Los árboles que no dejan ver el bosque > Mariano Gómez (Alternatiba)

Una vez más la socialdemocracia sale al escenario como el más firme defensor del sistema capitalista, del neoliberalismo puro y duro, del recorte progresivo de lo que va quedando de lo que en su día se llamó estado del bienestar. 

Han quedado en el olvido la necesidad de refundar el capitalismo, la de hacer un capitalismo con rostro humano. Frases hechas en el momento álgido de la crisis financiera y especulativa mundial, para aplacar iras y calmar algunas malas conciencias. 

No, ahora sólo llegan ayudas a los que ocasionaron la crisis, y recortes y más recortes a los que más la padecen (trabajadores con sus puestos de trabajo en vilo, pensionistas, parados, dependientes), a la sanidad y a la educación pública, aumento de ratios en alumnos y pacientes, menos sustituciones, más cargas de trabajo con, en el mejor de los casos, el mismo personal o con menos, nueva contrarreforma laboral. 

Y de tapadillo para distraer al personal sólo hablan de la reducción de sueldos a los empleados públicos, que, siendo una medida grave e injusta, es posiblemente la menos grave de todas las que se vienen tomando, y hasta no se vende mal ante una parte de la sociedad. 

Se habla de recortes en la inversión pública y no se aprovecha para replantearse megaproyectos de dudosa rentabilidad económica y social, y con gran coste ecológico, apostando por la mejora de las redes de transporte públicas ya existentes, con una mayor eficiencia. Ni de la lucha contra el fraude fiscal, ni de la desaparición del impuesto del patrimonio, ni de la rebaja del de sociedades. 

Y todo desde una cierta apatía, resignación, por parte de la mayoría social. Debemos romper ese muro, convertir la apatía y resignación en rabia y cabreo no disimulado. Debemos recuperar el discurso de la necesidad de un cambio de modelo económico y social que se ponga al servicio del ser humano, de su desarrollo integral, y no de los beneficios de los de siempre y del desarrollismo depredador. 

Todo esto no pasa lejos de nosotros, ni siquiera pasa sólo en el Reino de España, sino que lo estamos viviendo aquí, en esta parte de este pequeño país, donde el Delegado del Gobierno Central, el lehendakari ilegítimo, aunque legal, ya está poniendo en marcha desde hace tiempo muchas de estas medidas (algunas, no nos engañemos, ya empezadas por el Gobierno anterior) y se ha puesto firme ante su jefe y cicerón. 

La izquierda política, social y sindical vasca tiene que dar una respuesta continua, mantenida en el tiempo, sin quemar naves que nos hagan caer en la desilusión, poniendo el acento en la lucha y en la recuperación de la calle, sí, pero también en la labor pedagógica, en la disputa de la hegemonía a los valores dominantes y al discurso oficial. Y no se está haciendo nada mal. Se empezó con la huelga general de hace ahora un año, y desde entonces, corrigiendo errores, se ha sabido mantener ese mismo discurso, primero en el interno de los sindicatos, con delegadas y delegados, después transmitiéndoselo al conjunto de los trabajadores en los diferentes conflictos, por sectores, por comarcas, contagiándoselo al resto de la izquierda política y social. Pero aún queda mucho por hacer: la avidez del FMI , del banco mundial, de los grandes grupos financieros y especulativos, y de todos sus testaferros, no tiene fin. 

Empieza una nueva época, una nueva etapa, y todos nos vamos a tener que ir retratando, ¿ a qué lado de la balanza nos vamos a situar?. Vamos a apostar por seguir siendo la pata izquierda del sistema, su soporte, o por ir situándose en el lado de los que sufren, ayudando a construir la alternativa al mismo. Si hay una nueva huelga general ¿se va a seguir la lógica que dicten desde Madrid, o se va a estar, cada uno desde su especificidad, con la mayoría sindical vasca?. No nos podríamos permitir una doble convocatoria. 

Y no negamos que habrá  momentos en los que tengamos que luchar por restañar heridas, por poner parches, por mantener los derechos sociales que nos van recortando poco a poco, pero, si algo ha quedado claro con esta crisis, es que el problema es el propio sistema, el capitalismo, el neoliberalismo. Y hay que hacerlo saber, y no mirar los árboles caídos sino el bosque que los genera. 

Digámoslo claro y escribámoslo en mayúsculas: Si hay alternativa, pero no dentro de este sistema depredador, y entre todos tenemos que luchar por conseguir que se vaya viendo que puede ser posible llevarla a efecto. 

El 25 de Mayo tuvimos una cita importante, una movilización en defensa de lo público, de unos servicios públicos de calidad, de la sanidad, de la educación, por unas pensiones dignas, contra los recortes sociales. Ahí nos hemos vuelto a encontrar, al igual que debemos hacerlo este sábado,12 de Junio en Bilbo, en la manifestación nacional,  y en la más que probable Huelga General tras la nueva contrarreforma. Debiendo ser todo ello un peldaño más en la escalera de ir construyendo esa alternativa tan necesaria para este país.  

La crisis y su gestión es un argumento que no podemos dejar de enarbolar a la hora de construir sociedad, de construir país. Ahí estamos hablando de lo más básico, de los problemas que «de verdad preocupan a la gente» (eso que algunos tanto nos han repetido una y otra vez). 

Y no olvidemos nunca, cuando hablamos de la recomposición de la izquierda, de la creación de ese gran bloque de izquierda soberanista y alternativa, amplio y plural, el que junto con la defensa del derecho a ser, a existir, a decidir como pueblo,  junto a la defensa de todos los derechos, de todas las personas, de todas las ideas debe estar siempre la reivindicación de otro modelo económico y social,  y de otra forma de ver y de entender la política, desde abajo y a la izquierda.

En el Estado español ya existe cadena perpetua

Diagonal – En el Estado español ya existe cadena perpetua

«En el Estado español, tras una reforma del Gobierno de Aznar en 2003, el límite máximo de cumplimiento de las penas llega hasta los 40 años, incluidos los casos sin que se haya cometido un delito de sangre. Esa elevación del tope punitivo, sumada a otros obstáculos aprobados anteriormente para impedir el acceso a los permisos penitenciarios, al tercer grado o a la libertad condicional a ciertos colectivos de presos, supuso un cambio fundamental, sin parangón en el entorno europeo, en el contenido de la pena de prisión.»

BDS Israel – Euken Barreña (Alternatiba)

El ataque militar por parte de Israel a una expedición de activistas desarmados que transportaban ayuda humanitaria a la Franja de Gaza en aguas internacionales, saldada con la muerte de nueve personas y un número de desaparecidos aún sin concretar, se ha convertido en el último episodio de la deliberada política de violación de los derechos humanos que, con total impunidad y despreciando el derecho internacional, practica desde hace más de 60 años el Estado de Israel. 

Esta realidad se refleja en la actuación de todos los poderes públicos de Israel. Así, las políticas públicas promueven la colonización judía mediante la confiscación o anexión de  tierra palestina, invierten la composición demográfica persiguiendo el predominio judío y discriminan a los ciudadanos/as palestinos/as en la asignación de recursos. En los territorios ocupados la segregación, la demolición de casas y una red de más de seiscientos checkpoints que impiden la libertad de movimiento de la población palestina son otros medios para avanzar en la colonización. 

Desde la Nakba de 1948, el Estado de Israel ha impedido el retorno de la población refugiada palestina por medio de la fuerza, la legislación y las resoluciones judiciales. Los tribunales israelíes niegan a las víctimas palestinas el derecho a  procesos con garantías judiciales: el Tribunal Supremo ha autorizado el asesinato extrajudicial, la “detención administrativa” – que ampara la tortura y los maltratos – y comisiones oficiales de investigación han declarado inocentes a muchos soldados y colonos culpables de haber asesinado a civiles palestinos en casos documentados por organizaciones de derechos humanos. 

Por su parte, el Parlamento israelí ha aprobado nuevas leyes discriminatorias y ha enmendado las leyes existentes con el fin restringir los derechos de los palestinos y su acceso a las indemnizaciones.  

En el plano internacional Israel no ha acatado la resolución del Tribunal Internacional de Justicia sobre el Muro y niega que de su prolongada ocupación deriven obligaciones jurídicas de la IV Convención de Ginebra y del derecho humanitario internacional. Para mayor gravedad, estas posturas han sido avaladas en gran parte por el Tribunal Supremo. 

En la Franja de Gaza, donde 1,4 millones de palestinos malviven atrapados, Israel prohíbe la circulación de personas y bienes, excepto en contados casos de primera necesidad. Sólo a un reducido número de personas enfermas se les permite salir para recibir tratamiento, mientras decenas han muerto esperando un permiso. Este bloqueo cuyo objetivo declarado es debilitar a los grupos armados, castiga a toda la población y sus efectos se hacen sentir especialmente entre los más vulnerables: los niños y las niñas y las personas ancianas o enfermas. En virtud del derecho internacional, Israel, como potencia ocupante, tiene el deber de garantizar el bienestar de la población de Gaza, incluido su derecho a la salud, la educación, los alimentos y una vivienda adecuada. 

La impunidad con la que actúa el gobierno israelí es fruto de la complicidad de la comunidad internacional,  poco interesada en exigir responsabilidades a Tel Aviv por el régimen de ocupación, colonización y apartheid al que somete al pueblo palestino. 

Ninguno de los integrantes del “Cuarteto”  ha tomado medidas para garantizar el respeto y acatamiento del derecho internacional, las resoluciones de NNUU o del TIJ por parte de Israel. Al contrario, la comunidad internacional y los medios de comunicación mayoritarios han adoptado una postura equidistante, situando al mismo nivel las violaciones del derecho humanitario realizadas por parte de actores no estatales palestinos en un contexto de resistencia y acoso sistemático y las violaciones cometidas por el Estado de Israel, transmitiendo la falacia de que se trata de un conflicto armado entre dos Estados.  

Esta caracterización no deja de ser una lectura interesada del conflicto, que en el mejor de los casos presenta la resolución del mismo como inalcanzable debido a los extremismos de ambas partes que se retroalimentan continuamente o, en su versión más perversa, justifica las agresiones de Israel, considerándolas la respuesta inevitable a los ataques palestinos. Esta visión no es ajena al aumento de la islamofobia en Occidente y la consideración del Estado de Israel como un bastión de la civilización judeo-cristiana en Oriente Medio, al que se le ha dado carta blanca en su papel de gendarme de los países árabes. Estos postulados invisibilizan la existencia de una alternativa de lucha no violenta, formulada por la sociedad civil palestina y desmovilizan la opinión pública internacional, incómoda ante la perspectiva de no poder tomar partido más que por actores violentos. 

Israel es un estado basado en el apartheid, el colonialismo y la ocupación. Sus orígenes se encuentran en un proyecto colonial sionista, basado en la concepción de Palestina como tierra deshabitada destinada a ser un estado exclusivo para la población judía. Este modelo se puso en marcha mediante la colonización de la Palestina histórica y el traslado forzoso de la población árabe originaria y se consagró con la proclamación del Estado de Israel en el que se ha institucionalizado un régimen de discriminación racial que oprime de forma sistemática a la población palestina. Así, las leyes de nacionalidad y de retorno permiten a los judíos mantener la nacionalidad y la ciudadanía, mientras que a los habitantes originarios palestinos sólo se les reconoce la ciudadanía y se les dispensa un trato discriminatorio. Además, desde 1967, el régimen militar represivo aplicado por Israel a la población palestina que vive bajo la ocupación, ha permitido extender el sistema de apartheid, caracterizado por la segregación, el asesinato selectivo, las torturas, la demolición de casas, las detenciones arbitrarias, los encarcelamientos ilegales y los castigos colectivos a la población, como en el caso de Gaza. 

En consecuencia, en julio de 2005 un conjunto de asociaciones, sindicatos y organizaciones, inspirados en la experiencia sudafricana, realizaron un llamamiento para la puesta en marcha de  una campaña de boicot, desinversión y sanciones (BDS) contra Israel. Esta campaña tiene como objetivo concienciar a la opinión pública sobre el régimen de apartheid del Estado de Israel y presionar desde la sociedad civil a los estados y NNUU hasta conseguir el fin de la ocupación y el respeto de los derechos del pueblo palestino. 

En el marco de esta campaña se están impulsando una serie de iniciativas variadas: sensibilización pública sobre la realidad del régimen israelí; presión sobre NNUU, gobiernos y sector privado para suspender la cooperación económica, académica, cultural y deportiva con el Estado de Israel; suspensión del acuerdo de asociación entre la UE e Israel por no respetar el Estado israelí los estándares europeos de derechos humanos; procesamiento de israelíes responsables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad… 

Estas acciones ya están obteniendo resultados tangibles a nivel europeo, por ejemplo en el Reino Unido, donde varias universidades ya han boicoteado a homólogas israelíes, empresas británicas han dejado de hacer negocios con fabricantes israelíes por la presión de sus clientes o las demandas ante sus tribunales forzaron a Tzipi Livni, jefa de la oposición israelí a cancelar un viaje a Londres para pronunciar una conferencia. 

La coordinación a nivel europeo y estatal de las diferentes campañas e iniciativas es vital para que la sociedad vasca realice su contribución en la lucha no violenta emprendida por la sociedad civil palestina, exigiendo en este caso que la investigación sobre al ataque a la flotilla se realice por parte de expertos  relevantes de Naciones Unidas y no quede en manos israelíes, como preconiza Estados Unidos, dada la continua falta de credibilidad de las investigaciones israelíes sobre violaciones de derechos humanos en el contexto del conflicto de Gaza. 

En definitiva, el apoyo e impulso de la campaña BDS es nuestra mejor arma para detener las agresiones del Estado israelí, desenmascarando la naturaleza racista de su régimen y contribuyendo a la lucha no violenta del pueblo palestino por el respeto de sus derechos fundamentales.

Fotografía: Le Mur – The Wall – Palestine

Yo también soy insistencialista > Oskar Matute (Alternatiba)

Proceso de paz

Hace ya algunos años, los amigos y amigas de Elkarri acuñaron un término que les definía a ellos y ellas y su propio papel en el conocido conflicto vasco. Se definían como insistencialistas. Hacían pues de la necesidad de insistir, una y otra vez, caída tras caída uno de los motores necesarios para que algún día fuese posible alcanzar la paz en Euskal Herria.

Yo comparto con ellos esta visión, y si me lo permiten esa denominación. Creo que en momentos como estos, con perspectivas de resolución más claras que en épocas anteriores, sigue siendo necesario insistir.

Insistir en la necesidad de una paz justa. Una paz que pueda ser presentada por todas las partes involucradas en el mismo como un escenario de ventaja sobre el mantenimiento de la actual situación.

Insistir en el valor de la palabra. El diálogo y la negociación son el camino para la resolución de este y cualquier otro conflicto. Es el uso de estas herramientas para desbloquear situaciones enquistadas la que nos confiere hondura democrática. Aun cuando en este país la alusión a la testosterona tenga más adeptos que el empleo de las neuronas.

Insistir en la posibilidad de que esta vez si sea la definitiva. Son muchos los procesos vividos con final amargo. Hacernos los resabiados para negar las potencialidades del momento presente, desatadas de manera importante, y no hay que negarlo, tras los pasos dados por la izquierda abertzale ilegalizada, no ayuda. Tan solo sirve para investirnos con la triste vitola de videntes del caos.

Insistir en la democratización de la toma de decisión. Los amigos y amigas de Lokarri son un claro ejemplo de cómo es necesario articular una respuesta civil que parta de la misma sociedad civil y que permita al pueblo tomar las riendas del proceso y convertirse en protagonista principal. Esto es más importante si cabe si uno ve cómo los anteriores procesos, bastante opacos, han tenido el resultado que han tenido.

Por eso quiero reclamarme como insistencialista. No me importa que alguien pueda pensar que nuestra buena intención es utilizada por terceros para favoreces estrategias que nada tienen que ver con la paz. Yo insisto en la búsqueda de la paz, del diálogo y la negociación, del derecho a decidir de la sociedad vasca. Y si de esta no lo logramos, no será porque hayamos puesto palos en la rueda.

Me consta que también hay insistencialistas de signo contrario. Aquellos que instalados en el poder,niegan la posibilidad de que se puedan dar avances, los sacan de la ley, los obstaculizan o directamente los niegan. Claro que para muchos políticos, que no todos, el cambio de chaqueta es una práctica inoculada en su ADN. Eso sí a la hora de ponerse medallas los primeros.

Cuanto mejor le iría a este país si todos, repito todos y todas, en todas las facetas de la vida, entendiéramos que la vida y la historia de este país estaba antes de que naciéramos y seguirá después de que nos vayamos. De mientras yo seguiré insistiendo, aunque solo sea por quebrar el pensamiento único.

Perú, un año después de la matanza de Bagua

Amnistía InternacionalA un año de Bagua, consulta prometida pero verdad, justicia y reparación todavía una deuda pendiente

«Las normas internacionales de derechos humanos que protegen a los pueblos indígenas contra el despojo de sus tierras y recursos en nombre del desarrollo han surgido para poner fin a modelos históricos de toma de decisiones que se les han impuesto y a condiciones de vida que han amenazado su supervivencia.»

¿Sobran militantes en la izquierda? > Mariano Gómez (Alternatiba)

Algunos llevamos años, tal vez desde siempre, con esta obsesión. Dicho así parecería una locura. ¿Sobran militantes en la izquierda?. Justo en este momento, en medio de una crisis social y política importante, de una crisis de militancia y de compromiso social que ha ido aumentando año a año, en medio de una crisis de la política, de la forma de hacer y de entender la política, de la propia izquierda.

En medio, no lo olvidemos, de una crisis de sistema que nos podría permitir un mejor y mayor trabajo para agudizar las contradicciones, para disputar la hegemonía social a los valores conservadores que se han instaurado en esta sociedad.

Y es verdad, Euskal Herria no es ajena a la ola conservadora que avanza e impregna cada vez más sectores sociales, no somos ninguna isla, aunque a veces nos lo parezca; aunque sea verdad que partimos de mejores condiciones, de que aquí todavía sería posible plantearse y trabajar por un gran bloque de izquierda que pudiera disputar la hegemonía a las fuerzas de la derecha vasca y española. Pero aquí, en nuestro país, se ve también la crisis y la falta de militancia en cada vez más sectores sociales. Incluso en los propios partidos, cada vez hay menos núcleo militante, cada día hay más decisión por delegación, más toma de decisiones por unos pocos.

Son, han sido, y, desgraciadamente, si no ponemos remedio, serán muchos los partidos de izquierdas que han funcionado como meras máquinas de poder, de marketing electoral, que, en la práctica no se han diferenciado nada en las formas de hacer y de entender la política con las fuerzas de la derecha. Cambia algo, el mensaje, pero la forma de llevarlo a la práctica, es la misma. Incluso en aquellas que han querido mantener un mensaje claro y nítido de izquierdas, lo han hecho desde profesionales que vendían su producto. Han querido ser los altavoces del movimiento, pero sin mezclarse con él. Y, así, de esta forma, es imposible avanzar, es imposible conquistar, disputar parcelas de poder al stablisment . Se acaba cayendo en la profesionalización de la política, en los mismos aparatos de poder, se niega la participación, la democracia radical, la elaboración colectiva.

Terminamos construyendo castas sin control que se retroalimentan así mismas, ya que no tienen otra forma de vida. Y ha habido, hay, y habrá hombres y mujeres íntegras y honestas que se han visto obligados, o les hemos obligado a vivir así. Que en lo personal no han sucumbido. Pero así no construimos sociedad alternativa, así en la mayoría de los casos acabamos pereciendo absorbidos por el poder (y podemos pensar en algunas fuerzas políticas de izquierda que así han terminado en los últimos tiempos). Y vuelta a empezar.

Pero también se corre el otro peligro: el de la organización de hombres y mujeres militantes de partido que van de plataforma en plataforma, de movimiento en movimiento, de reunión en reunión, de manifa en manifa. Que, sin duda son necesarios, pero que no construyen más que hacia dentro, que sólo piensan en engordar sus siglas y no en expandir las ideas, que terminan siendo salseros de mil salsas, de platos diferentes, pero sin terminar de vertebrar ni de dar continuidad a nada. Es muchas veces digna de admiración esa entrega y vocación. Pero, ante todo son militantes de partido, no de la ideas, no del movimiento en sentido amplio.

Y ahí, es donde vemos, desde nuestra humilde opinión, que a pesar de la crisis de militancia, de haberse diezmado la izquierda militante, hay veces que parece que sobran militantes única y exclusivamente de partido. Sabiendo que estos son necesarios, con mecanismos correctores, limitación de cargos, rotaciones. Pero que es lo que más abunda últimamente en la mayoría de las peleas en las que nos encontramos. Y, además, tres, cuatro, o cinco personas de organizaciones diferentes que se disputan el mismo espacio social.

¿Cuántos hombres y mujeres militantes de izquierdas están dedicados a construir movimiento desde la base, movimiento social?. No son pocos, pero cada vez son menos, muchos menos.

Y no estaría nada mal que ahora, en este preciso momento, en el que se puede estar labrando, sin prisa pero sin pausa, la semilla de lo que algún día pudiera llegar a ser ese gran bloque de izquierdas que este país necesita, seamos capaces de reflexionar sobre ello. No podemos caer en la normalización institucionalista, no podemos perder el pulso a la calle. Necesitamos revitalizar, poner a trabajar a hombres y mujeres en movimientos sociales plurales y amplios. Tenemos que tener como tarea fundamental construir sociedad alternativa, potenciar no sólo los movimientos más ideologizados (sindical, ecologista, feminista, internacionalista, antimilitarista), sino también y sobre todo el conjunto del asociacionismo que nos hace llegar a la mayoría de la sociedad (asociaciones de mujeres, de tiempo libre, o.n.g, de jubilados, culturales, deportivas, euskaltzales, de madres y padres, de defensa de derechos y libertades).

Tejer una red de asociacionismo, de complicidades, en el que cada uno a la vez que va poniendo su máximo empeño en ir cumpliendo sus objetivos, desde parámetros totalmente distintos a los dominantes, lo vaya haciendo desde lo particular contribuyendo a construir la alternativa global. Sabiendo que esta es una apuesta lenta, complicada, pero que es la única que nos permite construir desde la base una sociedad diferente.

Y el partido, ese bloque de izquierdas, debe ser el reflejo de ese sentir popular que se va construyendo desde abajo y a la izquierda. Debe ser el reflejo de todo ese quehacer político, debe estar compuesto por hombres y mujeres profundamente implicados en los diferentes movimientos. Debe tener como seña de identidad la elaboración colectiva, la democracia radical, la rotación de cargos, y la implicación social de la inmensa mayoría de sus militantes… Debe ser una red de redes: SAREA…. La voz global, la representación institucional, la carrocería de todo el entramado, del motor social construido, desde la pluralidad, y desde la ilusión por una Euskal Herria diferente, porque, aunque sea difícil debiera ser posible, porque es necesario.

Habrá que seguir hablando.

Telebista ez ikusteko dekalogo bat

ZuZeu. Beste asko izango dituzu, baina slowhabits atarian hamar arrazoiko zerrenda hau aurkitu dugu. Zuk zeurea gehi iezaiozu, izango duzu-eta bateren bat.

1. Bizitza ikusteko modua eraldatzen du: Hedabideek egiazkoa ez den munduaren ikuspegia ematen dute gehienetan. Partziala da eta ikustea nahi dutena ematen digute.

2. Erosten duguna baldintzatzen du: Telebistan nonahi dago publizitatea. Berez, publizitatearekin finantzatzen da. Ez gara inmuneak, kontrakoa pentsa dezakegun arren.

3. Inguratzen zaituztenengandik aldentzen zaitu: Zenbat aldiz piztu dugu telebista afaltzen genuen bitartean hari begira ergelen moduan begira geratzeko? Itzali eta hitz egin ingurukoekin.

4. Buruko energia lapurtzen digu: Telebista ikusten ez duzu deskantsatzen, ez zara lasaitzen. Zenbat aldiz amaitu duzu pelikula bat hasi baino nekatuago?

5. Dirua kostatzen zaigu: Telebista ikustea dirua da. Telebista erosten da batetik, xahutxen duen energia ordaindu behar bestetik. Egungo telebista lauek lehengoek baino energia gehiago behar dute. Horri gehitu ordaindu beharreko katerik duzun edo ez.

6. Pentsamendu arrazionala ahultzen digu: Telebistan, arazo guztiek irtenbide erraza dutela ikusten dugu. Dena konpontzen da kapituluaren amaieran. Bizitza sinpleagoa da telebistan. Baina hori ez da horrela. Zure ingurura begiratu besterik ez duzu horretarako.

7. Txarra da osasunarentzat: Telebistaren aurrean gauden denbora oro, ariketa fisikoa egiteko edo gure osasuna zaintzeko galtzen dugun denbora da.

8. Bizitzaren aurrean ezkorrago bihurrarazten gaitu: Ikerketa batzuen arabera, telebista gehien ikusten duen jendea bere bizitzarekin gustora ez dagoena da. Gure bizitza telebistan ikusten dugunarekin parekatzeko ohitura dugu eta normalean telebistakoa hobea izaten da, haren ikuspegia partziala denez.

9. Gure sexu harremanak gutxitzen ditu: Logelan telebistarik ez duen jendeak, telebista duenak baino harreman sexual gehiago izaten ditu.

10. Gure bizitza hobetzeko denbora kentzen dugu: Telebista ikusi beharrean gauza asko egin ditzakegu.

Beste arrazoirik?

 

Argazia: schmilblick.

Declaración final de la Cumbre de los pueblos Enlazando Alternativas IV

«Reivindicamos nuestro derecho a plantear alternativas al modelo neoliberal y a los tratados de libre comercio, y creemos en nuestra capacidad para construir un dialogo político y social entre los pueblos»

Estamos inmersos en una crisis civilizatoria que afecta a todo el planeta, donde son los grupos sociales más vulnerables y los pueblos del Sur los que están soportando la carga más pesada. Mientras millones de trabajadoras y trabajadores han perdido su trabajo, sumiendose en la pobreza y precariedad, el sistema financiero obtiene ganancias multibillonarias con el apoyo de los Estados del Norte.

La crisis económica mundial está lejos de ser resuelta y los planes de rescate se han dirigido a defender los intereses del gran capital, como lo demuestran las recientes medidas de ajuste estructural exigidas a Grecia por parte de la UE, y los anuncios en la misma dirección por parte de España y Portugal. La historia de América Latina y el Caribe demuestra el impacto devastador de estas políticas de recorte del gasto público, privatizaciones y desregulación económica.

Justo cuando se cumplen dos siglos del inicio de las luchas de independencia en varios países de América Latina y el Caribe, la UE propone una “alianza” estratégica que supone volver al pasado. La creación de una « Zona Euro-Latinoamericana de Asociación Global Interregional », sustentada en la aprobación de una serie de acuerdos de libre comercio para proteger los intereses de las multinacionales europeas en América Latina y el Caribe y cercenar las posibilidades de una integración regional y birregional sobre nuevas bases.

En América Latina y el Caribe han surgido varios gobiernos progresistas y de izquierda sensibles a las exigencias de los movimientos populares, que buscan caminos alternativos de desarrollo más acordes con sus realidades locales, y defienden su soberanía nacional. La derecha mundial, al tiempo que intenta desprestigiar y desestabilizar esos gobiernos, sigue predicando políticas de corte neoliberal que han sido promovidas por multinacionales europeas –en particular españolas dentro de América Latina y el Caribe–, y que cuentan con el apoyo de la UE. Estrategias como la “Europa Global : Competir en el Mundo” y “Europa 2020” van a seguir generando elevados costos sociales y agravando las desigualdades entre Estados y al interior de cada país.

En Europa, con el Tratado de Lisboa se ha reforzado un modelo de integración antidemocrático y capitalista. La privatización de los servicios públicos junto a la vulneración de los derechos sociales y laborales consolida la Europa Fortaleza, de carácter militar, represivo y excluyente, en detrimento de la Europa Social.

Ante estas realidades la organización, la resistencia, la dignidad, la solidaridad y la movilización social son y serán factores esenciales para sostener los logros América Latina y el Caribeanzados, impedir una vuelta al pasado, y conquistar nuevos avances tanto en América Latina y el Caribe como en Europa. Nuestra estrategia de lucha y resistencia común se basa en la solidaridad entre nuestros pueblos, para la construcción de una sociedad en la cual los derechos económicos, políticos, laborales, sindicales, sociales, culturales y ambientales sean la prioridad y razón de ser de las políticas gubernamentales.

En este sentido :

1. Rechazamos enérgicamente los Tratados de Libre Comercio, los Acuerdos de Asociación (AdAs) y los tratados bilaterales de inversión (TBIs) –o Acuerdos de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRIs)– pactados entre algunos gobiernos latinoamericanos y europeos, que han sido negociados a espaldas y en contra de los intereses de nuestros pueblos. En particular, rechazamosel Acuerdo de Asociaciòn UE Cariforum, la firma de tratados con Colombia, Perú y Centroamérica y la reanudación de negociaciones con el Mercosur.

2. Rechazamos que la cooperación al desarrollo forme parte de estos acuerdos al servicio de intereses económicos privados. Queremos una cooperación que fortalezca la capacidad de los actores sociales y de los Estados para diseñar e implementar políticas que apunten a combatir la injusticia social.

3. Rechazamos la implementación de planes de ajuste estructural e intervención del FMI en los países de Europa y América Latina y el Caribe para hacer frente a la crisis económica. Reivindicamos la moratoria inmediata sobre el pago de la deuda publica y la realización de auditorias para la cancelación de deudas ilegitimas.

4. Continuaremos buscando soluciones reales a la crisis ambiental y climática, basadas en la justicia climática y en la necesidad de cambiar el sistema, que produce la destrucción del planeta. Para frenar el cambio climático es necesario que la UE reduzca sustancialmente sus emisiones de gases de efecto invernadero a nivel domestico. Reclamamos a los gobiernos europeos que paguen las deudas ecológicas que acumulan con los pueblos del sur, incluida América Latina y el Caribe, para el financiamiento de la mitigación y sobrevivencia al cambio climático. Ante el fracaso de la Cumbre sobre el Clima de Copenhague, nos comprometemos a implementar las propuestas acordadas en la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, celebrada en Cochabamba en Abril 2010, como por ejemplo la creación de un tribunal de justicia climática.

5. Apoyamos a todas luchas de los movimientos campesinos de América Latina y el Caribe y Europa por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, la reforma agraria, contra los transgénicos y en defensa de sus territorios. La agricultura campesina, familiar y de pequeña escala alimenta a los pueblos y enfría el planeta.

6. Mantendremos nuestra lucha en favor de la democracia participativa, directa y plural, y nos opondremos a los intentos de coartarla. Apoyamos las luchas contra la impunidad y por la justicia para las víctimas de los genocidios. Rechazamos la criminalización de la protesta social.

7. Exigimos la ruptura de relaciones diplomáticas y financieras con el gobierno de Porfirio Lobo en Honduras, rechazado por varios gobiernos. Dicho Gobierno es proveniente de un golpe de Estado, elegido en condiciones antidemocráticas, sostenido a costa de la represión a los movimientos sociales y la violación de los derechos humanos. Apoyamos la lucha del frente de Resistencia Popular de Honduras y su lucha por una asamblea constituyente.

8. Rechazamos la militarización y la visiòn que desconoce la capacidad del pueblo haitiano para definir su propio destino, con el pretexto de la ayuda humanitaria. Exigimos el respeto a la soberanía del pueblo haitiano, la anulación de la deuda externa de ese país, y el pago de reparaciones.

8. Exigimos a la UE la derogación de la Posición Común contra Cuba.

9. Acusamos a la UE, a sus instituciones y a sus gobiernos de flagrante complicidad en la violación de los derechos humanos, por ejemplo en Colombia, Honduras, Perú, Guatemala y México, países donde dirigentes sociales son asesinados cotidianamente y la protesta social es reprimida.

10. Repudiamos las políticas que aplica la UE en materia de inmigración, porque amenazan gravemente la democracia y la paz entre nuestros pueblos al fomentar la xenofobia y el racismo. Participamos y apoyamos las luchas de los movimientos y redes de migrantes contra la Europa Fortaleza, con sus campos de internamiento para extranjeros (CIE) y su “Directiva del Retorno” justamente llamada “Directiva de la Vergüenza”. Esta política migratoria representa la otra cara de la Europa del Capital.

11. Denunciamos la militarización de nuestros continentes y, en particular, el carácter belicista del gobierno de Colombia. La instalación de 7 bases militares de los Estados Unidos en este país representa una amenaza a la paz y estabilidad de la región. Reiteramos nuestra condena a la política belicista de la UE en Afganistán bajo la egide de la OTAN, así como el uso de millonarios recursos para sostener una maquinaria de guerra que podrían emplearse para otras prioridades de carácter social.

12. Apoyamos la lucha del pueblo griego en la defensa de sus derechos, que representan los derechos de todos los pueblos europeos.

13. Nos comprometemos a trabajar para consolidar un espacio político de solidaridad -en la que participan una diversidad amplísima de movimientos sociales y políticos- que abogan por una integración social, económica, de género, política, ambiental y cultural, y que sea alternativa a la que propone la Unión Europea (UE) y varios de los gobiernos de América Latina y el Caribe.

14. Nos comprometemos a fortalecer y consolidar nuestras luchas frente al poder corporativo y a abrir una nueva etapa de trabajo de la Red Enlazando Alternativas hacia la constitución de un instrumento internacional vinculante para juzgar crímenes económicos. La sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), “La Union Europea y las Transnacionales en America Latina. Politicas Instrumentos y actores” ha contribuido a este propósito.

15. Apoyamos y formamos parte de las luchas que libran las comunidades afroddescendietnes, las mujeres, los jovenes y los excluidos de la Amèrica Latina y Europa, que estàn sufriendo los efectos de la crisis con mayor dureza.

16.Hacemos nuestras las luchas y reivindicaciones de los pueblos originarios y por el buen vivir, la creación de estados plurinacionales y el reconocimiento y defensa de los derechos de la madre tierra, que contribuyen a la necesidad de desarrollar modos de consumo y producción que son sostenibles, responsables y justos.

17. Saludamos los compromisos de los gobiernos de América Latina y el Caribe para romper con siglos de dependencia económica, el saqueo de los recursos naturales y la expoliación de los territorios.

18. Llamamos a los pueblos europeos a levantarse para construir otra Europa. Agradecemos a las y los integrantes de los colectivos del Estado español su esfuerzo y ayuda para la realización de nuestra Cumbre de los Pueblos Enlazando Alternativas IV, y damos la bienvenida a las compañeras y compañeros que desde ya están dispuestos a iniciar los preparativos para la Quinta Cumbre de los Pueblos Enlazando Alternativas a realizarse en 2012.

Dedicamos esta Cumbre de los Pueblos a la memoria de la activista indígena Betty Cariño, quien fue asesinada en Oaxaca (México), el 27 de abril, por su labor contra las transnacionales mineras. Hacemos este homenaje en representación de todas las personas asesinadas a causa de su lucha social y política, y a todas las vìctimas del modelo neoliberal injusto y excluyente en América Latina, el Caribe y Europa

http://alternatiba.net/old-files/Sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos.pdf

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