más armas que ayer circulando por el mundo y por Euskal Herria, si tenemos en cuenta las que portan los ejércitos afincados en el territorio, más los de Gendarmería, CRS, GC, Policía Nacional, Ertzaintza, forales y municipales, además de las empresas privadas de seguridad. Es como reciclar unos pocos residuos mientras se producen exponencialmente cantidades ingentes. El gran reto del desarme mundial y el fin de la carrera armamentística (y de los inflados prepuestos militares, 32% de aumento este año en el Estado español, que se restan del  gasto social) es más acuciante que nunca, por más que nos alegremos de la entrega del 8 de abril.

Publicado en Naiz, Ahotsa y Rebelion

Relatos (anti)patrióticos (según se mire)

Joxe Iriarte ‘Bikila’ – Alternatiba

La literatura, como la vida misma, siempre ha estado influenciada o contaminada por diversos factores. Empezando por la adjudicación de los premios Nobel, pasando por las supuestamente más neutras de nuestras pequeñas galaxias institucionales y culturales, y no digamos las adjudicadas por las grandes editoriales. Hay excepciones, como en todo, pero la mayoría de las obras y sus autores son promocionados y premiados por cálculos políticos y/o comerciales. Desde otro punto de vista, recordemos que en un tiempo leíamos ensayos sobre “literatura y revolución” escritos por autores diversos (identificados con el marxismo) con unos ojos (y anteojos) que iban más allá de lo meramente literario. Nada es neutral en este mundo, la literatura tampoco, y los premios por la paz menos todavía.

Una prueba de lo que digo es la polémica existente en torno al libro “Patria”, escrito por el donostiarra Fernando Aramburu, y sobre el cual viento sur nos han permitido conocer las aportaciones de Ramón Zallo1e Iban Zaldua2. Además han publicado críticasde interés Jabo. H. Pizarroso y Alberto Moyano3. Y la verdad, tras dichos artículos, tanto en su vertiente más literaria, como en la sociopolítica, poco tengo que aportar.

Aramburu, una mirada estrábica respecto a la literatura euskaldun

Aún así, permítaseme añadir y remarcar algunos aspectos de la polémica. Si bien hay que diferenciar obra y autor, no voy a ocultar que respeto a lo segundo, mi grado de contaminación (en eso no voy a ser políticamente correcto) es bastante alta y viene desde las polémicas declaraciones de Aramburu sobre los escritores euskaldunes4.

Ya en su momento critiqué que con tales declaraciones, Aramburu, más allá de la validez intrínseca de su obra (que cada cual juzgue como quiera) buscaba sobre todo publicitarse y además lograr el respaldo del establishment literario y político español. Hablando en plata, hay que ser ignorante –en el mejor de los casos- o mentiroso y bastante canalla, para verter sobre sus colegas de oficio tamaña acusación. Ignorante o mentiroso sobre una serie de personas que escriben (algunos de forma talentosa y otros no tanto, como en cualquier idioma) por pura afición y voluntarismo, imposibilitados de vivir (salvo tres o cuatro figuras) de su actividad literaria. Si vivir de la literatura es difícil, vivir de la literatura euskaldun es pura heroicidad. Y acusarles además, de falta de integridad para escribir libremente lo que de verdad piensan sobre la sociedad vasca, raya el oportunismo más falsario. En un tiempo, fue la censura de los poderes fácticos de la dictadura el toro a lidiar, y en el presente es sobre todo el mercado quien criba. Y si el mercado en algo incide, incluso en el euskaldun, desde luego no es contra los críticos de ETA. Más bien lo contrario. Y si de censura se trata, basta ver lo que ocurre con ciertos chistes y guiñoles, para saber de dónde viene y contra quién se ejerce. Y si por un chiste te machacan, a ver quién se atreve a hacer apología, aunque sea literaria, de ETA. Decía Terry Eagleton que “la ideología es como la halitosis, solo se nota la del prójimo”. En el caso que nos ocupa se aúnan ideología y prejuicio…

¿Literatura pro ETA?

La mayoría de los autores (citados en los artículos de Zallo, Zaldua y demás, por lo cual me abstengo de repetirlos) que han tomado el “conflicto” como tema central o lateral de su obra (entre los cual me incluyo5), ciertamente no lo han abordado de forma tan caricaturesca y simplificada, al estilo de la última obra de Aramburu, pero en mayor o menor grado son muy críticas con ETA y con el empleo de la violencia y sus consecuencias (también del Estado, claro está), y desde luego, escenifican el complejo y amplio abanico del victimario.

Aramburu debería mirar también al sufrimiento (por partida doble) de las madres de los militantes de ETA, por ejemplo tal como lo describió Gabriel Aresti en su poema: Josefa Mendizabal Zaldibian6: “Las madres de los de ETA sufren cuando les matan sus hijos y sobre todo cuando sus hijos matan”.

Se mire por donde se mire, salvo en excepciones y en relación a la época franquista, no existe una literatura (por ejemplo al estilo de la irlandesa sobre el IRA) de ficción de un tono épico y condescendiente y mucho menos apologeta de ETA. Otra cosa son los artículos de opinión, los libros históricos e ideológicos que conforman la historiografía a favor o de explicación de ETA. En relación a la época franquista, no llegan a la media docena las novelas que tienen por protagonistas miembros de ETA. Por citar algunos, Arragoa7 describe unos personajes y una época que a muchos nos resulta conocida, unos jóvenes que entran en ETA por diferentes motivaciones: de clase, identitarias, ideológicas (incluye las disputas entre ETA VI y ETA V), y sufren las consecuencias de tal acto: represión, tortura, cárcel, y vida clandestina. Militar en ETA se convierte en una razón existencial. “100 metro”8 (con versión cinematográfica incluida) tiene por personaje central un militante en ETA, que corre sus últimos 100 metros en la plaza de La Constitución de Donostia (convertida en lugar de ritual) hasta morir acribillado por la policía franquista; todo ello, en un contexto donde ETA era considerada vanguardia de la lucha contra la dictadura y sus militantes luchadores antifascistas (basta recordar el eco que tuvo el Proceso de Burgos en todo el Estado español); igualmente Exkixu9, narra la historia de un militante de ETA entre el Proceso de Burgos y la muerte Carrero Blanco; la narración es un alegato abertzale muy al estilo txillardegiano (valga la redundancia) ante un mundo que desaparece por partida doble: el mundo rural que incluye el caserío (del cual toma su nombre clandestino) y el paisaje donde nació y creció; así como el idioma que mamó en el ambiente familiar (el euskera) arrollados ambos por las excavadoras de las constructoras y la llegada masiva de emigrantes castellano-parlantes. Posteriormente y conforme va cambiando la situación política y cultural, la obra literaria de Saizarbitoria y Txillardegi, se tornará cada vez más crítica y beligerante con la actividad armada. El mismo Txillardegi escribió en Egunkaria un artículo titulado Cui prodest (¿Quién se beneficia?) una dura crítica a ETA responsabilizándole del fracaso de Lizarra-Garazi10.

Ya en la década de los 2000, se editó “Lagun Armatua”11. Escrita por un autor alemán que conoce la realidad vasca. Narra las peripecias de un alemán de vuelta a Bilbao, la ciudad donde solía pasar las vacaciones, y en la cual se reencuentra con un antiguo amigo (cuyo perfil se ajusta a Mikel Antza, el escritor que por ayudar a Joseba Sarrionaindia a escaparse de la cárcel de Martutene malogrará su carrera literaria y se convertirá en un dirigente de ETA) que para la policía es uno de los grandes de ETA; este le pedirá ayuda para recorrer la península, y a pesar de las dudas políticas aceptara ayudarlo. Una novela con tintes negros, y con reflexiones variadas sobre las identidades, la cultura y la amistad con quien no se termina de entender (mas allá del acuerdo y la discrepancia) por qué y para qué lucha12.

La vuelta de Mikel Antza, el personaje real, supone una novedad en este panorama justo en tramo final de ETA. Tras haber sido encarcelado, retoma la escritura13 para narrar sus recuerdos y reflexiones derivadas de sus huelgas de hambre y posteriores estancias en hospitales penitenciarios, sus conflictos con las instituciones penitenciarias y los recuerdos de la clandestinidad. Este autor y su obra sí entran de lleno, con todo derecho y rigor, en tanto que es un relato personal afín al mundo de ETA14.

Como guinda del pastel: “Orpoz Orpo”15, aventuras de un joven clandestino de ETA cuyas peripecias sexuales no desmerecen en intensidad de las estrictamente militantes. Sexo, humor, paranoias y no pocas alucinaciones.

Diferenciando, por rigor, el durante y después del franquismo, esta literatura es variada y plural, tanto desde las miradas más críticas y severas, como las más neutrales y/o condescendientes.

Así que si la pretensión de Aramburu de propiciar “la derrota literaria de ETA” y zanjar el tema, al menos en lo que al terreno de la narrativa se refiere, es una embestida nada quijotesca contra molinos de viento. Un cruzada contra una obra inexistente, pero pura carnaza para los que esperaban un relato según su deseo y visión del conflicto vasco. De ahí (y el acierto de su formato) su éxito. Estamos en plena batalla “por” el relato, y todo vale. El escritor y crítico literario Txema Arias, se preguntaba16 cómo es posible que “los escritores euskaldunes traducidos al castellano sean tan ninguneados por quienes ensalzan a Patria por considerar que es la novela esperada por la sociedad española sobre el conflicto vasco”. La cuestión no es reflexionar, sumergirse y tratar de entender el conflicto vasco en su complejidad, sino proyectar y deleitarse en un relato del conflicto al gusto de un público (muy mayoritario en España) que lo ha estado deseando. Para ese público, Patria, cumple sus expectativas.

Y sin embargo no existe una versión única y unívoca, ni siquiera en el campo más heterodoxo17. Y desde luego, y en eso también tiene razón Zaldua, habrá un suma y sigue, si bien visto lo visto, la descompensación entre el peso de los autores y del público, se dará más desde un desde un lado que desde el otro… porque la literatura seguirá contaminada.

¿Adiós a las armas?

La noticia y posterior escenificación de la entrega del los arsenales de ETA, está abriendo las puertas a la imaginación. Hasta las pistolas se han puesto a hablar. Una de ellas mediante la pluma del escritor Pako Aristi nos daba fe de su testamento. Su nombre: Firebird, Sig Sauer, Walter P38, es lo de menos. Creada como arma para los cuerpos de élite de los ejércitos y policías de todo el mundo, la narradora se descarrió por vericuetos clandestinos. Sus primas hermanas, la mayor parte, destinadas a convertirse en glorias patrias, en servidoras del orden establecido, o al comercio del narcotráfico, gozan del privilegio de participar en desfiles y ser expuestas relucientes y engrasadas. Las menos, ovejas negras como nuestra narradora, están ocultas y estigmatizadas como terroristas. “La política consiste en saber cuándo y contra quién apretar el gatillo” decía Vito Corleone. No era un político, pero manejaba políticos. Ala del cuento le llegó la hora de comparecer ante el patíbulo. Ser entregada y destruida. ¿Y las otras? ¡Ay las otras! Todo depende donde naces y a qué familia perteneces, solo unos pocos cambian de sino. La mayoría, cumple el papel para el cual ha sido creado. Adiós a las armas de unos… pero las armas no desaparecerán.

Un título, tendencioso: Patria

La obra de Amin Maalouf “Identidades asesinas” trata de la identificación del fundamentalismo (sobre todo) religioso con su propensión al asesinato. De forma pertinente, Mª Dolores Martín-Consuegra Martín-Fonte18 nos alerta de que “el título de la obra –y puntualizo, sobre la novela patria- resume el contenido de la misma. Si se realizara una encuesta sobre lo que sugiere, es posible que la mayor parte de las personas encuestadas identificaran lo de “Identidades Asesinas” en una dirección unívoca, y esta posibilidad la expresarían con menor tibieza que el autor. Identidad-Patria. De forma más o menos sutil unas patrias, unas identidades son las asesinas. Y sin embargo, no hay identidades -esencialmente- asesinas, hay asesinatos y genocidios que se realizan en nombre de tal o cual identidad, sin embargo poco se menta a las identidades asesinadas, sea por quienes dicen no ser identitarios, por ejemplo los impulsores de la globalización neoliberal y los Estados Nacionales y sus ideólogos, o por fundamentalismos varios: el ISIS contra los azaríes.

¿Qué patria resulta del título de la obra? La vasca. ¿La defensa de la patria vasca, da cobertura al asesinato? El patriotismo PNV-ista incluso durante la dictadura (ahora dispone de la Ertzaintza la cual con otras fuerzas de seguridad se asigna el monopolio de la violencia) tenía por seña de identidad la resistencia pacífica, y el lehendakari Leizaola consideró el magnicidio de Carrero Blanco por parte de ETA, como un acto indigno y de malos vascos. Ni lo uno ni lo otro. Ningún patriotismo es de dirección única. Se da el ¡Patria o muerte! de la revolución cubana. Y el ¡Todo por la patria! de la Guardia Civil.

Es imposible negar que en defensa de la patria vasca (y de una forma de concebirla, pues hay diferentes formas de concebir y defender dicha patria vasca) se ha vertido sangre. El Eusko gudariak es un himno guerrero y un canto a favor de verter la propia sangre (y la ajena) en defensa de la patria. Así lo hicieron los gudaris en el 36, derramando la propia y la ajena, y los milicianos y el ejército popular en defensa de la república. Y posteriormente ETA en la lucha contra la dictadura; y siguieron vertiéndola contra el régimen del 78, entrando en una espiral incontrolada que arrastró tras si antiguas referencias políticas, éticas y morales19.

En realidad no hay causas (ni símbolos) emancipatorias, sean de carácter patriótico o de otro género, que no hayan sufrido diferentes grados de contaminación que contradicen su aspiración última, y que son difíciles de expurgar20. Pero llama la atención que Aramburu mente la lacra de la tortura, pero no la relacione con la defensa de la Patria, la española, que «con razón o sin ella,- afirma Rafael Vera- la patria al igual que la madre, siempre debe de ser defendida”. El recientemente fallecido Ion Arretxe, narró en su libro la “Sombra del nogal” las torturas sufridas en el cuartel de Intxauorrondo (nogal en euskera) donde el ¡Todo por la Patria! luce en todo su esplendor.

Está fresca en mi memoria la sentencia de Mikel Azurmendi, antropólogo euskaldun, antiguo militante de ETA y posteriormente protegido del PP, quien llegó a renegar públicamente de su lengua natal el euskera por considerarla idioma de asesinos. Renegar del euskera, no del castellano ni del inglés, idiomas en cuyo nombre se han propiciado genocidios, asesinatos físicos y culturales, y que sin embargo, sería absurdo endilgarles una naturaleza asesina. Los idiomas, las lenguas, no asesinan; las identidades tampoco, son las personas y los hablantes los que asesinan, lo hagan en nombre de lo que lo hagan.

Sin embargo en esa guerra sucia y desigual, camuflada de literatura, es útil identificar asesinatos con determinadas patrias, idiomas, religiones, pero ocultando las que están agazapadas. El patriotismo vasco, tiene sus lacras (¿qué patriotismo no las tiene?) señalar la paja del ojo ajeno cuando en el propio hay tamañas vigas, es cuando menos curioso.Pienso que hay patrias y patrias, que cada cual elija la suya21 si puede hacerlo.

Escribí ya hace tiempo22: “Conviene no olvidar que las primeras revoluciones de la época moderna, la francesa y la americana, fueron realizadas por gentes que querían dotarse de una patria. Ciertamente se trataba de un patriotismo republicano y no romántico, más ligado al mundo de las libertades cívicas y el autogobierno del pueblo, que a las reivindicaciones étnico-culturales. Pero no hay que exagerar la distinción. Siempre me ha parecido artificial la división tan tajante que se hace, entre el modelo nacional alemán (supuestamente romántico-étnico) y el francés (supuestamente, republicano-ciudadano); igualmente la que se realiza entre el modelo historicista y el del plebiscito diario, ya que no hay nación (salvo en situaciones de dictadura) que no asuma en sus constituciones valores cívico republicanas, y que a la vez que no se reclame de una determinada historia y sustrato nacional, o que deje de defender su lengua considerada nacional (la Francia republicana, considera una reivindicación étnica la oficialidad del euskara, pero acaba de convertir al francés en lengua oficial y nacional). Ocurre otro tanto, en relación, al cosmopolitismo y el patriotismo. El humanismo cívico, según expresión del federalista canadiense Charles Taylor ’necesita una vinculación sólida con la comunidad’. Dicho de otra forma, ’el patriotismo es tan necesario como el cosmopolitismo porque los Estados democráticos modernos son empresas comunes sumamente exigentes con el autogobierno’. En consecuencia, ’la batalla a favor de un cosmopolitismo civilizado se debe de librar desde un patriotismo abierto a las solidaridades universales’”.

El irlandés James Conolly fundador del Partido Republicano Socialista Irlandés y uno de los revolucionarios patriotas, fusilados tras la derrota de la Insurrección de Pascua, consideraba que “el verdadero patriotismo busca el bienestar de cada uno en la felicidad de todos, y está en desacuerdo con el deseo egoísta de una riqueza mundial, que solo puede alcanzarse con la explotación de unos mortales menos favorecidos. Es misión de la clase obrera el dar al patriotismo esta significación superior y mas noble”23.

Publicado en Viento Sur

1http://vientosur.info/spip.php?article12288;

2http://vientosur.info/spip.php?article12381

3La literatura de la Patria o la patria de la literatura, de Jabo H. Pizarroso http://www.criticoestado.es/la-literatura-de-la-patria-o-la-patria-de-la-literatura/, y Apátridas de Alberto Moyano http://blogs.diariovasco.com/eljukebox/2017/02/12/apatrida/.

4“Esos escritores están subvencionados, así que si abren la boca se acabó y no son libres» dijo Aramburu… Así que los que escribimos en español, y encima nos publican en Barcelona, tenemos otro recorrido y podemos hablar» explicó Aramburu en la Feria del Libro de Guadalajara (México).

5Ekaitz aroa, (2002) editorial Txalaparta, autor Joxe Iriarte, Bikila. Kamaradak (2016) Editorial Txapalarta, autor Joxe Iriarte, Bikila.

6Etarren amek asko sufritzen dute, semeak hiltzen dizkietenean eta batez ere semeek hiltzen dutenean... Josefa Mendizabal era la madre de Txikia, dirigente militar de ETA V, muerto por la policía en 1972 en Algorta)

7Arragoa (1997) Editorial Txalaparta, Autor Jon Urrejulegi.

8100 metro. (edición 1985) Editorial EREIN, autor. R. Saizarbitoria

9Exkixu, (1988) editorial Elkar, Jose Luis Alvarez Enparantza “Txillardegi”

10Mientras escribo estas líneas se esta trasmitiendo la noticia del fallecimiento de Hasier Etxeberria, escritor, critico literario (y productor de Sautrela el programa de ETB1 sobre literatura) que, cosa hasta entonces inaudita, fue amonestado en el 2002 Zutabe, órgano clandestino oficial de ETA.

11Lagun Armatua (2007) Der bewaffnete Freund.(título original) Editorial Txalapata, autor Raul Zelik

12Despedida final entre los dos amigos. ¿y qué supone ganar?- ¿Lograr unos derechos?. No estoy seguro qué me quiere decir , ni siguiera si el lo sabe de verdad, pero no le voy a pedir que me lo repita”. Traducido de la versión en Euskera.

13Autor Mikel Antza. Anteriormente había escrito : Lehen bilduma (82-84); Beteluko balnearioko mirariak (85); y Odolaren usaina (1987) los tres con la editorial SUSA. A modo de biografia esta también Borrokaren gorrian (1999) editorial Txalaparta, autor Joxe Iriarte, Bikila.

14Autor, Mikel Antza. Ospitalekoak (2010) Editorial SUSA, Bakarkako Koroniak (2011) Editorial Ateramiñe y Atzerri (2012) Editorial SUSA.

15Orpoz Orpo, de Ernesto Prat Urzanki (2012) editorial Txalaparta, colección Ero-literatura,

16ETAk Zapuztutakoa. (kultura-Berria) 23-2-2017. “Nola da posible erdarara itzulitako euskal idazleok hain predikamendu eskasa izatea, “Patria” goresten duten kritikarien lelo nagusia “espainiar gizarteak euskal gatazkari buruz esperoan zuen nobela” izanda.”

17http://vientosur.info/spip.php?article424

18http://revistaselectronicas.ujaen.es/ind

19No por frecuentemente citada, deja de ser válida la diferencia de criterios éticos entre los que impulsaron la socialización de la violencia y los que sufrieron el estallido de la bomba en el intento de desactivarla al enterarse que había trabajadores en el lugar (redacción de El Correo de Eibar) donde la habían colocado.

20http://vientosur.info/spip.php?article424

21http://vientosur.info/spip.php?article11004

22https://www.vientosur.info/spip.php?rubrique157

23James Conolly: Socialism and Nationalism

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