Aerolíneas Carrero Blanco

Jonathan Martínez

Cassandra Vera tiene veintiún años y la Fiscalía de la Audiencia Nacional le reclama dos años y medio de talego por un puñado de chistes sobre Carrero Blanco. A más de dos meses por chiste. El chiste del programa espacial contra los coches oficiales: dos meses. El del viaje a la luna: dos meses. Carrero Blanco y Spiderman: dos meses. Carrero Blanco y Yuri Gagarin: dos meses. Faltan muchos otros, quizá los más clásicos: el del récord de salto de altura, el del merecido ascenso, el de las aerolíneas, todos ellos forman parte de nuestra memoria colectiva y han circulado durante más de cuarenta años sin mayor escándalo ni perjuicio.

No se plantea, por tanto, un debate sobre los límites del humor sino sobre la interpretación del pasado. Un episodio histórico cualquiera no es más que un galimatías de testimonios contradictorios hasta que los escribanos del poder ordenan y unifican el relato. Hay muchas historias pero solo una disfruta del prestigio de la historia oficial, la permitida, la obligatoria, palabra de Dios (te alabamos, Señor). El problema es que nuestra historia oficial la ha escrito una España aquejada de franquitis y custodiada por aquellos que aún suspiran por los buenos tiempos del NO-DO, de las inauguraciones de pantanos y de los juicios sumarísimos. En esa historia oficial, los combatientes antifranquistas son un escombro indeseable mientras que el ogro aparece perfumado como una respetable víctima del terrorismo, impermeable a las burlas y merecedora de todos los honores institucionales. Esa España oficial quiere imponernos hoy el luto y el duelo por la muerte antigua de un sátrapa. Y no estamos dispuestos a besar ese sapo.

Existen otras historias, muchas de ellas prohibidas, acalladas o sepultadas en las cunetas de la guerra y la dictadura. Esas historias secretas se niegan a olvidar a los muchos jóvenes que se entregaron a la ruleta rusa de la clandestinidad sin saber si terminarían con sus huesos en un torturadero de la Político-Social o en un patíbulo. Cuentan que en 1973, cinco mocetones vascos abrieron un túnel en la calle Claudio Coello de Madrid y pusieron en órbita el Dodge del presidente. Se hacían llamar Wilson, Ezkerra, Atxulo, Kiskur y Argala. Y cuentan también que aquella noche corrió el champán en celebraciones tan íntimas como esperanzadas, y hubo quien se juró que el régimen no merecía morir en la placidez de una cama.

Con el tiempo, aquellos sueños se fueron al carajo. En 1975, la policía del Caudillo apresó a Wilson y a Ezkerra gracias a la intervención del confidente Mikel Lejarza, El Lobo, blanqueado por la historia oficial y condecorado en 2010 por Zapatero en reconocimiento a su servicio como chivato del franquismo. En 1978, un capitán de la Guardia Civil y varios militares y mercenarios de extrema derecha volaron el R-5 de Argala en Angelu. La historia oficial, que nunca lo reconocerá como víctima del terrorismo, ha mandado extirpar de todas las paredes cualquier vestigio de su nombre y ha hecho desfilar por los tribunales a todo aquel que se ha atrevido a honrar su memoria. La memoria de los tiranos, en cambio, ha corrido mejor suerte. Todos los años, Santoña rinde homenaje a Carrero Blanco, hijo predilecto del municipio, entre polluelos rojigualdas, caralsoles y la bendición —cuando no el aplauso— del Partido Popular.

Nuestras historias, censuradas e ilegales, dicen que no existió ninguna transición sino un ejercicio de transformismo gracias al cual los matarifes de Franco, con la constitución debajo del brazo, celebraron su puesta de largo disfrazados de padres de la democracia. Y hasta hoy. La España que nos ha tocado en suerte, eso sí que es un chiste de mal gusto y una condena injusta.

Del blog de nuestro compañero en Naiz Zona especial Norte

Vulvas, penes y seres aneuronales

Luis Salgado – Alternatiba
 
En las últimas semanas hemos asistido a una exitosa campaña llevada a cabo por Chrysallis Euskal Herria que ha levantado ampollas como hace tiempo no se recordaba. La campaña nos cuestiona sobre si transexual se nace o se hace, sobre si el género se construye o no. Por supuesto, yo no tengo la respuesta. Soy consciente de que simplemente intentar dar mi opinión sobre el tema sería meterme en un fangal del que difícilmente pueda salir con mis escasos recursos sobre el asunto. Sin embargo, sobre lo que no puedo callarme es acerca de la respuesta que está obteniendo la campaña por la parte más reaccionaria de la sociedad.
 
Sorprende que aquellos que se convierten en los únicos garantes de la paz y la democracia cuando aparece una simple pintada en una sede de algún partido, y los llaman ataques terroristas, ahora callen como lo que son. Mobiliario público destrozado, motivo por el que algunos y algunas están pasando décadas en prisión, y aquí nadie dice nada. Ni se sabe que esté habiendo investigación alguna, y por supuesto, jamás nos enteraremos de que haya algún detenido. “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos” aunque Cervantes no lo dijera.
 
Ésta campaña de Chrysallis no sólo abre un debate muy interesante, profundo e importante, sino que se está demostrando fundamental para desenmascarar la realidad reaccionaria en la que vivimos. La respuesta vandálica que está recibiendo es una prueba de que cuando algo, sea lo que sea, ataca los privilegios de esa parte de la sociedad tradicionalista que pervive y gobierna, la respuesta no se hace esperar.
 
Y justificarán estos ataques por el bien de los niños. Incluso nos hablan ya de querellas por “corrupción de menores”. Porque así funcionan. Porque es su forma de actuar, atacar diciendo que nos defienden. Es por nuestro bien, pero no nos engañan, es por el suyo, por sus privilegios, por su estatus, por su poder. Esta campaña pone en cuestión, como he dicho al principio, si se nace o se hace. La querella, además va más allá y pretende trasladar la idea de que la transexualidad es una elección, seguramente pensarán lo mismo de lesbianas y homosexuales, pero hoy no tocan, y que por tanto, como los menores no son considerados por la Ley personas que se puedan gobernar por sí mismos, son los padres quienes toman esa hipotética decisión.
Estas personas, a las cuales el mero hecho del reconocimiento de la existencia de la transexualidad ya les producía acidez de estómago y vomitan bilis cuando se plantean derechos, o simplemente se exige la despatologización (No considerar la transexualidad como una enfermedad), esas personas no pueden aceptar otra verdad que no sea la suya. U eso es lo que ha logrado Chrysallis, demostrar que la transfobia es una enfermedad que goza de buena salud y que hay que erradicar.
 
Leer en su blog El mundo imperfecto

La paz espera al valiente

Héctor Prieto – Alternatiba

El valiente es el que toma las decisiones cuando el momento lo requiere, uno puede estar confundido, pero las decisiones se toman a tiempo o el tren pasa y te quedas en la estación. El decidirse hacia dónde quiere caminar, es algo que históricamente el PNV no ha sabido o querido definir. Es más, cuando juegas a dos bazas lo normal es que te surjan contradicciones, la valentía se mide mediante la capacidad que se tiene para afrontarlos y o explicarlos.
En el argot futbolístico, al que cambia continuamente de equipo se le llama “chaquetero”. Es lo que ha hecho siempre el partido jeltzale, hoy estoy en el centro, mañana coqueteo con la izquierda pero pasado me vendo a la derecha. Eso sí, a la hora de alcanzar el poder esta estrategia funciona a cambio de vender el alma al diablo, un Satanás en forma de gaviota.
En Aretxabaleta, durante el último Pleno municipal, han vuelto a demostrar la poca osadía que tienen, en esta ocasión respecto a la moción que presentamos EH Bildu para reclamar el respeto de los derechos de los presos vascos. Básicamente estaban de acuerdo con los puntos que reclaman el respeto de los derechos humanos, pero cuando se les pidió que el ayuntamiento secundara una concentración pública a favor de los presos, surgieron las dudas.
No estaban de acuerdo con la idea de compartir con el pueblo de Aretxabaleta la defensa de unos derechos que por lo visto no tienen problema en aceptar. ¿Entonces qué problema hay en demostrarlo tras una pancarta? Según ellos el tema de los presos tiene connotaciones políticas, ¿y la defensa a las mujeres maltratadas o de la memoria histórica no tiene connotaciones políticas? No quisieron dar los motivos de su negativa, pero además no tuvieron agallas para votar no a la concentración y optaron por la abstención.
En mi humilde opinión, el asunto de los presos es un tema ligado directamente con la consecución de la paz. El proceso de paz está bloqueado y los partidos políticos no somos capaces de aparecer unidos frente a la vulneración del derecho internacional. Estamos muy cerca de lograr la convivencia pacífica en Euskal Herria. Sin duda alguna pequeños detalles como estos me hacen  dudar de la responsabilidad del grupo municipal respecto a la consecución de la paz para nuestra sociedad.
Seguramente seguirán echando la culpa a otros, a EH Bildu por no condenar el daño causado o a ETA porque no entrega las armas ni se disuelve. Claro, igual no quieren ofender a sus amiguitos del PP, esos que les van a poner en marcha sus negocios del estilo del TAV o esa Incineradora sin chimeneas. Luego en cada período de elecciones son los abertzales genuinos, los que nunca se equivocan y no quieren saber nada ni con España ni los radicales de cualquier izquierda. Al final terminan acostándose con PSOE y el PP.
No quiere decir que EH Bildu tengamos la verdad absoluta, pero hemos demostrado que estamos comprometidos con la paz, que estamos abiertos al diálogo. De verdad, esperamos de corazón que algún día podamos repetir la demostración de consenso de Iparralde, hasta la derecha se han unido para denunciar las bochornosas detenciones de Luhuso.
Compañeros ediles del gobierno municipal de Aretxabaleta, os dedicó este fragmento de un discurso de Theodor Roosvelt en 1910. Espero y deseo que nos podamos encontrar en la senda de la paz y la justicia, seguro que estamos más cerca, solo falta un pequeño esfuerzo de todos.
 
 
Del blog de Hector Atxabalta RedVolution

Vagos, ladrones y jeltzales

Un mes llevaba sin escribir. No faltaban razones, quizás tiempo. Pero hoy ya no podía evitarlo. Siempre he mantenido que prefiero a los curas con sotana para verlos venir. Y así, con sotana, es como veo a los del PP. Son claros. Todos y todas sabemos a qué “juegan”. Recortan y no se cortan. Son fascistas, y no lo callan. Y en eso le llevan una gran ventaja a la derecha floral vasca. Perdonen los términos peyorativos, pero esto ya roza el cachondeo, y tener que escuchar que “el PNV tiene un lado más social que el PP” ya sería de carcajada si no fuera algo tan serio.
 
La recién destituida-ascendida, exdiputada Foral de Servicios Sociales de Araba, actual flamante Consejera de Empleo y Asuntos Sociales del gobierno Urkullu, se hizo un hueco en la política de la CAPV siendo la que firmó la sentencia de muerte del servicio de lavandería del Hospital de Santiago. De ese éxito surgió su siguiente gran “hit”. Incumplir la Ley de Servicios Sociales en Araba, con ella de Diputada. Porque se le da muy bien eso de incumplir leyes, aunque está en el “lado bueno” de la baraja y sabe que jamás habrá operaciones “araña” contra ella y los suyos. Y ahora, ya de Consejera, anuncia que se va a saltar otra Ley, en este caso la Ley de Garantía de Ingresos.
 
Explica esa Ley, en su artículo 20, que las cuantías correspondientes a la Renta de Garantía de Ingresos se calculan en base al SMI. Sin embargo, más ancha que larga, la ínclita nos explica que no, que esa es una interpretación, y que ella interpreta que no tiene que unir la subida de la RGI al SMI, porque… porque le sale del Florido Pensil, y punto. Que con el 1,5% del IPC van que chutan los y las vagas que cobran la RGI, que si les sube 50€ no van a querer trabajar, y así, de paso, el Gobierno Vasco se “ahorra” unos 26 Millones de € de nada, que se los pueden regalar a SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, SA) para que busquen gas en un lugar donde no había en 2006 pero que ahora, y tras gastar 27 millones va a salir a espuertas. Y que ya lo celebrarán con angulas y Moët.
 
La Señora Artolazabal tiene además un peculiar “style” para estas cosas. Un estilo que podríamos definir de alevoso si existiese la justicia terrenal, de la divina ni hablar. Tiene por norma anunciar sus recortes en temporadas de “máxima” audiencia. Así se firmó el Mapa de los Servicios Sociales de Araba en la última semana de julio con la parroquia en la playa o pensando en ella. Así dejó atado el incumplimiento de la Ley de Servicios Sociales, anunciando una prórroga unilateral y alegal el 26 de diciembre, con la resaca navideña en nuestras sienes. Y así, en ese mismo periodo navideño, nos dicen que no cumplirán la Ley de Garantía de Ingresos. Que la Ley es para pobres.
Pobres, esa es la clave, el insulto, lo peyorativo de su actuar. Ahí reside la justificación de sus actos. Y así se desprende de las justificaciones que estamos escuchando en estos últimos días ante las críticas que están arreciando contra su recorte a la RGI. El PNV en pleno empieza a sacar la patita y se agarra al discurso marotil, aquel que habla de vagos y maleantes, solo que el PNV no discrimina por nacionalidad, para ellos no es una cuestión de origen, sino de estatus. Los pobres son por naturaleza vagos, por eso son pobres, y si no pasan hambre no trabajan. Pero como diría mi padre, “pobre pero honrao” Lástima que ser ladrón, cuando se lleva corbata, dé marchamo de buen gestor. Incineradoras, fracking, autopistas, y supersures al margen.
 
Leer en su blog El mundo imperfecto

Copérnico y el imperio del clic

Jonathan Martínez

La historia es conocida: un intrépido reportero de la derecha cuñada se adentra en la cabalgata de reyes de Madrid y confunde a Nicolás Copérnico con Cristóbal Colón. El vídeo se multiplica en las redes y el jolgorio es unánime. Al fin y al cabo, el tipo nos cae mal, nos irrita su zafiedad y sus aspavientos cavernícolas, y agradecemos que haya llegado un astrónomo renacentista a bajarle los humos. Al reportero nos gusta imaginarlo humillado en retirada, cabizbajo y caranchoa, mientras degustamos la gloria del escarnio e incluso nos anotamos en la cuenta de haberes una nueva victoria para la clase trabajadora. Por supuesto, la realidad es más cruel. El reportero no solamente ha sobrevivido al ridículo con una sonrisa satisfecha sino que además ha ganado un cuantioso botín de notoriedad, que es en definitiva la divisa reglamentaria de la sociedad del espectáculo. Al final, la multitud se siente vengada y triunfante mientras el contable de la gacetilla en cuestión, calculadora en mano, suma los dividendos del lucrativo negocio de la gresca pública.

En el imperio del clic, la derecha ultramontana ha convertido al internauta de izquierdas en su mejor nicho de mercado. Federico Jiménez Losantos hizo escuela en la emisora de la Conferencia Episcopal hasta el punto que uno no sabía si sus abultados índices de audiencia correspondían a una masa de fervientes correligionarios o si, por el contrario, quienes más sintonizaban su programa eran izquierdistas aficionados a desayunar de mala hostia. En nuestros días, la indignación es una mercancía al alza y Twitter se ha convertido en una barra de bar de ciento cuarenta caracteres donde los debates se dirimen a gritos entre espumarajos de rabia y vapores de testosterona. La disputa política ha quedado reducida al cruce de memes al tiempo que se impone el exabrupto y la cultura del linchamiento y el zasca.

En plena dictadura de la viralidad ha nacido un periodismo patológico guiado por las exigencias más turbias de la mercadotecnia digital. Día tras día, las hojas parroquiales de la derechona española nos deleitan con un imaginativo repertorio de extravagancias y difamaciones. Mariposas maléficas, farolillos independentistas o ninjas proetarras, todo vale con tal de seducir nuestra incredulidad y amortizar las curiosidades más malsanas. Aquí un vídeo de gatitos y allá el último episodio carnal del concejal bolivariano de no sé qué pueblo de Zamora. Así, entre clic y clic y casi sin darnos cuenta —mea culpa—, hemos contribuido a engordar el saldo de beneficios de nuestro adversario. Pero lo peor de todo es descubrir que, sin saber cómo ni por qué, formamos parte inseparable de su ceremonia grotesca. No era nuestra intención, y sin embargo, hemos permitido que los bufones del tardofranquismo escriban el guión de nuestra agenda política. Cada vez que entramos al trapo, cada vez que nos llevamos las manos a la cabeza con alguna de sus impertinencias, los estamos legitimando como interlocutores válidos de un diálogo de besugos.

Algún día habrá que decir basta. Habrá que decir que sus charlotadas no despiertan nuestra indignación sino nuestra indiferencia. Habrá que apagar la televisión o escapar en directo de los platós o simplemente no acudir a ellos, qué sé yo. Tendremos que limpiarnos, como yonquis en una clínica de desintoxicación, y someternos a la disciplina de una terapia. Que la vida es corta y de OK Diario también se sale.

Del blog de nuestro compañero en Naiz Zona especial Norte

El lento camino del cambio

Héctor Prieto – Alternatiba

Una de estas noches tuve un extraño sueño. Lo cierto es que se parecía a alguna novela orweliana, era un lugar sin definir donde un gobierno sutilmente totalitario se zampaba todo movimiento de resistencia, silenciado y perseguido ante la pasividad de los testigos. Pero entonces, de algún lugar, surgía un movimiento revolucionario, clandestino, popular, un grupo de acción, la última esperanza de la libertad. Aunque el final prometía, el trayecto parecía lento, incluso inquietante; tanto que me hizo despertar de golpe, acelerado, si no fuera por el final sería una pesadilla.

Los científicos y la propia experiencia me dicen que durante el sueño, el cerebro trabaja, selecciona y recopila información subjetiva. Seguro que os habrá ocurrido que muchas veces son secuencias cortas e inconexas, muy difíciles de recordar y que se esfuman a los pocos minutos de despertar. En cambio, hay sueños con relatos coordinados que cuentan una historia y que recordamos con mucha precisión: las caras, los hechos, el relato…

No soy de los que creen especialmente en el significado e interpretación de los sueños, pero este me ha inquietado haciéndome reflexionar. ¿Tendrá algo que ver con la realidad que percibo?, ¿hemos entrado en esa travesía por el desierto o todavía está por venir?. Sinceramente, no tengo ni idea, pero sí que la humanidad puede estar a las puertas de un cambio transcendental que no tiene porque ser bueno, aunque mi conciencia me obligue a ser optimista por pura supervivencia.

Fijaros en los últimos acontecimientos, el Brexit, la victoria de Trump o el auge de la ultraderecha en Europa. En nuestro entorno los hechos de Altsasu, el bloqueo deliberado y malintencionado para con el fin del conflicto vasco y los presos, o la detención de independentistas catalanes por quemar la foto de un señor elegido a dedo por su sangre y ungido por la gracia de Dios. Y Telecinco a la vanguardia del ”movimiento nacional”, idolatrando descaradamente a torturadores de Intxaurrondo y fascistas declarados como Serrano Suñer.

Eso sin olvidar el inminente final de los derivados fósiles, el cambio climático y el drama de los migrantes en el Mediterráneo. Mientras, la Europa agonizante mira o miramos nuestro ombligo, sabemos lo que hay, pero es más fácil mirar para otro lado. Quizás este algo impresionado por el sueño, pero la situación actual no dista mucho de los años 30, crisis económica, amenaza fascista y algo más preocupante, que a los mandatarios actuales la situación se les queda grande.

Es inquietante, aunque también es verdad que queremos todo para ya, a corto plazo. Eso mismo nos pasa a la izquierda, Podemos pretendía asaltar los cielos en dos días, y lo siento pero no es tan sencillo resolver una lucha de más de cien años por creerte más listo que nadie. También nos pasó antes a EH Bildu y la realidad nos dice que el cambio revolucionario es una carrera de fondo. Si la lucha continua con ilusión y paciencia puede que los cambios lleguen, y quizás nosotros ya no veamos el resultado.

Yo intento luchar cada día, en mi ámbito y dentro de mis posibilidades. Porque como dijera el poeta “un hombre, una mujer, así de uno en uno, no somos nada”, pero todos juntos somos imparables.

Del blog de Héctor Prieto Atxabalta REDvolution

Recogida de papel y cartón en Sopela, otro ejemplo de gestión PNV

Juan Mª Sánchez – Alternatiba

La recogida de papel y cartón en Sopela es un servicio mancomunado por la Mancomunidad de Uribe Kosta. ¿Por qué el alcalde de Sopela no presiona para solucionar el problema? Por que la Mancomunidad de UK es una institución secuestrada por el PNV, que gestiona como su Txoko y entre jeltzales no se pisan la manguera.

Garbialdi S.A. ganó la licitación para la recogida de papel y cartón en la mancomunidad de Uribe Kosta por 180,394€ y duración de 1 año más 1 de prórroga. El servicio comienza a darse el 1 de enero del 2016. Desde el inicio del servicio se han tenido incidencias y quejas con la recogida de papel y cartón en los municipios.

El informe técnico de la mancomunidad para rescindir el contrato con la empresa tiene fecha del 31 de agosto del 2016, en dicho informe se concluye que “la empresa Garbialdi SA no está cumpliendo hasta la fecha con los pliegos de condiciones técnicas y administrativas.” En 6 meses, hasta Enero del 2017, la Mancomunidad de UK ha sido incapaz de gestionar una nueva licitación.

“Los licitadores adjuntarán a la oferta los planos detallados de los itinerarios a realizar. A día de hoy (31 de agosto del 2016) no se han recibido los planos detallados de los itinerarios a realizar ni propuesta de optimización de rutas.” En una licitación pública si no se cumplen los requisitos técnicos y/o administrativos, la empresa es eliminada de la oferta. Si Garbialdi no cumplia un criterio administrativo ¿Por qué no se la eliminó de la puja? ¿Habría intereses para que ganara esta empresa?

“Será obligación del contratista presentar ante el Departamento de sostenibilidad en el plazo máximo de 20 días a contar desde el día siguiente a la firma del contrato, una memoria explicativa del programa y la metodología de trabajo planteada. Dicha memoria deberá contener, entre otros, aspectos como:

– Rutas planeadas – Dias y horarios de recogida (calendario) y soluciones propuestas de la recogida en los dias festivos.

– Mejoras aportadas – Mantenimiento y limpieza (planning y cronograma)

– Medios materiales y humanos. No se están cumpliendo las frecuencias previstas en los pliegos, ni las condiciones, ni la entrega mensual de informes ni documentación solicitada.”

¿Porqué la Mancomunidad de UK espera al 31 de agosto para hacer como que toma medidas contra la empresa si desde el primer día, o desde la misma licitación, la empresa no cumple el pliego de condiciones? Y digo “hacer como que toma medidas” porque a fecha de Enero del 2017 sigue la misma empresa dándo el no servicio de recogida. “Respecto al año 2015 no se ha incrementado las cantidades recogidas, al contrario, se han dejado de recoger un promedio de 2,5Tn mensuales.”

2.5Tn x 12 meses = 30Tn menos recogidas. Teniendo en cuenta los vergonzosos porcentajes de reciclaje de Sopela, 18%, y que la mancomunidad cobra por cada tonelada entregada, se ha dejado de ingresar mucho dinero ¿Lo tendremos que pagar entre todos? ¿Nos subiran las tasas de basuras por culpa de esta mala gestión? Por culpa de este sistema de gestión desde Sopela no tenemos control sobre la calidad del servicio, no podemos decidir ni la cantidad de contenedores ni su ubicación. Visto este despropósito, el alcalde nos ha dicho en varias ocasiones que quiere que TODO el servicio de recogida de residuos de Sopela pase a ser gestionado por la Mancomunidad de UK. Si evidentemente, no es por su ejemplar gestión, nos preguntamos cuales serán los verdaderos motivos.

Publicado en Sopela.net

Siquiera una reflexión

Joxe Iriarte “Bikila” – Alternatiba

Justo hace dos años que un sector del colectivo Gorripidea nos integramos en Alternatiba, y en consecuencia también en EH Bildu. Buena parte de mi militancia durante este tiempo ha sido similar a la de siempre, con una diferencia: la participación en cuatro campañas electorales, una detrás de otra, sin apenas respiro para poder reflexionar sobre los problemas de construcción de EH Bildu.

Soy de la opinión (y así lo he manifestado en otros artículos), que salvo en situaciones de cataclismo social (definidas como situaciones revolucionarias, en cuya vorágine las viejas instituciones se tambalean, a la vez que de las entrañas de la sociedad insurrecta surgen organismos de contraponer con aspiraciones de sustituir al poder existente), el proyecto contra-hegemónico (organizar, activar, movimientos sociales críticos con el sistema y plantear en su seno la necesidad de un proyecto alternativo) necesita proyectarse, también, en el terreno político institucional. Esta es una de las razones (aunque no la principal) por las cuales me adherí al proyecto de EH Bildu. Y es que incluso con un nuevo (y deseable) repunte de las luchas (que nos permita salir de la relativa atonía en que nos encontramos) estas necesitarán contar con un fuerte apoyo de la izquierda trasformadora ubicada en el terreno institucional.

La acumulación de fuerzas institucionales lograda por EH Bildu y Podemos no da, de momento, para ser decisivos en ese terreno puramente institucional (salvo en Nafarroa) pero sí para desarrollar una estrategia de engarce con la lucha contestataria. Si bien, paradojas de la desincronización de los tiempos políticos, no siempre coincidan lo uno con lo otro, como sería necesario.

Para ello, además de hacer frente al problema de la desincronización de los tiempos políticos se deberá lograr la de por sí difícil sincronización de esfuerzos y tareas. Lo que en teoría (a diferencia de los libertarios y anti-institucionalistas) se nos antoja necesariamente compatible; un buen engarce de lo electoral y la actividad extraparlamentaria, incluso con la afirmación de priorizar lo segundo; en la práctica no lo es tanto si no se toman medidas correctoras.

Me atengo a lo ocurrido estos dos años. Una presión desequilibradora, difícilmente soportable, considerado algo excepcional y anómalo, pero que nadie nos asegura que no vuelva a repetirse en medio del proceso de construcción-refundación de EH Bildu.

No hace mucho leí un trabajo que decía: “es prácticamente imposible mantener una estrategia que cubra todos los frentes, esto es, que ponga huevos de manera simétrica en todos los cestos: luchar por la victoria electoral a corto plazo y a la vez por la hegemonía política en el largo; primar la vía institucional y a la vez tener una presencia firme en la calle; disputar y aliarse con partidos políticos y a su vez mantener agenda común con los movimientos sociales; plantear la lógica de poder a la vez que la de contrapoder”. Creo que lo ocurrido con Podemos es del todo ilustrativo. Y creo que algo de eso, nos ocurre también en EH Bildu.

Medidas correctoras: ¿Por qué no dedicar los ingentes recursos de la política institucional a poner a funcionar centros sociales abiertos y construidos desde los barrios (no locales de partido)? ¿Por qué no repartir las tareas de los “cargos públicos” para que pasen más tiempo en estos espacios concretos; construyendo de forma directa, paciente, menos esclavos de los ritmos de la política de la “cara pública” y más al servicio de establecer confianzas desde la cercanía con las clases populares?

Cierto es, no hay recetas mágicas, y el peligro de salirse por la tangente (situándose al margen de los espacios institucionales) esta ahí. Ubicarse en la mera alteridad (y de esa experiencia también hemos bebido), en posiciones puristas y esencialistas, que reniegan del desafío que supone navegar en la complejidad política, y que por tanto pudieran perder toda su capacidad de impacto, llegando incluso a apuntalar al propio sistema desde una lógica inmovilista y sectaria. De hecho, una parte de nuestro espacio ideológico-sociológico da la impresión que va por esta línea.

La lucha social y política, es asunto de relaciones de fuerzas. Ante la ausencia de la fuerza necesaria, una parte de la izquierda de la socialdemocracia (o en su caso del PNV) apostó en épocas recientes por la estrategia de la participación-presión en el seno de gobiernos de colaboración con papeles subalternos (Ezker Batua con Ibarretxe, el BNG con el PSG y ERC e Iniciativa con el PSC) con desastrosas consecuencias.

Pero cabe otra estrategia. Tras años de derrotas histórica de las esperanzas de emancipación, estamos solamente al principio de una reconstrucción social y política, que trata de armarse de (impaciente) paciencia y oponer a la izquierda renegada y el nacionalismo burgués una alternativa verdadera.

Publicado en Rebelión

¡Malditos viejos! Sois un riesgo para la economía

Josu Perea – Miembro de Babestu y compañero de Alternatiba

Para el sistema, ser viejo es una carga. Una vez que ya no eres productivo, te conviertes en un estorbo, en un problema para el sistema porque cuestas dinero. Para el sistema, los ancianos apenas son números y una mercancía, son «cosas». Ellos, nuestros mayores, han pasado a ser desamparados y desarrapados. Como decía Robert Castel, «no están conectados a los circuitos de intercambio productivos, han perdido el tren de la modernización y se han quedado en el andén con muy poco equipaje» son en definitiva, normales inútiles, o lo que es lo mismo, inútiles para el mundo.

Decía Taro Aso, Ministro de Finanzas de Japón, de 76 años. Católico de profesión, además de ser un empresario millonario y  Diputado en el parlamento nipón desde el año 1979 «Veo a gente de 67 años o 68 constantemente ir al médico. ¿Por qué tengo que pagar por las personas que sólo comen y beben y no hacen ningún esfuerzo?» Claro que el sistema se preocupa por los mayores, tan claro que la propia  Christine Lagarde (directora del FMI) hizo unas declaraciones en el año 2014 que incendiaron las redes sociales, «Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global», añadiendo «Hay que hacer algo ya» y vaya que lo están haciendo.

El monarca más joven de Europa dice que la gente debe responsabilizarse de su propio futuro y crear sus propias redes sociales y financieras de protección. El rey Guillermo Alejandro comunicó al pueblo holandés un mensaje procedente del Gobierno en un discurso televisado a la nación donde decía “el Estado del bienestar del siglo XX ha llegado a su fin y en su lugar está emergiendo una «sociedad participativa» en la que la gente debe responsabilizarse de su propio futuro y debe crear sus propias redes sociales y financieras de protección, con menor ayuda del gobierno nacional”

El neoliberalismo imperante, la crisis económica y la globalización, han posibilitado el progresivo desmantelamiento del Estado de Bienestar, y han puesto en cuestión todos los paradigmas que han formado parte del período que nos ha precedido, sumiéndonos en una gran crisis civilizatoria. Las políticas sociales están condicionadas por los posicionamientos políticos e ideológicos, venidos de la mano de los marcos normativos, que pretenden situarnos en un presunto escenario de competitividad y crecimiento, a través de la implementación de reformas estructurales, que dejan en la marginalidad los objetivos sociales. El pretexto de aplicar esas medidas para la recuperación y el crecimiento económico, no es más que un señuelo perverso, que pretende, en su versión más realista, una revisión del modelo social y una reintroducción del mercado, como sujeto único de la política económica.

Las transformaciones que en los últimos años se han ido materializando, han supuesto un ataque frontal al núcleo del Estado social y lo han llevado a la aniquilación como forma de Estado. La integración europea, ha supuesto, como indica Gonzalo Maestro,  ir introduciendo normativas que dan clara prevalencia al mercado frente al modelo  del Estado social: desde el Tratado de Lisboa al Tratado de Maastricht, directiva tras directiva van introduciendo, a través de mecanismos técnicos, normas y reglamentos que vacían de contenido los fundamentos del Estado social.

Los sistemas de protección social en los países de la UE son un obstáculo, desde el punto de vista de las élites económicas, que pretenden la búsqueda de una posición hegemónica y competitiva dentro de la economía global. Sostenimiento del déficit presupuestario, contención de la deuda pública, control del gasto, y otras tantas medidas como la derogación en 2011 del artículo 135 de la constitución, (que establece, sin rubor alguno, que el pago de la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales), son los que marcan la agenda de los estados y los que van arrinconando, cada vez más, los sistemas de protección social que a duras penas sobreviven después de más de 30 años de políticas neoliberales.

El mercado y la mercantilización de la política y la vida social, han penetrado y han ido colonizando gran parte de las cultura populares hasta el punto de modificar valores consolidados hasta hace poco en la sociedad. La racionalidad y la eficacia mercantil, se imponen en todos los ámbitos de la vida social, y en ese marco,  la economía y el mercado tienen una gran ventaja. Es la racionalidad, en su concepción más weberiana, la que nos arrastra hacia la más absoluta irracionalidad, achicando cada vez más los espacios para la moral y para la justicia social.

Hoy vivimos un proceso progresivo de desintegración social. Jamás ha existido una sociedad humana en la que haya tantas personas solas y sufriendo soledad como está ocurriendo en la sociedad  actual. El capitalismo quiere individuos compitiendo salvajemente entre sí y con vínculos sociales débiles o incluso inexistentes.

El sistema desarrollado en el marco del Estado de Bienestar garantizaba las necesidades materiales de las personas mayores, mediante el sistema de pensiones y la cobertura sanitaria y asistencial. Pero en momento alguno supuso una solución al problema del aislamiento y de la soledad, que fueron en aumento conforme se desintegraban los vínculos sociales familiares y comunitarios. Nos acostumbramos a «aparcar» y a veces a «esconder» a nuestros viejos, convertidos en una incomodidad que nos impedía disfrutar de la vida que el capitalismo consumista nos ofrecía; la solución fueron las residencias para personas mayores, un suculento negocio revestido de una aureola de encanto. Lo cierto es que, hasta cierto punto, resultó algo inevitable, debido a la forma de vida que acompaña al capitalismo avanzado.

La defensa intransigente por parte de la ciudadanía de la sanidad y del cuidado y la atención de nuestros mayores (considerados paradigmáticos dentro de los programas universales), nos muestra hasta qué punto están legitimados, y como a pesar del individualismo creciente, nadie se cuestiona su desmantelamiento y sostenibilidad como baluartes del sistema de bienestar público, a pesar de la batalla ideológica que determinados poderes económicos y políticos están librando para cuestionar su sostenibilidad económica, y para poner en cuestión la viabilidad del sistema.

El modelo de sociedad que pretendemos, habrá que reinventarla cuantas veces sea necesario y tiene que responder a las necesidades que mayoritariamente demanda la sociedad. El largo conflicto que se está dando en las residencias de Bizkaia no escapa de esta coyuntura social y política que atraviesa Europa de Este a Oeste y de Norte a Sur. Los recortes son el pretexto perfecto para implementar esa tiranía económica y social que viene de la mano de eso que eufemísticamente denominan «libre mercado».

La sociedad no debe permitir que se especule con las vidas de los mayores ni con su dignidad  y por tanto se debe exigir que ni un solo euro de dinero público asignado a una residencia o a un residente se desvíe a la cuenta de resultados de los especuladores. Entre todos tenemos que contribuir para que los ancianos no sean moneda de cambio, mercancía para los negocios.

Estamos viendo cómo las empresas funcionan como  máquinas indispensables para la precarización del trabajo, sumidas, como están, en el antagonismo de la lucha entre capital y trabajo, es decir, entre el empresario y el trabajador, fracasando estrepitosamente en su función integradora.

Tampoco nos puede resultar ajeno el hecho de que el 90% de las trabajadoras del sector son mujeres, en una sociedad donde la precariedad tiene rostro de mujer y esta se presenta casi siempre en forma de desventaja social. La feminización de la pobreza está arraigada en todas las sociedades, sean estas tradicionales o formen parte de los países que estén instaladas en el corazón de las sociedades más ricas y avanzadas, como es la nuestra. Una de las razones que propician la discriminación se encuentra en el mayor número de mujeres que están empleadas en sectores y ramas cuyas condiciones salariales y económicas son menores, como es el caso que nos ocupa. Las auxiliares de geriatría, las gerocultoras, son vistas como las «lavaculos» de las residencias, un estigma que es muy potente que influye en lo moral y en lo psicológico. Ellas sienten que están en el escalón más bajo de la cadena; de una cadena en las que ellas tienen un papel fundamental.

Este escenario  obliga a la sociedad, nos obliga a todos, a asumir la responsabilidad de implicarnos de forma activa y continuada en la defensa de nuestros  mayores, que dicen que no quieren ser viejos, que quieren ser personas y que en demasiadas  ocasiones son utilizados como arietes para la consecución de objetivos de dudosa legitimidad. En la situación actual, defender a nuestros mayores significa exigir la implicación de las instituciones y de la Diputación Foral de Bizkaia en particular, que asuma la responsabilidad que le corresponde en este conflicto, habida cuenta que la gran mayoría de las plazas de las residencias son asignadas por la Diputación, a través de los pliegos de concertación.  

«El civismo lo conforma, no lo gasta una ciudadanía vigorosa. Lo usa o lo pierde» dice Rousseau, y continúa «tan pronto como el servicio público deje de ser el anuncio principal de los ciudadanos, y éstos se valen de su dinero en vez de sus personas, el Estado inicia su declive».

Decía Michael J. Sandel en La justicia y la vida buena «una política basada en el compromiso moral no solo es un ideal que entusiasma más que una política de la elusión. Es también un fundamento más prometedor de una sociedad justa.»

El mercado se ha constituido como sujeto social y político, acaparando en nombre de la competitividad, rentabilidad y racionalidad los espacios que corresponden a las acciones públicas –a la política– que debieran ser los garantes de la tutela, el estímulo y la legitimación social. Decía Bauman que «las lógicas del mercado y la cohesión social son incompatibles. La normativa “moral” ha de prevalecer sobre la racionalidad, no podemos situar en primer orden la eficacia porque quedaría relegada y marginada la moral, la ética, la justicia, en definitiva la cohesión social». Los resultados y las consecuencias de la aplicación sistemática del neoliberalismo económico o fundamentalismo de mercado, están a la vista, y así nos va.

Publicado en NAIZ

Responsabilidad, reflexión, acción

Luis Salgado – Alternatiba

El descubrimiento, por parte de los trabajadores del Centro de Menores de Sansoheta, de varios casos de prostitución de menores ha puesto de manifiesto una serie de verdades incómodas que preferiríamos no conocer para dormir más tranquilos.

La primera reflexión tendría que llevarnos a la conclusión de que vivimos en una sociedad deshumanizada y desestructurada. La población de menores que son atendidos en recursos forales aumenta sin parar, superando en la actualidad los 200. Es esta una realidad muy incómoda y que afecta a todos los estratos sociales. Una verdad que nos dice que éste Sistema es depredador para las personas.

Quizás por ello, hasta la fecha, la derecha más reaccionaria había medido muy bien sus ataques, centrándolos siempre en el colectivo con menor capacidad de defensa, el de los menores extranjeros no acompañados. Sin embargo, el descubrimiento de estos casos de prostitución de menores ha abierto la veda para atacar todo el sistema de protección, algo totalmente irresponsable y que puede tener unas consecuencias desastrosas a medio y largo plazo.

Desde ese sector reaccionario, se ha impulsado una campaña de acoso y derribo sin cuartel, y lo peor es que pareciera que buena parte de la sociedad alavesa quisiera subirse a ese carro. El descubrimiento de estos casos de prostitución ha puesto de relieve la necesidad de repensar todo el modelo de protección, algo que desde EH Bildu llevamos reclamando desde que entramos en las instituciones. Por tanto, no es éste un problema nuevo. La pasada legislatura los recursos eran exactamente los mismos. No ha habido ningún cambio tampoco en las formas de gestión. Entonces, ¿por qué ahora esta campaña desde el Partido Popular y algunos medios de comunicación?

Esa pregunta tendría que ser suficiente para cuestionarnos y poner en barbecho ciertas afirmaciones catastrofistas. Afirmar que han fallado los protocolos, que la institución no ha cumplido con sus obligaciones, es tanto como reconocer que nunca ha habido medios suficientes, que nunca ha habido interés suficiente. Hablar de responsabilidades políticas por éste caso, debería llevar aparejadas responsabilidades pasadas. Esto es, si la Sra Artolazabal, cuya gestión no vamos a defender, es responsable de lo ocurrido, también tendrán responsabilidad la Sra Alaña, o anteriormente la Sra. Covadonga, que son quienes pusieron en marcha el modelo.

Desde EH Bildu tenemos clara la necesidad de mejorar y debatir sobre éste modelo. La imperiosa necesidad de aumentar la inversión pública en recursos socio-educativos. Pero queremos hacerlo desde la responsabilidad, alejándonos del amarillismo. Desde la reflexión de que no todo vale para ganar un puñado de votos. Y menos aún, utilizar para ello a un colectivo tan vulnerable como el de los menores en guardia o tutelar a señalar a los y las trabajadoras, que nos consta hacen más de lo que pueden para dar la mejor atención con los medios que todos los alaveses y alavesas ponemos en sus manos. Porque cabe recordar que todas somos responsables de a quién entregamos nuestro voto, y por tanto, a qué queremos que se destinen nuestros impuestos.

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